JESÚS EXCLUYÓ A SUS
SEGUIDORES DE ADORARLE
Originalmente, se interpreta la
adoración como el gesto de un pagano que se lleva la mano a la boca delante de
su dios o de la imagen de éste en señal de su deseo de poseerlo, o de fundirse
con él o de darse a él, p. e. Job,
defendiendo su inocencia de todo pecado
de idolatría, declara: “A la vista
del sol… ¿se habría dejado seducir mi corazón en secreto y le habría mandado
con la mano un beso de mi boca” (Job 31;26-27).
Por analogía se dicen
adoraciones todos los gestos que expresan un homenaje de sujeción total: las
postraciones, los sacrificios, ciertos actos del culto. Solo Dios debe ser
adorado. “No te postrarás delante de otro
dios” (Ex 34;14).
En el
Nuevo Testamento, el sentido se purifica; la adoración que pide Dios no es un
gesto exterior, sino una adoración en
espíritu y en verdad (Jn 4;23-24); la actitud exterior educa o expresa el
movimiento interior del espíritu, único que importa delante de Dios. (“Diccionario
del cristianismo”, Herder)
s/TJ:
A lo largo de los
siglos, muchos feligreses han venerado a
Cristo como si fuera el Dios Todopoderoso. Sin embargo, el propio Jesús centró toda la
atención en Jehová Dios y lo adoró exclusivamente a él. Por ejemplo, ante la incitación a rendir un acto de adoración
al Diablo, respondió: “Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio
sagrado” (Mt
4;10)…
Sí, la adoración reverente debe tener por único objeto a Dios. El culto a toda
otra persona o cosa cae dentro de la idolatría, práctica condenada en las
Escrituras Hebreas y Griegas por igual (Ex
20;4-5) (Gl
5;19-20).
“Pero —quizás
replique alguien— ¿acaso no indica la Biblia que también debemos dar culto
a Jesús? ¿No dijo el apóstol Pablo en (Hb
1;6): ‘Adórenle [a Jesús] todos los ángeles de
Dios’?” (Reina-Valera, 1909.)
¿Cómo podemos entender este versículo a la luz de lo que señalan las Escrituras
tocante a la idolatría?... Es patente que el verbo griego “proskynéo” que se emplea en este versículo y que se traduce por
adorar en algunas versiones bíblicas, no se limita exclusivamente al culto que
se debe a Jehová Dios. También puede referirse al respeto y honor que se
tributan a otra persona… Por eso, junto con otras versiones en español, la
Traducción del Nuevo Mundo, traduce el verbo proskynéo en (Hb 1;6) con la fórmula “rendir homenaje” (¡Despertad! 8/4/2000 “El punto de vista bíblico”)
Análisis:
Ya
podemos ver de entrada que, para los TJ “proskynéo” dirigido a Jehová Dios se
debe traducir: “adorar”. En cambio, la misma acción dirigida a Jesús o a otra
persona cualquiera, debe ser traducida como “rendir homenaje”.
Debemos notar que Los
TJ, en sus primeros años, aceptaban la adoración
de Jesucristo paralela a la de Dios, como puede
comprobarse, por ejemplo, en ("La Atalaya" de octubre de
1880), y ("La Atalaya" de 15 de julio de 1898). E,
incluso, en la Carta Constitutiva actual de los TJ, documento legal que aparece
en el “Anuario 1945” de los TJ, se afirma la adoración de Cristo como uno de
los propósitos fundamentales de la organización: “para la adoración cristiana y pública del Dios Todopoderoso y Cristo
Jesús” (… “and
for public Christian worship of Almighty God and Christ Jesus ...“ Sin efectuar ningún cambio en dicha Carta Constitutiva,
los TJ modificaron, nueve años más tarde, en 1954, el contenido de su
predicación al respecto y empezaron a enseñar que adorar a Cristo es
“idolatría”
En efecto, en enero de 1954,
los TJ publican claramente que no se debe adorar a Cristo: “Por lo tanto, ya que las Escrituras enseñan que Jesucristo no es una
co-persona trinitariana con Dios el Padre, sino una persona distinta, el Hijo
de Dios, ninguna adoración distinta se le debe rendir a Jesucristo, ahora
glorificado. Nuestra adoración debe dirigirse a Jehová Dios. Adoración
reverente debe expresarse solo a Dios. Rendir adoración a cualquier otra
persona o cosa sería una forma de idolatría… “
Desde entonces, cada vez que
la Carta Constitutiva es citada en alguna publicación de los TJ, los líderes
rehúsan imprimir la frase que manda que adoren a Cristo. Así, por ejemplo, en
el Anuario de 1969, pág 50, omiten las palabras, “y Cristo Jesús”, reemplazándolas
con puntitos: “para la adoración
cristiana y pública del Dios Todopoderoso …”, en cambio, en La Atalaya, 15
de diciembre 1971, pág 760, reemplazan “y” por “por”: “para la adoración cristiana y pública del Dios Todopoderoso [por]
Cristo Jesús …”. Por otra parte, en La Atalaya del 15 de febrero de 1972, p. 115-122, se reemplaza la misma palabra "y" con la frase "[por medio de]" (incluidos -como en el caso anterior- los corchetes).
