FORMA DE LA TIERRA
s/TJ:
¿Y qué hay acerca de la forma de la Tierra? ¿Concuerda la Biblia con cualquiera de los mitos de las edad media, diciendo que la Tierra es plana, o incluye mitos tales como el de una tribu antigua de India que representaba a la Tierra descansando sobre los lomos de elefantes que estaban parados sobre una enorme tortuga que descansaba sobre una serpiente cobra? De ninguna manera (Is 40;22) (Jb 26;7).
Aunque los escritores de la Biblia no habían dado la vuelta a la Tierra en una nave espacial ni la habían visto desde la vecindad de la luna, la descripción que dieron fue completamente exacta, libre de la influencia de mitología antigua. ("¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?", pág 13) ("La vida...¿cómo se presentó aquí?", pág 199 y ss)
Aunque los escritores de la Biblia no habían dado la vuelta a la Tierra en una nave espacial ni la habían visto desde la vecindad de la luna, la descripción que dieron fue completamente exacta, libre de la influencia de mitología antigua. ("¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?", pág 13) ("La vida...¿cómo se presentó aquí?", pág 199 y ss)
Análisis
La frase completa de Job es: "El tendió el septentrión sobre el vacío, El colgó la tierra sobre la nada. Encierra las aguas en las nubes, y las nubes no se rasgan bajo ellas. El vela la faz de su trono, extendiendo su nube sobre él. Trazó sobre los mares un círculo, hasta los confines entre la luz y las tinieblas. Las columnas del cielo se tambalean y se estremecen a una amenaza suya." (Jb 26;7-11). La omnipotencia de Dios se manifiesta en el hecho de encerrar las aguas en las nubes -como en odres flotantes- sin que éstas se rasguen con su desmesurado peso (Pr 30;4). Esto resulta liviano en comparación con el hecho de que haya colgado la tierra sobre la nada y haya extendido el septentrión sobre el vacío, disponiendo las estrellas -según la cosmogonía antigua-alrededor de un punto septentrional vacío y basando en él su estabilidad. La majestad del Omnipotente está velada por las nubes que se extienden en torno a su trono, pero desde allí gobierna los elementos de la naturaleza como supremo Soberano: señaló un límite a los mares. Los antiguos creían que la tierra estaba rodeada de un círculo de agua, el 'apsu' o caos tenebroso de los babilonios. Allí estaba el "fundamento de los cielos" que coincidía con el horizonte. Y de allí salía diariamente el sol; en la zona de "los confines entre la luz y las tinieblas". Es tal la majestad de Dios, que "las columnas del cielo" -las montañas sobre cuya cúspide se asentaba la bóveda celeste- "se conmueven y tambalean a un gesto amenazador suyo".
Realmente si los TJ creen que en estos pasajes de la Biblia se está declarando que la tierra es redonda y que Job sabía su situación en el universo, seguramente podrán aclararnos a que tierra se está refiriendo Dios cuando en el propio libro de Job, le dice: "... ¿Sobre qué descansan los cimientos de la tierra o quien asentó su piedra angular...?, ¿Acaso has mandado tú en tu vida a la mañana y has enseñado su lugar a la aurora para que ocupe los extremos de la tierra...?, ¿Has bajado tú hasta las fuentes del mar?, ¿Te has paseado por las profundidades del abismo?, ¿Has visto las puertas de la región tenebrosa?, ¿Has ido a los escondrijos de la nieve?, ¿Has entrado en los almacenes del granizo, que guardo yo para los tiempos de la desdicha...? Todas las preguntas corresponden a la concepción cosmogónica que se tenía en aquellos tiempos y que estaban todavía lejos de conocer la esfericidad de la tierra y su situación en el universo.
Los TJ al exponer su doctrina participan también de errores que son comunes. Así, por ejemplo, creer que era la Tierra lo que sostenía Atlas. Este es un error muy difundido ya que incluso en algunos "atlas" se ve el dibujo de un hombre sosteniendo en sus hombros el globo terráqueo. Atlas era un personaje de la mitología griega que se sublevó contra los dioses poniéndose al lado de los gigantes que querían arrebatarles el poder. Zeus -en la mitología latina, Júpiter- le condenó a sostener eternamente, no la Tierra, sino la bóveda celeste. El semidiós Atlas apoyaba sus pies en la Tierra y sobre sus hombros sostenía los cielos. En algo debía poner sus pies, y los griegos creyeron que sólo en nuestro planeta podría hacerlo. En aquel entonces se creía, generalmente, que la Tierra era el centro del universo. ("Historias de la historia" I, pág 97)
s/TJ:
Hace treinta años había grandes discrepancias entre Génesis y la astronomía. Hoy existe acuerdo notable, el cual ha sido logrado por el desarrollo de la ciencia... Aunque Génesis fue escrito hace miles de años, toda referencia a la astronomía en el primer capítulo de Génesis está corroborada por lo mejor de nuestra presente información científica.
