martes, 16 de febrero de 2021

¿MURIÓ JESÚS EN UNA CRUZ? b) Más razones de la Biblia y de la Historia


¿MURIÓ JESÚS EN UNA CRUZ?

b) Más razones de la Biblia y de la Historia

s/TJ: 

Stauros significa   palo de   tormento.   Ningún   clásico griego interpreta la palabra stauros con el significado de cruz. El clero de la cristiandad... adora al dios del sol, cuyo símbolo pagano era la cruz que representa a Satanás el Diablo. ("¿Qué ha hecho la religión para la humanidad?", pág 354)

"Cruz" se traduce en varias Biblias, de la palabra griega "stauros" que "denota, en primer lugar, un palo o estaca vertical.  En estos clavaban a malhechores para ejecutarlos". (Expository Dictionary of New Testament, Tomo I, pág 256) ("Asegúrense de todas las cosas", pág 145)

Análisis: 
En griego, la palabra que se traduce "cruz" es "stauros" y es elocuente que la palabra "tau", cruz en hebreo, esté intercalada en dicha palabra: "s-tau-ros" 
"Stauros", significa: 
a) Palo levantado verticalmente, del cual se suspende a una persona (Gn 40;19) (Jos 8;29) (2Sam 21;6) (Est 5;14) (Num 25;4) (Dt 21;23)  
b) Palo levantado verticalmente con otro transversal. Suplicio muy frecuente entre los romanos, usado con los siervos, ladrones y sediciosos (Mt 27;32-34) (Mc 15;21-32) (Lc 23;36) (Jn 19;17) (Col 1;20) (Col 2;14) (Flp 2;8)
"Stauros" aparece en 27 versículos en el NT. Véase ("Concordancia greco - española del NT", núm 4068) 
En cualquier diccionario bien documentado el término "stauros" puede significar "madero" y "cruz", según países y épocas.  Ya hemos dicho que entre los pueblos orientales prerromanos se utilizaba un solo madero vertical (de empalizada o de fortificación) para ejecutar a los reos, pero los romanos le incorporaron el travesaño y desde entonces coexistían ambos medios de ejecución y la palabra "stauros" se usó en los escritos clásicos para referirse a cualquiera de ambos sistemas. Cuando los TJ sostienen que ningún clásico griego interpretaba la palabra "stauros" con el significado de "cruz", no están en la verdad. Basta abrir cualquier libro de Literatura Universal para comprender que Luciano de Samosata (121-181 dC), casi contemporáneo del apóstol Juan, es el principal clásico griego del siglo II de nuestra era.  Una de sus primeras obras, escrita hacia el año 140, es "El juicio de las vocales", en cuyo párrafo 12 se hallan las palabras "stauros" y "xulon", con los valores respectivos de "cruz" y "madero". Dice así el párrafo 12 de esta obra: "Así injuria a los hombres (la letra T) en cuanto a las palabras; y, de hecho, ¡cómo las ultraja! Lamentándose los hombres, deploran su desgracia y maldicen a Cadmo por haber introducido la Tau en el Gremio de las Letras. Dicen que los tiranos la tomaron por modelo e imitaron su forma para labrar bajo el mismo tipo los maderos y crucificar en ellos a los hombres; y que de esta máquina infame proviene su nombre infame.  Yo creo que no puede imponérsele en justicia otra pena menor que condenarla al suplicio de sí misma, para que en su propia figura expíe su delito, ya que la cruz se formó por ella y por ella también la llamaron así los hombres.  (En griego clásico "s-TAU-ros"). 
La crucifixión como castigo procedía de oriente, sobre todo de los persas; fue poco usado entre los griegos, pero mucho más en Cartago y, sobre todo, entre los romanos. Entre los romanos, era el suplicio más cruel e ignominioso (Cicerón, Verr. 2,5,64) que sólo se aplicaba de ordinario, a los esclavos o a los libres no romanos, por crímenes de homicidio, robo, traición y sedición. 
Los judíos conocían de hecho este suplicio, como resulta de los gritos del pueblo en el proceso de Jesús (Mt 27;22) (Mc 15;13), de la crucifixión del sedicioso Judas el Galileo (Hech 5;37) (Flav Josefo, B.I.  18,1,1 y 20,5,2) y de lo sucedido durante la caída de Jerusalén. Por eso, los judíos, para estigmatizar el fin maldito de sus actividades, pidieron a los romanos que Jesucristo fuera crucificado, debido al carácter infamante de este castigo. En numerosos casos, el condenado, después de haber sido flagelado, tenía que llevar la madera transversal de la cruz, luego era atado o clavado a ésta y alzado en un pilar.   Jesús fue clavado con clavos (Jn 20;25). Era un suplicio atroz y los dolores del condenado duraban largo tiempo, aunque a veces se aliviaban al romperle las piernas.  El palo vertical o pilar llamado "stipes", en griego "stauros" es el que daba el nombre a todo el aparato del suplicio.  La madera transversal horizontal se llamaba "patíbulo" (nombre que proviene del palo horizontal con que se atranca la puerta por la parte posterior) en dónde una vez clavado el reo se elevaba hasta situarse en la parte alta del "stipes".

