ARMAGEDÓN. LA GUERRA DEL GRAN DÍA DE DIOS EL TODOPODEROSO
s/TJ:
Los reyes de la Tierra, una
vez han iniciado su derrotero destructor con el
frenesí de su cólera, no
se detendrán, sino que enseguida se volverán directamente contra los Testigos de Dios porque estos estarán proclamando que la
soberanía pertenece a Dios y que su
reino gobernará. La predicación del
Reino por los testigos de Jehová, llega a
ser el objeto de su ira.
Este ataque será "la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso", el Armagedón (Ap 16;13,14,16). Del texto
de las escrituras se deduce, evidentemente, que la palabra "Armagedon" alude al lugar simbólico de una batalla suprema en la
que a los gobernantes políticos de la
Tierra, bajo la persuasión de las fuerzas demoníacas invisibles, se les reúne para pelear, no
unos contra otros en una
guerra termonuclear, sino contra
Dios el Todopoderoso y su rey mesiánico, Cristo Jesús. Y a causa de la asociación con este
lugar simbólico, la guerra misma ha
llegado a llamarse Armagedón.
Pero, ¿cómo pueden
los reyes y los gobernantes políticos librar una guerra contra
un Dios invisible?.
Un entendimiento del
nombre "Armagedón" nos
ayudará a contestar estas
preguntas. El nombre es de origen hebreo y parece significar "montaña de
Meguido", aludiendo a la
ciudad-fortaleza hebrea de Meguido. Así llega a ser evidente que está asociado estrechamente
con el territorio del pueblo de Dios, un pueblo que en tiempos antiguos, constituyeron los hebreos.
Era en Meguido o cerca de allí, donde
se peleaban batallas
decisivas. Allí fue donde Josué derrotó al rey de Meguido. Allí el juez Barac ganó la victoria sobre el rey cananeo Jabín,
y en esta batalla se dijo que el Cielo peleó por la victoria del pueblo de Dios. Allí fue donde el rey Josías fue herido mortalmente. Por eso en Meguido se reunían reyes de la Tierra para sus batallas definitivas. Peleaban
contra los soldados de Israel, pero eso
no era más que una manera
indirecta de desafiar la soberanía de
Jehová, el Dios de Israel (Js 12;21)
(Jc 4;12-24) (Jc 5;19-21) (2Re 23;29-30)
Hay más esclarecimiento sobre este asunto en la profecía
de Ezequiel concerniente al
ataque de Gog de
Magog. Dirigiéndose a Satanás
el Diablo, Jehová indica el
tiempo y el lugar del ataque y dice: "En la parte final de los años vendrás
a la tierra del pueblo traído de vuelta
de la espada, recogido de muchos pueblos, a las montañas de Israel... aun una tierra que ha sido sacada de los pueblos, donde han morado en seguridad, todos ellos. Y no podrás menos que subir. Entrarás como una tempestad. Llegarás a ser como nubes que hubieran de cubrir la tierra, tú y todas
tus partidas y muchos pueblos contigo" (Ez 38;8-9)
Así vemos que, bajo
la influencia de Satanás o Gog,
los gobernantes políticos de la Tierra, no pudiendo atacar al reino mesiánico invisible
de Dios para mostrar que rehusan
reconocerlo y rendirse a él, descargan su cólera sobre la única parte del dominio del Reino que pueden tocar, es decir,
el lugar, "la tierra"
o la condición santa del
Israel espiritual, los testigos ungidos de Dios aquí sobre la
Tierra.
Desde el tiempo de Abel los
testigos de Jehová han sido objeto del
odio de hombres y naciones, pero este
ataque es algo más que la persecución
que han experimentado hasta ahora. Es un esfuerzo final, supremo, por destruirlos. Cuando venga, estos testigos no estarán todos situados en algún sitio
geográfico específico sobre la
Tierra. Tampoco aparece el nombre
"Armagedón" en algún mapa geográfico.
