domingo, 16 de febrero de 2014

JESÚS ENVÍA NO SÓLO A SUS ONCE APÓSTOLES SINO A TODOS LOS DISCÍPULOS

JESÚS ENVÍA NO SÓLO A SUS ONCE APÓSTOLES SINO A TODOS LOS DISCÍPULOS
s/TJ: 

Los TJ dicen que no fue sólo a los once apóstoles, sino a todos los discípulos que Jesucristo envía a predicar…  ("La Atalaya" de 1.5.64, pág 272)"



En  Mateo 5;14  Jesús dijo  a sús  discípulos: "Ustedes  son la  luz del mundo".  Habían de  seguir sus pisadas.  Por  su modo de vivir  y por su predicación, debían dirigir  a otras personas a Jehová, la  Fuente de la verdadera iluminación.  Como  Jesús, tenían que dar a  conocer el nombre de  Jehová y  sostener  su soberanía.   Al igual  que  Jesús, habían  de proclamar el  Reino de  Dios como  la única  esperanza de  la humanidad. También tenían  que desenmascarar  las falsedades religiosas,  las obras que pertenecen a  la oscuridad y al personaje inicuo  que está detrás de todas  estas  cosas.  Los  seguidores  de  Cristo  debían hablar  a  las personas por todas  partes acerca de la provisión amorosa  que Jehová ha hecho  para  nuestra  salvación  mediante  Jesucristo.   Los  cristianos primitivos cumplieron  con celo esa asignación,  pues predicaron primero en Jerusalén y  Judea y luego en Samaria, tal  como había mandado Jesús. (Hechos 1;8)

No obstante, la predicación de las  buenas nuevas no habría de limitarse a esos  territorios.   Jesús  mandó  a sus  seguidores  que  "(hicieran) discípulos de gente de todas  las naciones".  (Mateo 28;19) Cuando Saulo de Tarso se convirtió al cristianismo, el Señor dijo específicamente que Saulo -quien  llegó a  ser el  apóstol Pablo- no  solo predicaría  a los judíos,  sino a  los gentiles  también.(Hechos  9;15) Con  la ayuda  del espíritu santo,  Pablo comprendió lo  que eso implicaba.  Por  lo tanto, discernió que la profecía de Isaías  42;6, que se cumple directamente en Jesucristo, también es  un mandato implícito para todos  los que ejercen fe en Cristo.  Por eso, en Hechos  13;47 Pablo citó de Isaías, al decir: "Jehová  nos ha  impuesto  el  mandamiento con  estas  palabras: 'Te  he nombrado como  luz de  naciones, para  que seas  una salvación  hasta la extremidad de la tierra'". ("La Atalaya" de 15.1.93, pag 11)

Así, la  Biblia nos dice  que los  primeros seguidores de  Cristo fueron "testigos  de (Jesús)  tanto  en  Jerusalén como  en  toda  Judea, y  en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra".  (Hechos 1;8) Como Jesús  había  predicho, su  predicación  y  enseñanza produciría  nuevos creyentes, a quienes habría que bautizar que fueran sus seguidores.

El primer ejemplo que recogen las Escrituras sucedió en Jerusalén el día del Pentecostés de 33  E.C.  Aquel día el apóstol Pedro  "se puso de pie con los once"  y habló de Jesús  el Mesías a las  multitudes.  El relato nos dice que a causa del discurso "se sintieron heridos en el corazón" y le  preguntaron qué  debían hacer.   Pedro respondió:  "Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes en  el nombre de Jesucristo para perdón de sus  pecados".  Después  "los que  abrazaron  su palabra  de buena  gana fueron bautizados, y en aquel día  unas tres mil almas fueron añadidas". (Hechos  2;14;41) Los  relatos  posteriores aclaran  que los  discípulos escuchaban  el mensaje  cristiano,  creían  en las  buenas  nuevas y  se arrepentían  antes  de  bautizarse.   (Hechos  8;12,13,34-38;  10;34-48; 16;30-34; 18;5,8; 19;1-5)

¿Con qué propósito?

¿Por qué  pidió Jesús que sus  discípulos se bautizaran?  Porque  era un símbolo adecuado  de su dedicación de  todo corazón a Dios.   Tenían que predicarse las  "buenas nuevas"  por toda  la Tierra  y había  que hacer discípulos de "gente de todas  las naciones".  (Mateo 24;14; 28;19) Esto significaba que  Dios ya no tenía  una relación exclusiva con  la nación
judía, formada por personas dedicadas a él desde que nacían.  Cornelio y su  familia fueron  los  primeros  gentiles, es  decir,  no judíos,  que aceptaron la verdad acerca de Jesucristo y se bautizaron.

La sumersión en agua indicaba que los bautizados habían muerto tocante a a llevar una  vida centrada en sí  mismos.  El que se  les levantara del agua simbolizaba que  desde ese momento viván para hacer  la voluntad de Dios, a quien  ponían en primer lugar  en la vida, tal  como hizo Jesús. (Mateo 16;24)  El bautismo  "en el  nombre del  Padre y  del Hijo  y del espíritu  santo" mostraba  que  habían aprendido  y  aceptado la  verdad referente  a cada  uno de  ellos y  que los  reconocían como  lo que  en realidad son.  (Mateo 28;19; compárese con Hechos 13;48) El bautismo era tan solo un paso inicial que indicaba  obediencia a Dios y sumisión a su voluntad.

