En
La Atalaya de estudio de junio de 2016, figura un artículo titulado: “¿Estamos
dejando que el Gran Alfarero nos moldee?, (pág 11-15).
Resumo
lo que puede leerse en sus (pág 13 y 14):
“Para ayudarnos a seguir siendo barro
moldeable, Jehová nos da la Biblia,
la congregación cristiana y la predicación… De la misma manera que el
agua ablanda el barro, leer la Biblia
y meditar en ella todos los días puede ayudarnos a ser moldeables en las manos
de Jehová… Jehová usa a la congregación para moldearnos según las
necesidades de cada uno… La predicación
también puede moldearnos y ayudarnos a mejorar”. "¡Miren! Como el barro en la mano del alfarero, así son ustedes en mi mano" (Jer 18;6)
Análisis:
Es
verdad. El agua ablanda el barro. Pero si al agua añadimos sustancias que
contienen plomo -tremendamente dañino- esta agua contaminada, cuyo aspecto
exterior seguirá siendo el mismo, ablandará igualmente el barro aunque el
objeto moldeado se convertirá en un grave peligro para la salud de quien lo
utilice.
Lo
mismo ocurre con la Biblia. Cuando
esta se contamina con traducciones interesadas, con interpretaciones según
doctrinas previamente establecidas, e incluso con comentarios totalmente
desprovistos de todo sentido común, la Biblia se convierte en un arma letal en
manos de quienes la utilizan para moldear la inteligencia y los corazones de
quienes, con la mejor de las voluntades, se disponen a dejarse absorber por su
contenido.
La
congregación cristiana de los TJ,
por su parte, es, principalmente, el conjunto de personas (yo diría el
ejército) totalmente desinteresadas que la actual Watch Tower tiene a
disposición -unos nueve millones de personas- para enviarlas por todo el mundo
a aplicar a cada uno que quiera recibirlo, el moldeado concreto que sus
particulares creencias, pensamientos e ideas, precise para llevarlo al buen
redil...
Finalmente,
la predicación servirá para
verificar que el moldeado aplicado ha sido el correcto y que el agua utilizada
ha sido “debidamente” tratada. Lógicamente, el nuevo predicador, si tiene
éxito, ampliará con su actuación los efectivos de la congregación…
Y
es que los testigos de Jehová fueron moldeados en un principio más por las
interpretaciones y comentarios que aparecían en sus revistas y en sus libros,
en su “literatura” en suma, que por los estudios personales que podían hacer
directamente en la Biblia. Y aunque esto puede considerarse como correcto y aceptable,
ya que tanto para ellos como para otros muchos cristianos de distintos colores
ha sido el único procedimiento posible de ahondar en los entresijos de una
determinada religión o credo, debemos fundamentar correctamente nuestra
confianza en quiénes son los autores de estas revistas y estos libros.
Pero
vemos que los testigos tienen unas razones difíciles de considerar aceptables
para entender que sigan tan ciegamente como lo hacen a sus guías espirituales.
Así, por ejemplo, a principios del siglo XX, se podía leer: “Quien
solamente se dirige a la Biblia, en dos años vuelve a las tinieblas. Al
contrario, si lee los Estudios de las Escrituras efectuado por Russell
-primer presidente de los TJ-, aunque no haya leído una sola página de la
Biblia, al final de dos años estará en la luz” (La Atalaya de 15.9.1910).
Veamos unos párrafos entresacados de una carta de
C.D. -superintendente
de los TJ de El Prat de Llobregat (Barcelona/España)- escrita a un
servidor en 8 de agosto de 1964: "La sociedad (se
refiere a la Watch Tower) se limita a explicar la
Biblia, no a interpretarla... porque la Biblia se debe entender
no interpretar, cambia mucho el significado de la palabra... si
para algunos es difícil de entenderla para nosotros no... tenemos mucha
base para asegurarle a Vd que somos los únicos que practicamos la
verdadera religión correcta... tenemos un conocimiento tan
amplio de la Palabra de Dios que realmente nunca terminaríamos de hablar..."
Y en otra carta de 3 de julio de 1964: "Tenga en cuenta que la
sociedad Watch Tower antes de publicar nada, tiene mucho cuidado
en lo que escribe y dice en sus publicaciones, pues son
millones de personas las que leen estas revistas. No pueden
hacer errores ni inexactitudes en sus temas, son muchísimas personas que
hacen este trabajo, pues antes no va el material a la prensa de imprimir,
ha tenido que ser revisado y estudiado cuidadosamente y la base de todo,
es la Sagrada Biblia. No hay errores, créalo." Y en otra carta del 19
de agosto de 1964: "Nosotros entendemos los párrafos de la Biblia tal
como son; ni más ni menos, no les damos el sentido que no tienen, porque
por sí solo se interpretan..." Y todavía en otra carta del 26 de
agosto de 1964: "Los TJ es la organización visible de Dios aquí en la
tierra..."
Lógicamente con esta
mentalidad se puede creer cualquier cosa…
Claro
que los TJ, al correr de los años, han cambiado su táctica, o más bien dicho la
han perfeccionado, ya que, en los años 60 del pasado siglo, hizo su aparición
la traducción de la Biblia denominada “Traducción del Nuevo Mundo de las
Escrituras”. Una Biblia nefasta llena de inexactitudes y traducciones
totalmente interesadas. Pero los TJ entendieron que su doctrina, fruto de su
personal interpretación de la Biblia, no era demostrable -por sus afirmaciones
contrarios al contenido de la misma- en los textos de las traducciones que
existían en el mundo hasta entonces, por lo que la solución estaba en publicar
una nueva traducción que recogiese y apoyase, uno a uno, los distintos puntos
de su doctrina.
O
sea, facilitar el trabajo de moldeado que los miembros de la congregación
efectúan a quienes les escuchan. Y ahí estamos…