miércoles, 27 de julio de 2016

EDUQUEMOS NUESTRA CONCIENCIA

EDUQUEMOS NUESTRA CONCIENCIA

s/TJ:

Los TJ inician su artículo “Eduquemos nuestra conciencia”, de “La Atalaya (Edición de Estudio) de 15.9.2015, pág 8 y ss, escribiendo: ”Jehová creó a los seres humanos con la libertad de decidir por sí mismos. Además, les dio una herramienta que, bien usada, les ayudaría a tomar buenas decisiones: la conciencia. ¿Qué es la conciencia? Es una voz interna que nos ayuda a distinguir lo bueno de lo malo...  Todos los seres humanos tenemos una conciencia (Rom 2;14,15)… A diferencia de la gente en general, los siervos de Jehová se esfuerzan para que su conciencia esté bien educada. Por eso tratan de conocer la opinión de Dios sobre lo que está bien y lo que está mal, lo cual les ayuda a tomar buenas decisiones”. (“La Atalaya, edición de estudio, de 15.9.2015, pág 8 y ss)


Ya en “Atalayas” anteriores, los TJ han tocado este tema. Por ejemplo: “…Todos tenemos un sentido interno  de lo  que es  incorrecto, de lo que es pecado. En efecto, la tendencia a pecar afecta  a  todas las  personas,  sea  que  estén  al tanto  de  la  enseñanza bíblica sobre el pecado o no.  Un experto en este asunto llegó a la siguiente conclusión: "Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios" (Rm 3;23) ("La Atalaya" de 15.6.1992, pág 6 y ss)

“Hay miles  de millones de personas  que no conocen a  Jehová.  Muchas de ellas no saben que  practican cosas que la Palabra de  Dios dice que son malas.  Si persisten en este derrotero, estarán entre las que perecerán en la gran tribulación.  Ahora bien, Jehová no se deleita en la muerte de los inicuos, y tampoco deberíamos hacerlo nosotros. (Ez 33;11) Mientras haya tiempo, nos esforzaremos por ayudar a esas personas a aprender y seguir los caminos de Jehová”. ("La Atalaya" de 1.10.1993, pág 19)

Análisis:

O sea, que, como hemos leído, los TJ ya nos enseñaban hace años que si  alguien hace cosas malas sea que esté al tanto de la enseñanza bíblica sobre el pecado o  no, se le deberá computar como pecado "porque... todos tenemos un sentido interno de lo que es pecado" y, por lo tanto, este pecador, "no  alcanza la gloria de Dios" (La Atalaya de 15.6.1992). En cambio, cuando los TJ analizan en sus libros la actitud, por ejemplo, del conocido como "buen ladrón" (Lc 23; 39-43), nos dicen, en sentido contrario (Véase “Vd puede vivir para siempre…”, pág 170-171), que sí puede alcanzar la gloria de Dios aún sin estar al  tanto de la enseñanza bíblica. En este caso "se le debe dar otra oportunidad". Posteriormente, en ("La Atalaya  de 1.10.1993),  nos  dicen que "las personas que no conocen a Jehová... si  persisten en este derrotero" están "entre las que perecerán en la  gran tribulación". Por eso los TJ "se esfuerzan por ayudar a esas personas a seguir los caminos de Jehová". ¡El  lío es tremendo!

¿Pero, no nos  han dicho, que "lo sepamos o  no, las personas tenemos –todas- un sentido interno de lo que  es pecado"? ¿Tenía este sentido el "buen ladrón"? Hemos de responder que sí, no hay otra respuesta. Luego... sí pecó, ¡sabía que estaba pecando!  Conclusión: no necesita otra oportunidad para saber lo que  tiene o no que hacer. ¡Ya la ha tenido! Su conciencia se lo ha ido dictando indefectiblemente.  Y, por eso, su confesión a Jesucristo le depara el perdón de sus pecados y el premio inmediato: "Hoy estarás conmigo en el paraíso".

Yo creo que  (Rm 2;12-16) que citan los propios  TJ está clarísimo en  su exposición. No hay una nueva prueba para la humanidad. Dice Pablo: "Cuantos hubiesen pecado sin Ley, sin Ley también perecerán; y los que pecaron en la Ley, por la Ley serán juzgados; porque no son justos ante Dios los que oyen la Ley, sino los cumplidores de la Ley, ésos serán declarados justos. En verdad, cuando los gentiles, guiados por la razón natural, sin Ley, cumplen los preceptos de la Ley, ellos mismos, sin  tenerla, son para sí mismos Ley. Y con esto muestran que los preceptos de la Ley están escritos en sus corazones, siendo testigo su conciencia y  las sentencias conque entre sí unos y otros se acusan o se excusan. Así se verá el día en que Dios, por Jesucristo, según mi evangelio, juzgará las acciones secretas de los hombres". Ver también (1Jn 3;18-24) (Jn 5;22-30) (Hech 17;31) (1Cor 4;5) 

Pablo  recalca el  principio, señalado  ya antes  en el  v6 del mismo  capítulo, de  que lo  que  realmente pesará  en la  balanza divina  en el  día  del  juicio, lo mismo para judíos que  para gentiles, serán las obras de cada  uno, con la única diferencia de que los  judíos serán juzgados  de conformidad  con la Ley  dada a ellos, es decir, la ley mosaica, mientras que los gentiles, que no han recibido  ninguna ley positiva, serán  juzgados de conformidad con  la ley  natural impresa  en sus  corazones. Y podemos añadir que los cristianos seremos juzgados de acuerdo con el gran mandamiento del amor que Cristo nos indicó.  Las leyes: cristiana, mosaica y la natural, son expresiones de la voluntad de Dios, y el pecado está en no obrar de conformidad con esta voluntad.

