domingo, 9 de marzo de 2014

LOS QUE VAN AL CIELO PARTICIPARÁN CON JESÚS EN JUZGAR A TODO EL MUNDO

s/TJ:

Pero enseguida veremos  que los que van al cielo  participarán con Jesús en Su  trabajo u obra.   Precisamente para  esto van al  cielo. ("Usted puede vivir para siempre...", pág 122-123)

Por otra parte, “serán sacerdotes  de Dios  y  del Cristo,  y gobernarán como reyes con él por los mil años" (Ap 20;6).  Sí, los que han sido  llevados al  cielo gobiernan  junto con  Jesucristo.  Sirven  como reyes y sacerdotes  con él (Ap 3;21) (2Tim 2;11-12)  ("Usted puede vivir para siempre...", pág 126)

Mucho antes de que Jesús viniera a la Tierra, el libro bíblico de Daniel predijo que  al "hijo del hombre"  se le "daría gobernación".   Y Daniel pasó  a  decir: "Su  gobernación  es  una  gobernación  indefinidamente duradera que no pasará..." (Dn 7;13-14).  Sin embargo, es importante que notemos aquí  en el libro de  Daniel que el  "hijo del hombre" no  ha de gobernar solo.  La  Biblia dice: "Y el reino y  la gobernación... fueron dados al pueblo que  son los santos del Supremo.  Su  reino (es decir: el reino de ellos) es un  reino indefinidamente duradero" (Dn 7;27).  Estas expresiones "el pueblo" y "su reino"  nos dan a saber que otras personas gobernarán con  Cristo en el gobierno  de Dios. ("Usted puede  vivir para siempre...", pág 123 y 160)

Análisis:

O sea, que la máxima aspiración aquí en la tierra de los que luego irán  al cielo  es la  de, podríamos  decir, conseguir  esta plaza celeste para seguir trabajando con  Jesús participando en su obra. Nada de gozar  con la presencia de  Jehová, cara a cara,  ni de lo que jamás ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni haya podido venir a la mente del hombre  y que Dios tiene reservado para  los que le aman (1Cor 2;9).  Si alguien va al cielo,  no va a perder el tiempo con simplezas, precisamente va  a seguir trabajando al  lado de Jesús. No va porque  ha sido de los bienaventurados pobres  de espíritu y ahora  merecen el  cielo, ni  de los  que han  sido mansos,  o han llorado,  o han  sentido  hambre  y sed  de  justicia,  ni de  los misericordiosos,  ni  de  los  limpios   de  corazón,  ni  de  los pacíficos, ni de los que  han padecido persecución por la justicia y ahora se merecen  el reino de los cielos y ver  a Dios.  No.  Si van al cielo no van a  recibir ningún premio especial con relación a Jehová.  Van para seguir paso a paso, al lado de Jesucristo, una criatura de Dios, la obra  de salvación sobre la Tierra...  Quizá, si el trabajo lo permite, puedan  echar una miradita, de cuando en cuando,  a la  gloria de  Jehová  y extasiarse  -solamente por  un ratito, eso sí- ante su presencia.

(Dn 7;14) habla de un "dominio eterno que no acabará nunca" (NC) y (Dn 7;27) de un "reino eterno" (NC), expresiones  que los  TJ quieren suavizar traduciendo "gobernación indefinidamente duradera".  Este  esfuerzo literario  por parte de  los TJ  es muy importante porque  el reino que enseñan  los TJ termina a  los mil años  de gobernación,  cuando dicho  reino es  entregado a  Jehová quien "lo  gobierna directamente como Rey"  ("Usted puede vivir... pág   182),  lo   que  no   se  ajusta   a  su   propia  expresión "indefinidamente duradero"  ni mucho  menos a la  rotunda "dominio eterno que no acabará nunca" (Dn 7;14) (NC).

