TRADUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO. DIVERSOS COMENTARIOS
Rudolph Stuart Marshall explica en un artículo aparecido en
(“La Atalaya 1/12/2008, págs. 26-29) que aprovechando sus conocimientos de
lógica y teología que había adquirido en sus primeros años en escuelas
católicas, así como posteriormente en la Universidad donde obtuvo una
licenciatura de Economía y en clases de Filosofía y Teología, se decidió en un
momento determinado a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Resultado
de ello es que Rudolph se bautizó en 1991 y en 1998 se hizo evangelizador a
tiempo completo.Ahora nos encontramos en 2020, no sé nada más de este señor
que supongo debe vivir con sus 80-85 años, pero ya que he citado su artículo de
2008 que detalla el contenido del punto anterior, me gustaría haceros algunos
comentarios sobre dicho contenido.
Rudolph titula su relato: “Buscando errores, encontré la
verdad”. Lo primero que quiero decir es que, a mí, en mi relación con los
testigos, me ha ocurrido todo lo contrario: “Buscando errores, reencontré la
verdad”. O sea, hablando con los testigos de Jehová y leyendo su inacabable
literatura, he confirmado mis creencias católicas y mi fe en el Dios que me enseñaron
mis padres y también los religiosos de las escuelas católicas que como el señor
Rudolph frecuenté, aunque solamente hasta los dieciséis años. Después pase al
grupo de los llamados autodidactas.
Dice Rudolph que estudió la Biblia con los testigos. Me
imagino que lo que estudió Rudolph, al menos antes de bautizarse, fue más bien
un resumen de unos cuantos puntos apoyados por la Biblia traducida e
interpretada por la Watch Tower (Sociedad de la que no se conoce ni a uno de
sus “expertos” en idiomas bíblicos). Sin embargo, los testigos, según el propio
Rudolph, consiguieron convencerle de que la Biblia es la Palabra de Dios. Y, no
solamente esto, sino que además lo convencieron de que lo habían conseguido
aplicándole un "programa educativo completo y exhaustivo como ningún otro hay en
el mundo" ¡Esto es una maravilla!
Dice Rudolph que Jehová capacita a sus testigos para enseñar
las verdades bíblicas de una manera que “apela no solo al intelecto, sino
también al corazón”. Les aseguro que, si esto es así, no puedo creerme que una
persona con el bagaje intelectual de Rudolph, quede indiferente ante la
traducción que “su” Biblia (La Traducción del Nuevo Mundo) hace, por ejemplo,
de (Mt 26;26-28) al indicar que las palabras de Jesús en la Santa Cena fueron:
“Esto significa mi cuerpo, esto significa mi sangre”, teniendo en cuenta
las razones que se aducen para ello, por ejemplo en “La Atalaya 1/3/1965, pág
154”, donde, por otra parte, los testigos reconocen que Jesús realmente dijo: “Esto
es mi cuerpo, esto es mi sangre”, como se ha traducido a lo largo de los
siglos en la práctica totalidad de las demás Biblias del mundo.
Tampoco creo que su intelecto no le haga entender a Rudolph que,
tras la interesada interpretación que los testigos de Jehová hacen de (Col
1;15), se ven obligados a cambiar la traducción/interpretación de los
versículos siguientes 16, 17 y 20, en busca de coherencia, anotando “todo lo
demás”, en su última edición, o “todas las [otras] cosas” en anteriores
ediciones, en vez de “todas las cosas” que es lo correcto. Por otra
parte, contradiciéndose, además, con (Jn 1;3) y otros.
Los testigos de Jehová saben que podríamos llenar varias
páginas con interpretaciones que hacen de “su” Biblia una traducción totalmente
interesada y llena de pasajes que han sido manipulados, sin ningún escrúpulo,
para que la Biblia sea la “Palabra de la Watch Tower”, no lo que
realmente es, la “Palabra de Dios”.