viernes, 2 de junio de 2017

EL HIJO DE DIOS, ¿ES UN SER CREADO?


s/TJ:

Dios creó los cielos, la Tierra y toda cosa viviente (Sl 33;6) (Gn 1 y Gn 2) (“Usted puede vivir…”, pág 37)
Dios es eterno: “Aun desde tiempo indefinido (sin principio) hasta tiempo indefinido (sin fin), Tú eres Dios” (NM) (Sl 90;2) Aunque se nos haga difícil entenderlo, Jehová Dios nunca tuvo principio y nunca tendrá fin. Es el “Rey de la eternidad” (1Tim 1;17) (“Usted puede vivir…”, pág 44)
Puesto que Dios es una persona que tiene un cuerpo espiritual, debe tener un lugar donde viva. La Biblia, nos dice que “los cielos” son “el lugar establecido de la morada de Dios” (1Re 8;43) (“Usted puede vivir…”, pág 37) lugar invisible asimismo al ser humano (“Qué enseña realmente la Biblia”, pág 87)
Desde luego, los cielos que se mencionan en estos textos bíblicos no pueden referirse a la atmósfera que envuelve la tierra ni al inmenso espacio sideral, ¿por qué? Porque los cielos físicos no pueden contener al Creador del universo (1Re 8;27)
“Por otra parte … su morada tuvo que existir antes de que él formara el universo material. En otras palabras: Dios debe habitar en un ámbito fuera del mundo material. Por lo tanto, cuando la Biblia dice que el cielo es la morada de Jehová Dios, no se refiere a un lugar en la atmósfera o en el espacio sideral, sino a un ámbito o esfera espiritual” (Despertad, 4/2011, pág 28) (1Re 8;27) (1Cor 15;44). Ya que Dios es un espíritu (Jn 4;24) Él vive en los “cielos espirituales”, un ámbito aparte del universo físico (1Cor 15;44) (“La Atalaya” 1/8/2011, pág 27) invisible, asimismo, al ser humano (“¿Qué enseña realmente la Biblia?”, pág 87)

Análisis:

En primer lugar, decir que la expresión “cielos espirituales” -región invisible donde, según los TJ, viven los espíritus- no aparece en la Biblia. Y ya sabemos que una de las razones por las que los TJ no aceptan el misterio de la Trinidad y lo consideran “antibíblico”, es porque no hay pasaje bíblico que contenga su nombre (Espíritu santo: Biblioteca en línea Watchtower) ("La verdad que lleva a la vida eterna", pág 24) ("Razonamiento a partir de las escrituras", pág 419) (folleto: La Trinidad ¿misterio divino o mito pagano”) (“¡Despertad! de 8/2013, pág13), etc.

Los Testigos de jehová tienen razón en cuanto a que la palabra Trinidad no se encuentra en las Escrituras, pero han de entender que no por ello es imposible que sea una enseñanza bíblica.  Una enseñanza bíblica no se basa en el título por el que se la conoce, sino en su contenido y en las razones de la misma.
De todas maneras, hay que hacerles observar a los TJ que además de “cielos espirituales” ellos también usan muchos títulos y expresiones que no figuran en la Biblia, como son: “Fuerza activa de Dios” (con relación al Espíritu), "coapóstol" (llaman a Pedro con relación a Pablo), “Jehová”, "juicio de los mil años", “teocracia”, "milenio", “cuerpo gobernante” etc. Y no han dejado por ello de enseñar la doctrina que encierran estas expresiones… por no aparecer su nombre escrito en la Biblia (“La Atalaya” de 1/6/65, 329).

