s/TJ:
"Y así como les está reservado a los hombres morir una vez para siempre, pero
después de esto un juicio, así también el Cristo fue ofrecido una vez para
siempre para cargar con los pecados de muchos: y la segunda vez que aparecerá
será aparte del pecado y a los que le están esperando encarecidamente para su
salvación" (NM)
(Hb 9;27-28)
Los
inicuos mueren una vez para siempre, ya sea si mueren antes del
"Día del Juicio de Mil Años", ya sea si se trata de muertos y
resucitados considerados herederos del Reino de Dios pero que mueren de
nuevo por no haber sabido mantener su herencia apartándose de Jehová en el
período de mil Años que durará el Dia del juicio.
Análisis:
Pero ¿es que se puede morir para siempre más de una vez?
La traducción correcta de (Hb 9;27-28) es como sigue: "Y por
cuanto a los hombres les está establecido morir una vez, y después de esto el
juicio, así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para tomar
sobre sí los pecados de todos, por segunda vez aparecerá, sin pecado, a los que
le esperan para recibir la salud" (NC)
De hecho, la traducción literal del griego de (Hb 9;27-28) –según
Francisco Lacueva en “Nuevo Testamento Interlineal griego-español” de 1984- es
la siguiente: “Y en la misma medida en que está reservado a los hombres una
sola vez morir, y después de esto (el) juicio, así también Cristo, una sola vez
ofrecido para de muchos llevar sobre sí (los) pecados, por segunda vez sin
pecado se aparecerá a los que le están aguardando para salvación”.
La traducción de los TJ a los versículos que nos ocupa da lugar a
que se pueda morir sin ser para siempre ya que no lo excluye expresamente.
Por lo tanto, la traducción de los TJ de este versículo no está en
contra, en principio, de su propia doctrina: Hay personas que morirán
primero "sin ser para siempre" y luego una segunda vez
única y definitiva "para siempre" ("muerte segunda").
Pero esta traducción tiene diversas dificultades, aparte de la propia
y principal de la traducción en sí, ya que la expresión "para
siempre" no se encuentra en el original. Ni se entiende así
en (1Cor 15; 53-55) (1Cor 15;26) (Ap 21:4).
¿Qué quiere decir para siempre si la propia muerte, también morirá?
No tendría sentido decir Vida eterna si la propia vida en un momento determinado
supiésemos que ha de morir, que ha de acabar.
Pero es que ni en la doctrina de los TJ "les está reservado a
los hombres morir una vez para siempre", si acaso sólo a los
hombres inicuos.
"Pero después de esto un juicio" ¿Qué juicio? porque según los TJ
cuando se muere para siempre es que ya has sido juzgado (antes de morir,
no después) tanto si el inicuo muere antes o después del "Día del
Juicio de Mil Años".
El v28 indica claramente que se hace referencia a la única muerte
del hombre: "Así también Cristo, después de haberse ofrecido una
sola vez para tomar sobre sí los pecados de todos…
Claro que los TJ traducen la continuación de la siguiente manera: “…
Así también el Cristo fue ofrecido una vez para siempre para cargar con
los pecados de muchos” (NM). Añadiendo de nuevo, el “para siempre” para
justificar el primero que han añadido en el versículo anterior (v 27). Ni uno
ni otro figuran en el texto de las Sagradas Escrituras.
Pero el contexto, desde el (v23) lo que nos está diciendo es de que bastó
que Cristo ofreciera su sacrificiouna sola vez, no como el sumo sacerdote
judío, que había de hacerlo cada año (v25 y 26). Claro que este sacrificio, por
tanto, era para siempre (Hb 9;12). Pero en el pasaje que estamos tratando
y su contexto, se dice que si por hipótesis, la eficacia expiatoria del
sacrificio de Cristo hubiese sido limitada, habría tenido que entregar su vida
no una vez, sino tantas cuantas los pecados de la humanidad superaran esta
eficacia a comenzar desde el principio del mundo; y sabemos que Cristo sólo una
vez, en la plen¡tud de los tiempos se ha manifestado para abolir el pecado por
su sacrificio (v26) (Gl 4;4). Y tratando de recalcar todavía más que la
muerte de Cristo no debía suceder más que una vez, establece la siguiente
comparación: al igual que los hombres sólo mueren una vez, y después el
juicio, así también Cristo sólo entregó su vida una vez, y después la
segunda venida, aunque no para ser juzgado, como los hombres, sino para juzgar.
Por lo tanto, en este pasaje no está haciendo énfasis en el “para
siempre” del sacrificio de Cristo, sino en el “una vez”. Y por
esto hace la comparación, en este caso, con la muerte del hombre que sólo muere
una vez.
