s/TJ:
A pesar de los problemas que
nos aportan los jinetes del apocalipsis: guerras mundiales y otros conflictos
bélicos, hambre, epidemias y muerte prematura por diversas causas, pronto todo
ello se acabará porque en la guerra de Armagedón, Jesús hará que Satanás no
pueda ejercer influencia en la Tierra y eliminará a los humanos que apoyan al
Diablo (Ap 20;1-3). Jesús no solo acabará con todos estos males, sino
que reparará los daños causados. ¿Cómo lo hará? Veamos lo que dice la Biblia.
En vez de la guerra, reinará la paz. Jehová "hace cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza" (Sl 46;9). Las personas pacíficas "hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz" (Sl 37;11).
En vez de
hambre, habrá alimentos para todos.
"Llegará a haber abundancia de grano
en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia" (Sl
72;16).
En vez de
epidemias y muerte, todo el mundo tendrá salud perfecta y vida eterna. Dios "limpiará toda lágrima de sus ojos, y la
muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor" (Ap 21;4).
Cuando Jesús estuvo en la
Tierra, ofreció un reconfortante anticipo de cómo será la vida bajo su
gobierno. Fomentó la paz, alimentó milagrosamente a miles de personas, curó a
los enfermos y hasta resucitó a muertos (Mt 12;15) (Mt 14;19-21) (Mt 26;52) (Jn
11;43-44). (“La Atalaya” núm. 3 de 2017,
pág 3-8)
Análisis:
Observaciones acerca de las
condiciones de vida en los mil años que durará el juicio de Jesús según la
doctrina de los TJ suscitan preguntas que
deberían contestar los propios TJ.
Veamos primero, los grupos
de personas que tienen que habitar la Nueva Tierra:
1) “Gran muchedumbre” (Vivos) justos que han sobrevivido al Armagedón.
2) “Tan grande nube de testigos”
(Muertos) que serán nombrados príncipes en la Tierra.
3)
"Justos e injustos en general que vayan resucitando" (Muertos). Quizás 200.000 / día.
¿Qué se hará con todos los
injustos iniciales? ¿Cómo se
formará a tantos injustos? ¿Cómo se controlará todo el desarrollo de los
acontecimientos? Recordemos que no hay nadie perfecto -ni justo ni injusto- sobre
la nueva Tierra al principio de los mil años y en cambio, de entrada, millones
de injustos (Casi 500/cada TJ).
¿En qué lengua se
hablará? Porque la confusión de lenguas es resultado del pecado.
La tierra física no será
cambiada. Por lo tanto, seguirán los terremotos, los cataclismos, las
inundaciones, los tsunamis, los huracanes, etc… que harán sufrir, como ahora, a
miles de personas. Si todo cesa por milagro, ¡entonces ya no es la misma
Tierra! Aparte del milagro que representa mantener la tierra eternamente,
cuando su destino “normal” es desaparecer en cualquier momento o cuando por las
leyes termodinámicas le corresponda.
Dicen los TJ que al principio del Día del juicio los
que sobrevivan al Armagedón trabajarán para hacer de la Tierra un paraíso.
A este paraíso se dará la bienvenida a los que -supongo periódicamente-
vuelvan de entre los muertos. Previamente, pues, tendrán el trabajo
de limpiar la tierra y quitar las ruinas de este viejo
sistema. Y, entonces, bajo la dirección del Reino, tendrán el
privilegio de cultivar el terreno y hacer de la Tierra un hermoso lugar
en el cual vivir. ¡Qué felicidad será hacer este
trabajo! Dios bendecirá todo lo que se haga. El proveerá un clima apropiado
para cultivar siembras y criar ganado, y se encargará de que las
siembras y el ganado estén protegidos contra las enfermedades y
perjuicio. (Lc 23;43) (Sl 96;12-13) (Is 26) ("Usted puede
vivir...", pág 159 y 177).
Aquí se nos dice
que deben ser los propios sobrevivientes del Armagedón quienes
han de trabajar para hacer de la Tierra un paraíso y que
además han de tenerlo dispuesto para recibir en él a los que vuelvan de
entre los muertos. Supongo que, en ésta, como en tantas otras
situaciones, los TJ, sin decirlo, sobreentienden milagro tras milagro
porque, si no, esto es humanamente imposible. Quizá, por esto, en ("Que
Dieu..." pág 278, 281-283) ya se añaden a este inicial grupo de
"trabajadores" todos los cristianos justos, muertos
antes del Armagedón. Pero ni así, ¡si Dios no echa una
mano...!
