miércoles, 18 de noviembre de 2020

¿ESTAMOS PREPARADOS PARA VIVIR EN EL PARAÍSO?


s/TJ: (Resumiendo este extenso tema):

¿ESTAMOS PREPARADOS PARA VIVIR EN EL PARAÍSO?

LA VIDA de verdad. ¿En qué piensa cuando lee esta expresión? El apóstol Pablo dijo que la vida de verdad es “la vida eterna” (1Tim 6;12) (1Tim 6;19). Para la mayoría de nosotros, esa vida es la que Dios ha prometido darnos en el Paraíso, la que nos hará realmente felices; por eso estamos tan pendientes y deseamos tanto que llegue…
Aunque todo eso será increíble, lo que más alegría nos causará será servir a Jehová. ¡Qué felices nos sentiremos de que se haya limpiado el nombre y la reputación de Dios! Por fin quedará claro que su gobierno es el mejor (Mat. 6:9, 10)…
CÓMO PREPARARSE
Imagínese que está a punto de mudarse al extranjero…

Hoy día, Satanás ha convencido a la mayoría de las personas de que pueden hacer lo que quieran. Mucha gente cree que no tiene por qué darle cuentas a nadie, y mucho menos a Dios…

Bajo la dirección de Dios convertiremos la Tierra en un hermoso jardín y enseñaremos a los resucitados…

Otra manera de prepararnos para la vida en el Paraíso es estar contentos desde ahora con lo que nos toca y estar dispuestos a cooperar con los representantes de la organización de Jehová…

Vivir en el Paraíso bajo el gobierno de Cristo es un privilegio que merece cualquier esfuerzo…

Por otra parte, en el nuevo mundo habrá veces en las que tendremos que ser pacientes…

Algo que también necesitaremos en el Paraíso es saber perdonar…

En el Paraíso no necesariamente recibiremos todas las cosas justo cuando las queramos…

PÓNGASE METAS ESPIRITUALES
Veamos otra manera de prepararnos para la vida de verdad. Aunque en el nuevo mundo tendremos todas nuestras necesidades físicas cubiertas, lo que más felicidad nos causará será ver cubiertas nuestras necesidades espirituales y tener una amistad perfecta con Jehová..

¿Qué podemos hacer para servir a Jehová con más entusiasmo? Entre otras cosas, ponernos metas claras. En caso de que seas joven y estés pensando en dedicarte al servicio de tiempo completo...

LA MEJOR MANERA DE VIVIR
Quizás alguien se pregunte: “Si dedico mi tiempo a prepararme para el futuro, ¿no estaré desperdiciando el presente?” ¡Claro que no! …

En el nuevo mundo habrá tiempo para hacer las cosas que más nos gustan…

En el Paraíso seremos muy felices, mucho más de lo que podemos imaginarnos…  (LA ATALAYA 15 de agosto de 2015 (de estudio) (pág 19-23)

Análisis:
Los TJ no se cansan de repetir lo bien que se vivirá en el Nuevo Mundo que iniciará su andadura después de la Gran Tribulación que tendrá lugar ¡pronto…! Pero a mí me da la impresión que los TJ que patean a diario la calle y que llaman incesantemente a las puertas de nuestras viviendas, no tienen las ideas muy claras sobre cómo la doctrina de los TJ plantea llegar a esta supuesta situación de bienestar. Vamos a ver:

No voy a exponer con minuciosidad la situación de bienestar que los TJ ofrecen en el Nuevo Mundo para quienes sigan su doctrina. La conocemos de sobra. Sólo recordaremos que: No habrá enfermedades ni físicas ni mentales, la muerte ya no existirá, los hijos se reencontrarán con los padres y con los abuelos y todos juntos, con los amigos de unos y otros. No habrá guerras, ni hambre. Todo lo bueno será abundante. Se edificarán casas y se ocuparán. Se plantarán viñas y se comerá su fruto. Cada ser humano desarrollará sus habilidades y talentos y será recompensado por sus esfuerzos sin prejuicios. Toda persona manifestará las cualidades morales de integridad, amor, lealtad, etc, etc. etc.