Pero volviendo al tema. Sea lo que sea este lugar al que los TJ denominan “cielos espirituales”, y se encuentre donde se encuentre, tiene que existir desde la eternidad, porque Dios debe habitar en él -según los TJ- desde “tiempo indefinido” constituyéndose, de esa manera, o en la primera cosa creada (en la eternidad) o en una cosa tan eterna como el propio Jehová. ¿Qué elegimos? Así, “Los cielos”, morada de Dios, nada tienen que ver con “los cielos” que, según la Biblia, son creados en [el] principio y que corresponden a “los cielos” del universo material (Is 57;15) (Sl 123;1).
En la Biblia, la morada de Dios se concibe -según la mentalidad judía- en lo más alto del cielo físico. A este cielo (o cielos) se le llama entonces trono de Dios como la tierra es el escabel de sus pies (Is 66;1) (Sl 11;4) (Sl 103;19) (Jon 1;9) (Sl 136;26) (Hech 7;49) (Mt 5;34-35) (Mt 23;22) (Sal 115;15-16) etc. Difícilmente, aceptando -como hacen los TJ- la interpretación de que la morada de Dios se encuentra por encima del cielo físico, fuera, por tanto, del ámbito de la creación bíblica, en unos “cielos espirituales”, se puede conjugar esta doctrina con la multitud de pasajes que nos hablan de que el trono de Dios se encuentra en los cielos (físicos) y la tierra es el escabel de sus pies. ¿Dónde, pues, hemos de situar a Dios?
s/TJ:

Jehová estuvo completamente solo antes de que empezara a crear … Fue el amor lo que le impulsó a empezar a crear, a dar vida a otros para que disfrutaran de ella. (“Usted puede vivir…”, pág 44).
En efecto, en su eternidad “Dios se propone hacerse Padre. Se hará creador de cosas con vida e inteligencia. Primero no se propone producir hijos humanos, porque en este caso hubiera tenido que producir primero un globo terráqueo sobre el cual pudiéramos vivir. Por ello, Dios se propone producir hijos que como él mismo, fueran celestiales espíritus tal como Él es espíritu”. (“El Propósito eterno de Dios va triunfando ahora”, pág 26 y 27) Él llegó a tener una gran organización de hijos celestiales o ángeles aún antes de que la Tierra fuera preparada para humanos. (“Usted puede vivir…”, pág 44)
Análisis:

