viernes, 29 de septiembre de 2023

LA “CENA DEL SEÑOR”, "CONMEMORACIÓN", "MEMORIAL", ¿DEBE CELEBRARSE UNA SOLA VEZ AL AÑO?

LA “CENA DEL SEÑOR”, "CONMEMORACIÓN", "MEMORIAL", ¿DEBE CELEBRARSE UNA SOLA VEZ AL AÑO?

s/TJ:
Aunque Jesús mismo no declaró explícitamente cuándo y cuán a menudo debería celebrarse u observarse el Memorial de su muerte, no obstante, la razón, el tiempo que escogió para instituirlo y lo que el resto de las Escrituras relacionado con este tema nos dice, todo nos ayuda a llegar a conclusiones lógicas.  En primer lugar, ¿no es razonable o lógico el conmemorar la muerte de Cristo anualmente? Todos los otros acontecimientos dignos de atención  se conmemoran anualmente.   El celebrarlo más frecuentemente no agregaría nada a su importancia, sino que, más bien, parecería quitarle mérito, haciéndolo común (¡Despertad! de 8.4.92, pág. 9)
La cena del Señor tenía que celebrarse una vez al año y con ella se conmemoraba la muerte de Jesús (¡Despertad! de 8.4.92, pág. 6)
Análisis:
Los TJ creen que deben celebrar su Conmemoración una vez al año. Me parece bien. Los cristadelfianos, semanalmente. Bien. Los católicos a diario. También me parece bien. Cada uno presenta sus razones. Y es que Jesucristo -como los propios TJ reconocen- no dice nada al respecto. Pero en sus palabras, parece entenderse que puede serlo muy a menudo: “Cuantas veces…” (1Cor 11;25)
Pablo en (1Cor 11;26) nos explica: “Pues cuantas veces comáis este pan y bebáis este cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que él llegue” (NM) o “venga” (NC). No se trata, pues, de celebrar un simple aniversario, se trata de “proclamar” la muerte del Señor, hasta que llegue. Es lógico, pues, que cuantas más veces repitamos a través del mundo lo que Cristo dijo e hizo, más intensa será la proclamación de la muerte del Señor y de su obra de redención. Cristo no puso ningún límite.
En (Lc 24; 30-35) el propio Jesucristo efectúa lafracción del panante los dos discípulos de Emaús y ya no es Pascua. Ante lafracción del panse les abren los ojos a los discípulos y lo reconocen. En (Hech 2;46) nos dice de modo global cual era la actitud de los cristianos y en concreto con relación al “partir el pan”. En (Hech 20;7-12) Pablo se reúne con sus amigos parapartir el panen el primer día de la semana (domingo). En varios puntos se habla de que los cristianos se reúnen para “partir el pan”: (Hech 5;42)(Hech 9; 17-19)(Hech 16; 25-34)(Hech 27; 9-44). Estos versículos demuestran asiduidad y frecuencia.
En estas comidas, la "fracción del pan"-o sea, lo que Cristo ordenó que hicieran- se hacía antes o después de la comida propiamente dicha, e incluso en el transcurso de la misma, para vivenciar la presencia de Jesús entre ellos. Precisamente, el defecto de la comunidad de Corinto consistía en la falta de "comunidad", manteniendo las diferencias  sociales entre ellos, aun en el mismo momento de la celebración de la "fracción del pan" (1Cor 11;17-22) (11;30-34). Faltar a la caridad era comer el pan y el cáliz "indignamente", y por lo mismo, hacerse reo del Cuerpo y de la sangre del Señor (1Cor 11;27). Era una falta grave porque no se hacía distinción entre la comida ordinaria y la "cena del Señor". Pablo parece reprobar no sólo los abusos sino también el hecho de celebrar la "fracción del pan" al mismo tiempo que una cena común que fácilmente derivaba en situaciones indignas al no discernir entre el cuerpo del Señor y la comida común (1Cor 11;29). De hecho, Pablo dice a los corintios: "¿No tenéis casas para comer y beber?  (1Cor 11;22) Y, también: "Si alguno tiene hambre, que coma en su casa" (1Cor 11;34).
Es importante el día de la celebración, el primer día de la semana, esto es, al otro día del sábado, el día de la resurrección de Jesús. La reunión dominical es una característica peculiar de los cristianos, que se reúnen ya desde el principio en el día de la resurrección de Jesús. Así, la celebración parece más asociada al domingo que al jueves (día de la última cena) o al viernes. El desplazamiento es, al menos, significativo (Hech 20;7-11) (1Cor 16;2) (Ap 1;10).
Finalmente, es curioso ver, entre las referencias anteriores que presentan los TJ, la de (¡Despertad! de 8.4.92, pág 9), donde invocan la razón y la lógica (no la Biblia) para demostrar la veracidad de sus planteamientos.
s/TJ:
La razón principal por la que los Testigos recordamos la muerte de Jesús es porque él mismo lo ordenó (Lc 22;19). Mientras cenaban, Jesús dio a sus discípulos instrucciones muy claras. (“La Atalaya” 1 de abril de 2015, pág. 12)
El 14 de Nisán, según el calendario judío, es la fecha en la cual Jesús instituyó la celebración de su muerte.  Esa fecha le hace a uno recordar la noche cuando la nación de Israel fue libertada de la esclavitud en Egipto al tiempo en que murieron todos los primogénitos de Egipto. Esa liberación ciertamente merecía ser conmemorada, y por eso Jehová Dios mandó que se conmemorara.   ¡Cuán apropiado que la muerte de Jesús que hace posible que toda la humanidad reciba liberación de la esclavitud al pecado y la muerte, aconteciera y se conmemorara esa misma noche!  (Ex 13;1-16) ("La Atalaya" de 15.3.70, pág 163-164) 
Análisis:
Primero de todo, hay que tener en cuenta que sólo Lucas, de entre los cuatro evangelistas, y solo en el pan, hace constar la orden de “Haced esto en memoria mía” (NC) (Lc 22;19), o "en memoria de mí" (NM) . Pablo también lo recuerda, y añade la orden para el vino que no aparece concretamente en ningún evangelista. Es todo lo que hay sobre este tema.  Pero fijarse que Pablo no habla de simple aniversario, habla de "proclamación", expresión que también recogen los TJ en su traducción del Nuevo Mundo.