Emplear uno u otro sistema dependía en muchas ocasiones del número de personas a ejecutar, pues la madera no era un bien que sobrara.  

En cuanto a la crucifixión de Cristo, sólo se discute entre la llamada cruz de Antonio, crux commissa, sin que sobresalga el palo vertical, o sea, como una TE, y la crux immissa o capitata que puede ser de brazos iguales (c. griega) o desiguales (c.latina). La llamada cruz de S. Andrés sólo aparece en el siglo X. Ordinariamente, se admite para la crucifixión de Jesús, la crux immissa, porque el "título de la cruz" estaba colocado encima de su cabeza (Mt 27;37) 
Los judíos no aplicaban esta pena -la crucifixión-  pero los condenados podían ser colgados de un madero pues estaba escrito: "Maldito todo el que es colgado del madero" (Gl 3;14) (Dt 21;21-23) (2Sam 21;6-9) (Gn 40;19) (1Sam 31;10) (2Sam 4;12)
Grafito del palacio de Nerón (“Historia de la cruz”, pág 38 y 39): Tertuliano, nacido en hacia 150 dC., Tácito nacido el 54 ó 55 dC., S.Justino  y otros,  hablan de  la  pena de crucifixión. En las catacumbas hay una veintena de cruces. En 1959, se descubrió sobre la pared de una taberna romana, no lejos del anfiteatro de Pozzuoli un grafito que representa un crucificado. Todo el conjunto se puede datar hacia la mitad del S.I de nuestra era. (Véase el libro: "La Sábana Santa de Turín").  Tácito, que no simpatizaba con los cristianos, nos dice: "Aunque fueran culpables y merecieran los máximos castigos, provocaban la compasión, ante la idea de que perecían no por el bien público, sino para satisfacer la crueldad de uno solo", Nerón.
En el verano de 1968 un equipo arqueológico dirigido por V. Tzaferis descubrió cuatro tumbas judaicas en Givatha-Mivtar (Ras el-Masaref), cerca de Jerusalén, en las que se encontró un osario que contenía los únicos huesos existentes de un hombre (joven) que fue crucificado, y que datan probablemente de entre el 7 y el 66 d.C., […] Los brazos (no las manos) del joven fueron clavados al patibulum, la viga transversal lo que podría indicar que en (Lc. 24;39)(Jn 20;20, 25, 27) debería traducirse "brazos" […] Un clavo de hierro (que todavía permanece en su lugar) atravesaba ambos talones, con el pie derecho encima del izquierdo. Un fragmento indica que la cruz era de madera de olivo. Ambas piernas habían sido quebradas, presumiblemente por un fuerte golpe, como lo que se hizo con los dos que murieron con Jesús en (Jn 19;32).
Véase a partir de la pág 216 del libro "La sábana santa de Turín" de Manuel Solé S.J., un estudio exhaustivo con profusión de citas referente al suplicio de la crucifixión.
Entonces, ¿por qué algunas veces, al referirse a la cruz, los escritores sagrados sustituyen el vocablo "stauros" por el término "xulon", "madero"? Lo hacen en cinco ocasiones. Véase ("Madero” en “Concordancia greco-española del NT” de Hugo M.Petter, núm 3043) La razón es obvia: la crucifixión  era algo tan  vil, tan degradante, que  incluso su misma palabra ofendía. Por eso sustituían la palabra "cruz" por la más genérica y benigna de "madero".
Cuando se usa, pues, el vocablo "xulon" para suavizar así el horror que el término "stauros" implicaba, con tal expresión se enfatiza sólo la materia, sin indicar la forma de la misma. Nosotros empleamos a veces un lenguaje similar, como, por ejemplo, cuando en vez de nombrar el arma por su forma, según sea espada o sable, solemos decir: "desenvainó el acero".
