martes, 11 de julio de 2017

SI SE COME Y SE BEBE LA CARNE Y LA SANGRE DE CRISTO, ESTAMOS ANTE UN ACTO DE CANIBALISMO

SI SE COME Y SE BEBE LA CARNE Y LA SANGRE DE CRISTO, ESTAMOS ANTE UN ACTO DE CANIBALISMO

s/TJ:
El Evangelio de Mateo explica lo que pasó: “Jesús tomó un pan y, después de decir una bendición, lo partió y, dándolo a los discípulos, dijo: ‘Tomen, coman. Esto significa mi cuerpo’. También, tomó una copa y, habiendo dado gracias, la dio a ellos, diciendo: ‘Beban de ella, todos ustedes; porque esto significa mi “sangre del pacto”, que ha de ser derramada a favor de muchos para perdón de pecados’” (Mateo 26;26-28) (NM)
Hay quienes creen que Jesús convirtió realmente el pan en su carne, y el vino en su sangre. Sin embargo, el cuerpo de Jesús seguía entero cuando él ofreció el pan. ¿Puede decirse entonces que comieron de verdad los apóstoles la carne de Jesús y bebieron su sangre? No, pues eso habría sido un acto de canibalismo y una violación de la ley de Dios (Gn 9;3-4) (Lv 17;10) (“Enseña” pág. 206-207)


Análisis:
Tras leer la pregunta de los TJ y su propia respuesta, queda claro que sea cual sea la interpretación de este tema, no se trata de un caso de canibalismo, porque como dicen los TJ “el cuerpo de Jesús seguía entero”. Y si no hay canibalismo, tampoco se produce una violación de la ley de Dios. Esto está bien. Pero fijémonos en dos de los tantos milagros que hizo Jesucristo a lo largo de su vida: Primera multiplicación de panes y peces (Jn 6;1-15) (Mt 14;13-23) (Mc 6;30-46) (Lc 9;12-17), segunda multiplicación de panes y peces (Mt 15;32-39) (Mc 8;1-9). Tanto en uno como en otro, al final, después de haber comido y saciado a miles de personas con la multiplicación de los pocos panes y peces de que disponía, sobran, gracias al poder de Jesucristo, varios cestos de comida. Quiero decir, que el poder de Jesucristo puede conseguir lo que quiera y, por lo tanto, el hecho de que el cuerpo de Jesús siga entero en todo momento, no quiere decir que su cuerpo y su sangre no sea “verdadera comida y “verdadera bebida” (Jn 6;55). Yo no hablo de canibalismo. Canibalismo sería, como muy apropiadamente dicen los TJ, si el cuerpo de Jesús no siguiera entero. Pero no es este el caso. El cuerpo de Jesús sigue entero y sus seguidores podemos cumplir – al seguir su mandato de repetir lo que él había hecho en la última cena- su instrucción rotunda: El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna… porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.” (Jn 6;54-55)