Estas palabras de los TJ, son consecuentes con su aceptación de unos “cielos espirituales” como morada del propio Dios desde tiempo indefinido. Esta morada, por ser su propia morada, ya existe cuando toma la decisión de crear hijos espirituales (ángeles) y, por lo tanto, no tiene que crear o producir un nuevo habitáculo para sus nuevas criaturas.
Por otra parte, los TJ nos dicen –(“Perspicacia” vol1, pág 569/570)- que el primero de estos ángeles en ser creado -primera creación de Jehová- fue Miguel ¿Cómo lo saben? Porque interpretan en este sentido (Dan 10;21) y (Dan 12:1). Y ¿cómo llegarán a la conclusión que Miguel, el primer ángel creado, fue el elegido posteriormente por Dios para que naciera como criatura humana perfecta? Por la misma razón anterior (“El propósito eterno de Dios … pág 137).
Pero es que en ningún punto de la Biblia se dice, ni implícita ni explícitamente, que Miguel fue el primer ángel creado y que, además, fue el elegido por Dios para que, desapareciendo del cielo -s/TJ- llegara a ser un alma humana como lo fue Jesucristo.  Un tema tan trascendental como el origen de la personalidad del Hijo de Dios, los TJ creen haberlo solucionado con el resultado de cábalas y suposiciones planteadas ante un par de referencias bíblicas. ¡O lo tomas o lo dejas!
Lo que sí está claro en la Biblia, es que cuando Dios inicia la creación que allí se narra– “En el principio creo Dios los cielos y la tierra” (Jn 1;1) (Gn 1;1) - ya existe “en Dios” (Jn 1;1-2) el Verbo (la Palabra), que es reconocido como el Unigénito del Padre (Jn 1;14b) (Jn 1;18) y de quien se dice que “todas las cosas vinieron a existir por medio de él, y sin él ni siquiera una cosa vino a existir” (NM)(Jn 1;3) (¡Despertad! 8/5/1968, pág 27). No son necesarias cábalas para entender lo que se lee, y hasta se podría decir aquello que tanto les gusta a los TJ: “La Biblia se interpreta sola”. En efecto, si “todas las cosas vinieron a existir por medio de él (el Verbo) y sin él (el Verbo) ni siquiera una cosa vino a existir”, es imposible que el propio Verbo forme parte de “todas las cosas” como un ser creado, que es lo que pretenden enseñarnos los TJ. Para ello, Juan habría tenido que escribir, por ejemplo: “Todas las otras cosas”. Pero no fue así. [Véase en (NM)(Mc 4;13) un ejemplo en el que es preciso el uso de “las otras” para dar sentido a la frase]
Todo esto lo escribió el apóstol Juan en el año 95 dC. Pero es que, en el año 62, o sea, 33 años antes, ya Pablo había escrito en la misma línea, a los colosenses, lo siguiente: "El Hijo... es la imagen de Dios invisible, el primogénito de toda la creación; porque por medio de él todas las cosas fueron creadas en los cielos y sobre la tierra, las cosas visibles y las cosas invisibles, no importa que sean tronos, o señoríos, o gobiernos, o autoridades. Todas las cosas han sido creadas mediante él y para él. También, él es antes de todas las cosas, y por medio de él se hizo que todas las cosas existieran”. (Col 1;15-17). 
Está claro, el Verbo queda fuera de “todas las cosas” porque él es “el primogénito de toda la creación, porque por medio de él todas las cosas fueron creadas en los cielos y sobre la tierra” (Col 1;15). “Él es antes de todas las cosas, y por medio de él se hizo que todas las cosas existieran” (Col 1;17). Finalmente, como remate, podemos decir que tiene prioridad de existencia, la “primacía” de todas las cosas (Col 1;18).
Pero estas palabras de Pablo (Col 1;15-17), no son del agrado de los TJ ya que no les da la razón a su doctrina sobre la creación del Hijo, y así haciendo caso omiso de las palabras de la propia Biblia: “No añadas nada a sus palabras, para que no te censure, y para que no se te tenga que demostrar mentiroso” (Pr 30;5-6) y también “No añadirás nada a lo que yo he prescrito, ni nada quitarás” (Dt 4;2), los TJ añaden sin escrúpulos la palabra “otras” en diversos puntos clave de las palabras de Pablo a fin de que el resultado final sea lo que los TJ quieren que sea: que el Hijo es un ser creado. Y así, tenemos:
(v 16) … porque por medio de él todas las (otras) cosas fueron creadas en los cielos y la tierra
(v16) … todas las (otras) cosas han sido creadas mediante él y para él …
(v17) … también él es antes de todas las (otras) cosas …
(v17) … y por medio de él se hizo que todas las (otras) cosas existieran … 
(v20) … y mediante él reconciliar de nuevo consigo mismo todas las (otras) cosas …
En (¡Despertad! 8/5/1968, pág 27 y 28) los TJ nos dicen que el testimonio del apóstol Juan es que “todas las cosas vinieron a existir por medio de él” (pág 27) para luego asegurar, con toda desfachatez, que Pablo en (Col 1;15-17) corrobora lo que dijo Juan acerca de la Palabra, al escribir que “todas las otras cosas fueron creadas por medio de él” (pág 28)
Pablo, un poco después, en el año 64, también escribe a los hebreos y les dice: “Dios … al fin de estos días nos ha hablado a nosotros por medio de un Hijo, a quien nombró heredero de todas las cosas y por quien hizo los sistemas de cosas… y sostiene todas las cosas por las palabras de su poder” (NC) (Hb 1;1-4). La carta sigue la misma línea que la de los colosenses.
Finalmente, tener en cuenta que el apóstol Juan nos dice;

"Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios"(NC) (Ap 3;14).

Los TJ cambian el “de” y en su lugar escriben “por”

"Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación por Dios"(NM) (Ap 3;14). 


El cambio de "de" por "por" da otro sentido a la frase, y Cristo pasa, de ser el agente de la creación de Dios (lo que también se afirma en Jn 1:3) a ser la primera criatura creada por Dios, que es lo que necesitan los TJ que diga la Biblia, para confirmar su creencia arriana preconcebida.  Y así se va liando la interpretación de la Biblia que es clara en su exposición del tema: ¡¡El Hijo de Dios no es un ser creado!!