Además, la muerte en cruz de Jesús fue un hecho tan comprobado por todos sus contemporáneos, que cuando los paganos querían ridiculizar el cristianismo, dibujaban una cruz y un hombre -con cabeza de asno- en ella.  Insultaban a los cristianos, sí; pero nos dijeron bien claramente qué clase de muerte padeció Jesucristo.
En el "Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado", por Samuel Vila y Santiago Escuain, y también en la "Enciclopedia Ilustrada de la Historia de la Iglesia" por Samuel Vila y Darío A. Santa María, ambos del editorial CLIE, muestran, un dibujo y una inscripción, hallado en 1856 en una pared de las habitaciones usadas por guardias romanos en las ruinas de los palacios imperiales. Es una representación de la crucifixión, a modo de sátira de los soldados romanos contra un colega cristiano. De la Cruz en forma de " T "pende un asno. Enfrente está un hombre con los brazos abiertos que contempla la cruz. Una inscripción griega dice "Alexamenos venera a su Dios ". Esto era lo que los paganos pensaban de la religión cristiana en el siglo II.
En la Literatura Universal los clásicos griegos interpretaban la palabra «stauros» como la cruz que conocemos hoy. Eugenio Danyans exégeta y estudioso de la Biblia y erudito del idioma griego comenta en su libro «Proceso a la "biblia" de los Testigos de Jehová» pag.229:
Uno de los Primeros Apologistas del segundo siglo, Justino nació en año 100 en Nablus, antes Siquen en Samaria y murió decapitado en el 165 como uno de los primeros Mártires del cristianismo. Se hizo cristiano en el año 132. Los Primeros apologistas defendieron el cristianismo y explicaron a los romanos y judíos cuales eran las creencias y prácticas de los cristianos. De la primera de Justino Mártir presentamos un fragmento: “Los Demonios no imitaron La Cruz, sin embargo, los demonios no representaron cualquiera de esos dioses místicos e hijo de Júpiter como siendo crucificados. La razón es que ellos no entendieron las profecías acerca de crucifixión de Cristo, porque estas profecías se presentaron simbólicamente. Aún, cuando fue predicho por los profetas, la cruz es ahora el símbolo el más grande del poder de Dios y gobierno. De hecho, todos nosotros podemos observar que la forma de la cruz es esencial a nuestros asuntos rutinarios de la vida. Por ejemplo, usted utiliza la cruz cada vez que usted navega [en un velero]a través del mar, el mástil y travesaño forma una cruz. El arado del granjero es de esta misma forma, como es la mayor parte de las herramientas usadas por mecánicos y trabajadores. Además, mira la forma del cuerpo humano y cómo difiere de que de los animales irracionales. Diferimos de los animales en el hecho que nosotros nos paramos erguidos. Y cuando nuestros brazos se extienden formamos la figura de la cruz. Finalmente, miren sus propias banderas y los estándares militares. Estos también tienen la forma de una cruz.»
Existe un curioso documento que, históricamente, se considera auténti­co. Se trata de una carta privada que José de Arimatea dirigió a Nicodemo. Sin concederle más mérito que el supuesto valor histórico, entresacamos el siguiente párrafo: «... les he recordado también un hecho que me comuni­caste, cuando fuiste a verle de noche a Galilea, o sea que te había anuncia­do que sería levantado, no en un tronco, sino en una cruz...».
