miércoles, 1 de abril de 2020

CÓMO JESÚS DEJÓ A SUS APÓSTOLES AL IRSE AL CIELO Y CÓMO VOLVERÁ

CÓMO JESÚS DEJÓ A SUS APÓSTOLES AL IRSE AL CIELO Y CÓMO VOLVERÁ

s/TJ:

La  Biblia muestra  claramente  que  Jesús fue  levantado  de entre  los muertos y  que fue al  cielo.  (Jn  14;1-3) (Lc 24;50-51)  (Mc 16;19-20) (Hech 1;9-12) (1Pe  3;18) (Flp 3;20-21) (2Cor 5;1-2)  (1Pe 3;22)  ("Usted puede vivir para siempre...", pág 172)


Pablo se refirió a  Jesús como "las primicias de los  que se han dormido en la  muerte".  Por consiguiente, nadie  pudo haber ido al  cielo antes que él. (1Cor 15;20)  (¡Despertad! de 8.1.95)

Más  de dieciocho  siglos después  de la  muerte de  Abrahan, Jesucristo todavía pudo decir: "Ningún hombre ha ascendido al cielo".  Y el apóstol Pedro también dio  énfasis a que David  no había ido al  cielo (Jn 3;13) (Hech 2;34)  (¡Despertad! de 22.7.68, pág 27-28)

Jesús clamó en el madero de tormento: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has  desamparado?".  Pero  en el  fondo  Dios no  lo desamparó,  pues... recompensó su integridad resucitándolo a  lo más elevado de los cielos (Mt  26;38-39) (Mt  27;46) (Hech  2;32-36) (Hech  5;30) (1Pe  2;21)"   ("La Atalaya" de 1.1.95)

Cuando Jesús ascendió al cielo  cuarenta días después de su resurrección de  entre los  muertos,  no  llevo consigo  al  cielo  su cuerpo  humano sacrificado -¡una imposibilidad!- sino que  llevó consigo el valor de su vida humana perfecta sacrificada, con el  fin de presentar éste al Padre celestial a favor de la humanidad. 

Dios  el  Padre  aceptó  esta   presentación  sacrificatoria  e  hizo  a Jesucristo su Sumo sacerdote a favor del hombre (Hb 9;24-26) concediendo también al Hijo  el tener vida en sí  mismo (Jn 5;26) y ser  por ello un "espíritu dador de vida" (1Cor 15;44,45)

Esto capacitó  al Hijo  a obrar  como juez  no sólo  de los  vivos, sino también de los muertos a quienes podría  levantar a la vida al tiempo de su reino celestial.  Por esta razón  se "le ha dado autoridad para hacer juicio, por cuanto es Hijo del hombre" (Jn 5;27)
  
Cuando Jesús  habló acerca de que  se le había concedido  poder dador de vida y acerca de haber sido  autorizado para hacer juicio, sin duda esto hizo que los judíos que querían matarlo se maravillaran. 

Pero si se maravillaron de tales  cosas, entonces todavía había algo más maravilloso que había de acontecer. No había sido la culminación del asunto. 

Por eso, Jesús, prosiguió y dijo: "No se maravillen de esto porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio..." Saldrán en obediencia a él, el juez que tiene poder dador de vida. 

Esto requiere  que haya una  resurrección de  todos ellos, es  decir, de todos los muertos buenos y malos, a quienes se  retenga en memoria para ser resucitados. ("La Atalaya" de 1.6.65, pág 333 y ss)

Considere la descripción que da la Biblia de la manera cómo Jesús dejó a sus apóstoles  al irse al cielo:  "Estando ellos mirando, fue  elevado y una nube se lo  llevó de la vista de ellos". De modo que, cuando Jesús empezó a ascender al cielo, una nube  lo escondió de la vista literal de sus apóstoles.   Por tanto Jesús al  partir, se hizo invisible  a ellos. Estos no podían verlo. Entonces ascendió al cielo en su cuerpo espiritual. Así, pues, su regreso también sería invisible, en un cuerpo espiritual (Hech 1;9-11) (1Pe 3;18) ("Usted puede vivir...", pág 145) 

