martes, 25 de febrero de 2014

ARMAGEDÓN. LA GUERRA DEL GRAN DÍA DE DIOS EL TODOPODEROSO

ARMAGEDÓN. LA GUERRA DEL GRAN DÍA DE DIOS EL TODOPODEROSO  
s/TJ:
Los reyes de la Tierra, una vez han iniciado su derrotero destructor con el  frenesí de  su  cólera, no  se  detendrán, sino  que  enseguida  se volverán directamente contra  los Testigos de Dios  porque estos estarán proclamando que la soberanía pertenece a  Dios y que su reino gobernará. La predicación  del Reino  por los  testigos de Jehová,  llega a  ser el objeto de su ira.
Este ataque  será "la guerra del  gran día de Dios  el Todopoderoso", el Armagedón  (Ap 16;13,14,16).   Del texto  de las  escrituras se  deduce, evidentemente, que la  palabra "Armagedon" alude al  lugar simbólico de una batalla suprema en la que  a los gobernantes políticos de la Tierra, bajo la  persuasión de las  fuerzas demoníacas invisibles, se  les reúne para  pelear, no  unos contra  otros  en una  guerra termonuclear,  sino contra Dios el Todopoderoso y su rey mesiánico, Cristo Jesús.  Y a causa de la asociación con este lugar  simbólico, la guerra misma ha llegado a llamarse Armagedón.  
Pero,  ¿cómo pueden  los reyes  y los  gobernantes políticos  librar una guerra  contra   un  Dios  invisible?.   Un   entendimiento  del  nombre "Armagedón" nos  ayudará a contestar  estas preguntas.  El nombre  es de origen hebreo y  parece significar "montaña de Meguido",  aludiendo a la ciudad-fortaleza hebrea de  Meguido.  Así llega a ser  evidente que está asociado estrechamente con  el territorio del pueblo de  Dios, un pueblo que en  tiempos antiguos, constituyeron  los hebreos.  Era en  Meguido o cerca de  allí, donde  se peleaban batallas  decisivas.  Allí  fue donde Josué derrotó  al rey de Meguido.   Allí el juez Barac  ganó la victoria sobre el rey cananeo Jabín, y en esta batalla se dijo que el Cielo peleó por la victoria  del pueblo de Dios.   Allí fue donde el  rey Josías fue herido mortalmente.   Por eso en Meguido  se reunían reyes de  la Tierra para sus batallas definitivas.  Peleaban  contra los soldados de Israel, pero eso  no era más que  una manera indirecta de  desafiar la soberanía de Jehová, el  Dios de Israel (Js 12;21) (Jc  4;12-24) (Jc 5;19-21) (2Re 23;29-30) 
Hay más  esclarecimiento sobre  este asunto en  la profecía  de Ezequiel concerniente  al ataque  de Gog  de  Magog.  Dirigiéndose  a Satanás  el Diablo, Jehová  indica el tiempo  y el lugar del  ataque y dice:  "En la parte final de los años vendrás a  la tierra del pueblo traído de vuelta de la  espada, recogido de muchos  pueblos, a las montañas  de Israel... aun una tierra  que ha sido sacada  de los pueblos, donde  han morado en seguridad, todos ellos.  Y no podrás menos que subir.  Entrarás como una tempestad.  Llegarás a ser como nubes  que hubieran de cubrir la tierra, tú y todas tus partidas y muchos pueblos contigo" (Ez 38;8-9)
Así vemos  que, bajo  la influencia  de Satanás  o Gog,  los gobernantes políticos de la Tierra, no  pudiendo atacar al reino mesiánico invisible de Dios para mostrar que rehusan  reconocerlo y rendirse a él, descargan su cólera sobre  la única parte del dominio del  Reino que pueden tocar, es  decir,  el lugar,  "la  tierra"  o  la  condición santa  del  Israel espiritual, los testigos ungidos de Dios aquí sobre la Tierra.   
