miércoles, 5 de julio de 2017

SITUACIÓN DEL PARAÍSO TERRENAL O JARDÍN DE EDÉN

s/TJ

El primer hombre fue creado en el "jardín de Edén" en lo que ahora es el Asia del sudoeste, en la vecindad,  de los ríos Tigris  y Eufrates.  El nombre  "Edén" significa  "placer",  evidentemente para  indicar que  la región era placentera para el hombre. (Gn 2;7-14) ("Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta", pág 154)  Así que Dios eligió una parte de la tierra llamada Edén y allí plantó un bello jardín en la parte este de aquel lugar... ("De paraíso perdido a paraíso recobrado", pág 15-17)

Análisis: 

Alguien podría pensar que con los datos que nos presenta el texto bíblico se puede llegar a una localización perfecta del Paraíso. Y, sin embargo, no sucede así. En 1897 escribía el P.Lagrange: " Se ha emplazado el paraíso en tantos lugares y con precisiones tan concretas que el público  considera la cuestión como desesperada". Pero... los TJ -como hemos visto y como en todo- lo tienen claro.

El artificio literario  de esta descripción se  pone de manifiesto en la mención de los ríos Eufrates y Tigris. ¿Existían ya y tenían el mismo nombre en los días  de Adán?  ¿Existía en aquel tiempo la región de Havila, de Cus, y se recogía el oro, calificado de puro, el bedelio y ágata?  ¿Cómo explicar la persistencia durante miles de años  de aquellas tierras  y ríos,  a pesar de los cataclismos efectuados en la corteza terrestre? De los cuatro ríos mencionados, el Éufrates y el  Tigris son conocidísimos; sobre los otros dos, el Pisón y el  Guijón, no convienen los autores en su identificación. Teniendo en cuenta la geografía de los antiguos, se han lanzado toda clase de hipótesis sobre su localización: En  Armenia,  en el  Cáucaso, al este  de Palestina,  etc (Véase  "El origen del mundo y del hombre según la Biblia", pág 157 y ss)

Los TJ  que nos  dicen que  "cuando la Biblia  dice que  las aguas inundantes cubrieron las montañas más  altas, no debemos pensar en agua suficiente para cubrir el  monte Everest hoy día", porque "se puede hallar abundante evidencia  de  cambios  notables  en  la superficie de  la Tierra" ("Es  la Biblia realmente la  Palabra de Dios", pág 38), no aplican  el mismo razonamiento al querer situar el "Edén",  ya que  admiten tranquilamente que  los ríos  Tigris y Éufrates ya  existían como hoy  en tiempo no del diluvio  sino de Adán, y además con el mismo nombre que hoy los conocemos.

Hay que admitir que en esta  descripción se proyectan al pasado, a los orígenes, los datos topográficos  de tiempos del autor de esta descripción.