domingo, 29 de mayo de 2016

SIGAMOS SIENDO MOLDEABLES


En La Atalaya de estudio de junio de 2016, figura un artículo titulado: “¿Estamos dejando que el Gran Alfarero nos moldee?, (pág 11-15).

Resumo lo que puede leerse en sus (pág 13 y 14):

Para ayudarnos a seguir siendo barro moldeable, Jehová nos da la Biblia, la congregación cristiana y la predicación… De la misma manera que el agua ablanda el barro, leer la Biblia y meditar en ella todos los días puede ayudarnos a ser moldeables en las manos de Jehová…  Jehová usa a la congregación para moldearnos según las necesidades de cada uno… La predicación también puede moldearnos y ayudarnos a mejorar”. "¡Miren! Como el barro en la mano del alfarero, así son ustedes en mi mano" (Jer 18;6)

Análisis:

Es verdad. El agua ablanda el barro. Pero si al agua añadimos sustancias que contienen plomo -tremendamente dañino- esta agua contaminada, cuyo aspecto exterior seguirá siendo el mismo, ablandará igualmente el barro aunque el objeto moldeado se convertirá en un grave peligro para la salud de quien lo utilice.

Lo mismo ocurre con la Biblia. Cuando esta se contamina con traducciones interesadas, con interpretaciones según doctrinas previamente establecidas, e incluso con comentarios totalmente desprovistos de todo sentido común, la Biblia se convierte en un arma letal en manos de quienes la utilizan para moldear la inteligencia y los corazones de quienes, con la mejor de las voluntades, se disponen a dejarse absorber por su contenido.

La congregación cristiana de los TJ, por su parte, es, principalmente, el conjunto de personas (yo diría el ejército) totalmente desinteresadas que la actual Watch Tower tiene a disposición -unos nueve millones de personas- para enviarlas por todo el mundo a aplicar a cada uno que quiera recibirlo, el moldeado concreto que sus particulares creencias, pensamientos e ideas, precise para llevarlo al buen redil...

Finalmente, la predicación servirá para verificar que el moldeado aplicado ha sido el correcto y que el agua utilizada ha sido “debidamente” tratada. Lógicamente, el nuevo predicador, si tiene éxito, ampliará con su actuación los efectivos de la congregación…

Y es que los testigos de Jehová fueron moldeados en un principio más por las interpretaciones y comentarios que aparecían en sus revistas y en sus libros, en su “literatura” en suma, que por los estudios personales que podían hacer directamente en la Biblia. Y aunque esto puede considerarse como correcto y aceptable, ya que tanto para ellos como para otros muchos cristianos de distintos colores ha sido el único procedimiento posible de ahondar en los entresijos de una determinada religión o credo, debemos fundamentar correctamente nuestra confianza en quiénes son los autores de estas revistas y estos libros.

Pero vemos que los testigos tienen unas razones difíciles de considerar aceptables para entender que sigan tan ciegamente como lo hacen a sus guías espirituales. Así, por ejemplo, a principios del siglo XX, se podía leer: Quien solamente se dirige a la Biblia, en dos años vuelve a las tinieblas. Al contrario, si lee los Estudios de las Escrituras efectuado por Russell -primer presidente de los TJ-, aunque no haya leído una sola página de la Biblia, al final de dos años estará en la luz” (La Atalaya de 15.9.1910).

Veamos unos párrafos entresacados de una carta de C.D.             -superintendente de los  TJ de El Prat de Llobregat (Barcelona/España)- escrita a un servidor en  8 de agosto de 1964:  "La sociedad  (se refiere  a la  Watch Tower)  se limita  a explicar la  Biblia, no  a interpretarla... porque la  Biblia se debe entender  no interpretar, cambia  mucho el significado  de la palabra... si para algunos es  difícil de entenderla para nosotros no... tenemos mucha base para asegurarle a Vd que somos los únicos que practicamos la  verdadera religión  correcta...  tenemos un conocimiento tan amplio de la Palabra de Dios que realmente nunca terminaríamos de hablar..." Y en otra carta de 3 de julio de 1964: "Tenga en cuenta que la sociedad Watch Tower antes de publicar nada, tiene mucho cuidado en lo que escribe y dice en sus publicaciones, pues son millones de personas las que leen estas revistas.  No pueden hacer errores ni inexactitudes en sus temas, son muchísimas personas que hacen este trabajo, pues antes no va el material a la prensa de imprimir, ha tenido que ser revisado y estudiado cuidadosamente y la base de todo, es la Sagrada Biblia. No hay errores, créalo." Y en otra carta del 19 de agosto de 1964: "Nosotros entendemos los párrafos de la Biblia tal como son; ni más ni menos, no les damos el sentido que no tienen, porque por sí solo se interpretan..." Y todavía en otra carta del 26 de agosto de 1964: "Los TJ es la organización visible de Dios aquí en la tierra..."

Lógicamente con esta mentalidad se puede creer cualquier cosa…

Claro que los TJ, al correr de los años, han cambiado su táctica, o más bien dicho la han perfeccionado, ya que, en los años 60 del pasado siglo, hizo su aparición la traducción de la Biblia denominada “Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras”. Una Biblia nefasta llena de inexactitudes y traducciones totalmente interesadas. Pero los TJ entendieron que su doctrina, fruto de su personal interpretación de la Biblia, no era demostrable -por sus afirmaciones contrarios al contenido de la misma- en los textos de las traducciones que existían en el mundo hasta entonces, por lo que la solución estaba en publicar una nueva traducción que recogiese y apoyase, uno a uno, los distintos puntos de su doctrina.

O sea, facilitar el trabajo de moldeado que los miembros de la congregación efectúan a quienes les escuchan. Y ahí estamos…