El relato bíblico de la ascensión de Jesús dice que "estando ellos (sus discípulos) mirando, fue elevado  y una nube se lo llevó  de la vista de ellos". Continuaron mirando al cielo hasta que los  ángeles  les notificaron  otra cosa, hasta que les informaron que "Jesús que  fue recibido de entre ustedes  arriba en  el cielo vendrá  así de  la misma manera que lo han contemplado irse al cielo" (Hech 1;9-11) ("La Atalaya" de 1.2.68, pág 95 y 96) 

Cristo cuando  resucitó, resucitó en  espíritu no con un  cuerpo carnal. Era invisible a  los ojos  de los  humanos (Jn  14;3) (1Cor  15;44) (Jn 14;19) (2Cor 5;16) (Mt 25;31) (Flp 2;8-11) (Jn 6;51) (Hb 10;10) (1Pe 3;18). Lo que ocurrió es que para hacerse ver cuando durante 40 días se apareció a sus discípulos, sencillamente  se materializó, o vistió de un cuerpo carnal,  como lo habían hecho algunos ángeles en el  pasado: (Gn 18;8) (Hb 13;2) (Jn 20;14-16) (Jn 21;6-7) (Lc 24;30-31) 

Siendo esto así, cuando Jesús parte hacia el cielo... ¿No dijeron los dos ángeles allí presentes a los  apóstoles que Cristo "
vendrá así de la misma manera  que lo han  contemplado irse  al cielo"?  (Hech  1;11) Sí, dijeron eso. Pero note que dijeron "de la misma manera", no en el mismo cuerpo. ¿Y cuál fue la  manera como  se fue Jesús? Fue callada sin ostentación pública. Sólo sus apóstoles supieron de ello. El mundo no. ("Usted puede vivir... pág 142-147)

Los ángeles dicen a los apóstoles que  vendrá así de la misma manera que lo han contemplado  irse al cielo.  Así, pues, su  regreso también sería invisible, en un cuerpo espiritual.  (Hech 1;11) 

Y cuando los ángeles les hablaron, ¿estaban viendo los apóstoles físicamente toda la ascensión de Cristo al cielo?. No, una nube había cubierto a Jesús y ya no se le veía. Poco después debió entrar en los cielos  espirituales como  un espíritu,  invisible a  los ojos humanos. (1Cor 15;50) De modo que a lo sumo los apóstoles vieron el principio

Análisis:

Siendo coherentes con sus razonamientos, los TJ deberían recordar que en (La  Atalaya del  15.1.92, pág  21) dicen  que "Jesús  fue totalmente humano desde su nacimiento  hasta su muerte ya que Juan  no dijo que  la Palabra o Verbo sencillamente se  vistió de carne.  El 'vino a  ser carne' y no  fue en parte carne y  en parte Dios".  Pues en (1Cor  15;53) si que se emplea esta expresión: "Porque es preciso que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y que este ser  mortal se revista de inmortalidad".  Así, pues, los TJ  tendrían  que aceptar  sin  mayores  dificultades que  el  ser resucitado es el mismo ser anterior  a la muerte pero revestido de incorruptibilidad y de inmortalidad. Exactamente lo que S. Pablo nos explica cuando diferencia entre "cuerpo  animal" y  "cuerpo espiritual" (Jn 1;14)

Como  este misterio  parecía difícil  a  los hombres  por ello  el apóstol  les propone  las Escrituras,  porque en  ellas estaba  ya anunciado que así ocurriría. Como así afirma el  propio Jesús en (Lc  24; 44-46). Así,  pues, Jesucristo  resucitó  con  verdadero cuerpo humano,  pero glorificado,  y esto es  lo que  Cristo quiso probar y persuadir a sus discípulos cuando les dijo: (Lc 24;36-39) "Ved mis  manos y mis  pies, que yo soy.   Palpadme y ved,  que el espíritu no tiene carne ni hueso, como veis que yo tengo".

