jueves, 31 de agosto de 2023

REFLEXIÓN AL TEMA 19: "¿Son los testigos de Jehová verdaderos cristianos?" ¡DISFRUTE DE LA VIDA PARA SIEMPRE!

 ¿Son los testigos de Jehová la única religión verdadera?

  Los TJ, a lo largo de los años y a través de su “literatura”, se declaran enemigos de todas las religiones. Veamos:

“El clero, tanto católicos como protestantes, no representa a Jehová Dios ni a Cristo, sino que representa y sirve a Satanás” (“Luz y verdad”,1933, pág. 12).

“...los guías religiosos, católicos, protestantes y judíos, están bajo la influencia y el poder de los demonios (...) Por esta razón los practicantes de la reli­gión se describen en el capítulo 18 de Apocalipsis como habitantes de Babilonia y por consiguiente, como aves sucias y aborrecibles, que ensu­cian su propio nido y todo lo que les rodea” (Religión, pág. 88).

“...esa institución religiosa [el catolicismo] es el instrumento principal que los demonios usan en la tierra para engañar a la gente y ciegamente conducirlas a la destrucción” (“Religión” pág. 100).

 “...la organización de Satanás, y en particular la Cristiandad, que cons­tituye la parte principal de esa organización terrena del enemigo está ya madura y lista para la destrucción” (“Religión”, pág. 346).

“¿Y quién es el principal responsable de las presentes terribles condicio­nes? El autor de la religión, Satanás, así como los practicantes de la reli­gión, que, por consiguiente, son sus visibles agentes” (“Religión”, pág. 352).

“Babilonia es la madre de todas las religiones y el diablo es el padre de ellas” (“Enemigos”, pág. 68).

Aunque el ataque de los TJ va dirigido contra todas las reli­giones, el blanco principal es el Catolicismo contra el cual dirigen sus dardos más ponzoñosos. Manifiestan un odio impropio de quienes afirman ser cristianos. Resulta absurdo pensar que los miles de religiosos de la cristiandad que han consagrado su vida a cuidar lepro­sos y enfermos en general, y los millones de fieles que viven entrega­dos a cumplir el Evangelio, están perdiendo el tiempo inútilmente, da­do que, como aseguran los TJ, están sirviendo al diablo. Y más absurdo resulta aún suponer que los comparativamente pocos TJ del mundo con todo su bagaje de mentiras, contradicciones y disparates, sean los que sirven al Dios Verdadero.

¿Pero no son una religión los Testigos de Jehová? Aquí se nos presenta otra vez el tema de la “Parrala”. Primero dijeron que sí, después que no, y finalmente, o mejor dicho últimamente, han vuelto a decir que sí.

  Russell –el fundador de los TJ- y los suyos se consideraban una religión y ellos religiosos. Veamos: “...principio fundamental de nuestra santa religión”  (“Anuario de los TJ 1975”, pág. 38).

 “Desde que el escepticismo prevalece, el mismo fundamento de la ver­dadera religión y de la verdad con frecuencia se pone en duda...” (“El plan divino de las edades”, pág. 10).

Durante por lo menos los 25 años del mandato de Rutherford, de 1917 a 1942, los TJ negaron, despreciaron y vilipendiaron la religión como siendo cosa del diablo. Ellos no se consideraban una religión.

 Tanto el resto [los testigos que esperan heredar el cielo} como las otras ovejas [los testigos que esperan vivir en la tierra] reciben apropiada­mente el nombre de `cristianos' (...) Ninguno de estos practica la religión, sino que la evitan como un mortal enemigo” (“Religión”, pág 115)

Y ya nos hallamos en la época actual. ¿Cuál es su postura ante la re­ligión y las religiones? Aunque continúan en abierta oposición y des­precio a todas las religiones, con el cristianismo a la cabeza, ahora ha­cen una clara distinción entre religión falsa y verdadera. Ahora pre­gonan que existe religión falsa y religión verdadera; ellos tienen la úni­ca religión verdadera -¡faltaría más!- y todas las demás: cristianos, budistas, Islam, etc.; todas son falsas.  

“…la religión co­rrecta que queda es la de los Testigos de Jehová. No es presunción el que digamos eso (...) Después que las religiones falsas son descartadas uno debe llenarse de la religión verdadera, para su protección y salvación” (“La Atalaya”, 1955, págs. 405, 412, 413) ¡No sé por qué estas palabras me recuerdan "la parábola del fariseo y del publicano"! (Lc 18;9-14)

Dado que ahora los TJ también se con­sideran una religión, sus propias palabras, con todo lo que escribieron contra la religión, les condena, y diremos como Pilato: “Lo escrito, es­crito está” (Juan,19,21).