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lunes, 16 de noviembre de 2020

ESTAMOS VIVIENDO LA ÉPOCA DE LA PRESENCIA DE CRISTO


s/TJ:

Durante mucho tiempo, los siervos de Jehová han estado pendientes del cumplimento de las profecías…

Los siervos de Dios del día moderno también estamos vigilantes, pues esperamos el cumplimiento de las profecías relacionadas con el Reino. Mediante ese Reino, Jehová acabará con el sufrimiento, eliminará a la gente mala y liberará a su pueblo del  terrible mundo de Satanás (1Jn 5;19). Así que debemos mantener los ojos bien abiertos y reconocer que el fin está más cerca que nunca…


La Biblia explica con claridad cómo debemos esperar el fin de este sistema. Jesús mandó: “Manténganse alerta” y “manténganse despiertos”…

Los cristianos del siglo primero tenían buenas razones para mantenerse alerta, pero nosotros tenemos muchas más. ¿Por qué? Porque estamos viviendo en la época de la presencia de Cristo. ¿Y cómo lo sabemos? Porque desde 1914 se ha estado cumpliendo la señal que él mismo dio: la situación mundial es cada día peor y las buenas nuevas del Reino se están predicando por todas partes. Está claro que vivimos en los últimos días, o la conclusión del sistema de cosas… un período limitado que acabará cuando el mundo de Satanás sea destruido…

Como vemos, los cristianos nos mantenemos pendientes de la llegada del fin porque así lo ha mandado Jesús y porque reconocemos la señal de su presencia. Si estamos tan seguros de que el fin vendrá pronto no es porque necesitemos algo en lo que creer, sino porque tenemos pruebas sólidas, basadas en la Biblia. Por eso nos mantenemos vigilantes…

Las cosas que vemos hoy día demuestran sin lugar a dudas que las profecías de la Biblia se están cumpliendo y que el fin está a punto de ocurrir. No piense que tiene que pasar mucho más tiempo para que Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, sea atacada por “los diez cuernos” y “la bestia salvaje” (Ap 17;16). Recuerde que será Dios quien plantará en sus corazones el deseo de llevar a cabo ese ataque, lo que puede ocurrir en cualquier momento y sin previo aviso (Ap 17;17). Así es, el fin no está lejos… (LA ATALAYA de estudio, 15 de agosto de 2015, pág 14-18) (Resumen)

Análisis:

Escriben los TJ en esta Atalaya para estudio que “estamos viviendo en la época de la presencia de Cristo. ¿Y cómo lo sabemos? Porque desde 1914 se ha estado cumpliendo la señal que él mismo dio: la situación mundial es cada día peor y las buenas nuevas del Reino se están predicando por todas partes. Está claro que vivimos en los últimos días, o la conclusión del sistema de cosas… un período limitado que acabará cuando el mundo de Satanás sea destruido…”

Fijémonos que todo el entramado en el que los TJ sustentan su doctrina sobre el Reino de los cielos consta de estos tres principales elementos:

a)Destrucción de Jerusalén en 607 aC.
b)Presencia invisible de Jesús en 1914. Inicia su reinado en el cielo.
c)Cumplimiento de la señal de su presencia que dio el propio Jesucristo.

Los tres elementos de este importantísimo tema, tal como los presentan los TJ, no son verdad. Y por lo tanto, los TJ tienen fundamentado sobre arena uno de sus principales temas doctrinales, expuesto, por lo tanto, a que sea desmoronado con facilidad por el viento de la verdad.
Veamos sucintamente cada uno de estos tres elementos.

a) Destrucción de Jerusalén en 607 aC:
La fecha 607 aC para la destrucción de Jerusalén, no aparece lógicamente en la Biblia ni hay manera de poder llegar a ella por solo su información. Por tanto, debe buscarse en el ámbito de la Arqueología, de la Historia y de otras ciencias la información precisa que la Biblia no nos proporciona.

Cualquier enciclopedia que podamos consultar de este siglo, del pasado e incluso de finales del XIX, nos dice que este hecho histórico ocurrió en el año 586/587 aC y que por lo tanto los cálculos proféticos que efectúan los TJ a partir de la fecha 607 son totalmente erróneos.

Los TJ, al menos sus dirigentes, conocen perfectamente este tema, pero se han propuesto mantener el año erróneo de 607 porque con esta fecha pueden llevar sus cábalas numéricas hasta 1914, que es el año que en el fondo les interesa preservar de todo cambio.

Y así, como en otros hechos de la Biblia, los TJ anteponen sus juegos numéricos a la realidad que la ciencia puede ofrecer para un mejor entendimiento de las Sagradas Escrituras. En vez de ello, los TJ imponen una doctrina previamente confeccionada según sus intereses, e intentan, por todos los medios, ajustar la interpretación de la Biblia a esta doctrina. La aceptación del año 607 para la destrucción de Jerusalén es un ejemplo flagrante de esta actuación.