A pesar de las claras palabras de Jesucristo en este último pasaje de Lucas, los TJ enseñan que el Cristo resucitado es un espíritu y que:  "El cuerpo humano de carne,  que  Jesucristo entregó  para siempre como sacrificio  de rescate, lo eliminó el  poder de Dios, pero no  por fuego  sobre el  altar del  templo de  Jerusalén.  La carne  de un  sacrificio  siempre  se elimina y se le quita  la existencia,  para que  no se  corrompa" ("Cosas  en las  cuales es imposible que Dios  mienta" de 1965).  También  dicen: "Después de su resurrección, Jesús  no siempre apareció en el  mismo cuerpo de  carne tal vez para reforzar  en su mente el  hecho de que  El era entonces un espíritu" ("Razonando las Escrituras" de 1985)

Es evidente que los TJ quisieran que creyéramos lo contrario de lo que  las Escrituras  enseñan en  este punto.   Insisten en  que el cuerpo de Cristo no resucitó sino que se eliminó y El se convirtió en espíritu.   Si eso fuera  cierto entonces sus  declaraciones de (Lc 24;36-39) habrían sido mentiras; y el mostrar a sus discípulos las cicatrices de los clavos en las manos y los pies, e invitarlos a  tocar su  carne y  huesos habría  sido una  artimaña hecha  con astucia para engañarlos. 

Jesucristo predijo lo que pasaría a su  cuerpo: "En  respuesta, Jesús les dijo: 'Derriben este templo, y en tres días lo levantaré. Por eso dijeron los judíos: 'Este templo fue edificado en cuarenta y seis años, ¿y tú en tres días lo levantarás?' Pero él hablaba del templo de su cuerpo" (Jn 2;19-21) (NM). 

Ascensión  del Señor  Jesús al  cielo: (Lc  24;50-53)(Mc 16;19-20) (Hech 1;9-12)

Un día Jesús lleva a sus apóstoles hacia Betania (Lc), en el monte de los olivos (Hech 1;12).  Jesús hablaba con ellos (Mc) y después levantando sus manos, los bendijo  (Lc) Y mientras los bendecía se alejaba de ellos y era elevado  al cielo (Lc) Los apóstoles vieron cómo se  elevaba (Hech  1;9) y mientras estaban mirando  al cielo fija la vista  en él, que se iba, dos varones con hábitos blancos se les pusieron delante (Hech 1;10)

Parece, pues, que la acción fue más bien lenta, pues los apóstoles estaban mirando al cielo mientras  "se iba". Los  dos personajes "con hábitos blancos" son dos ángeles con forma humana, igual que los que se aparecieron a las  mujeres junto al sepulcro  vacío de Jesús (Lc 24;4) (Jn 20;12)

Estos dos personajes anuncian a los apóstoles que Jesús reaparecerá de nuevo de la misma manera que lo ven ahora desaparecer.: "varones galileos, ¿Qué estáis mirando al  cielo? Ese Jesús  que ha sido llevado  de entre vosotros al  cielo vendrá así como le habéis visto ir al cielo” (Hech 1;11) (Sobre las nubes: (Mt 24;30)  (Mt 26;64) (Mc 13;26)  (Lc 21;27) (Ap 1;7)  (Ap 14;14) (1Tes  4;  16-18). También se traduce: "vendrá de la  misma manera..." (Manera: modo como se ejecuta una cosa)

Alusión, sin duda, al retorno glorioso de Jesús en la parusía, que desde este momento se convierte en la suprema expectativa de la primera generación cristiana y  cuya esperanza alentaba y sostenía en sus trabajos (Mc 13;26)  (Hech 30;20,21) (1Tes 4;16-18) (2Pe 3; 8-14) (Dn 7;13)

Por fin, una nube ocultó al Señor Jesús a los ojos de los apóstoles (Hech 1;9) y se sentó a la diestra de Dios (Mc)

El lenguaje de Marcos, recuerda la "ascensión" de Elías (2Re 2;11)(Ecli 48;9). La proclamación de su gloria se expresa con el (Sl 110;1) en que se reconoce a Cristo "sentado a la diestra de Dios".

Los apóstoles  se postraron  ante Jesús  mientras éste  se elevaba (Lc) Era  el acto de acatamiento ante la majestad de Jesucristo, que así subía a los cielos.