Además, de que Cristo no fue estacado, sino crucificado, lo dice una obra de tanta autoridad y mérito como el Diccionario de Hastings, art. «Cru­cifixión», párrafo 3. Traducido literalmente dice: «Formas de la cruz. La primitiva forma era la crux simplex, que era un sencillo poste fijado verti­calmente en el suelo, al cual se amarraba la víctima; o una estaca aguda, so­bre la cual era empalado el reo. La cruz romana era más compleja: constaba de dos vigas, que podían colocarse de distintas maneras.
“Se distinguen tres formas: 1) la crux commissa, semejante a una T ma­yúscula, conocida como la cruz de San Antonio; 2) la crux immissa, que tiene la forma que nosotros conocemos; 3) la crux decussata, en forma de X mayúscula y conocida como la cruz de San Andrés. La primitiva tradición cristiana, representada por Justino Mártir (Diálogo contra Tritón, 91; e Ire-neo, Adv. Haer., II, 24, párr. 4), sostiene que el Señor Jesucristo fue crucifi­cado en la segunda, y esto lo confirman los Evangelios mediante el "título" que fue puesto sobre su cabeza». (Firma este artículo J. C. Lambert, teólogo y escritor doctísimo).
Históricamente es una verdad innegable que el uso de la cruz, como objeto religioso, se remonta a mucho tiempo antes del cristianismo, por pueblos gentiles, ajenos a la revelación de Dios. La cruz era adorada como símbolo religioso en Babilonia mucho antes de la era cristiana. Era un símbolo místico TAU de los caldeos. Su forma (T) por la primera letra del dios Tammuz. También en Egipto, en China, en Oriente…
En el libro, “Historia de la Conquista de México” por William H. Prescott, de cuando llegaron por primera vez los españoles a México, el autor dice:
“No podía ocultar su sorpresa al ver la cruz, el símbolo sagrado de su propia fe erigida como objeto de adoración en los templos de Anahuac. Los españoles no comprendían que la cruz era un símbolo de adoración de gran antigüedad y era usado por muchas naciones paganas en las cuales la luz de la cristiandad no había brillado.”
El “Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado” por Samuel Vila y Santiago Escuain dice bajo el encabezamiento, Crucifixión, pág 222:
«Pena capital ejecutada mediante la fijación del reo a una cruz. Se ataba las manos y los pies o, de manera más cruel, se usaban clavos, traspasando manos y pies. Numerosas naciones de la antigüedad practicaban la crucifixión o un suplicio análogo. Primitivamente se empleaba un solo madero (de empalizada o de fortificación), o un palo aguzado en su parte superior…bien conocido por los asirios, persas, cartaginenses y egipcios…Los israelitas sabían bien lo que era «colgar [a alguien] de un madero» (Num 25;4)(Josué 8;29)(2 Sam 21;9) …Los griegos y romanos modificaron a su tiempo el primitivo madero, añadiéndole un madero transversal (patibulum). Es de ellos que los judíos aprendieron la crucifixión propiamente dicha…»
La “Enciclopedia francesa Larousse du XXme. Siècle” dice sobre la cruz:
«Este género de suplicio, desconocido entre los hebreos, fue introducido en Palestina cuando ésta fue convertida en provincia romana; y se aplicaba frecuentemente a los ladrones y malhechores que no poseían la calidad de ciudadanos romanos…Entre los antiguos romanos, los criminales y los esclavos eran atados a una horca o palo vertical; más tarde, se le agrego un madero transversal, y se fijaba al condenado con clavos o bien se lo ligaban con cuerdas…»