Desde el tiempo de Abel los testigos  de Jehová han sido objeto del odio de hombres y  naciones, pero este ataque es algo  más que la persecución que han experimentado  hasta ahora.  Es un esfuerzo  final, supremo, por destruirlos.  Cuando venga, estos testigos  no estarán todos situados en algún sitio geográfico  específico sobre la Tierra.   Tampoco aparece el nombre "Armagedón"  en algún mapa  geográfico.  No alude  literalmente a las inmediaciones de Meguido, ahora en  la República de Israel, sino que alude simbólicamente al lugar dentro  del dominio de las experiencias de los testigos  de Jehová sobre la  Tierra donde ha de  pelearse la guerra final. 
Observe como la profecía de Ezequiel describe la destrucción que les acontece a los inicuos enemigos de  Dios: "Y yo... te traeré sobre las montañas de Israel... En las montañas de Israel caerás, tú y todas tus partidas y los pueblos que estrán contigo. A las aves de rapiña, a las aves de toda suerte  de ala, y a las bestias salvajes  del campo te daré por alimento"  (Ez 39;2-4).  Hay una  notable semejanza entre esto  y la visión que tuvo el apóstol Juan de la batalla del Armagedón: "Vi también a un ángel que estaba de pie en el  sol, y clamó con voz fuerte y dijo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: 'Vengan acá, sean juntadas a la gran cena de Dios, para que  coman las carnes de reyes y las carnes de comandantes  militares y las carnes de hombres fuertes... de libres así como de esclavos y de pequeños y grandes'...  y todas las  aves se saciaron de las carnes de ellos" (Ap 19;17-21) 
¿Observó usted a  quiénes es que se reduce a  simples cadáveres para que se alimenten de  ellos  las  aves   de  rapiña?   Es  a  los  "reyes", "comandantes militares" y "hombres fuertes", 'libres asi como esclavos y pequeños y  grandes'. Esto limita la destrucción del Armagedón a los reyes  y gobernantes  políticos  de la  tierra habitada  y  los que  los apoyan. 
El Armagedón eliminará toda política en la Tierra y a  los  que obstinadamente persisten en ella tratando  de perpetuar la soberanía del hombre. 
Aunque la "bestia salvaje" que representa la organización política de la Tierra recibió su autoridad del Dragón -el Diablo- (Ap 13;2), éste no puede respaldarla ni apoyarla para que logre  éxito y salvación en la guerra del Armagedón. 
Debido a  que el  gran punto  en cuestión de  la soberanía  universal es entre Jehová Dios y Satanás, Dios se propone que Satanás vea destruida a su  entera "descendencia  terrestre", y  que sepa  que él  personalmente tiene que ser el siguiente en entrar en choque directo con el comandante celestial de  los ejércitos de  Dios.  Su "descendencia  terrestre" será destruida antes de que él se  enfrente al magullamiento de su cabeza (Gn 3;15)  ("La Atalaya" de 1.2.67, pág 733) 
La destrucción de la organización  política visible de Satanás significa el final  del "Tiempo del  fin" que comenzó  cuando los "Tiempos  de los gentiles" se acabaron en 1914 dC (Dn 12;1,4) (Lc 21;24) 
Para limpiar el  universo lo único que queda por  hacerse después de eso es poner fuera de acción a Satanás y sus huestes demoníacas.  
Espíritus  inmundos, demoníacos,  reunirán  a las  naciones  de toda  la Tierra  para  "la guerra  del  gran  día  de  Dios el  Todopoderoso"  en Armagedón.  