Observar que las
ilustraciones que aparecen en la mayoría de las publicaciones de la Watch
Tower, aunque son bellas estampas que a todos nos ocasionan placer y felicidad,
ocultan la necesaria realidad del hombre, y son ciertamente engañosas e
irreales.
En ellas no se ven
carreteras, coches, fábricas, bidones de basura. Sin embargo, estas personas
tienen que haber llegado a donde se encuentran, por algún medio de transporte.
Van vestidas con hermosa y colorida ropa, por lo que tienen que tener fábricas
para obtenerla, tienen que tener casas para vivir, se necesitan ladrillos, ó
leña, o maquinaria de construcción.
¿Son estas imágenes una
ilustración del paraíso? ¿Es así como conciben los testigos de Jehová el
paraíso, sin edificios, sin carreteras, sin fábricas, sin los medios modernos
que utiliza el hombre para trabajar, para recrearse, para vivir diariamente?
¿Es el paraíso de los
Testigos, un volver a reandar todo lo que el ser humano ha andado hasta
nuestros días? ¿Es volver a nuestros orígenes, cuando el ser humano no se movía
apenas de su hábitat, trabajaba la tierra con sus propias manos, y vivía de lo
que cultivaba? Si cada testigo de Jehová va a tener unas hectáreas donde vivir,
va a necesitar máquinas para trabajar la tierra. ¿Hemos observado cómo un
labrador cultiva, trabajando día y noche en su pedazo de tierra? ¿O es que, en el
paraíso, las patatas, el trigo u otros cultivos saldrán solos, sin riego, sin
abonos, sin recogida, etc.? Si para alguien, realizar el duro trabajo del campo
es un paraíso, hay que encomiarle, pero sabemos que, para millones de personas,
tener la perspectiva de realizar esa labor para siempre, eso, en vez de un
paraíso, es un infierno eterno.
No se habla de la recogida
de basura diaria, de los trabajos mecánicos y rutinarios que muchas personas
tendrían que realizar para que otros vivan en un 'paraíso', de las cloacas, de
las aguas negras... Y es que, una vez que estemos en el paraíso, habrá personas
cuyo trabajo deberá ser ocuparse del drenaje de las ciudades y destapar las
tazas de las cloacas. ¿Será un paraíso para estas personas trabajar diariamente
en esto?
Para que una persona
disfrute de un día de playa o campo, o para que una persona tenga todas las
comodidades en su hogar, muchas personas tienen que trabajar rutinariamente,
otras tienen que viajar, distribuyendo y llevando a los hogares, alimentos,
ropa, correspondencia, reparando calles, líneas de teléfonos, útiles del hogar,
pues de otra manera la comodidad se convertiría en incomodidad. Es decir, la
comodidad de unos, dependen de trabajos rutinarios y tediosos de otros. ¿Se dan
cuenta de esto, los Testigos?
Además del milagro
continuo que subyace en esta preparación del paraíso, los TJ nos
dicen que Dios "proveerá
un clima apropiado para cultivar siembras y criar ganado, y se
encargará de que las siembras y el ganado estén protegidos contra
las enfermedades y perjuicio". Todo esto está en
contra de lo que nos dicen los propios TJ en ("De paraíso perdido
a paraíso recobrado", pág 18): "El fin del sexto día creativo significa
que Dios dejará de hacer cosas para la tierra ... pues
Dios descansa en este séptimo día de toda la obra
que había hecho... Por eso él no ha hecho ninguna cosa nueva aquí desde
que terminó el sexto día creativo, hace casi seis mil
años... y él continuará descansando de hacer obras creativas hasta que
terminen los mil años que quedan de su séptimo día", sin
olvidarnos de lo que nos dice ("La Atalaya" de 1.9.68, pág 518),
con relación a los resucitados: "Dios recreará con exactitud infalible en un cuerpo la personalidad
idéntica que amigos y parientes reconocerán como el amado
que perdieron en la muerte". En qué quedamos,
¿Dios descansará en su obra creativa hasta que termine el
Milenio, o en la resurrección volverá a su obra de creación y luego a
lo largo de todo el milenio?
En cuanto a la convivencia a lo largo de los mil años, el diablo no intervendrá, y, por tanto, no
dominará a los terrestres. Sin embargo, habrán personas que se volverán inicuos
(¿?) a lo largo de los mil años y también cuando se realice la prueba
definitiva, ya que entre los resucitados están -dice la Biblia- quienes lo han
hecho para una “resurrección de juicio” y sus nombres no figurarán
definitivamente en el Libro de la Vida.