Ahora, los TJ nos dicen: “… A diferencia de la gente en general, los siervos de Jehová se esfuerzan para que su conciencia esté bien educada. Por eso, tratan de conocer la opinión de Dios sobre lo que está bien y lo que está mal, lo cual les ayuda a tomar buenas decisiones”. (“La Atalaya”, edición de estudio, de 15.9.2015, pág 8 y ss)  Pero ya sabemos que para los TJ quien no siga la doctrina que ellos enseñan, no trata de conocer la opinión de Dios sobre lo que está bien y lo que está mal.  O sea, que para los TJ la conciencia solo funciona correctamente si lo hace en una persona que es TJ, que acepta la doctrina de la Watch Tower, en otro caso, la conciencia se comporta como una brújula desnortada que no sabe qué dirección señalar.

Y los TJ, razonan:

s/TJ:

Pero alguien, quizás  pregunte: "Si uno es sincero en  sus creencias ¿no tendrá la aprobación  de Dios aunque su religión  esté equivocada?" Pues bien,  Jesús dijo  que él no aprobaría  a los  "obreros del  desafuero" aunque ellos  creyeran que estuvieran  haciendo lo correcto". Por eso, Dios tampoco aprobaría solamente sinceridad.  (Mt 7;22-23) ("Usted puede vivir ...", pág 31)

Análisis:

Los TJ no interpretan correctamente,  con relación a este tema, el pasaje (Mt 7; 22-23).  Veamos: 

Lo que  Jesús nos está enseñando  en este pasaje es  que aquel que escucha sus palabras  y las pone por obra, entrará  en el reino de los  cielos.   No,  en  cambio, aquel  que  asimismo  escucha  sus palabras y no las pone por obra.   Por lo tanto, la lección es que por  mucho  que digamos  ¡Señor,  Señor!,  o que  incluso  hagamos maravillosos milagros,  si no  ponemos por  obra sus  palabras nos estamos mereciendo  las  terribles  palabras:  "apartaos  de  mí,  obradores  de  iniquidad". Aquí  no se  habla  para nada  de  la sinceridad. Se  nos está  diciendo que no  basta con  estudiar la Palabra de Dios: hay que ponerla en práctica.

Los TJ, insisten:

s/TJ:

Antes de  convertirse al  cristianismo, el  apóstol Pablo  contribuyó al asesinato de Esteban.   Más tarde buscó maneras de  matar más cristianos (Hech 8;1) (Hech 9;1-2).  Pablo explicó: "Hasta el punto de exceso seguí persiguiendo a la congregación de Dios y devastándola, y estaba haciendo mayor progreso en el  judaísmo que muchos de mi propia  edad en mi raza, puesto que era  mucho más celoso por las tradiciones  de mis padres" (Gl 1;13-14) Sí, Pablo  era sincero, pero eso no hizo  que su religión fuera correcta. ("Usted puede vivir...", pág. 32) 


Análisis:

En el caso de Pablo, su religión  no era correcta. Pero aquí hablamos de  las personas y...  Pablo nos dice en (1Tim 1;13): "fui perseguidor violento, mas fui recibido a misericordia, porque lo hacía por ignorancia en mi incredulidad; y sobreabundó la gracia de nuestro Señor...".  Se confirma, pues,  que sin  Ley, nuestra conciencia  es la  Ley.  No hacen falta nuevas oportunidades.  

También es interesante en este sentido (Rom 14;14): "Yo sé y confío en el Señor Jesús que nada hay de suyo impuro; mas para el que juzga que algo es impuro, para ése lo es". Y también (Rom 14;5).

Por otra parte, podemos  leer  (Lc 12;47-48) donde Jesucristo explicándonos en una parábola  la actuación  de un  siervo,  dice: "Ese  siervo  que, conociendo  la voluntad  de su  amo,  no  se preparó  ni  hizo  conforme a  ella, recibirá  muchos  azotes.   El  siervo que  no  conociéndola  hace cosas  dignas de  azotes,  recibirá pocos."  

Tanto el siervo que conoce la voluntad de su amo como el que no la conoce, si hacen cosas dignas de azotes, los recibirán.  Aquí, sin  embargo, hay un matiz importante ya  que se considera más grave el  hacer cosas  dignas de  azote conociendo la  voluntad del  amo que hacerlas sin conocerla. Es la misma  idea que se refleja  en (Rom 2;9) en  donde se dice: "Tribulación  y angustia para todo  el que hace el mal,  primero sobre el judío, luego sobre  el gentil; pero gloria, honor y paz para todo el que hace el bien, primero para el judío, luego para el gentil".

Curiosamente  si  se  busca  "conciencia"   en  el  índice  de  la traducción del "Nuevo Mundo" de  los TJ, hay varias entradas, pero la principal,  la de (Rom 2;12-16)  que hemos visto más  arriba, no figura (?)  Sin embargo, en la última edición de la TNM 2019, si aparece (Rom 2;15).