Pero todo esto que los TJ enseñan que será la manera cotidiana de vivir la vida eterna aquí en la tierra  y que la Sagrada Escritura promete  a quienes se esfuercen por conocer a Dios y a su enviado Jesucristo, repito según los TJ, no será una situación inmediata. No será una forma de vida que se vaya a experimentar en la tierra enseguida que tenga lugar la resurrección de justos e injustos que Jesucristo nos ha anunciado. Esta vida tan bien ambientada que explican los TJ, no tendrá lugar hasta que hayan transcurrido no sólo los mil años de juicio de 365 días cada uno de ellos que Jehová, el creador del mundo, “necesita” para que sus creaturas tengan una nueva oportunidad de demostrarle su amor, sino también hasta que posteriormente a estos mil años, Satanás haya sido soltado de su prisión y habiendo puesto a prueba a todas las personas de esta tierra que todavía estén vivas, una gran cantidad de ellas, en número enorme como la arena del mar, sean extraviados ¡Qué cosas!

Y es que la forma de vida que se promete, no será regalada por Jehová ni a quienes provengan de la Gran Tribulación, o sea, los  TJ que en aquel momento estén en activo, ni mucho menos a quienes resuciten cuando oigan la voz que los llama a una nueva vida. La vida eterna deberá ganarse a pulso a lo largo de los mil años que durará este período y además, como un examen final, se deberá salir ileso del último embate de Satanás al fin de este larguísimo período y dejar perfectamente demostrado que quienes subsisten son ya personas perfectas curtidas en las tareas de servir a Jehová sin ningún resquicio.

Los TJ –de acuerdo con el contenido de este artículo de La Atalaya que estamos analizando: ¿Estamos preparados para vivir en el Paraíso?- vienen a decirnos lo siguiente:

En el milenio que durará el Juicio, los TJ procedentes de este mundo a través de la Gran Tribulación y los miles y miles de millones de injustos que escalonadamente resucitarán, deberán respetar el derecho de Jehová a ordenar lo que deben hacer e intentar cumplirlo a rajatabla, pero no por milagro, sino por voluntad propia. Exactamente como ahora deberían respetarse las instrucciones que emanan de su organización aquí en la tierra…

Pero no todos cumplirán las nuevas órdenes que nos dará Jehová. De hecho cuando se resucite a justos e injustos, los TJ enseñan que se les juzgará no por lo que han hecho en esta vida sino por lo que harán en el Nuevo Mundo. Y según nos dice Jesucristo, a través del evangelista Juan, unos habrán hecho “cosas buenas” pero otros “cosas viles”, y estas, sin duda, repercutirán en la felicidad y el bienestar de los demás. Será tal el desafuero de algunas personas que incluso será necesario eliminarlas antes de que acabe el Día del Juicio. Lo dicen los propios TJ en ("Usted puede vivir...", pág 180). Y es lógico que el desafuero de estos sea en detrimento, en la mayoría de los casos, como ya he dicho, de la felicidad de otros. Y el hacer “cosas viles” no hemos de creer que sólo estará en la mente de muchos injustos, sino también en la de muchos procedentes de la Gran Tribulación ya que tanto unos como otros serán igualmente imperfectos hasta el fin del Día del Juicio.

Todos deberemos trabajar duro para disponer de lo necesario a fin de que los resucitados que  irán apareciendo día tras día en continuas y sucesivas oleadas a lo largo de cientos de años puedan ser debidamente acomodados. Bajo la dirección de Dios, la Tierra deberá convertirse en un hermoso jardín mientras los millones de resucitados serán debidamente instruidos. Si el trabajo que se asigna a uno u a otro no es del total agrado de estos, deberán esforzarse para hacerlo lo mejor posible tratando de encontrarle gusto a la nueva tarea. Debemos, pues, estar contentos desde ahora con lo que nos toca y estar dispuestos a cooperar con los representantes de la organización de Jehová. Según mis números, si la resurrección tiene lugar a lo largo de 800 años, resucitarán diariamente unas 200.000 personas que necesitarán casa-vivienda, vestido, comida, formación, etc. Puede calcularse cualquier variante pero los números, en cualquier caso, serán escalofriantes.

