s/TJ:
Durante mucho tiempo, los siervos de Jehová han estado pendientes del cumplimento
de las profecías…
Los siervos de Dios del día moderno también
estamos vigilantes, pues esperamos el cumplimiento de las profecías
relacionadas con el Reino. Mediante ese Reino, Jehová acabará con el
sufrimiento, eliminará a la gente mala y liberará a su pueblo del terrible mundo de Satanás (1Jn
5;19). Así que debemos mantener
los ojos bien abiertos y reconocer que el fin está más cerca que nunca…
La Biblia explica con claridad cómo debemos esperar
el fin de este sistema. Jesús mandó: “Manténganse alerta” y “manténganse
despiertos”…
Los
cristianos del siglo primero tenían buenas razones para mantenerse alerta, pero
nosotros tenemos muchas más. ¿Por qué? Porque estamos viviendo en la época de
la presencia de Cristo. ¿Y cómo lo sabemos? Porque desde 1914 se ha estado
cumpliendo la señal que él mismo dio: la situación mundial es cada día peor y
las buenas nuevas del Reino se están predicando por todas partes. Está claro
que vivimos en los últimos días, o la conclusión del sistema de cosas… un
período limitado que acabará cuando el mundo de Satanás sea destruido…
Como
vemos, los cristianos nos mantenemos pendientes de la llegada del fin porque
así lo ha mandado Jesús y porque reconocemos la señal de su presencia.
Si estamos tan seguros de que el fin vendrá pronto no es porque
necesitemos algo en lo que creer, sino porque tenemos pruebas sólidas, basadas
en la Biblia. Por eso nos mantenemos vigilantes…
Las cosas que vemos hoy día demuestran sin lugar a
dudas que las profecías de la Biblia se están cumpliendo y que el fin está a
punto de ocurrir. No piense que tiene que pasar mucho más tiempo para que
Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa, sea atacada por “los
diez cuernos” y “la bestia salvaje” (Ap 17;16). Recuerde que será Dios
quien plantará en sus corazones el deseo de llevar a cabo ese ataque, lo que
puede ocurrir en cualquier momento y sin previo aviso (Ap 17;17). Así es, el fin no está
lejos… (LA ATALAYA de estudio, 15 de agosto
de 2015, pág 14-18) (Resumen)
Análisis:
Escriben los TJ en esta
Atalaya para estudio que “estamos
viviendo en la época de la presencia de Cristo. ¿Y cómo lo sabemos? Porque
desde 1914 se ha estado cumpliendo la señal que él mismo dio: la situación
mundial es cada día peor y las buenas nuevas del Reino se están predicando por
todas partes. Está claro que vivimos en los últimos días, o la conclusión del
sistema de cosas… un período limitado que acabará cuando el mundo de Satanás
sea destruido…”
Fijémonos que todo el entramado
en el que los TJ sustentan su doctrina sobre el Reino de los cielos consta de
estos tres principales elementos:
a)Destrucción de
Jerusalén en 607 aC.
b)Presencia invisible de
Jesús en 1914. Inicia su reinado en el cielo.
c)Cumplimiento de la señal
de su presencia que dio el propio Jesucristo.
Los tres elementos de
este importantísimo tema, tal como los presentan los TJ, no son verdad. Y por
lo tanto, los TJ tienen fundamentado sobre arena uno de sus principales temas
doctrinales, expuesto, por lo tanto, a que sea desmoronado con facilidad por el
viento de la verdad.
Veamos sucintamente cada
uno de estos tres elementos.
a) Destrucción de Jerusalén en 607 aC:
La fecha 607 aC para la destrucción de
Jerusalén, no aparece lógicamente en la Biblia ni hay manera de poder llegar a
ella por solo su información. Por tanto, debe buscarse en el ámbito de la
Arqueología, de la Historia y de otras ciencias la información precisa que la
Biblia no nos proporciona.
Cualquier enciclopedia que podamos
consultar de este siglo, del pasado e incluso de finales del XIX, nos dice que
este hecho histórico ocurrió en el año 586/587 aC y que por lo tanto los
cálculos proféticos que efectúan los TJ a partir de la fecha 607 son totalmente
erróneos.
Los TJ, al menos sus dirigentes,
conocen perfectamente este tema, pero se han propuesto mantener el año erróneo
de 607 porque con esta fecha pueden llevar sus cábalas numéricas hasta 1914,
que es el año que en el fondo les interesa preservar de todo cambio.
Y así, como en otros hechos de la
Biblia, los TJ anteponen sus juegos numéricos a la realidad que la ciencia
puede ofrecer para un mejor entendimiento de las Sagradas Escrituras. En vez de
ello, los TJ imponen una doctrina previamente confeccionada según sus
intereses, e intentan, por todos los medios, ajustar la interpretación de la
Biblia a esta doctrina. La aceptación del año 607 para la destrucción de
Jerusalén es un ejemplo flagrante de esta actuación.
(Ver
tema: “Año 607 aC” en la etiqueta “1914. Cronología y temas alrededor de esta
fecha”)
b) Presencia invisible de
Jesús en 1914. Inicia su reinado en el cielo:
He dicho que los TJ se han propuesto
mantener el año erróneo de 607 aC, porque con esta fecha pueden llevar sus
cábalas numéricas sobre el capítulo cuatro de Daniel, hasta 1914. Así es. El 607 aC se
encuentra a 2.520 años de distancia del 1914 que es el año que definitivamente
interesa fijar según la interpretación que de Daniel hacen los TJ. Y esto está
claro, porque antes del 607 los Testigos de Jehová habían defendido el
606 que –erróneamente- también les llevaba al 1914. Cuando se dieron cuenta de
sus equivocados cálculos, modificaron el 606 por el 607 y todo quedó arreglado.
