jueves, 10 de abril de 2014

LA CAUTIVIDAD DE 70 AÑOS EN BABILONIA

s/TJ:

En relación a la cautividad de 70 años en Babilonia, nos dicen los TJ que Jeremías escribió el libro Segundo de los Reyes, además del otro que lleva su nombre, dejándolos terminados “hacia el año 580 aC” (Toda Escritura… pág 69.124).

Análisis:

Se ve claro que la frase «servirán estas gentes al rey de Babilonia setenta años» se refiere a una cautividad de 70 años.

Pero veamos cómo explica el mismo Jeremías el desarrollo histórico y cronológico de los hechos por él anunciados:

a) El año cuarto del reinado de Joaquim, rey de Judá, coincidió con el año primero del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia (Jer. 25:1).He ahí un inapreciable sincronismo que une la historia bíblica con la historia profana desde el mismo comienzo del período a que se refiere el tema que estamos tratando.

b) El año anterior, es decir, el año tercero del reinado de Joaquim y, evidentemente, el año ascensional de Nabucodonosor es cuando éste se llevó los primeros cautivos judíos de Jerusalén a Babilonia, entre los cuales estaba Daniel (Dn 1;1-6)(2Cr 36;5-8)..Es evidente que estos primeros cautivos judíos, que son llevados a Babilonia, fueron hechos prisioneros el año 605 aC (o dentro del año bíblico que va desde la luna nueva de septiembre-octubre -del año 606 a la luna nueva de septiembre-octubre del año 605), que es cuando transcurre el primer año del reinado de Nabucodonosor.

Según el texto bíblico, en el tercer año del reinado de Joaquim, Nabucodonosor sólo se llevó de Jerusalén “parte de los objetos de la Casa de Dios”, es decir, del Templo, y a un grupo de jóvenes; eso fue todo.

c) En otra ocasión, cuya fecha no se indica, Nabucodonosor hizo vasallo suyo a Joaquim, quien le quedó sometido por tres años: “En sus días, Nabucodonosor, rey de Babilonia, hizo una expedición y Joaquim le quedó sometido durante tres años. ( ... )” (2 Rey 24;1).

La Biblia no dice en qué fecha tuvo lugar este sometimiento de Joaquim a Nabucodonosor; pero, como se dice, por una parte, que “quedó sometido durante tres años”, y, por otra parte, que, después de esos tres años de sometimiento, se rebeló contra el rey de Babilonia, y, a continuación de lo cual, murió (2 Rey. 24;1-6), puede suponerse que esos tres años de sometimiento de Joaquim fueron los tres últimos años de su reinado y de su vida.

Por tanto, Joaquim se rebeló hacia el final de su décimo año de reinado. Entonces vinieron contra él los ejércitos de Babilonia, contra cuyo rey se había rebelado (2 Rey. 24;1-4).

Como el año décimo del reinado de Joaquim coincide con el año séptimo del reinado de Nabucodonosor, resulta que en esta ocasión (año séptimo de Nabucodonosor) fueron llevados 3.023 judíos cautivos a Babilonia (Jer. 52;28), lo cual aconteció en el año 598. Poco tiempo después de estos acontecimientos, habiendo comenzado ya su undécimo año de reinado, y el octavo de Nabucodonosor, Joaquim murió y le sucedió su hijo Joaquín (2 Rey 24;5-6).

d) Cuando Joaquín llevaba reinando sólo tres meses, y, por tanto, dentro de ese mismo octavo año del reinado de Nabucodonosor, éste vuelve a venir contra Jerusalén y se lleva más cautivos –unos 18.000-, entre ellos al mismo rey Joaquín (2 Rey 24;8-16).

e) Cuando Nabucodonosor se llevó cautivo a Joaquín, puso como rey en Jerusalén al tío de ese rey anterior: ”El rey de Babilonia puso por rey, en lugar de Joaquín, a su tío Mattanías, cambiando su nombre en Sedecías” (2 Rey 24;17).

f) Reinando Sedecías, Jeremías envía un mensaje, de parte de Yahvéh, a los cautivos de Babilonia diciéndoles que, cuando se cumplan los 70 años de cautiverio en Babilonia, Yahvéh los traerá otra vez a su tierra (Jer 29;1-10, 30;3).

Evidentemente, esa carta fue enviada a los cautivos de Babilonia llevados allí antes de la destrucción de Jerusalén, de la desolación de la tierra de Judá y del destronamiento de Sedecías, y en esa carta es Yahvéh quien dice, a los que ya están cautivos en Babilonia (no a los que serán llevados años más tarde al ser destruida la ciudad de Jerusalén en el año undécimo del reinado de Sedecías), que después de 70 años los traerá otra vez a su tierra. Por tanto, es necesario tener en cuenta tres cosas que están expresadas con toda claridad.