Las escrituras no  apoyan el concepto religioso muy difundido  de que el bautismo es un sacramento, es decir, una ceremonia religiosa que imparte mérito -gracia, santidad o beneficio espiritual- al que se bautiza.  Por ejemplo, la  bula pontificia del papa  Eugenio IV citada en  el artículo anterior dice con respecto al bautismo: "El efecto de este sacramento es la  remisión  de todo  pecado,  tanto  el  original  como el  actual,  e igualmente de todo castigo debido al  pecado.  Como resultado, a los que se bautizan  no se les exige  satisfacción de los pecados  pasados; y si mueren antes  de cometer  pecado, alcanzan  inmediatamente el  reino del cielo y la visión de Dios".

Sin  embargo, Jesús  se bautizó  aunque "no  cometío pecado".   (1 Pedro 2;22) Además,  según las  Escrituras, la remisión  de pecados  viene tan solo mediante el  sacrificio de rescate de Jesucristo.   Ananías instó a Saulo  de  Tarso: "Levántate,  bautízate  y  lava tus  pecados  mediante invocar (el)  nombre (de  Jesús)".  (Hechos  22;12-16) Sí,  la salvación solo  es posible  gracias a  la sangre  derramada de  Jesús y  a que  se 'invoque su nombre' con fe.  (Hebreos 9;22; 1 Juan 1;7).

¿Cómo entendemos, entonces, las palabras de Pedro de 1 Pedro 3;21?  Allí dice:  "Lo que  corresponde a  esto ahora  también los  está salvando  a ustedes, a saber,  el bautismo (no el desechar la  suciedad de la carne, sino la solicitud  hecha a Dios para una buena  conciencia), mediante la resurrección de Jesucristo".   Pedro estaba comparando el  bautismo a la experiencia de pasar  a través de las aguas del  Diluvio (versículo 20). Noé demostró que  confiaba plenamente en Dios construyendo  el arca para mantener viva a su familia.  (Hebreos  11;7) De igual modo, las personas pueden salvarse de  este sistema malvado si ejercen fe  en Jehová Dios y su provisión para  la salvación por medio de  Jesucristo.  También deben actuar  en consonancia  con esta  fe.  Al  arrepentirse de  sus pecados, volverse  del mal  camino  y dedicarse  sin reservas  a  Jehová Dios  en oración, le solicitan  una buena conciencia.  Sin embargo,  el perdón de los pecados y la salvación son posibles gracias al sacrificio de Jesús y su resurrección, mediante la cual presentó a Dios en los cielos el valor de aquel sacrificio.  (1 Pedro 3;22). 


("La Atalaya" de 1.4.93,pág 4 y ss)

Análisis:

Pero...  (Mt 28;16-20): Sólo a los once

(Mc 16;15-18): Sólo a los once

(Hech 10;39-42): Sólo a los once

Jesús entre sus discípulos elige a doce (Lc 6;13) a quienes llama apóstoles que significa "el que recibe una misión determinada", "mensajero", "embajador". ¿Cuál  es   esa  misión?  "Para  que estuvieran con El y para enviarlos a predicar" (Mc 3;14)

Se  dice claramente  en (Hech  1;2)  que Jesucristo  antes de  ser elevado al cielo,  tomó sus disposiciones acerca  de los apóstoles que se había elegido, a los cuales, después de su pasión, se dio a ver en muchas ocasiones, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios.

En Pentecostés sólo están los doce apóstoles.

Los israelitas perseveraban en oír  la enseñanza de los apóstoles: (Hech 2;42) (Hech 8;25) (Hech 10;42)

Los doce, convocando a la  muchedumbre de los discípulos, dijeron: "No  es razonable  que nosotros  abandonemos el  ministerio de  la Palabra  de Dios  para servir  a los  nuevos... nosotros  debemos atender a la oración y al ministerio de la palabra". (Hech 6;2)

Los apóstoles constituyen sobre diversos ministerios a los discípulos(Hech 6;6) (Hech 8;17)

Elección de Matías (Hech 1;15-26)  

Como  hemos visto,  los TJ  dicen  que: "No  fue sólo  a los  once apóstoles,  sino  a  todos  los discípulos..."  ("La  Atalaya"  de 1.5.64,  pág  272).  Aunque  en  ("De  paraíso perdido  a  paraíso recobrado",  pág  146)  se  puede leer:  "Después  que  Jesús  fue resucitado de  entre los  muertos él dijo  a sus  apóstoles: "Toda potestad..." y  en ("La  Atalaya" de  1.10.92, pág  20), escriben: "Jesucristo  les dijo  a  sus  seguidores que  debían  ir y  hacer discípulos..." ¿En que  quedamos?  ¿Fue sólo a  sus apóstoles, fue a sus discípulos, fue a sus seguidores...?