EDUQUEMOS NUESTRA CONCIENCIA
s/TJ:
Los TJ inician su artículo “Eduquemos nuestra conciencia”, de “La Atalaya (Edición de Estudio) de 15.9.2015, pág 8 y ss, escribiendo: ”Jehová creó a los seres humanos con la libertad de decidir por sí mismos. Además, les dio una herramienta que, bien usada, les ayudaría a tomar buenas decisiones: la conciencia. ¿Qué es la conciencia? Es una voz interna que nos ayuda a distinguir lo bueno de lo malo... Todos los seres humanos tenemos una conciencia (Rom 2;14,15)… A diferencia de la gente en general, los siervos de Jehová se esfuerzan para que su conciencia esté bien educada. Por eso tratan de conocer la opinión de Dios sobre lo que está bien y lo que está mal, lo cual les ayuda a tomar buenas decisiones”. (“La Atalaya, edición de estudio, de 15.9.2015, pág 8 y ss)
Ya en “Atalayas” anteriores, los TJ han tocado este tema. Por ejemplo: “…Todos tenemos un sentido interno de
lo que es incorrecto, de lo que es pecado. En efecto, la tendencia
a pecar afecta a todas las personas, sea
que estén al tanto de la enseñanza bíblica sobre
el pecado o no. Un experto en este asunto llegó a la siguiente
conclusión: "Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios"
(Rm 3;23) ("La Atalaya" de
15.6.1992, pág 6 y ss)
“Hay
miles de millones de personas que no conocen a Jehová.
Muchas de ellas no saben que practican cosas que la Palabra de Dios
dice que son malas. Si persisten en este derrotero, estarán entre las que
perecerán en la gran tribulación. Ahora bien, Jehová no se deleita en la
muerte de los inicuos, y tampoco deberíamos hacerlo nosotros. (Ez 33;11)
Mientras haya tiempo, nos esforzaremos por ayudar a esas personas a aprender y
seguir los caminos de Jehová”. ("La Atalaya" de
1.10.1993, pág 19)
Análisis:
O sea, que, como hemos leído, los TJ ya
nos enseñaban hace años que si alguien hace cosas malas sea que esté al
tanto de la enseñanza bíblica sobre el pecado o no, se le deberá computar
como pecado "porque... todos tenemos
un sentido interno de lo que es pecado" y, por lo tanto, este pecador,
"no alcanza la gloria de Dios"
(La Atalaya de 15.6.1992). En cambio,
cuando los TJ analizan en sus libros la actitud, por ejemplo, del conocido como
"buen ladrón" (Lc 23;
39-43), nos dicen, en sentido contrario (Véase
“Vd puede vivir para siempre…”, pág 170-171), que sí puede alcanzar la
gloria de Dios aún sin estar al tanto de la enseñanza bíblica. En este
caso "se le debe dar otra
oportunidad". Posteriormente, en ("La
Atalaya de 1.10.1993), nos dicen que "las personas que no conocen a Jehová... si persisten en
este derrotero" están "entre
las que perecerán en la gran tribulación". Por eso los TJ "se esfuerzan por ayudar a esas personas a
seguir los caminos de Jehová". ¡El lío es tremendo!
¿Pero, no nos han dicho, que "lo sepamos o no, las personas tenemos –todas-
un sentido interno de lo que es pecado"? ¿Tenía este sentido el
"buen ladrón"? Hemos de
responder que sí, no hay otra respuesta. Luego... sí pecó, ¡sabía que estaba
pecando! Conclusión: no necesita otra
oportunidad para saber lo que tiene o no que hacer. ¡Ya la ha
tenido! Su conciencia se lo ha ido dictando indefectiblemente. Y, por
eso, su confesión a Jesucristo le depara el perdón de sus pecados y el premio
inmediato: "Hoy estarás conmigo en
el paraíso".
Yo creo que (Rm 2;12-16) que citan
los propios TJ está clarísimo en su exposición. No hay una nueva prueba
para la humanidad. Dice Pablo: "Cuantos
hubiesen pecado sin Ley, sin Ley también perecerán; y los que pecaron en la Ley,
por la Ley serán juzgados; porque no son justos ante Dios los que oyen la Ley,
sino los cumplidores de la Ley, ésos serán declarados justos. En verdad, cuando
los gentiles, guiados por la razón natural, sin Ley, cumplen los preceptos de
la Ley, ellos mismos, sin tenerla, son para sí mismos Ley. Y con esto
muestran que los preceptos de la Ley están escritos en sus corazones, siendo
testigo su conciencia y las sentencias conque entre sí unos y otros se
acusan o se excusan. Así se verá el día en que Dios, por Jesucristo, según mi
evangelio, juzgará las acciones secretas de los hombres". Ver también
(1Jn 3;18-24) (Jn 5;22-30) (Hech 17;31) (1Cor 4;5)
Pablo recalca el principio,
señalado ya antes en el v6 del mismo capítulo, de
que lo que realmente pesará en la balanza divina
en el día del juicio, lo mismo para judíos que para
gentiles, serán las obras de cada uno, con la única diferencia de que
los judíos serán juzgados de conformidad con la Ley
dada a ellos, es decir, la ley mosaica, mientras que los gentiles, que no han
recibido ninguna ley positiva, serán juzgados de conformidad
con la ley natural impresa en sus corazones. Y podemos
añadir que los cristianos seremos juzgados de acuerdo con el gran mandamiento
del amor que Cristo nos indicó. Las leyes: cristiana, mosaica y la
natural, son expresiones de la voluntad de Dios, y el pecado está en no obrar
de conformidad con esta voluntad.