Así, pues, los discípulos quedan obligados a hacer "esto" en memoria de Jesús.  ¿Y qué es “esto” que tienen que hacer? Pues… “tomar el pan, dar gracias, partirlo y darlo”, diciendo: “Este es mi cuerpo”. No hay que cambiar nada ni proceder a una lección de interpretación sobre sus palabras cuando se quiera cumplir con este mandamiento de Jesús. Simplemente hay que repetir lo que Él hizo y dijo. Y lo mismo con el vino.

¿Con qué frecuencia deberá hacerse esta celebración? Jesucristo sólo les dice que deben hacerla, añadiéndoles que cada vez que lo hagan, proclamarán la muerte del Señor hasta que el venga (1Cor 11;24-26).

En una fecha tan temprana como los años sesenta del siglo I, la expresión “día del Señor” ya iba referida al domingo (Ap 1;10). Para finales del siglo I (Didajé XIV) (Epístola a los Magnesios IX de Ignacio), etc ya resultaba obvio que el sábado era el día sagrado de los judíos, mientras que el de los cristianos era el domingo. En cuanto a las fuentes contenidas en el Talmud, suelen acusar a los judeo-cristianos de la consideración del domingo como día sagrado.

Así, pues, en el Nuevo Testamento o Escrituras Griegas, hay suficientes puntos para poder aceptar que los discípulos de Cristo se reunían el domingo para celebrar “la fracción del pan”, momento más importante de su naciente iglesia.

Hasta que él llegue” (NM), dice la Biblia, debe proclamarse la muerte del Señor.  Según los TJ, Cristo ya ha regresado. Nos dicen que la vuelta de Cristo no significa que él vuelva literalmente a esta Tierra.  Más bien, significa que él toma el poder del Reino para con esta Tierra y dirige su atención a ella.  Para hacer eso, él no tiene que abandonar su trono celestial y de hecho bajar a la Tierra.

“Puesto que la vuelta de Cristo es invisible, -siguen contándonos los TJ- ¿hay alguna manera de confirmar que realmente haya acontecido? Sí, la hay -responden los propios TJ-. Cristo mismo dio una "señal" visible por la cual podemos saber que él está presente invisiblemente y que el fin del mundo se ha acercado. La prueba bíblica muestra que en el año 1914 llegó el tiempo de Dios para que Cristo regresara y empezara a regir (Ap 12;10)” (“Usted puede vivir...”, pág. 146-147) (“¡Despertad!” de 8.3.68, pág. 28)

Pero si Cristo ya ha regresado, digo yo, ¿por qué siguen los TJ celebrando la cena del Señor cada año?
Finalmente, es curioso ver como los TJ, cuando les interesa, lo que no dice Jesús no puede aceptarse de ninguna de las maneras. Por ejemplo, Jesús no habló de más celebraciones festivas aparte de la "Cena del Señor": pues no pueden celebrarse más fiestas a lo largo del año porque "Jesucristo no autorizó ninguna otra fiesta"... "Esta es una cuestión de obediencia. Jesús sólo instituyó una celebración que los cristianos debían observar...  ¿Quién, pues tiene derecho a cambiar eso?   ("La Atalaya" de 15.3.94, pág. 3 y 7).  En cambio, cuando los TJ se preguntan: "¿deben dar el diezmo los cristianos?, contestan: "Ni Nuestro Salvador ni sus apóstoles han dado mandato alguno en cuanto a este asunto de los diezmos". La conclusión siendo coherentes parece, pues, que debería ser: "No deben darse diezmos, porque Jesucristo no lo autorizó, ¿quién, pues, tiene derecho a cambiar eso?". Pues no, la conclusión a la que llegan los propios TJ, es: "A los cristianos no se les manda dar el diezmo... pero si el cristiano opta por dar voluntariamente una décima parte de sus ingresos para el adelantamiento de la adoración verdadera, no habría objeción bíblica a que hiciera tales donaciones" ("La Atalaya" de 1.12.91, pág. 30). O sea, que fiestas no porque Jesucristo no las autorizó expresamente, ahora, dineritos sí, a pesar de que Jesucristo no lo autorizó expresamente. ¡No me gusta!