- Esos 70 años en cuestión se refieren a la cautividad indiscutiblemente, y no a la desolación que empezaría años después.

- Los 70 años de (Jer. 25;11) se empiezan a contar antes del destronamiento de Sedecías y de la desolación de la tierra de Judá.

- Tampoco se refiere, por tanto, ese período de 70 años de cautividad a los cautivos que serán llevados al ser destruida Jerusalén.

g) El año dieciocho del reinado de Nabucodonosor, esto es, el año 587, fueron llevados más cautivos de Jerusalén a Babilonia (Jer. 52:29); pero aún no fue destruida la ciudad de Jerusalén.

h) El año undécimo del reinado de Sedecías, siendo el año decimonono del reinado de Nabucodonosor, éste destruye la ciudad de Jerusalén, destrona a Sedecías y se lleva más cautivos a Babilonia (2 Rey 24;18-25; 1-11; Jer. 52:1-15).

i) Pero, después de ser destruida la ciudad de Jerusalén, todavía quedan habitantes en la tierra de Judá (2 Rey 25;12, Jer 52;16).

j) Dios quería que esas personas que quedaban en Judá, después de la destrucción de Jerusalén, permanecieran en su tierra (Jer. 42:7-11,19).Es evidente que Dios no quería que el país de Judá quedara desolado, pues no sólo les dice: “No entréis en Egipto”, sino que, además, afirma: “Si os quedáis a vivir en esta tierra, yo os edificaré y no os destruiré, os plantaré y no os arrancaré, porque me pesa del mal que os he hecho”. (Jer. 42;10).

Por consiguiente, si esos judíos hubieran obedecido a Dios, nunca hubiera quedado desolado el país de Judá. Esto nos muestra, una vez más, que la profecía de los 70 años, de (Jer 25;11), no se refiere a la desolación, puesto que, aunque estos judíos hubieran permanecido en Judá y no hubiera quedado nunca el país sin habitantes, dicha profecía de 70 años se hubiera cumplido de todas formas con los cautivos que empezaron a ser llevados a Babilonia en el año ascensional de Nabucodonosor, como ya hemos visto.

k) Pero dichos judíos no obedecen el deseo y la orden de Dios que les decía: “No entréis en Egipto», y, desobedeciendo a Yahvéh, se marcharon a Egipto en el séptimo mes del año 586 (2 Rey 25;22-26, Jer 43; 4-7).

l) Pero Dios hizo volver de Egipto a Judá a algunos de los que se habían marchado allí desobedeciéndole (Jer. 44:26-28), con lo cual otra vez volvió a haber habitantes en Judá.

ll) Esos habitantes de Judá fueron llevados cautivos a Babilonia cuatro años después de la destrucción de Jerusalén y de haberse marchado a Egipto, es decir, el año veintitrés del reinado de Nabucodonosor (Jer. 52:30).

La profecía de (Jer 25;11), referente a los setenta años de cautividad y servidumbre en Babilonia, se cumplió. Esa cautividad empezó el año ascensional de Nabucodonosor, es decir, el año 605 aC  y terminó el año 536 aC, como veremos despúes, lo cual no sólo es evidente según los cálculos de la Biblia, sino que la Historia lo indica también. [Los setenta años son exactos contando según el método inclusivo, o sea considerando completos el primero y el último año, sistema muy utilizado en la Biblia (Gn 40;12,13,18-22)(1Re12;5,12) (2Re 18;9-10)(Est 4;16, 5;1)(Mt 12;40), (Mt 27;63), (Mc 8;31) (Mc 10;34)].

Por otra parte, yo estoy convencido de que los TJ, al menos hasta los años treinta o cuarenta del siglo XX interpretaban la profecía de Jeremías únicamente tal como la hemos interpretado en el sentido de 70 años de cautividad, sin parar demasiada atención al hecho de que realmente los setenta años fueran exactos , o lo fueran “por redondeo”, o incluso lo fueran de un modo significativo como queriendo decir un castigo muy grande, toda una generación. E incluso, creo que no sería motivo de discusión el hecho de que estos cautivos de Israel lo fueran de antes de 606 aC.

“Sedecías fue el último rey de Israel. Fue muy malo para el Señor… por lo que Dios pronunció un mandato de amenaza contra el rey y su pueblo (Ez 21;24-27)…En el año 606 aC  fue ejecutado este mandato, y el pueblo de Israel cayó en manos de sus enemigos, y fueron conducidos como cautivos a babilonia, donde se les obligó a que sirviesen en aquella nación durante  setenta años. Aunque un resto del pueblo de Israel volvió a su tierra nativa, nunca volvieron a tener un rey…”.(Liberación, pág 99 y 100)