Lo que demuestra que tanto el 606 como el 607 son inventos de los TJ que dependen
del 1914 y no a la inversa como los Testigos de Jehová quieren hacernos creer.
Los
Testigos de Jehová consideran el año 607 como el año desde el que debe
empezarse a contar no sólo los 2.520 años de la profecía de Daniel, como ya
hemos dicho, sino también los 70 años de la profecía de Jeremías.
¿Pero qué
tenía que ocurrir en octubre de 1914 que tanto interesa preservar a los TJ?
Dicho rápido y llanamente, el Armagedón (o sea, según los TJ, la guerra
en la que Jesús con los ejércitos celestiales saldrá en defensa de su pueblo
que será atacado por muchos gobiernos malvados de este mundo) lo que dará paso
al inicio del Juicio por parte de Jesucristo que ha de durar mil años.
Pero
obviamente, en 1914 no ocurrieron estos
acontecimientos. Los TJ, sin embargo, no quisieron perder la oportunidad que
les brindaba el principio de la Gran Guerra que posteriormente se denominaría
Primera Guerra Mundial como acontecimiento realmente “apocalíptico”, y si
Jesucristo no venía de una manera pues vendría de otra. Y ya que no le veían en
persona por ninguna parte, su VENIDA o PRESENCIA habría sido invisible. Y así
se proclamó a los cuatro vientos: Jesucristo, en 1914, había empezado a reinar
en el cielo. ¡Cuidado! Pero no a juzgar porque fue nombrado rey pero no se
sentó en su trono para poder juzgar, por lo que permanece de pie, todavía,
hasta que dentro de la Gran Tribulación que aún no se ha iniciado se produzca
la “VUELTA de Jesús” -que según parece seguirá siendo invisible- e inicie su
función de juez. Esta “VUELTA de Jesús”, propia de los TJ, coincide
doctrinalmente, de un modo aproximado, con el juicio final en el que cree la
mayoría del resto de la fe cristiana.
Y ahí
estamos, esperando una serie de acontecimientos que los TJ no se cansan
de profetizar: Destrucción de Babilonia la Grande, el Armagedón en que toda
autoridad será derribada para que brille únicamente la de Jehová, el Juicio
Actual, la Grande Muchedumbre, la segunda resurrección, el Juicio, etc…
c) Cumplimiento de la
señal de su presencia que dio el propio Jesucristo.
Ya
que la PRESENCIA de Jesús es invisible, lo que está ocurriendo en el mundo
desde 1914 es la "señal"
visible de lo que ha ocurrido en el cielo. ¡Por eso era necesaria una
señal! Y Cristo la había dado a sus discípulos.
Podríamos
decir, que, según los TJ, primero viene Jesucristo, invisible, en 1914, y
después ocurren una serie de acontecimientos profetizados por Jesús, que
demuestran que éste realmente ha venido.
Pues, lo
siento, pero la Biblia dice precisamente todo lo contrario. En (Mt 24; 4 y ss) Jesucristo
profetiza toda una serie de acontecimientos y "luego- dice en (Mt 24;29)- en
seguida, después de la tribulación de aquellos días... aparecerá el estandarte
del Hijo del hombre en el cielo, y... verán al Hijo del hombre venir sobre las
nubes del cielo con poder y majestad grande. Y enviará sus ángeles con poderosa
trompeta y reunirán de los cuatro vientos a los elegidos, desde un extremo del
cielo hasta el otro". Lo mismo en (Mc 13;24 y ss) (Lc 21;25 y
ss).
0 sea,
que antes de cualquier Presencia, Venida o Vuelta de Jesús, deben darse una
serie de acontecimientos que han de analizarse detenidamente dado el lenguaje
apocalíptico con el que están narrados y después -no antes- se realizará la
segunda venida de Jesucristo con poder y majestad grande, dando paso al juicio
universal para el que Cristo no necesita que 144.000 jueces le ayuden a
efectuarlo. De hecho en (Mt 25;31) donde se explica el juicio final sólo Cristo
procede al mismo.
Tenemos,
pues, que claramente Jesucristo explica que su parusía irá precedida de una
serie de preparativos, de señales que darán paso a su llegada gloriosa.
Lamentablemente, los TJ nos quieren hacer creer que la primera parte de la
parusía de Cristo es un "regreso" invisible de éste para volver a
"regresar", otra vez invisible, al final de la misma a ejecutar
sentencia. En el mismo contexto, Jesús advirtió contra tal engaño: "Y muchos falsos profetas se levantarán, y
engañarán a muchos... Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el
Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos profetas,
y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuese
posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes. Así que, si os dijeren;
Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo
creáis" (Mt 24;11) (Mt 24;23-26)
En
efecto, los líderes de la Atalaya afirman que Cristo está "en los aposentos interiores" de su
organización. Uno debe ir a sus “salones"
para recibir instrucciones de él. Al afirmar que Cristo está presente,
aunque invisible, y gobernando la tierra por medio de ellos, los líderes de los
TJ dicen a sus seguidores: "En el
primer siglo, Jerusalén fue el lugar desde donde se daba la dirección a la
organización cristiana (Hech 15;1-2); pero hoy día tal dirección viene de
Brooklyn, Nueva York" (“La Atalaya” de 1.12.82).