s/TJ:
Jesucristo, una
vez que haya hecho todo lo que Dios le
ha encargado, "entrega el reino
a su Dios y Padre". Esto sucede al fin del Día del Juicio de 1.000
años.
Para entonces todos los enemigos
habrán sido eliminados ... "El (Cristo) tiene que reinar
hasta que Dios haya puesto a todos los enemigos debajo de sus pies Como el último enemigo, la
muerte ha de ser reducida a
nada" (1Cor 15;25-26) Entonces
el Reino
llega a ser
propiedad de Jehová Dios.
El lo gobierna directamente como Rey ("Usted
puede vivir...", pág 182).
¡Qué maravilloso será ese día!. Una vez eliminados eternamente Satanás y sus
demonios, Jehová será "todas las cosas para con todos". Y todo el mundo verdaderamente hallará "su deleite exquisito en la abundancia de paz" (1Cor 15;28) (Sl
37;11) ("La Atalaya" de 1.2.94, pág 7)
Análisis:
RESUMEN Y FINAL DE LA DOCTRINA DE LOS TJ
SOBRE EL DÍA DEL JUICIO DE MIL AÑOS
La doctrina que enseñan los TJ acerca del Juicio de los mil años podemos resumirla
de la siguiente
manera: En un
momento determinado, al iniciarse
el Día del Juicio de mil años,
los que están en las tumbas
conmemorativas oirán la voz
de Jesús
y saldrán. Debe notarse que quienes
salen de las tumbas
conmemorativas han de ser los "justos" y los "injustos".
A estos se añadirán los justos que sobrevivan al Armagedón y cualesquiera hijos que estos tengan. Tenemos, pues, para
ser juzgados: Los vivos que sobrevivirán al Armagedón (justos) y
los muertos que se encuentren en
las tumbas conmemorativas, "justos" e "injustos". El que haga "cosas buenas" a lo largo del Día del Juicio, su resurrección
habrá sido de vida. El que
haga "cosas viles o
malas" a lo largo del Día del Juicio será destruido al final o durante el Día del Juicio viniendo a ser de juicio su resurrección (Muerte Segunda). Es
indiferente, para el caso, que se hayan
cometido pecados en esta vida porque cuando una persona muere queda
absuelta de los pecados que haya podido cometer en el presente. Por otra parte,
el haber sido "justo"
en esta vida no es garantía para que al
fin del Día del Juicio se reciba "vida
eterna"; ni el haber sido "injusto" en esta vida
presupone de ninguna manera el destino final. De todas maneras, el "injusto" para llegar a ser de
los que hacen "cosas buenas"
deberá hacer, lógicamente, un esfuerzo superior al que
haga el "justo" para
al fin estar en la misma disposición
de afrontar la prueba final cuando
Satanás sea soltado. Quien supere esta última prueba merecerá estar escrito en el Libro o rollo
de la Vida y, finalmente, tendrá como
premio: la vida eterna perfecta sin pecado. Jesucristo entregará el Reino a su Dios y Padre.