En este tiempo, Jehová Dios dará a su Hijo, Cristo Jesús, la comisión de salir para eliminar de la superficie de este hermoso planeta Tierra todo lo que causa dolor y sufrimiento.   La Biblia dice que la eliminación de la iniquidad vendrá  en "la guerra del gran día  de Dios el Todopoderoso en Armagedón" (Ap16;14-16) (Dn 2;44) (Ap 17;14) ("La Atalaya de 15.6.91, pág 7)  
Esto trae  a los  gobernantes en  un choque directo  con el  "Cordero de Dios", su Hijo-Rey  Jesucristo, que es su Principal  Oficial Ejecutivo y Guerrero (Ap 17;14). ("La Atalaya  de 15.6.64, pág 357  y ss) ("La Atalaya" de 15.11.67, pág 694 y ss) 
Jesucristo, el  "Cordero de Dios" demostrará  que es el "Rey  de reyes y Señor  de  los señores"  porque  ningún  rey  ni señor  terrestre  podrá resistirle y vencer (Jn 1;29,36) (Ap 17;14)  
El  gran  diluvio  del  día  de Noé  habrá  sido,  hasta  entonces,  una catástrofe  sin  paralelo para  el  hombre.   Pero  en aquel  tiempo  la población de la Tierra no era tan grande como la que será ahora.  Por lo tanto hay más vidas humanas amenazadas, porque, como el diluvio del día de Noé, la guerra del Armagedón afectará a toda la Tierra. No quedará exceptuado ningún país o lugar de esta tierra habitada. No habrá opositores, ni personas que no estén de parte del reino de Dios y de su Rey ungido Jesucristo, que sean pasados por alto. La pérdida de vida humana no tendrá igual en la historia. del hombre.  
Sin embargo, no habrá un matar confuso, accidental y sin hacer distinción de los habitantes de la Tierra como habría en una tercera guerra mundial. Jehová Dios peleará por medio de su Guerrero Jesucristo contra sus  enemigos, contra   los amigos de este mundo  descarriado, no contra sus propios amigos. ¡Recuerde a Noé y su familia, en total ocho almas humanas, en el arca durante el cataclismo acuoso de cuarenta días por toda  la Tierra!  Son un  cuadro de esperanza. ('La Atalaya" de 1 de abril de 1968, pág 207)  
En la Biblia se describe la destrucción que les acontece a los inicuos enemigos de Dios: "reyes, comandantes militares, hombres fuertes, libres y esclavos, pequeños y grandes". Esto limita la destrucción  de Armagedón a los reyes y gobernantes  políticos de la tierra habitada y los que los apoyan (Ez 39;2-4) (Ap 19;11,17-21) (Ap 20;3) ('La Atalaya" de 15.6.64, pág 357 y ss) (“La Atalaya" de 15.11.67, pág 694 y ss)  
Los inicuos que estén vivos serán destruidos. (1Jn 2;17) (Sal 92;7) (1Cor 6;9-10) (Ap 2;8).  
En consecuencia, pues, hoy es especialmente vital el amoldarse a los principios justos de Dios, porque note lo que dice la Biblia que sucederá cuando Jesucristo se revele corno ejecutor en la guerra del Armagedón de Dios: "Al traer  él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen  las buenas nuevas acerca de Nuestro Señor Jesús.   Estos mismos sufrirán... destrucción eterna" (2Tes 1:7-9) 
En esta batalla, Dios desatará fuerzas poderosas que él sólo controla y eliminará de la Tierra a los inicuos, mientras que preservará a los que le aman y le sirven. (Mt 24) (Mc 13) (Lc 21)(Ap 16; 14-16) 
Aparece de nuevo el caballo blanco mencionado por primera vez en (Ap 6;2). (Ap 19;11) dice: "El que iba sentado sobre el caballo blanco se llama Fiel y Verdadero, y juzga y se ocupa en guerrear con justicia" .De esta manera, el "Rey de reyes y Señor de señores" sale a herir a las naciones y a pisar "el lagar de vino de la cólera de la ira de Dios el Todopoderoso". 'Los reyes de la tierra y sus ejércitos' se reúnen en vano para la guerra del Armagedón. El jinete del caballo blanco completa su victoria. No queda nada de la organización terrestre de Satanás (Ap 19;12-21)   ("La Atalaya” de 1.5.93, pág 26)   ("La Atalaya" de 1.2.2012, pág 1-9) ("La Atalaya" de 1.9.2011, pág 10) ("La Atalaya" de 15.9.67, pág 549)
Análisis:
La fórmula "Señor de los señores y Rey de reyes”  es un hebraísmo para indicar  el supremo grado de realeza y de dominio. Se le aplica a Yhaveh: (Dt 10;17) (1Tim 6;15), y también a Cristo: (Ap 17;14) (Ap 19;16)  
Podemos resumir la doctrina de los TJ acerca del final de Babilonia la Grande y del Armagedón, de la siguiente manera: En todas las religiones hay personas buenas, de buen corazón, que quieren agradar a Dios. Él está uniendo a estas personas mediante las verdades bíblicas que van esparciendo los seguidores de Jehová, o sea los Testigos cristianos de Jehová, adeptos a la única religión verdadera. Pronto, Dios eliminará de forma repentina -mediante la Organización de las Naciones Unidas- a todas las religiones a excepción, claro está, de la de los Testigos de Jehová. Esto será el final de Babilonia la Grande. Y entonces, dicen los TJ que la humanidad entera adorará al único Dios verdadero. 
