A los cristianos ungidos se les otorga inmortalidad
s/TJ:
A los cristianos
ungidos llamados a reinar con Cristo en los cielos (1Pe 1:3, 4) se les promete que participarán con él en la
semejanza de su resurrección. (Ro 6:5.) Así pues, como en el caso de su Señor y cabeza, los
miembros ungidos de la congregación cristiana que mueren en fidelidad reciben
una resurrección a vida inmortal espiritual,
de manera que “esto que es mortal se [viste] de inmortalidad” (1Co 15:50-54).
Su inmortalidad, al igual que la de Jesús,
no significa simplemente vida eterna o el hecho de no morir. El que también se les otorga
el “poder de una vida indestructible” como coherederos con
Cristo lo indica la relación que el apóstol Pablo establece entre la
incorruptibilidad y la inmortalidad que alcanzan. (1Co 15:42-49.) Sobre ellos “la muerte segunda no tiene autoridad”.
El que se otorgue inmortalidad a los herederos
del Reino es aún más notable cuando se tiene en cuenta que incluso los ángeles
de Dios son mortales, a pesar de que no poseen cuerpos carnales, sino
espirituales. Está claro que los ángeles pueden morir pues se emitió un juicio
de muerte contra el hijo espiritual que se convirtió en adversario de Dios, o
Satanás, y contra todos los demás ángeles que siguieron ese derrotero satánico
y “no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido
lugar de habitación”. (Jud 6; Mt 25:41; Rev 20:10, 14.) Por
consiguiente, el que se otorgue “vida indestructible” (Heb 7:16) o “vida
indisoluble” a los cristianos que obtienen el privilegio de reinar con el Hijo
de Dios en el Reino celestial demuestra de manera maravillosa la confianza que
Dios tiene en ellos (“Perspicacia” Volumen I, págs 1229,1230)