Dios es  el "santo" por excelencia  (Is 6;3) y de  esta "santidad" participan según se  repite frecuentemente en el  AT, aquellos que se acercan a Él o le están especialmente consagrados (Ex 19;6) (Lv 11; 44-45) (Lv  19;2) (Lv 20;26) (Lv 21;6-8) (Ex  12;16) (Lv 23;2) (Num 28;25).

Parece  que  la idea  primera  del  término  "santidad" es  la  de separación o trascendencia  sobre todo lo común y  profano, a esta idea va unida la de pureza o ausencia de todo pecado.

En el  libro de  los Macabeos  se hace mención  al "pueblo  de los santos" que se refiere al pueblo judío.  (1Mac 1;49)

En el fragmento (Dn 7;23-28) se  concreta bien la cuarta bestia en sus luchas  contra el reino  de los  santos, el pueblo  judío.  La pretensión de  mudar los tiempos y  la Ley es una  clara alusión a las  tentativas de  los reyes  seléucidas, sobre  todo Antíoco  IV Epífanes, para suprimir la religión judía en lo referente al culto y a la Ley  en general.  El opresor se adueñará  de los santos por "un tiempo, tiempos y medio tiempo"  (v25) es decir, por tres años y  medio,  que  es  lo  que duró  la  expoliación  del  templo  de Jerusalén, desde mediados del 168 aC, al 25 de diciembre (Quisleu) del 164 aC, en que fue purificado de nuevo el templo.

Será la máxima  prueba de los fieles  judíos , pero al  fin se les hará  justicia, ya  que el  tribunal, o  consejo judicial  divino, arrebatará el dominio  al perseguidor y lo dará a  los santos, que lo retendrán  por los siglos  de los  siglos (v27) El  desquite de estos  será  total.   Antíoco   vencido,  es  considerado  por  la tradición cristiana como tipo del anticristo, derrotado al fin del mundo.

La  frase "un  tiempo, tiempos  y medio  tiempo" reaparece  en (Dn 12:7).  En (Dn 12;12) se habla  de mil trescientos treinta y cinco días. En  (Dn 8;14) se habla  de mil ciento cincuenta  días, y en (Dn 12;11)  de mil  doscientos noventa días, que  vienen, grosso modo, a equivaler a tres años y medio, que duró la profanación del templo.

Pedro en  (1Pe 1;15-16) dice que la santificación  es una labor ardua que exige  que el espíritu esté libre  de las preocupaciones terrenas  y preparado  para  emprender el  largo  camino hacia  el cielo.  Con este mismo fin no  han de preocuparse de los intereses y  placeres de  este mundo,  sino poner  toda su  esperanza en  la gracia que ha  traído la revelación de Jesucristo.   Un motivo que ha de impulsar a  los cristianos a la santidad es  el hecho de ser Dios santo.  Los cristianos han de  imitar la santidad de Dios (Mt 5;48) porque tal es su voluntad (1Tes 4;3)

A los cristianos se  impone, más todavía que a  los israelitas, la máxima  del levítico:  "Sed  santos, porque  santo  soy yo,  Yavé, vuestro Dios" (Lv 19;2)(Lv 11;44)(Lv 20;7-8). Pedro había insistido ya en varias ocasiones en proclamar a Jesús "el Santo de Dios" (Jn 6;69), "el santo y  justo Siervo del Señor", del que nos habla Isaías (Hech 3;14) (Hech 4;27-30) (Is 52;13) (Is 53;12)

Con mucha razón, pues, es  aplicado este término a los cristianos, nuevo "pueblo  santo" que  sustituye al  antiguo Israel  (1Pe 2;9) sobre  los  que visiblemente  desciende  el  Espíritu Santo  (Hech 2;17-23) (Hech 4;31)  (Hech 8,15) quedando separados  del resto de los hombres  y pasando  por medio  del bautismo  a una  especie de consagración a Dios, libres de su pasado profano y culpable.