Y no obstante notamos que los libros de astronomía, escritos hace 25 años o más están llenos de graves errores y cualquier cosa escrita hace más de unos cuantos siglos solo sería apropiada para el entretenimiento del lector" ("Modern Science and Christian Faith", pág 12) Este texto no es de los TJ, pero lógicamente se adhieren a él y añaden: "Puesto que los hombres de hace mucho se adherían a ideas que hoy reconocemos como ridículas, ¿no es una vindicación admirable de la Biblia el que el conocimiento aumentado haya puesto el modo de pensar del hombre en conformidad con el registro bíblico?
Por ejemplo, por mucho tiempo la opinión del hombre fue que la Tierra era plana. Sin embargo, ninguna declaración en este sentido se halla en la Biblia; mas bien dice con exactitud que Dios es Aquel que "mora por encima del círculo de la tierra" (Is 40;22) ("¡Despertad!" de 8.10.63, pág 20-21)
"Hay uno que mora por encima del círculo de la tierra" (NM) (Is 40;22) Cuando este texto dice que Dios se sienta sobre el círculo de la Tierra, esto concuerda con el hecho de que la Tierra es circular, vista desde toda dirección, pero esto también la hace de forma globular. La palabra hebrea hhug aquí se define en A. Concordance of the hebrew and chaldee Scriptures por B. Davidson como "círculo, esfera"
Esta misma palabra para círculo se encuentra en (Job 22;14) , donde la Traducción del Nuevo Mundo dice de Dios: "Sobre la bóveda del cielo se pasea". Ahora bien, sabemos que la bóveda del cielo como se ve desde la Tierra es hemisférica, o como un medio globo. La otra mitad de la bóveda hemisférica del cielo se extiende abajo de la Tierra sobre la cual estamos de pie y por consiguiente no la podemos ver directamente. De acuerdo con este hecho, cuando (Is 40;22) dice que Dios se sienta por encima del círculo de la Tierra, entonces aquí, la palabra "círculo", tiene el mismo sentido hebreo que el que se encuentra en (Job 22;14).
Por lo tanto se desprende que la palabra "círculo" de (Isaías 40;22) tiene que significar algo que es redondo, así como el cielo visto desde la Tierra parece redondo y es semejante a una bóveda. ("La Atalaya" de 1.2.68, pág 96)
Con el mismo sentido que en (Job 22;14) , o sea, "sobre la bóveda". Parece -s/TJ- que la palabra hebrea empleada es la misma en ambos casos y que según ellos tanto quiere decir círculo como esfera. ("La Atalaya" de 1.2.68, pág 96)
Análisis:
El contexto es claro: ((Jb 22;14) (BAC IV, pág 111) ((Is 40;22) (BAC III , pag 257).
Isaías hace la apología de la trascendencia de Dios en contraposición a la procedencia humana de los ídolos. Dios habita en lo más alto del círculo de la tierra y tan alejado está, que, vistos desde allí, los hombres son como langostas, expresión proverbial para indicar la pequeñez de los hombres (Nm 13;33) (Sl 113;5). La tierra es concebida como un disco plano rodeada del abismo. Dios, que habita en lo más alto, debería "ver" perfectamente el "círculo de la tierra". Sobre la tierra se pone un toldo arqueado compacto, que son los cielos. Sobre esa bóveda de los cielos habita Yahvé, inaccesible a todo lo creado. Esta expresión "círculo de la tierra" es similar a la que dice Job: "Trazó sobre los mares un círculo, hasta los confines, entre la luz y las tinieblas" (Jb 26;10)
La tierra era concebida como un disco plano rodeado del abismo
La tierra era concebida como un disco plano rodeado del abismo
Sobre la tierra se pone un toldo arqueado compacto que son los cielos
s/TJ:
Y aunque los antiguos egipcios creían que la Tierra estaba sostenida por cinco columnas, y los griegos creían que uno de sus dioses, Atlas, la sostenía, no obstante, la Biblia, no registró ninguna de tales teorías contemporáneas fantásticas. Con exactitud científica dijo que la Tierra es un cuerpo en el espacio sin apoyo visible. Dios... "está extendiendo el norte sobre el lugar vacío, colgando la tierra sobre nada" (Jb 26;7) ("¡Despertad!" de 8.10.63, pág 20-21)
Análisis:
En (Is 44;24) podemos leer en la Versión Nuevo Mundo de los TJ: "Yo Jehová... estoy... yo solo tendiendo la tierra". Si miramos la definición de "tender" en el Diccionario leeremos: "Suspender, colocar o construir algo apoyándolo en dos o más puntos". Esta claro que no se está definiendo un cuerpo esférico suspendido en el aire...
