LABOR PRINCIPAL PARA QUIEN SALGA VIVO DEL ARMAGEDÓN
Según los TJ, en este punto empiezan las verdaderas
tribulaciones para la gente “buena” que saldrá con vida del Armagedón y debe
seguir en la Tierra ya que, su labor principal, será disponer la Tierra para
que esté en condiciones de recibir a los miles de millones de resucitados que
de un momento a otro iniciarán su reentrada a la vida terrenal. Según como se
haya desarrollado la “guerra de Armagedón” las obras de reconstrucción
pueden ser épicas ya que la Tierra debe ser reconvertida en un paraíso tal cual
Adán lo recibió en su momento inicial.
Y es que, como se puede comprender, las
labores no serán fáciles, porque los TJ deberán prácticamente abandonar durante
largos años, sus Biblias y sus impecables trajes y vestidos para ponerse el
mono de faena y hacerse con todo lo que, de alguna manera, sirva para la
construcción de las bonitas casas y mansiones particulares que aparecen en los
dibujos de sus revistas, así como para hacer realidad los bucólicos paisajes
que aparecen en todos sus libros, y para el cuidado de los campos y huertos que
permitan rellenar de fruta fresca y variada los cestos y bandejas que sean
necesarios.
Y se precisara ropa nueva para todos y
comida con los ingredientes necesarios, y muebles para las casas, y animales
para el trabajo, y electricidad, y agua corriente, y carreteras, coches, etc.,
etc.
Más pronto que tarde, empezarán a resucitar
los “justos”, o sea, los buenos que han fallecido anteriormente al Armagedón y
los “injustos”, o sea, esta especie humana que los TJ descubren en las páginas
de la Biblia y que corresponde a millones y millones de personas que han hecho
cosas malas, pero sin saber que lo eran porque no han tenido ocasión de conocer
a Jehová. De nuevo años y años de trabajo deberán sucederse para que, quienes
arriben por resurrección a la Tierra, vayan acoplándose a la vida paradisíaca
del Nuevo Mundo.
Por otra parte, no se sabrá quién va a
resucitar y quién no. Habrá alegría cuando resucite el marido, el hijo, el
abuelo … pero ¿y si no resucitan los tuyos y sí los del vecino …?
Y las cosas seguirán complicándose porque
nadie, ni justo ni injusto, será perfecto a lo largo de los mil años que tiene
que durar esta, digamos, primera fase del Nuevo Mundo. ¡He dicho mil años, sí,
sí!
¿Cómo
puede ser que digan los TJ que no existirán los inicuos en la tierra
paradisíaca que preconizan, si durante estos mil años el Hijo de Dios juzgará
por las "cosas buenas" y por las "cosas malas y viles"
que, precisamente quienes habiten la Tierra paradisíaca, habrán practicado a lo
largo de estos años? Los propios TJ reconocen que será tal el desafuero de
algunas personas, que incluso será necesario eliminarlas antes de que acabe
este periodo. Y, finalmente, después de los mil años, cuando se suelte a
Satanás, ¿no dicen los TJ que "la Biblia muestra que Satanás logra apartar
de Jehová a tantas y tantas personas como "la arena del mar"?
¿En
qué sentido, pues, podrán disfrutar de la vida en la tierra, durante estos
primeros mil años, quienes en la Gran Tribulación sean considerados como ovejas
y pasen por ello al Nuevo Mundo?
Pablo
nos dice que el Reino es de una realidad inefable: "Ni el ojo vio, y ni
el oído oyó, ni vino a la mente del hombre lo que Dios ha preparado para los
que le aman" (1 Cor 2;9). En este Reino se entra
"naciendo de nuevo" (Jn 3;3). Este Reino "no
consiste en comer y beber" (Rom 14;17). Este Reino "no es
de este mundo" (Jn 18;36). Los TJ no aceptan este Reino
eterno y espiritual que se nos ofrece, prefieren seguir viviendo en este mundo
… aunque esto sí, ¡con todas las comodidades … ¡
Pero
esto no será así, al menos durante los mil primeros años.