No alude literalmente a las
inmediaciones de Meguido, ahora en la
República de Israel, sino que alude simbólicamente al lugar dentro del dominio de las experiencias de los testigos de Jehová sobre la Tierra donde ha de pelearse la guerra final.
Observe como la profecía de Ezequiel describe la
destrucción que les acontece a los inicuos enemigos de Dios: "Y yo... te traeré sobre las montañas de Israel... En las montañas de Israel caerás, tú y todas tus partidas y
los pueblos que estrán contigo. A las
aves de rapiña, a las aves de toda suerte
de ala, y a las bestias salvajes
del campo te daré por alimento"
(Ez 39;2-4). Hay una notable semejanza entre esto y la visión que tuvo el apóstol Juan de la
batalla del Armagedón: "Vi también a un ángel que estaba de pie en el sol, y clamó con voz fuerte y dijo a todas
las aves que vuelan en medio del cielo: 'Vengan acá, sean juntadas a la gran
cena de Dios, para que coman las carnes
de reyes y las carnes de comandantes
militares y las carnes de hombres
fuertes... de libres así como de esclavos y de pequeños y grandes'... y todas
las aves se saciaron de las carnes de
ellos" (Ap 19;17-21)
¿Observó usted a quiénes es que se reduce a simples cadáveres para que se alimenten de ellos las
aves de rapiña?
Es a los
"reyes", "comandantes militares" y "hombres
fuertes", 'libres asi como esclavos y pequeños y grandes'. Esto limita la destrucción del Armagedón a los reyes y gobernantes políticos
de la tierra habitada y los
que los apoyan.
El Armagedón eliminará toda política en la Tierra y a los que
obstinadamente persisten en ella tratando
de perpetuar la soberanía del hombre.
Aunque la "bestia
salvaje" que representa la organización política de la Tierra recibió su autoridad del Dragón -el Diablo- (Ap 13;2), éste no puede respaldarla ni apoyarla para que logre
éxito y salvación en la guerra
del Armagedón.
Debido a que el
gran punto en cuestión de la soberanía
universal es entre Jehová Dios y Satanás, Dios se propone que Satanás
vea destruida a su entera
"descendencia terrestre",
y que sepa que él
personalmente tiene que ser el siguiente en entrar en choque directo con
el comandante celestial de los ejércitos
de Dios.
Su "descendencia
terrestre" será destruida antes de que él se enfrente al magullamiento de su cabeza (Gn
3;15) ("La Atalaya" de 1.2.67, pág 733)
La destrucción de la
organización política visible de Satanás
significa el final del "Tiempo
del fin" que comenzó cuando los "Tiempos de los gentiles" se acabaron en 1914 dC
(Dn 12;1,4) (Lc 21;24)
Para limpiar el universo lo único que queda por hacerse después de eso es poner fuera de acción
a Satanás y sus huestes demoníacas.
Espíritus inmundos, demoníacos, reunirán
a las naciones de toda
la Tierra para "la guerra del
gran día de
Dios el Todopoderoso" en Armagedón.
En este tiempo, Jehová Dios
dará a su Hijo, Cristo Jesús, la comisión de salir para eliminar de la
superficie de este hermoso planeta Tierra todo lo que causa dolor y
sufrimiento. La Biblia dice que la
eliminación de la iniquidad vendrá en
"la guerra del gran día de Dios el
Todopoderoso en Armagedón" (Ap16;14-16) (Dn 2;44) (Ap 17;14) ("La
Atalaya de 15.6.91, pág 7)
Esto trae a los
gobernantes en un choque
directo con el "Cordero de Dios", su Hijo-Rey Jesucristo, que es su Principal Oficial Ejecutivo y Guerrero (Ap 17;14).