Todos los hombres que vivieron antes de los tiempos de los griegos admitieron el supuesto de que la tierra era plana. Si algún antiguo anterior a los griegos pensó de otra manera, su nombre no ha llegado hasta nuestros días, ni su pensamiento, registrado de algún modo, ha logrado sobrevivir (Isaac Asimov en "El Universo", pág 11-12)
Anaximandro de Mileto (611-546 aC), filósogo griego, sugirió que los hombres vivían sobre la superficie de un cilindro curvado hacia el norte y hacia el sur.
Filolao de Tarento (480-? aC), filósofo griego, sugirió que la tierra era una esfera.
Aristóteles de Estagira (384-322 aC), filósofo griego, hizo un compendio de las consecuencias que se derivaban de la esfericidad de la tierra.
Así, pues, podemos afirmar que hacia 350 aC, ningún científico dudaba ya de que la tierra fuese una esfera. Desde entonces, este concepto ha sido admitido en todo momento por cualquier hombre culto del mundo occidental. La idea era tan satisfactoria y estaba tan exenta de paradojas que fue aceptaba aun en ausencia de pruebas de carácter directo... Y hemos de tener en cuenta que los TJ defienden ("La Atalaya" de 15.6.91, pág 28) que el libro de Job fue escrito nada menos que por Moisés en cerca de 1.473 aC...
s/TJ:
"Si la Biblia es tan exacta en lo referente a campos científicos, ¿por qué dijo la Iglesia Católica que era antibíblico el que Galileo enseñara que la Tierra se movía alrededor del sol? Por la manera como las autoridades interpretaron ciertos versículos bíblicos. ¿Tenían razón? Leamos dos de los pasajes que citaron, y veamos.
Un pasaje dice: "Sale el sol y el sol se pone; corre hacia su lugar y allí vuelve a salir" (Ecl 1;5). Según el argumento de la Iglesia, expresiones como "sale el sol" y "el sol se pone" significan que el sol se mueve, y no la tierra. Pero aun hoy día decimos que el sol sale y se pone, y sin embargo la mayoría de nosotros sabemos que es la Tierra la que se mueve, no el sol. Cuando usamos expresiones como esas estamos sencillamente describiendo el movimiento aparente del sol desde el punto de vista de un observador humano. Eso mismo estaba haciendo el escritor bíblico." ("La Biblia, la Palabra de Dios o palabra del hombre", pág 103)
Análisis:
Dicen los TJ que "aún hoy día decimos que el sol sale y se pone, y sin embargo la mayoría de nosotros sabemos que es la Tierra la que se mueve, no el sol". Pero, pregunto: ¿Era ésta la opinión de los científicos en tiempo de Galileo?. La idea de una tierra en reposo, en el centro del mundo, era un elemento fundamental del pensamiento tradicional que tenía Aristóteles como principal punto de referencia.
Copérnico, en 1543, expuso, filosóficamente, su teoría del heliocentrismo. Galileo, más tarde, expuso su convencimiento de que incluso, físicamente, era posible la teoría de Copérnico. Pero hay una gran diferencia entre ambos casos. Galileo presentó como una tesis lo que Copérnico presentó sólo como una hipótesis. Por eso fue más científico y si cabe más hábil que Galileo. Galileo acertó, pero no tenía a mano las pruebas apodícticas. El cardenal Bellarmino escribió: "Si se prueba la hipótesis científica que parece contradecir a la Biblia, nosotros habremos de interrogarnos sobre la lectura de la Biblia, porque demostraría que hay un error en nuestra manera de leerla"... pero Galileo no las presentó. Por eso el 22 de junio de 1633, como consecuencia del decreto de carácter disciplinar - no doctrinal- de fecha 5.3.1633, tuvo que abjurar sus "errores" y prometer seguir siempre los dictámenes de la Iglesia y no enseñar sus opiniones heliocéntricas. Y podemos decir de paso, que fue mucho más correcta la posición de la Iglesia en el siglo XVII al decir que si se probaba la hipótesis científica que parecía contradecir a la Biblia, la Iglesia revisaría su interpretación de este tema ya que se demostraría que hay un error en al manera de leerla, que la posición actual de los TJ, en pleno siglo XXI, que en situaciones similares, aseguran que mantendrían su interpretación de la Biblia que en todo caso siempre es la correcta, fueren las que fueren las pruebas científicas que se presentasen.
Hacer creer ahora que la expresión de la Biblia era una manera de hablar y no un convencimiento científico en el tiempo de Copérnico y de Galileo, es, como hemos visto más arriba, una falsedad.
