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domingo, 22 de noviembre de 2020

ORIGEN DE LA TIERRA

ORIGEN DE LA TIERRA

s/TJ:

“Debido a las enseñanzas de la Iglesia Católica sobre el origen de la tierra y del universo que ha defendido en el pasado o defiende hoy, algunas personas rechazan actualmente la Biblia” (“La Atalaya, 1 de junio de 2015”, nota al pie de la página 3)


Análisis:

Supongo que los TJ quieren decir que la Iglesia Católica ha aceptado y acepta hoy sobre esta materia, cosas distintas a las que se puede deducir tras una lectura puramente literal de la Biblia. Y es lógico, porque la Iglesia Católica, contrariamente a la actitud de los TJ, reconoce que no es ella quien ha de profundizar en este tema, sino las diferentes ramas especializadas de la ciencia, y por esto, ha aceptado, a lo largo sobre todo de estos últimos siglos, lo que ésta ha ido descubriendo y presentando de un modo sólido, intentando compaginar estas propuestas con las interpretaciones espirituales o teológicas que se desprenden de la Palabra de Dios.

s/TJ:

FECHA PARA EL ORIGEN DE LA TIERRA

“La Biblia no pone fecha al origen del Universo… El primer versículo de la Biblia dice sencillamente: ‘En el principio Dios creó los cielos y la tierra’ (Gn 1;1) Así, abre la puerta para que los científicos determinen la edad del universo y de la tierra utilizando leyes y principios probados (“La Atalaya, 1 de junio de 2015”, pág 5)

Análisis:

Los TJ entienden y aceptan que el v.1 de Génesis: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”, puede situarse a miles de millones de años atrás, como realmente la ciencia nos asegura fijando este momento a 14.000 millones de años de distancia en el pasado, porque solamente se refiere a la creación del material necesario para todo lo que contiene el universo, incluida la tierra.

Sin embargo, los versículos 3 y siguientes, asimismo del Génesis,  que desarrollan la obra creativa de Dios en seis días, los TJ nos aseguran que  “solo tienen que ver con el planeta tierra” (“¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?”, pág 18) y en otra parte, ya refiriéndose a la duración de estos días, nos dicen: “Los científicos de hoy pueden estudiar lo que ocurrió en estas etapas y calcular su duración. Pero no hay duda de que cada “día” duró mucho más de veinticuatro horas” (“La Atalaya, 1 de junio de 2015”, pág 5). E insisten y concretan: “En realidad sobre la base de la duración del séptimo día, hay razón para creer que cada período o “día creativo” fue de 7.000 años de duración” (“¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?”, pág 19)(“Asegúrense de todas las cosas”, pág 130, 142). Y los TJ aseguran que llegan a estas conclusiones “según un estudio fidedigno independiente –no se sabe de quién, añado yo-, realizado en el siglo XX, que no sigue ciegamente a cálculos cronológicos tradicionales de la cristiandad” (“Vida eterna en libertad de los hijos de Dios”, pág 26-35).

Si para el universo son 14.000 millones los años que los científicos determinan que han transcurrido desde su inicio, para la formación de la tierra son 4.500 millones los años que se han fijado “utilizando leyes y principios probados”, tal como piden los TJ, y que equivaldrían a  la duración real de los siete días creativos de la Biblia. Sin embargo, como hemos visto, los TJ reducen estos 4.500 millones de años, por arte de birlibirloque, a solamente unos 49.000 añitos… 7 días por 7.000 años cada día, está claro, igual a 49.000 años.

¿No serán estas interpretaciones tan toscas de la cronología bíblica y estas enseñanzas que practican los TJ, las que provocan el rechazo de la Biblia por parte de muchas personas que son interpeladas por ellos? Si los TJ quieren que sus interlocutores escuchen y acepten la doctrina que se deduce de su interpretación de la Biblia, han de aceptar y entender que también ellos, a su vez, han de escuchar y aceptar a los científicos cuando éstos, por sus estudios realizados, exponen sus conclusiones. Y si estas conclusiones no coinciden con las que hemos pretendido deducir del contenido de la Biblia, pensar que en muchas ocasiones es más aleatoria la conclusión de la interpretación de muchos párrafos de la Biblia que muchas conclusiones científicas donde el “dos más dos igual a cuatro” es de una más amplia y posible aplicación.

(Ver diversos temas bajo la etiqueta: CREACIÓN)