Después, los apóstoles  se volvieron a Jerusalén  con grande gozo, estando de  continuo  en  el  templo bendiciendo  a  Dios (Lc), perseverando unánimes en  la oración (Hech 1;14)  y predicando por todas  partes, "cooperando  con ellos  el Señor  y confirmando  su palabra con las señales consiguientes" (Mc 16;20)(Mt 28;20)

Este  final reconoce  la  obra  misionera de  los  apóstoles y  la confirmación de ella  que Cristo  hacía con  milagros. Es ya la predicación y extensión de  la fe, vista  desde la perspectiva histórica de unas decenas de años. Mt y Jn dan por  supuesto  el  hecho  de la  ascensión,  aunque explícitamente nada dicen (Mt 28;16-20) (Jn 21;25) 

s/TJ: 

"Un  poco  más  y el  mundo  ya  no  me  contemplará ,  mas  ustedes  me contemplarán, porque yo vivo y ustedes vivirán" (NM) (Jn 14;19) Puesto que Cristo había entregado su cuerpo carnal en sacrificio por los pecados  de  los  humanos  creyentes, y fue resucitado como criatura espíritu, invisible, por lo tanto pudo declarar positivamente: "El mundo no me verá más"

Análisis: 

"Dentro  de poco": indica el  corto  espacio que  media entre  el discurso y  la muerte.  El mundo  no lo volverá a  ver más.  Hasta ahora  lo  ve  el mundo, aunque  no  cree  en  él (Jn 6;40)  Los discípulos lo seguirán viendo, es decir, gustando de su presencia. La palabra  griega que  emplea Juan,  tiene variedad  de sentidos. Generalmente se refiere a la vista corporal, como aquí relacionado con el mundo, pero también equivale a conocer y   aun  a experimentar. (Jn4;19) (8:51) (12;19) (12;45) Este sentido general, de experiencia vital  y perfección  en el  conocimiento espiritual, es el que tiene aquí referido a los discípulos.

La razón por  la cual no se interrumpirá la  presencia paternal de Cristo  en los  suyos  está  en la  vida. Jesús sigue  viviendo. "Vivo", presente de perfección y continuación.  Aunque desaparezca de la vista del mundo, sigue  viviendo.  Esta vida de Cristo es ya totalmente sobrenatural, aun en su humanidad, transformada, puesta en  estado de  potencia y  de  gloria divina. "Y vosotros",  con  énfasis  y  contraste,  "viviréis". ¿Qué vida? No se trata solamente de la  vida natural, se trata principalmente  de la vida sobrenatural, por la  gracia, que une al creyente  con Cristo. La vida de los fieles se deberá  al  influjo vital de Cristo glorificado en ellos. Seguirá, pues, siendo verdadero padre de ellos como el tronco lo es del sarmiento. Es verdad  que no los deja huérfanos.
  
s/TJ: 

Algunos han suscitado objeciones al relato de la ascensión, diciendo que transmite el  concepto primitivo  de que  el cielo  está "arriba"  de la Tierra.  Sin  embargo, para satisfacer  a tales críticos, en  efecto, se requeriría la  eliminación virtual  de las palabras  "arriba", "encima", etc. del  idioma humano.  Aún  en esta  era espacial, todavía leemos en cuanto a  que los astronautas que  han estado en órbita  alrededor de la Tierra han  "ascendido a 739 millas  náuticas" por encima de  la Tierra, mientras  que sabemos  que técnicamente  "  se movieron  hacia afuera  o lejos" de la superficie de la Tierra por esa distancia.

Es interesante  que el relato  de la  delegación angelical que  coreó el anuncio del nacimiento  de  Jesús  informa que,  cuando  se terminó  su misión, "los ángeles hubieron partido  de  ellos al  cielo" (Lc  2;15) (Compare con (Hech 12;10)) Por eso la ascensión de Jesús al cielo, aunque comenzó con un  movimiento  hacia  arriba, relacionado  con  la localidad terrestre donde estaban sus discípulos, es posible que después haya emprendido alguna dirección requerida  para llevarlo a la presencia celestial  de  su Padre. Fue una ascensión  no  sólo en  un  sentido direccional, sino, de más importancia, en  cuanto a la esfera  de actividad y nivel  de existencia en la  región de los espíritus  y en la presencia  excelsa  del  Altísimo Dios, una región no gobernada por dimensiones o direcciones humanas. (Compare con (Heb 2;7,9) ("La Atalaya" de 1.2.68, pág 95 y 96)