Así, pues, su cambio de
"le adoren" por "le rindan homenaje" en (Hb
1;6) en sus diversas ediciones de su Traducción del Nuevo Mundo, es el resultado de uno de los
tantos cambios que, a lo largo de su corta historia están efectuando
los TJ en la Biblia en su esfuerzo de adaptarla a sus prejuicios
religiosos.
s/TJ:
Entrando en más detalle acerca de la palabra griega
"proskynéo" que hemos citado más arriba, podemos decir que se
usa en (Sl 97;7) en la Septuaginta para verter un
término hebreo,"scha-jáh", que significa "inclinarse" o
"postrarse". Este puede ser un acto aceptable de
respeto a humanos (Gn 23;7) (1Sam 24;8) (2Re
2;15). O puede relacionarse
con la adoración del Dios verdadero o la que se da
erróneamente a dioses falsos (Ex 23;24) (Ex 24;1) (Ex 34;14)
(Dt 8;19). Por lo general "proskynéo" como
acto hacia Jesús corresponde al homenaje que se rinde
a reyes y a otras personas (Compárense (Mt 2;2,8) (8;2) (9;18)
(15;25) (20;20) con (1Sam 25;23-24) (2Sam 14;4-7) (1Re
1;16) (2Re 4;36-37). A menudo se hace patente que
a Jesús no se le rinde homenaje como a Dios, sino como al "Hijo
de Dios" o como al mesiánico "Hijo del hombre"
(Mt 14;32-33) (Lc 24;50-52) (Jn 9;35-38)
Análisis:
Bien con
carácter profano (dirigida al rey o a cualquier otro
personaje importante), bien con carácter religioso, la adoración, tal como
se practicaba en el Oriente antiguo y a partir de allí en el mundo helenístico
y romano, implicaba a menudo la prosternación, conservada en
el islam. Así que los términos hebreo y griego que se utilizan literalmente significan
"prosternarse" y con frecuencia se traducen por
"adorar".
En diferentes ocasiones
menciona el AT el homenaje profano que puede constituir la
adoración. Este es el caso de (Gn 43;26) (2Sam 9;8)
(2Sam 14;22-23). Pero es el
acto religioso el que retiene particularmente la
atención de los autores de la Biblia, cuya insistencia
obsesiva sobre la prohibición de la idolatría
revela la potente atracción de los "dioses extranjeros"
sobre los israelitas. Por eso no faltan los conjuros a la adoración
del Dios único. En el NT el tema de la adoración está en el
centro del diálogo de Jesús con la samaritana junto al pozo de Jacob
en Sicar (Jn 4:19-25).
Así, pues, las
Escrituras Griegas emplean la misma palabra para referirse
al acto de homenaje o adoración a Jesucristo que para referirse
al acto de homenaje o adoración a Dios, pero los TJ,
siempre con su interpretación a priori de que Jesucristo no
es Dios, sino "un dios", menos todavía, es
totalmente hombre, traducen la misma expresión, "proskynéo",
de dos maneras totalmente distintas según vaya dirigida a Dios o a Jesucristo.
En el NT hemos de observar,
sin embargo, que Nuestro Señor recibió el homenaje o la adoración de los
Magos (Mt 2;8-11), del leproso (Mt 8;29), del principal (Mt 9;18), de
sus discípulos después de que Él hubiera calmado la tormenta (Mt 14;33),
de la mujer cananea (Mt 15;25), de Salomé (Mt 20;20), del
ciego (Jn 9;38) y de sus discípulos después de la
resurrección de Él (Mt 28;9) (Mt 28;17). Los TJ interpretan
que éste es un homenaje, podríamos decir
educado, y que le fue ofrecido a Jesús en señal
de respeto y gratitud. Pero, ¿fue esto así en todos los
casos? ¿Acaso el ciego de nacimiento cuyos ojos fueron
abiertos por Jesucristo no significó algo más que un mero homenaje
educado cuando se postró ante Él al oír que
su benefactor era el Hijo de Dios? ¿No
significaba más que un mero homenaje educado el que le rindieron
los discípulos cuando se postraron delante de su Señor resucitado?,
etc.