Esto quiere decir que
alguien sufrirá sobre sí las acciones “malas y viles” de los inicuos, y si al
final, en la última prueba, cuando ya todos son perfectos, los inicuos son como
“la arena del mar”, podemos imaginarnos que, a lo largo de los mil años, serán
millones los que se perviertan y millones, por tanto, los que sufrirán sus
vilezas. Los propios TJ reconocen que será tal el desafuero de algunas personas
que incluso será necesario eliminarlas
antes de que acabe el Día del Juicio (Ap 20;7-10). ("Usted puede
vivir...", pág 180,183).
Con relación al trabajo, según los TJ, no surgirán problemas, por
ejemplo, por la cuestión del empleo debido a las máquinas del día moderno que
ahorran trabajo y la llamada automatización. El Rey mantendrá a todos sus
súbditos completamente ocupados. El trabajo estará debidamente distribuido
entre todos, nunca habrá causa para desempleo, y llegarán a ser trabajadores
perfectos. ("La Atalaya" de 1.4.64, pág 211-212)
Lo dicho, milagro tras
milagro. No se emplearán máquinas modernas ni se utilizará las ventajas de la
automatización. 0 sea, que se piensa dar la comida con la abundancia y variedad
que aparece en los dibujos que recrean el Nuevo Mundo a los miles de millones
que resucitarán, trabajando con las herramientas que se empleaban hace cientos
de años, como se ve en el dibujo de ("¡Despertad! de 22.10.93, pág
8). ¡Ah!, además se tendrá tiempo para estudiar fuerte para enseñar a los
que vayan resucitando a lo largo de los años y tiempo para relajarse para
disfrutar de formas sanas de recreación.
Al mismo tiempo, todos
tendrán ropas adecuadas, vivirán en verdaderos chalés con todas
las comodidades y con unos sofisticados aparatos que no permitirán el
mínimo accidente doméstico, tendrán los campos de césped recortaditos, las carreteras
sin un mínimo bache que pueda causar un imposible accidente, etc, etc,
No se pagarán impuestos ya que con Jesucristo no serán necesarios,
también nos dicen los TJ. Pero si todo se arregla a golpe de milagro,
¿para qué necesita Jesucristo a los 144.000 gobernadores en el cielo y a sus
príncipes en la Tierra?
Habrá paz entre el hombre y los animales. (¿Qué enseña realmente la Biblia?, pág 36). Esto quiere decir que habrá
cambio de la naturaleza animal después de Armagedón ya que los animales serán
los mismos que habían antes, ¡otro milagro! El pecado no puede haber afectado a
los animales.
Los TJ nos dicen, por otra
parte, que el Creador no hizo a los animales para que vivieran para siempre”
(2Pe 2;12) ('Usted puede sobrevivir...' pág 33). Entonces, ¿por qué nos dicen
que los animales serán amigables? Ante los sentimientos humanos, a medida que
vayan muriendo causarán pena y dolor, lo que está en contra de la felicidad
absoluta que -s/TJ- debería reinar. ¿O es que las personas ya no tendrán
sentimientos? Y, en la etapa definitiva del Reino de Dios, ¿No habrá
desaparecido la muerte? ¿O es que la muerte de los animales no es 'muerte'?
Desaparecen las enfermedades. (¿Qué enseña realmente la Biblia?, pág 36) Los
hogares y jardines serán hermosos. Las personas serán amorosas y bondadosas.
Los animales serán amigables. Pero es que, además, ni enfermaremos
ni envejeceremos ni moriremos. Los que son viejos hasta rejuvenecerán (ls
33;24) (Job 33;25) ('Usted puede vivir...”, pág l64-165) ("¡Despertad!”
de 8.12.67, pág 5 y ss)
Pero entonces, ¿cómo debemos
entender (Is 65;20)? “Ya no llegará a
haber de aquel lugar un niño de pecho de unos cuantos días de edad, ni un
anciano que no cumpla sus días; porque uno morirá como mero muchacho, aunque
cuente con cien años de edad; y en cuanto al pecador, aunque cuente con cien
años de edad se invocará el mal contra él” (NM) “No habrá allí niño que muera
de pocos días, ni viejo que no cumpla los suyos. Morir a los cien años será
morir niño, y no llegar a los cien años será tenido por maldición.”