Ahora, los TJ nos dicen: “… A diferencia de la gente en general, los
siervos de Jehová se esfuerzan para que su conciencia esté bien educada. Por
eso, tratan de conocer la opinión de Dios sobre lo que está bien y lo que está
mal, lo cual les ayuda a tomar buenas decisiones”. (“La Atalaya”, edición de
estudio, de 15.9.2015, pág 8 y ss)
Pero ya sabemos que para los TJ quien no siga la doctrina que ellos
enseñan, no trata de conocer la opinión de Dios sobre lo que está bien y lo que
está mal. O sea, que para los TJ la
conciencia solo funciona correctamente si lo hace en una persona que es TJ, que
acepta la doctrina de la Watch Tower, en otro caso, la conciencia se comporta
como una brújula desnortada que no sabe qué dirección señalar.
Y
los TJ, razonan:
s/TJ:
Pero alguien, quizás pregunte: "Si uno es sincero en sus
creencias ¿no tendrá la aprobación de Dios aunque su religión esté
equivocada?" Pues bien, Jesús dijo que él no
aprobaría a los "obreros del desafuero" aunque
ellos creyeran que estuvieran haciendo lo correcto". Por
eso, Dios tampoco aprobaría solamente sinceridad. (Mt 7;22-23) ("Usted
puede vivir ...", pág 31)
Análisis:
Los TJ no interpretan correctamente,
con relación a este tema, el pasaje (Mt 7; 22-23). Veamos:
Lo que Jesús nos está
enseñando en este pasaje es que aquel que escucha sus
palabras y las pone por obra, entrará en el reino de los
cielos. No, en cambio, aquel que
asimismo escucha sus palabras y no las pone por obra.
Por lo tanto, la lección es que por mucho que digamos ¡Señor, Señor!, o que
incluso hagamos maravillosos milagros, si no ponemos
por obra sus palabras nos estamos mereciendo las
terribles palabras: "apartaos
de mí, obradores de iniquidad". Aquí no
se habla para nada de la sinceridad. Se nos
está diciendo que no basta con estudiar la Palabra de Dios:
hay que ponerla en práctica.
Los TJ, insisten:
s/TJ:
Antes de convertirse
al cristianismo, el apóstol Pablo contribuyó
al asesinato de Esteban. Más tarde buscó maneras
de matar más cristianos (Hech 8;1) (Hech 9;1-2). Pablo
explicó: "Hasta el punto de exceso
seguí persiguiendo a la congregación de Dios y devastándola, y estaba haciendo
mayor progreso en el judaísmo que muchos de mi
propia edad en mi raza, puesto que era mucho más celoso
por las tradiciones de mis padres" (Gl 1;13-14) Sí,
Pablo era sincero, pero eso no hizo que su religión fuera
correcta. ("Usted puede vivir...", pág. 32)
Análisis:
En el caso de Pablo, su religión no
era correcta. Pero aquí hablamos de las personas y... Pablo nos
dice en (1Tim 1;13): "fui
perseguidor violento, mas fui recibido a misericordia, porque lo hacía por
ignorancia en mi incredulidad; y sobreabundó la gracia de nuestro
Señor...". Se confirma, pues, que sin Ley, nuestra
conciencia es la Ley. No hacen falta nuevas oportunidades.
También es interesante en este sentido (Rom
14;14): "Yo sé y confío en el Señor
Jesús que nada hay de suyo impuro; mas para el que juzga que algo es impuro,
para ése lo es". Y también (Rom 14;5).
Por otra parte, podemos leer
(Lc 12;47-48) donde Jesucristo explicándonos en una parábola la
actuación de un siervo, dice: "Ese siervo que, conociendo la voluntad de
su amo, no se preparó ni hizo conforme
a ella, recibirá muchos azotes. El siervo
que no conociéndola hace cosas dignas de
azotes, recibirá pocos."
Tanto el siervo que conoce la voluntad de
su amo como el que no la conoce, si hacen cosas dignas de azotes, los
recibirán. Aquí, sin embargo, hay un matiz importante ya que
se considera más grave el hacer cosas dignas de azote
conociendo la voluntad del amo que hacerlas sin conocerla. Es la
misma idea que se refleja en (Rom 2;9) en donde se dice: "Tribulación y angustia para
todo el que hace el mal, primero sobre el judío, luego sobre
el gentil; pero gloria, honor y paz para todo el que hace el bien, primero para
el judío, luego para el gentil".