En el apartado “Enseñanzas bíblicas > Preguntas sobre la
Biblia > La vida y la muerte > La vida", de la web www.jw.org de los Testigos de
Jehová, podemos encontrar la siguiente pregunta y su correspondiente respuesta
que analizaremos someramente.
TJ:
¿Qué es el alma?
Análisis:
Después de leer la
respuesta, considero un error reducir todos los argumentos a cuestión de
palabras, estas no pueden interpretarse solo por la etimología, sino que deben
serlo por el sentido que en el momento de emplearse tuvieron. Las palabras, con
el tiempo, con el uso, pierden o cambian, reducen o amplían su sentido original
como vemos incluso a diario. Por esto, para interpretar palabras bíblicas habrá
que tener en cuenta el momento y ambiente bíblico en que se pronunciaron.
Otro error es
reducirlo todo solo al Antiguo Testamento para una cuestión de la importancia
del alma o espíritu. El Antiguo Testamento no define todos los aspectos y
matices de la revelación que fue progresando hacia el Nuevo Testamento, de
acuerdo con el método de la “iluminación progresiva” que tanto gusta a los TJ.
Así, por ejemplo, el texto del Génesis, aunque no pruebe de
manera perentoria la espiritualidad del alma, la insinúa fuertemente; no
precisamente a causa de la palabra "néfesh" (alma en hebreo), sino a
causa del conjunto del texto y del contexto. El versículo dice:
"El Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en
sus narices un hálito de vida y el hombre se hizo un ser viviente” (Gn
2;7).
Cuando creó los animales había dicho solamente: "Que la
tierra produzca seres vivientes por especies..." (Gn 1;24) Pero
cuando creo al hombre, Dios le infundió directamente "un hálito de vida".
¿No es insinuar que el hombre tiene algo más que los animales, un
principio espiritual, que nosotros llamamos "alma"? Esta
intervención especial de Dios al crear el alma explica perfectamente sus
propias palabras (Gn 1;26-27): "Dijo Dios: "hagamos al
hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza... y
Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó".
Sean cuales fueren
las palabras empleadas, la Sagrada Escritura habla con
frecuencia de algo en el hombre que supera al plan
corporal: digamos de un principio espiritual, sin que se precise el
sentido de esta palabra a través de los siglos: "Acuérdate de
tu Creador antes que el polvo vuelva a la tierra como vino, y el
aliento se torne a Dios que lo dio" (Ectes
12;7). "No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden
matar el alma; temed más bien al que puede perder alma y cuerpo
en el infierno" (Mt 10;28). "Acoged con docilidad la
palabra injertada en vosotros, que puede salvar vuestras almas"
(Stg 1;21). "La salvación de las almas es objeto de fe"
(1Pe 1;9)
También tiene
su interés revisar (Ap 6;9);"Y cuando abrió el quinto sello, vi
debajo del altar las almas de los que fueron muertos atrozmente, a causa
de la Palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que
tenían. Y clamaron con voz fuerte diciendo: ¿Hasta cuándo Soberano
Señor, santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en
los que moran en la tierra?"
Aquí se trata naturalmente de una visión y de una escena
figurativa, pues no podemos imaginarnos las almas de millones de
mártires debajo de un altar. Sin embargo, sea cual sea la idea que
se tenga de la narración, tiene un significado y una enseñanza, y júzguese
como se quiera, es evidente que el escritor del Apocalipsis no
creía que las almas de los mártires se hallaran en estado inconsciente. El
Señor que le dio la visión, no pretendería
engañar al apóstol dándole una idea falsa contraria a la verdadera
situación de los mártires cristianos. Tanto en este caso
como en el del rico y Lázaro la figura es expresión más o
menos literal de la realidad. Pero si aceptáramos la teoría de la
inconsciencia de los difuntos no habría ninguna realidad detrás de los
hechos que narran estos pasajes bíblicos, y en vez de ser
ilustraciones de la "verdad que es Cristo" vendrían a ser
motivo de confusión y engaño por el hecho de dar a los lectores del
NT una impresión totalmente falsa acerca del estado de los
fallecidos.
Leemos en el Apocalipsis:
"Y oí una voz del cielo que decía: Felices
son los muertos que mueren en unión con el Señor desde este
tiempo en adelante ..." (NM) (Ap 14;13). "Desde
este tiempo en adelante" = "ya desde ahora". ¿Cómo podrían ser felices los muertos si quedaran en un estado
inconsciente? Su descanso no puede significar inconsciencia pues
en la inconsciencia no hay ninguna felicidad ni infelicidad.