Cuando la Biblia dice: "Sol detente sobre Gabaón y tú Luna, sobre el valle de Ayalón. Y el sol se detuvo y se paró la luna hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos" (Jos 10;12-13) Demuestra claramente que, como todos sus contemporáneos, creía el autor sagrado en la inmovilidad de la tierra y admitía que el sol daba vueltas alrededor de la misma; pero en este caso concreto no era su intención dar lecciones de orden astronómico, sino simplemente referir una antigua versión épica de la batalla de Gabaón. En este caso no nos encontramos ante una manera de hablar, sino que concretamente dice "Sol detente" ..."y el sol se detuvo" y "tú luna detente" ... "y se paró la Luna"
s/TJ:
Continuando con la anterior intervención, el otro pasaje dice: "Sobre sus bases asentaste la tierra, inconmovible para siempre jamás" (Sl 104;5). Esto se interpretó en el sentido de que, después de su creación, la Tierra nunca podría moverse. Sin embargo, en realidad da énfasis a la permanencia de la Tierra, no a que no pueda moverse. La Tierra nunca será "movida" de modo que pase de la existencia, o sea destruida, como otros versículos lo confirman (Sl 37;29) (Ecl 1;4). Además, ese texto no tiene nada que ver con el movimiento relativo de la Tierra ni del sol. En los tiempos de Galileo fue la Iglesia, y no la Biblia, la que dificultó la libre consideración de asuntos científicos. ("La Biblia, la Palabra de Dios o palabra del hombre", pág 103)
Análisis:
Como resumen de la idea que los escritores bíblicos y los hombres de su tiempo y de su raza tenían del mundo, podemos escribir el contenido de la entrada "Imagen del mundo" que presenta el "Diccionario de la Biblia" (Herder):
Mundo (imagen del). La idea que los escritores bíblicos tenían del mundo era la misma que la de los hombres de su tiempo y de su raza. Dios no creyó necesario explicar la estructura del universo mediante especiales revelaciones. Los autores sagrados hablan, pues, sobre ello con las mismas expresiones y maneras de decir que sus contemporáneos, que se limitaban a las apariencias externas y no pretendían llegar a la esencia misma que ocultaban esas apariencias.
La impresión que produce la bóveda celeste, en la que se mueven los cuerpos estelares, motivó en los israelitas la idea de que esa bóveda era un techo firme, el firmamento (Gén 1,14-18). La experiencia diaria del horizonte cerrado alrededor fue causa de que concibieran esa techumbre como una semiesfera y la tierra como una plataforma llana y circular (Is 40,22; Prov 8,27; Job 26,10). La observación de que el mar rodeaba por todas partes la tierra firme y que las fuentes brotaban de debajo de la tierra sugirió la idea de un gran océano, el abismo, en el que la tierra estaba sobrenadando (1Sam 2,8; 1Par 16,30; Sal 24,2; 93,1; 104,5; Job 38,4); este abismo circuía la tierra por todas partes, sus aguas brotaban hacia arriba por las fuentes y afluían de nuevo por los ríos a ese gran océano (Ecl 1,7).
Como la tierra aparecía quieta y fija sobre el océano, los israelitas hablaban de cimientos o columnas (1Sam 2,8; 2Sam 22,16; Is 24,18 40,21; Jer 31,37; Miq 6,2; Sal 18,16; 75,4; 82,5; 104,5; Prov 8,29; Job 9,6) sobre las que Yahvéh había asentado inconmoviblemente la tierra; sólo las grandes tempestades descubrían esos cimientos (Sal 18,16). La observación de la lluvia les producía la impresión de que encima del firmamento había enormes depósitos de agua que Yahvéh conservaba (Sal 148,4; Dan 3,60) para que, a través de ventanas o esclusas, cayera sobre la tierra en forma de lluvia (Gén 7,11; 8,2; 2Re 7,2.19; Is 24,18; Mal 3,10).
Siempre guiados por las apariencias externas, también hablaban los israelitas del sol y de la luna como de dos «grandes» luminares (Gén 1,16) y de haberse parado el sol (Jos 10,12 ss; Eclo 46,4). Como puede haber claridad aun cuando el sol o la luna no estén visibles, concibieron la luz como cosa independiente de esas lumbreras (Dan 3,72; Sal 148,3), de forma que en el relato de la creación, la creación de la luz está separada de la creación de las lumbreras (Gén 1,3-5;14-19).
Por último, se imaginaban que debajo de la tierra y del océano estaba el seol, adonde iban a reunirse todos los muertos (Job 26,5; 38,13-17; Ex 20,4; Flp 2,10).