("La Atalaya de 15.6.64, pág
357 y ss) ("La
Atalaya" de 15.11.67, pág 694 y ss)
Jesucristo, el "Cordero de Dios" demostrará que es el "Rey de reyes y Señor de los
señores" porque ningún
rey ni señor terrestre
podrá resistirle y vencer (Jn 1;29,36) (Ap 17;14)
El gran
diluvio del día de
Noé habrá sido,
hasta entonces, una catástrofe sin
paralelo para el hombre.
Pero en aquel tiempo
la población de la Tierra no era tan grande como la que será ahora. Por lo tanto hay más vidas humanas amenazadas,
porque, como el diluvio del día de Noé, la guerra del Armagedón afectará a toda
la Tierra. No quedará exceptuado ningún país o lugar de esta tierra habitada.
No habrá opositores, ni personas que no estén de parte del reino de Dios y de
su Rey ungido Jesucristo, que sean pasados por alto. La pérdida de vida humana
no tendrá igual en la historia. del hombre.
Sin embargo, no habrá un matar confuso, accidental y sin hacer
distinción de los habitantes de la Tierra como habría en una tercera guerra
mundial. Jehová Dios peleará por medio de su Guerrero Jesucristo contra
sus enemigos, contra los amigos de este mundo descarriado, no contra sus propios amigos.
¡Recuerde a Noé y su familia, en total ocho almas humanas, en el arca durante
el cataclismo acuoso de cuarenta días por toda
la Tierra! Son un cuadro de esperanza. ('La
Atalaya" de 1 de abril de 1968, pág 207)
En la Biblia se describe la destrucción que les acontece a los inicuos
enemigos de Dios: "reyes, comandantes militares, hombres fuertes, libres y
esclavos, pequeños y grandes". Esto limita la destrucción de Armagedón a los reyes y gobernantes políticos de la tierra habitada y los que los
apoyan (Ez 39;2-4) (Ap 19;11,17-21) (Ap 20;3) ('La Atalaya" de
15.6.64, pág 357 y ss) (“La Atalaya" de 15.11.67, pág 694 y ss)
Los inicuos que estén vivos serán destruidos. (1Jn 2;17) (Sal 92;7) (1Cor
6;9-10) (Ap 2;8).
En consecuencia, pues, hoy es especialmente vital el amoldarse a los
principios justos de Dios, porque note lo que dice la Biblia que sucederá
cuando Jesucristo se revele corno ejecutor en la guerra del Armagedón de
Dios: "Al traer él venganza sobre
los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de Nuestro Señor
Jesús. Estos mismos sufrirán...
destrucción eterna" (2Tes 1:7-9)
En esta batalla, Dios desatará fuerzas poderosas que él sólo controla y
eliminará de la Tierra a los inicuos, mientras que preservará a los que le aman
y le sirven. (Mt 24) (Mc 13) (Lc 21)(Ap 16; 14-16)
Aparece de nuevo el caballo blanco mencionado por primera vez en (Ap
6;2). (Ap 19;11) dice: "El que iba sentado sobre el caballo blanco se
llama Fiel y Verdadero, y juzga y se ocupa en guerrear con justicia" .De
esta manera, el "Rey de reyes y Señor de señores" sale a herir a las
naciones y a pisar "el lagar de vino de la cólera de la ira de Dios el
Todopoderoso". 'Los reyes de la tierra y sus ejércitos' se reúnen en vano
para la guerra del Armagedón. El jinete del caballo blanco completa su
victoria. No queda nada de la organización terrestre de Satanás (Ap 19;12-21)
("La Atalaya” de 1.5.93, pág 26) ("La Atalaya" de 1.2.2012, pág 1-9) ("La Atalaya" de 1.9.2011, pág 10) ("La Atalaya" de 15.9.67, pág 549)
Análisis:
La fórmula "Señor de los señores y Rey de reyes” es un hebraísmo para indicar el supremo grado de realeza y de dominio. Se
le aplica a Yhaveh: (Dt 10;17) (1Tim 6;15), y también a Cristo: (Ap 17;14) (Ap
19;16)
Podemos
resumir la doctrina de los TJ acerca del final de Babilonia la Grande y del Armagedón, de la
siguiente manera: En todas las religiones hay personas buenas, de buen corazón,
que quieren agradar a Dios. Él está uniendo a estas personas mediante las
verdades bíblicas que van esparciendo los seguidores de Jehová, o sea los
Testigos cristianos de Jehová, adeptos a la única religión verdadera. Pronto, Dios eliminará de forma
repentina -mediante la Organización de las Naciones Unidas- a todas las
religiones a excepción, claro está, de la de los Testigos de Jehová. Esto será el final de Babilonia la Grande. Y
entonces, dicen los TJ que la humanidad entera adorará al único Dios
verdadero.