Y puede preguntarse
legítimamente si el Señor habría permitido que se le
hubiera ofrecido tal homenaje o adoración a no ser que Él fuera digno
de recibirla. Puede haber la certeza de que en tal caso no
lo hubiera permitido. Habría dicho, como Pedro a Cornelio
cuando éste se postró a sus pies y adoró: "Levántate, pues yo
mismo también soy hombre" (Hech 10;26). Habría dicho como el
ángel al apóstol Juan, al hacer éste lo mismo: "Mira,
no lo hagas; yo soy consiervo tuyo...: Adora a Dios" (Ap 18;10)
(Ap 22;9). La verdad es que, al recibir el homenaje o la
adoración de los hombres, Jesucristo estaba asumiendo para sí mismo
el derecho del Primogénito, de quien el Señor había dicho: "Adórenle
todos los ángeles de Dios" (Hb 1;6). Ver, también (Ap
5;11-14) donde hay una adscripción de bendición y honor, y gloria, y poder para
siempre jamás a Aquél que se sienta en el trono, y al Cordero.
s/TJ:
Cuando Jesucristo contesta a
Satanás: "Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo
servirás" (Mt 4;10), está excluyendo a
sus seguidores de adorarle" ("La atalaya" de 15.2.65, pág
127)
Análisis:
Ya hemos visto en
los pasajes anteriores que eso no fue así. Jesucristo
permitió en varias ocasiones que se demostraran hacia Él los mismos
sentimientos que también se demostraban ante Dios.
s/TJ:
Según los TJ, Jesucristo fue
hecho menor que los ángeles (Hb 2;7) mostrando con claridad que el Hijo de Dios
era en realidad un ser humano que “vino a ser carne” (Perspicacia, vol 1, págs
1148-1149)
Análisis:
Según la Biblia, el Hijo
es "el reflejo" de la gloria del Padre "y la
representación exacta de su mismo ser, y sostiene todas las
cosas por la palabra de su poder", lo
que ningún ángel puede hacer, ni según la propia traducción de los TJ (Hb
1;3) (NM)
Además, los
ángeles buenos siempre rechazan la adoración que les
ofrecen. Cuando el apóstol Juan cayó a los pies de un ángel
para adorarlo, este lo regañó y dijo: "¡Ten cuidado! ¡No hagas eso!... Adora
a Dios" (Ap 22:8-9) (NM); pero el mandamiento
del Padre en cuanto al Hijo es "y que todos los
ángeles de Dios le adoren" (Hb 1;6) (NM). La misma palabra
griega "proskynéo" (adoración) se usa en (Ap 22;8,9) y
(Hb 1;6). El "proskynéo" que los ángeles no aceptan, pero
dicen que se dé solo a Dios, es la misma "proskynéo" (adoración)
que el Padre manda que se dé al Hijo en (Hb 1;6). De modo que el Hijo no
puede ser un ángel, sino que debe ser Dios.
Pero podríamos preguntarnos:
¿Es propio dar al Hijo la misma honra de adoración
que se da al Padre? Una respuesta se encuentra en (Jn 5;23): "Para que
todos honren al Hijo, como honran al Padre. El que no honra al
Hijo no honra al Padre que lo envió". Es como un
colofón a la maravillosa verdad de que el Hijo es Dios como el Padre.
Lamentablemente, aquí -como en tantos
otros lugares de los Libros Sagrados- los TJ han alterado el sentido del texto, introduciendo en
su Traducción del Nuevo Mundo, una partícula que no está en el texto griego y
que parece insignificante: «Para que
todos honren al Hijo así como honran al Padre». Leído superficialmente se diría que el significado es
idéntico; pero si se observa bien la traducción
se verá que no dice lo mismo y notaremos en seguida la diferencia que desvirtúa la
identidad de adoración debida a ambas Personas.
También es otra respuesta a la
pregunta que nos hemos hecho: "Y a toda criatura que está en el cielo y en la tierra y debajo de
la tierra y sobre el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, les oí decir:
"Al que está sentado en el trono y al Cordero sea la bendición y la honra
y la gloria y la potencia para siempre jamás': Y las cuatro criaturas vivientes
se pusieron a decir: "iAmén!" y las personas de mayor edad cayeron y adoraron." (Ap
5;14) (NM)
Esta adoración va dirigida "al que está sentado en el trono y al cordero" La palabra que se traduce por adoración, es la misma que aparece en (Lc
4;8) referida al Señor Dios y en (Hb 1;6) referida al Hijo de Dios.