Pero yo supongo que el Dios verdadero, será solamente adorado por los TJ, porque la mayoría de los millones de personas que no pertenecen a ninguna religión falsa -impíos, indiferentes, ateos, agnósticos, etc-, no habrán sido previamente aniquilados al eliminar Babilonia la Grande, y, por tanto, seguirán vivos. Así, pues, nada de que la humanidad entera adorará al único Dios. Después vendrá el Armagedón y el Día de Juicio de Mil Años. 

Supongo, por otra parte, que quienes montarán contra los siervos de Dios un ataque masivo que dará lugar a la intervención de Jesús en defensa de su pueblo en el Armagedón que vendrá a continuación (Guerra simbólica), serán precisamente los que se hayan librado de la aniquilación al eliminar a Babilonia la Grande, o sea, los "injustos": indiferentes, ateos, agnósticos, etc y los "impíos", merecedores estos últimos del "cortamiento eterno".  Puede decirse que será de nuevo la Organización de las Naciones Unidas la que organice esta gran guerra, pero, a nivel personal, ¡ya no queda nadie más en el mundo que lo que he citado!. Quiere decir esto que cuando a continuación se inicie el Día del Juicio de Mil Años, quedarán vivos dentro de la Gran Muchedumbre que conformará la Nueva Tierra, no solo los TJ, sino también los "injustos" que se hayan mantenido como tales en el Armagedón. 

Podemos considerar que si en este momento  se iniciara la Gran Tribulación, la situación en el mundo sería la siguiente (según datos entresacados de Internet y del informe 2013 de los TJ):

Habitantes en el mundo:                                               7.200.000.000
Pertenecen a alguna religión (Excepción de los TJ)   6.085.000.000
Testigos de Jehová                                                               15.000.000 
Sin religión                                                                      1.100.000.000

De los más de 6.000 millones que pertenecen a alguna religión, podríamos considerar que 4.000 son indiferentes, o sea, como si no lo fueran. Por lo tanto, tenemos una cantidad superior a 5.000 millones de personas (entre indiferentes, sin religión, agnósticos, ateos, etc) que según los TJ pueden considerarse "injustos", e "impíos". Pongamos 700 millones de impíos y 4.300 millones de "injustos", y que Dios nos perdone nuestro atrevimiento al hacer estos números, pero es que no hay otra manera de analizar según qué temas de los TJ. Tanto las personas religiosas como los impíos habrán sido aniquilados, por lo que se dispondrán a tomar posesión de la Tierra, para iniciar el Día de Juicio de Mil Años, los 15 millones de TJ y los 4.300 millones de "injustos" constituidos en "La Gran Muchedumbre". Por otra parte, a partir de entonces, resucitarán a lo largo de, supongamos los 800 siguientes años, más de 205.000 personas cada día, en su mayor parte "injustos". Este último cálculo, se efectúa bajo el supuesto que proporcionan algunos especialistas de que hayan nacido en la tierra desde el primer momento unos cien millones de personas. De esta cantidad global he considerado un 60% de injustos y TJ. ¿Tienen los TJ algún plan previsto?