(NC) Queda claro que en la “Nueva Tierra” ¡También se morirá!... porque “morir a los cien años será morir niño” y “no
llegar a los cien años será tenido por maldición”.
Con relación a la vida
conyugal, los TJ afirman que los sobrevivientes del
Armagedón mantendrán su eventual estado de casados y que tendrán hijos, pero
que los que resuciten de las tumbas conmemorativas vivirán con una mentalidad y
unos instintos no carnales. Y es que las palabras de Jesús en (Lc 20;34-36) deben aplicarse a
la resurrección terrenal, según “Preguntas de los lectores” en (“La Atalaya”
1/6/1968): “Jesús está hablando
acerca de la resurrección terrenal y acerca de lo que será la situación para
los miles de millones levantados de entre los muertos a la vida terrenal. A
muchos siervos fieles de Dios que tienen la esperanza de vivir para
siempre en la Tierra y cuyos cónyuges han muerto les gustaría tener apoyo para
su esperanza de que podrían ser reunidos como esposo y esposa en la
resurrección… tenemos que admitir -sin embargo- que las palabras de Jesús
indican que los resucitados no se casarán ni serán reunidos en una
relación de matrimonio con cónyuges anteriores… Esta conclusión, es
difícil de aceptar para algunos debido a la fuerte influencia de las emociones
humanas” Y yo me pregunto, ¿es que no sentirán nada cuando vean a su esposa
pasar por delante, no sentirán deseos de abrazarla, besarla y convivir con
ella? ¿Es que la perfección cambiará la mentalidad de los que resuciten con
respecto al sexo y a la familia? No es esto lo que se desprende de los dibujos
que nos ofrecen los TJ en sus revistas.
De los muchos ejemplos que
podríamos presentar de esta contradicción en su doctrina, tenemos el que se lee
en (¡Despertad! agosto/2010, pág 22,23). Se refiere a una
joven que se ve involucrada en un accidente del que sale ilesa, pero en el que
fallecen sus padres. Dice: “Al principio me preguntaba por qué le había
sucedido algo tan terrible a mi familia… También
recordaba el amor de Jehová al darnos la fantástica esperanza de la
resurrección. Podremos ver de nuevo a nuestros familiares… ¡y esta
vez será en un paraíso terrestre! … Cuando me encuentro con
personas que también han pasado por alguna desgracia, me entristece que
no conozcan la hermosa promesa de la resurrección… ¡Cuánto anhelo el nuevo
mundo de Dios y la resurrección! Entonces ya no habrá más dolor
ni muerte. Saber que todos volveremos a estar juntos me motiva a seguir
adelante. Estoy deseando abrazar con todas mis fuerzas a mamá, papá, y
decirles: “¡Todos estamos aquí!”.
Vemos, pues, que una de las
situaciones que más presentan los TJ –la del reencuentro en el nuevo mundo de
los familiares- como motivadora de la fe en la doctrina de la resurrección y de
la vida eterna en la Tierra, está claramente en contra –como hemos visto- de
las palabras de Jesús en (Lc 20;34-36) y de las propias palabras y comentarios
de los TJ.
Estoy convencido de que el
grueso de los Testigos de Jehová, o sea, los que van por las calles y casas
repartiendo revistas, no se ha dado cuenta de que interpretar a Isaías
queriendo que sus palabras nos proporcionen para el futuro la garantía de
una vida feliz, de acuerdo con los parámetros actuales de felicidad, es cerrar
los oídos a la Palabra de Dios que nos está prometiendo, de continuo, un Reino
de Dios o de los Cielos que no tiene nada que ver con nuestro mundo actual,
sino que es infinitamente superior e imposible de captar con nuestros sentidos
y con nuestra inteligencia, y que para introducirnos en su comprensión, lo
hace a través del profeta presentándonos al máximo de la perfección las cosas
de este mundo que aquí nos harían sumamente felices: salud, comida, amistad,
vivienda, familia, etc pero que sólo son un símbolo de lo que se nos está
prometiendo en realidad. Por eso San Pablo nos dice que “el corazón humano no puede imaginar lo que
tiene Dios preparado para aquéllos que le aman” (NC). O, dicho de otra forma
por los propios TJ: “No se ha concebido en el corazón del hombre las cosas que
Dios ha preparado para los que lo aman” (NM) (1Cor 2;9). Los TJ, sin embargo,
creen haberlo imaginado y concebido…