Nuestro Señor nunca habló de una segunda posibilidad, que se daría a
algunos hombres, en los mil años futuros después de su segunda
venida. Esta cifra de mil años, sacada del Apocalipsis, es una
cifra simbólica. Designa únicamente un largo período que debe abarcar
desde la vida terrena de Nuestro Señor hasta su venida triunfal como
juez del mundo.
En cuanto a la distinción que hacen los TJ entre una "resurrección
para la vida" y otra "resurrección para el juicio" se
apoyan sobre el versículo siguiente de Juan: " Y saldrán los que
obraron el bien a resurrección para la vida y los que hicieron el mal a
resurrección para el juicio" (Jn 5;29). Nuestro Señor opone
aquellos que escuchan su palabra a los que la rechazan (Jn 5;23-24). Anuncia la
recompensa de los unos y el castigo de los otros. Ningún texto habla de una
nueva prueba después de la muerte.
Además, Nuestro Señor enseña claramente que, con la muerte, se
termina el estado en el que el hombre puede merecer. Su suerte está
definitivamente fijada por las disposiciones y méritos que posea en aquel
momento. (Mt 25;35,36) Además, en este caso, las advertencias constantes por
las que Nuestro Señor nos exhorta a estar preparados no tendrían razón de
ser: (Lc 12; 20,21) (Mc 13; 35-37) (Mt 24;42-44) (Mt 25;13) (Lc
12;35-40) Nuestro Señor nos habría engañado insistiendo de esta manera sobre el
hecho de estar siempre preparados, si nuestras disposiciones a la hora de la
muerte no debieran decidir nuestra eternidad. Por otra parte, es
necesario que así sea, puesto que la recompensa o el castigo seguirán
inmediatamente a la muerte: "Hoy estarás conmigo en el paraíso"
(Lc 23;43). Y cuando S. Pablo dice: "Deseo la muerte, para estar con
Cristo, lo cual es mejor para mí" (Flp 1;23), suspira por reunirse con
Cristo después de la muerte. Esta frase no tendría sentido si hubiese de
esperar dormido hasta el fin del mundo, para realizar el deseo de su corazón.
Luego creía en la recompensa inmediata. En la parábola de Lázaro y el
rico Epulón, Nuestro Señor habla de la muerte de los dos y de la recompensa y
del castigo del uno y del otro como de hechos que siguen inmediatamente, sin
intervalo. (Lc 16;22,23).
Así, pues: a) Al morir, nosotros seremos juzgados definitivamente sobre las acciones de la vida presente y nuestras almas serán retribuidas con la vida eterna o con el suplicio eterno. Quizá temporalmente con el Purgatorio. b) Al fin de los tiempos, se dará a conocer nuestro juicio eterno y los cuerpos de los justos resucitarán para gozar con el alma de la felicidad en el cielo; los de los malos también resucitarán, pero para ser eternamente castigados.
Para finalizar este tema, recojo, en la
siguiente relación, las distintas situaciones que según los TJ -a través de sus
escritos- pueden acontecer al final de los tiempos:
a) JUSTOS: Si han muerto,
resucitarán y heredarán el Reino de Dios en la Tierra. Si saben mantener su
herencia a lo largo del Día del Juicio de Mil Años y superan la prueba final a
la que serán sometidos, vivirán eternamente en la Tierra. Si no saben mantener
su herencia a lo largo del Día del Juicio de Mil Años o no superan la prueba
final, morirán una segunda vez (muerte segunda) esta vez para siempre y serán
cortados.
b) JUSTOS: Si no han
muerto, heredarán directamente el Reino de Dios en la Tierra. Si saben mantener
su herencia a lo largo del Día del Juicio de Mil Años y superan la prueba final
a la que serán sometidos, vivirán eternamente en la Tierra. Si no saben
mantener su herencia a lo largo del Día del Juicio de Mil Años o no superan la
prueba final, morirán una sola vez, para siempre y serán cortados.
c) INJUSTOS: Si han
muerto, resucitarán para ser adoctrinados a lo largo del Día del Juicio de Mil
Años. Si superan su adoctrinamiento, así como la prueba final a la que serán
sometidos, vivirán eternamente en la Tierra. Si no superan su adoctrinamiento o
la prueba final, morirán una segunda vez (muerte segunda) esta vez para siempre
y serán cortados.
d) INJUSTOS: Si no han
muerto, pasarán directamente al Reino de Dios en la Tierra para ser
adoctrinados a lo largo del Día del Juicio de Mil Años. Si superan su
adoctrinamiento, así como la prueba final a la que serán sometidos, vivirán
eternamente en la Tierra. Si no superan su adoctrinamiento o la prueba final,
morirán una sola vez, para siempre y serán cortados.
e) INICUOS: Todos mueren
una sola vez, y para siempre, ya que no resucitarán en ningún caso. Serán
cortados.