El “Nuevo Diccionario Internacional de la Teología del Nuevo Testamento” vol I, pág 39, dice la siguiente explicación:
"... La crucifixión romana fue así: El condenado tuvo que arrastrar su propio stauros (el patíbulo - Juan 19:17) al lugar del castigo donde el otro stauros estaba hundido en la tierra. Los brazos de la víctima eran extendidos en el patíbulo que él llevó al lugar y un clavo era metido en cada mano [...] La viga transversal (el patíbulo) era levantada, con el cuerpo sujeto, a la viga vertical y era sujeto con un clavo largo. Finalmente, los pies del condenado eran clavados a la viga vertical."
El Imperio Romano, al igual que en muchos otros pueblos, había establecido la crucifixión como medio de castigo y muerte por crímenes notorios. Durante tiempo del ministerio de Jesús, este medio de muerte estaba establecido en todo el Imperio Romano, incluyendo la Palestina como parte de este imperio. Evidentemente Jesucristo murió en una cruz pagana, pues era el sistema de dar muerte establecido por los romanos en Palestina. Pero a partir de su crucifixión, muerte y resurrección la cruz dejo de ser un símbolo pagano para los cristianos, convirtiéndose en un símbolo o emblema cristiano.
“Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” (Gál 6;14)
“Predicar el evangelio, no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (I Cor 1;17, 18)
El "Nuevo Diccionario Bíblico" por J.D. Douglas y N. Hillyer p.327, editorial Certeza, comenta al respecto:
«El interés que demuestran los escritores neotestamentarios en la cruz no es ni arqueológico ni histórico, sino cristológico. Les interesa el significado eterno, cósmico, soteriológico de lo que ocurrió, una vez y para siempre, en la muerte de Jesucristo, el Hijo de Dios, en la cruz. Desde el punto de vista teológico, la palabra "cruz" se utilizó como descripción sumaria del evangelio de salvación, de que Jesús "murió por nuestros pecados". De modo que la "predicación del evangelio" es "la palabra de la cruz", la "predicación de Cristo crucificado" (1 Cor 1;17,18). Por ello el apóstol se gloría "en la cruz de nuestro Señor Jesucristo", y habla de sufrir persecución "a causa de la cruz de Cristo". Resulta claro que la palabra "cruz" representa aquí el anuncio completo y jubiloso de nuestra redención por medio de la muerte expiatoria de Jesucristo.»
Ya en época precristiana, en Babilonia y en Méjico, la cruz es conocida como signo, símbolo u ornamento.  En forma de cruz gamada o esvástica es ya conocida en el antiguo oriente. En el Asia Menor aparece con la forma de la llamada cruz de rueda solar, en Egipto como cruz de asas, que es también conocida entre los coptos.  Pero el hecho de que la cruz fuera conocida como signo o símbolo en épocas precristianas, no debe servir -como hacen los TJ-  para negar la realidad histórica del ajusticiamiento, por medio de un artilugio en forma de cruz, empleado principalmente por los romanos.
Los cristianos del S. II, cuando oraban lo hacían vueltos a Oriente, porque de Oriente se espera que venga de nuevo el Señor, y en Oriente está el Paraíso, anhelado por todos los cristianos. Además, a la "orientación" de la oración se añadía, además, la práctica de orar ante una cruz, que se colocaba en la pared (en madera o pintada) de forma que el orante esté de cara a Oriente. 
El uso insistente de la cruz en la orientación de la oración de los cristianos se ve sin duda favorecido por el empleo general del signo de la cruz en la piedad privada y en el culto litúrgico, tal como lo atestiguan en múltiples textos los escritores del S. II. Valgan por todos, las palabras de Tertuliano: "Al salir de casa y caminar, al comenzar o concluir, al vestirnos y calzarnos, al bañarnos y al sentarnos a la mesa, al encender las luces, al irnos a la cama, al sentarnos, en cualquier otro ejercicio diario, signamos nuestra frente con la cruz.  (Tertuliano, De cor. 3,4) (150-230 aC)
Para acabar, podemos decir que la Watchtower, con el cambio de su doctrina sobre la cruz de Cristo, le da énfasis a su singularidad con relación a la cristiandad. Además de crear una barrera psicológica en la mente de los ‘testigos’. Les ha afirmado en sus mentes otra aversión al cristianismo. Sí un testigo de Jehová intentara visitar una Iglesia Cristiana prácticamente el ‘testigo’ se sentiría sucio, traidor a la organización y a Dios al pisar un lugar donde se encuentra tal emblema "pagano". 
Pero sea cual sea su forma, ya que en ella fue ejecutado Jesús, el Hijo de Dios, la cruz -según la Biblia- ha de ser la señal del cristiano y su mayor título de gloria (Gl 6;14) de tal manera que se ha de cargar con ella todos los días si queremos seguir a Jesús (Lc 9;23). ¿Es esto idolatría? Cuando yo adoro a Jesús en la cruz, no estoy adorando a ningún instrumento de tortura, sino que estoy reconociendo a Cristo como a mi salvador y Señor y le estoy agradeciendo su obra de redención. Cuando la Biblia habla de idolatría no condena estos hechos. Serían condenables si antepusiéramos el respeto por la cruz al amor infinito que hemos de sentir hacia Cristo que es el crucificado. Se usa la cruz en los techos de las Iglesias, en los púlpitos, y otros muchos lugares, como símbolo del cristianismo, así como puede ser símbolo el logo de una organización (como el caso de la Torre -Atalaya- para la Sociedad Watchtower). El cristianismo está basado en el crucificado y en lo que realizó él en la cruz. Y por medio de esta fe en él y su obra conocemos el pleno perdón de nuestros pecados.