Pero yo supongo que el Dios verdadero, será solamente adorado por los TJ,
porque la mayoría de los millones de personas que no pertenecen a ninguna
religión falsa -impíos, indiferentes, ateos, agnósticos, etc-, no habrán
sido previamente aniquilados al eliminar Babilonia la Grande, y, por tanto,
seguirán vivos. Así, pues, nada de que la humanidad entera adorará al único
Dios. Después vendrá el Armagedón y el Día de Juicio de Mil Años.
Supongo, por otra parte, que quienes montarán contra los siervos de Dios un
ataque masivo que dará lugar a la intervención de Jesús en defensa de su pueblo
en el Armagedón que vendrá a continuación (Guerra simbólica), serán
precisamente los que se hayan librado de la aniquilación al eliminar a
Babilonia la Grande, o sea, los "injustos": indiferentes, ateos,
agnósticos, etc y los "impíos", merecedores estos últimos del
"cortamiento eterno". Puede decirse que será de nuevo la
Organización de las Naciones Unidas la que organice esta gran guerra, pero, a
nivel personal, ¡ya no queda nadie más en el mundo que lo que he citado!. Quiere decir esto que
cuando a continuación se inicie el Día del Juicio de Mil Años, quedarán vivos
dentro de la Gran Muchedumbre que conformará la Nueva Tierra, no solo los TJ,
sino también los "injustos" que se hayan mantenido como tales en el
Armagedón.
Podemos considerar que si en este momento se iniciara la Gran Tribulación, la situación en el mundo sería la siguiente (según datos entresacados de Internet y del informe 2013 de los TJ):
Habitantes en el mundo: 7.200.000.000
Pertenecen a alguna religión (Excepción de los TJ) 6.085.000.000
Testigos de Jehová 15.000.000
Sin religión 1.100.000.000
De los más de 6.000 millones que pertenecen a alguna religión, podríamos considerar que 4.000 son indiferentes, o sea, como si no lo fueran. Por lo tanto, tenemos una cantidad superior a 5.000 millones de personas (entre indiferentes, sin religión, agnósticos, ateos, etc) que según los TJ pueden considerarse "injustos", e "impíos". Pongamos 700 millones de impíos y 4.300 millones de "injustos", y que Dios nos perdone nuestro atrevimiento al hacer estos números, pero es que no hay otra manera de analizar según qué temas de los TJ. Tanto las personas religiosas como los impíos habrán sido aniquilados, por lo que se dispondrán a tomar posesión de la Tierra, para iniciar el Día de Juicio de Mil Años, los 15 millones de TJ y los 4.300 millones de "injustos" constituidos en "La Gran Muchedumbre". Por otra parte, a partir de entonces, resucitarán a lo largo de, supongamos los 800 siguientes años, más de 205.000 personas cada día, en su mayor parte "injustos". Este último cálculo, se efectúa bajo el supuesto que proporcionan algunos especialistas de que hayan nacido en la tierra desde el primer momento unos cien millones de personas. De esta cantidad global he considerado un 60% de injustos y TJ. ¿Tienen los TJ algún plan previsto?