(Ver tema: “Año 607 aC” en la etiqueta “1914. Cronología y temas alrededor de esta fecha”)

b) Presencia invisible de Jesús en 1914. Inicia su reinado en el cielo:
He dicho que los TJ se han propuesto mantener el año erróneo de 607 aC, porque con esta fecha pueden llevar sus cábalas numéricas sobre el capítulo cuatro de Daniel, hasta 1914. Así es. El 607 aC se encuentra a 2.520 años de distancia  del 1914 que es el año que definitivamente interesa fijar según la interpretación que de Daniel hacen los TJ. Y esto está claro, porque antes del 607 los Testigos de Jehová  habían defendido el 606 que –erróneamente- también les llevaba al 1914. Cuando se dieron cuenta de sus equivocados cálculos, modificaron el 606 por el 607 y todo quedó arreglado. Lo que demuestra que tanto el 606 como el 607 son inventos de los TJ que dependen del 1914 y no a la inversa como los Testigos de Jehová quieren hacernos creer.

Los Testigos de Jehová consideran el año 607 como el año desde el que debe empezarse a contar no sólo los 2.520 años de la profecía de Daniel, como ya hemos dicho, sino también los 70 años de la profecía de Jeremías.

¿Pero qué tenía que ocurrir en octubre de 1914 que tanto interesa preservar a los TJ?  Dicho rápido y llanamente, el Armagedón (o sea, según los TJ, la guerra en la que Jesús con los ejércitos celestiales saldrá en defensa de su pueblo que será atacado por muchos gobiernos malvados de este mundo) lo que dará paso al inicio del Juicio por parte de Jesucristo que ha de durar mil años.

Pero obviamente, en 1914  no ocurrieron estos acontecimientos. Los TJ, sin embargo, no quisieron perder la oportunidad que les brindaba el principio de la Gran Guerra que posteriormente se denominaría Primera Guerra Mundial  como acontecimiento realmente “apocalíptico”, y si Jesucristo no venía de una manera pues vendría de otra. Y ya que no le veían en persona por ninguna parte, su VENIDA o PRESENCIA habría sido invisible. Y así se proclamó a los cuatro vientos: Jesucristo, en 1914, había empezado a reinar en el cielo. ¡Cuidado! Pero no a juzgar porque fue nombrado rey pero no se sentó en su trono para poder juzgar, por lo que permanece de pie, todavía, hasta que dentro de la Gran Tribulación que aún no se ha iniciado se produzca la “VUELTA de Jesús” -que según parece seguirá siendo invisible- e inicie su función  de juez. Esta “VUELTA de Jesús”, propia de los TJ, coincide doctrinalmente, de un modo aproximado, con el juicio final en el que cree la mayoría del resto de la fe cristiana.

Y ahí estamos, esperando una serie de acontecimientos que los TJ  no se cansan de profetizar: Destrucción de Babilonia la Grande, el Armagedón en que toda autoridad será derribada para que brille únicamente la de Jehová, el Juicio Actual, la Grande Muchedumbre, la segunda resurrección, el Juicio, etc…

c) Cumplimiento de la señal de su presencia que dio el propio Jesucristo.

Ya que la PRESENCIA de Jesús es invisible, lo que está ocurriendo en el mundo desde 1914 es la "señal" visible de lo que ha ocurrido en el cielo. ¡Por eso era necesaria una señal!  Y Cristo la había dado a sus discípulos.

Podríamos decir, que, según los TJ, primero viene Jesucristo, invisible, en 1914, y después ocurren una serie de acontecimientos profetizados por Jesús, que demuestran que éste realmente ha venido. 

Pues, lo siento, pero la Biblia dice precisamente todo lo contrario. En (Mt 24; 4 y ss) Jesucristo profetiza toda una serie de acontecimientos y "luego- dice en (Mt 24;29)- en seguida, después de la tribulación de aquellos días... aparecerá el estandarte del Hijo del hombre en el cielo, y... verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y majestad grande. Y enviará sus ángeles con poderosa trompeta y reunirán de los cuatro vientos a los elegidos, desde un extremo del cielo hasta el otro". Lo mismo en (Mc 13;24 y ss) (Lc 21;25 y ss).

0 sea, que antes de cualquier Presencia, Venida o Vuelta de Jesús, deben darse una serie de acontecimientos que han de analizarse detenidamente dado el lenguaje apocalíptico con el que están narrados y después -no antes- se realizará la segunda venida de Jesucristo con poder y majestad grande, dando paso al juicio universal para el que Cristo no necesita que 144.000 jueces le ayuden a efectuarlo. De hecho en (Mt 25;31) donde se explica el juicio final sólo Cristo procede al mismo. 

Tenemos, pues, que claramente Jesucristo explica que su parusía irá precedida de una serie de preparativos, de señales que darán paso a su llegada gloriosa. Lamentablemente, los TJ nos quieren hacer creer que la primera parte de la parusía de Cristo es un "regreso" invisible de éste para volver a "regresar", otra vez invisible, al final de la misma a ejecutar sentencia. En el mismo contexto, Jesús advirtió contra tal engaño: "Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos... Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuese posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes. Así que, si os dijeren; Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis" (Mt 24;11) (Mt 24;23-26) 


En efecto, los líderes de la Atalaya afirman que Cristo está "en los aposentos interiores" de su organización. Uno debe ir a sus “salones" para recibir instrucciones de él. Al afirmar que Cristo está presente,  aunque invisible, y gobernando la tierra por medio de ellos, los líderes de los TJ dicen a sus seguidores: "En el primer siglo, Jerusalén fue el lugar desde donde se daba la dirección a la organización cristiana (Hech 15;1-2); pero hoy día tal dirección viene de Brooklyn, Nueva York" (“La Atalaya” de 1.12.82).