Y también el apóstol Juan ratifica esta igualdad divina
que hace que Dios y Cristo sean uno en esencia, cuando escribe: «Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido,
y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este
es el verdadero Dios, y la vida eterna»: (1
Jn 5:20) (NC).
Pero también los TJ han tergiversado maliciosamente este
texto al traducir: «Pero nosotros sabemos que el Hijo de
Dios ha venido, y nos ha dado capacidad intelectual para que adquiramos el
conocimiento del verdadero. Y estamos en
unión
con el
verdadero, por medio de su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y vida eterna»
(NM).
La expresión «en unión
con» es otra interpolación injustificada, y
sin corchetes. Y la frase «por medio de» cambia el sentido exacto del texto original, porque la
preposición griega «en» que
aquí se usa, por el contexto significa «en»,
y en consecuencia no es correcto darle
el valor de «por medio de».
Sin embargo, a pesar de todos sus errores y deficiencias,
la Traducción del Nuevo Mundo termina el versículo anterior afirmando literalmente que
Cristo es Dios: «Este es el Dios verdadero y vida
eterna» (Claro que,
si comentamos con un TJ el contenido de este texto, nos dirá, en contra de toda
regla gramatical, que “Este” no se refiere a Jesucristo sino a Dios) La partícula griega «outos»
(este) es pronombre masculino y se refiere siempre (en griego y en
español) al nombre más próximo, en este caso, Jesucristo.
Resumiendo y
repitiendo las primeras palabras de este análisis: Cuando cotejamos la palabra griega "proskynéo"
que quiere decir "postrarse", utilizada en referencia a Jesucristo,
es traducida por los TJ como “rendir homenaje”. En las otras ocasiones se
traduce como “adoración”.
Así, por ejemplo, en (Mt 2;2) (Mt 2;8) (Mt. 2;11) (Mt 14;33) (Mt 28;9) (Mt 28;17) (Mc 5;6) (Lc 24;52) (Jn. 9;38) “proskynéo” es traducida en la Biblia del NM por los TJ, como "rendir homenaje" porque se refiere al Señor Jesucristo, pero cuando la misma exacta palabra Griega se utiliza en (Mt 4;10) (Lc 4;8) (Jn. 4;20) (Ap 5;13-14) (Ap7;11) (Ap 11;16) (Ap 19:4) (Ap 20;4) (Hb. 11;21) (Ap 22;8) (Ap 19;10) … es traducida como "adoración" porque no se refiere a Jesucristo. Es una interpretación puramente subjetiva.
Así, por ejemplo, en (Mt 2;2) (Mt 2;8) (Mt. 2;11) (Mt 14;33) (Mt 28;9) (Mt 28;17) (Mc 5;6) (Lc 24;52) (Jn. 9;38) “proskynéo” es traducida en la Biblia del NM por los TJ, como "rendir homenaje" porque se refiere al Señor Jesucristo, pero cuando la misma exacta palabra Griega se utiliza en (Mt 4;10) (Lc 4;8) (Jn. 4;20) (Ap 5;13-14) (Ap7;11) (Ap 11;16) (Ap 19:4) (Ap 20;4) (Hb. 11;21) (Ap 22;8) (Ap 19;10) … es traducida como "adoración" porque no se refiere a Jesucristo. Es una interpretación puramente subjetiva.
Así, pues, sin ninguna
justificación lingüística las nuevas ediciones del "Nuevo Mundo"
traducen el verbo griego “proskynéo” como "adorar" las 19
veces que se refieren al Padre, pero "rendir homenaje" las 15 veces
que se refieren al Hijo. Y es que los TJ no aceptan que el Padre y el Hijo sean
el mismo Dios y quieren marcar la diferencia. Para los TJ, el Padre es el Dios Todopoderoso
único que puede recibir adoración. El Hijo, en cambio, es un dios poderoso solo
digno de recibir un rendido homenaje.
Está claro que, objetivamente, "proskynéo"
quiere decir "postrarse" pero este signo de acatamiento, de
subordinación, de reconocimiento de nuestra inferioridad ante el que tenemos
delante, tendrá el sentido de "adoración" (máximo reconocimiento) o
simplemente de "rendir homenaje" (si no es nuestra intención llegar a
este extremo). Así, pues, también está claro, que sea cual sea la
interpretación que se aplique, la traducción debería tratar de ser lo más
objetiva posible a fin de evitar trasladar a la interpretación nuestro personal
punto de vista. Quizás la más pacífica sería traducir en todos los casos
“postrarse”.