Cualquier asignación de un servicio deberá aceptarse con gusto y llevarlo a cabo con entusiasmo. Por lo que si este hecho se aprende a hacerlo hoy, será más fácil luego en el Paraíso. Aprendamos, pues, a estar contentos con lo que tenemos y pidámosle a Dios que nos ayude a dar lo mejor de nosotros mismos a pesar de vivir en estos tiempos tan difíciles.

Tal vez tengamos bien claro en nuestra mente dónde nos gustaría vivir, pero ¿y si nos piden que vivamos en otro lugar, al otro extremo de la tierra?. Pues nada, es igual. Si tenemos un espíritu  de cooperación, estaremos satisfechos y serviremos felices a Jehová sin importar dónde vivamos.

Habrá veces en las que se tendrá que ser paciente. Imaginemos esta situación: nos enteramos de que algunas familias están contentísimas porque ya han resucitado sus seres queridos. En cambio, nosotros quizás llevamos quinientos años esperando a que resuciten los nuestros. ¿Qué haremos? Nos alegraremos por esas familias. Por lo tanto, si ahora aprendemos a ser pacientes y esperamos a que Jehová cumpla sus promesas, en el futuro nos costará menos hacerlo.

En el Paraíso no necesariamente recibiremos todas las cosas justo cuando las queramos. Si somos agradecidos y estamos contentos con lo que tenemos desde ahora, será más fácil aceptar ese hecho. En el nuevo mundo necesitaremos todo lo que estamos aprendiendo hoy. Acostumbrémonos a vivir tal como  lo haremos en el futuro; así tendremos cualidades que nos serán útiles por toda la eternidad.

Algo que también necesitaremos en el Paraíso es saber perdonar. ¿Por qué? Porque durante el Reinado de Mil Años de Jesús, todos —tanto justos como injustos— seremos imperfectos, y nuestros defectos no desaparecerán de la noche a la mañana. ¿Seremos capaces de resolver nuestras diferencias y tratarnos con cariño? Si aprendemos a perdonarnos y a llevarnos bien desde ahora, en el nuevo mundo se nos hará más fácil.

¿Qué podemos hacer para servir a Jehová con más entusiasmo? Entre otras cosas, ponernos metas claras. Si somos jóvenes, nada de estudios ni carreras mundanas en esta vida. Podemos estar  seguros de que no hay mejor escuela para servir a Jehová en el Paraíso que dedicarse al servicio de tiempo completo. Empecemos, pues, pensando en serio sobre esta opción ya en este momento y preparémonos para la vida que nos espera en el futuro. Ya sabemos que deben construirse millones de casas-viviendas como nos han enseñado la organización a lo largo de años en sus folletos, disponer de millones de metros cuadrados de superficie para los animalitos que sin duda nos acompañarán en nuestra vida, no gatos ni perros, sino leones, tigres, panteras, construir sin duda miles de kilómetros de nuevas carreteras repletas de flores por ambos lindes, instalaciones de miles de kilómetros de tendido eléctrico, no sabemos si proveniente de centrales atómicas, pantanos o molinos eólicos, pero todo se andará y se decidirá, alguien efectuará estos trabajos porque Jehová es sabio y previsor… Pero es que además, en el Nuevo Mundo, además de colaborar en todo ello, a pesar de que los días seguirán teniendo 24 horas, tendremos tiempo para hacer las cosas que más nos gusten, música, arquitectura, ciencias, etc, y lógicamente estudiar a fondo la Biblia y las nuevas instrucciones que Jehová tenga a bien facilitarnos. Después de todo, Jehová nos creó con el deseo de sentirnos realizados y disfrutar de la vida al máximo. Él puso en nosotros ese deseo y él se encargará de satisfacerlo. ¡Digo yo!

“Así, pues, en el Paraíso seremos muy felices, mucho más de lo que podemos imaginarnos. Demostremos que queremos vivir allí preparándonos ahora: esforcémonos por ser las personas que Jehová quiere que seamos, prediquemos con entusiasmo y pongamos el Reino en primer lugar. El nuevo mundo será una realidad muy pronto; Jehová no va a fallarnos. ¡Vivamos como si ya estuviéramos allí!”

Con estas palabras exactamente termina el artículo de los TJ que hemos analizado: “¿Estamos preparados para vivir en el Paraíso?”