Por eso en la Iglesia primitiva era muy corriente denominar con el apelativo "santos" a los cristianos en general.  (Hech 9;13) (Hech 9;32-41) (Hech  26;10) (Rm  1;7) (Rm 12;13)  (Rm 15;26)  (Rm 16;2) (1Cor 1;2) (1Cor 16;1) (2Cor 8;4) (Flp 4;21) (Col 1;4) (1Pe 1;16). Y así ha de seguir.

s/TJ:

Este Rey -Jesús- será también un  Juez perfecto.  No juzgará por la mera apariencia de  las cosas a sus  ojos, ni censurará simplemente  según lo que oigan sus oídos...  El lee los corazones.  Nada le pasa inadvertido. La  justicia templada  por el  amor y  la misericordia,  no estará  a la venta. Siempre triunfará (Is 11;3-5)
Es  comprensible  que la  gobernación  del  Mesías ejerza  una  profunda influencia en sus súbditos, que cambie  a la gente.  (Is 11;6-9) muestra lo  profundo que  son esos  cambios.  En  esta profecía  se presenta  de manera  conmovedora a  animales peligrosos,  depredadores -osos,  lobos, leopardos,   leones,  cobras-   en  compañía   de  animales   domésticos inofensivos  e incluso  de  niños.  ¡Pero  los  depredadores no  suponen ningún peligro!.  ¿Por qué?.  El  versículo 9 contesta: "No harán ningún daño  ni causarán  ninguna ruína  en toda  mi santa  montaña; porque  la tierra  ciertamente estará  llena del  conocimiento de  Jehová como  las aguas cubren el mismísimo mar".
Por supuesto, el  "conocimiento de Jehová" no puede  tener ningún efecto en los  animales literales; por  ello, esos versículos deben  aplicar en primer lugar  a seres humanos.   La gobernación del Mesías  patrocina un programa de educación mundial, en el que  se enseña a la gente acerca de Jehová y de sus  caminos, y a tratar a sus  semejantes con amor, respeto y dignidad.  En el venidero Paraíso,  el Mesías eleverá milagrosamente a la humanidad  a la perfección  moral y física.  Habrán  desaparecido las tendencias animales,  depredadoras, de la naturaleza  humana imperfecta. Y, por fin, la humanidad llegará a estar en paz con los animales también en sentido literal (Gn 1;28) ("La Atalaya" de 1.10.92, pág 19)
En la última noche que Jesús pasó  con sus 11 apóstoles fieles él mostró que ellos  serían gobernantes  con él  en el reino  de Dios.   Les dijo: "Ustedes  son los  que  con  constancia han  continuado  conmigo en  mis pruebas; y yo hago  un pacto con ustedes, así como mi  Padre ha hecho un pacto conmigo, para  un reino, para que  coman y beban en mi  mesa en mi reino,  y se  sienten sobre  tronos  para juzgar  a las  doce tribus  de Israel" (Lc  22;28-30).  Más  tarde, el apóstol  Pablo y  Timoteo fueron incluídos en este pacto, o acuerdo, para un reino.  Por esta razón Pablo escribió a Timoteo: "Si seguimos aguantando, también gobernaremos juntos como reyes" (2Tim 2;12).  Además, el apóstol Juan escribió acerca de los que han  de "gobernar como reyes  sobre la tierra" junto  con Jesucristo (Ap 5;9-10) (Ap 20;6) ("Usted puede vivir para siempre...", pág 123)
Análisis:
Los TJ en ("La Atalaya" de  1.6.1965, pág 329) dicen: "'Dios es el  Juez  de todos'  (Hb  12;23)  Dios, por  tanto,  tiene derecho  de nombrar a otros jueces, y el  nombró a su Hijo Jesucristo para ser el  futuro  juez de  toda  la  humanidad  porque él  había  muerto sacrificatoriamente para ella...'porque el Padre no juzga a nadie,  sino  que ha  encargado todo  el juicio  al Hijo,  para que  todos  honren al  Hijo así como honran  al Padre' (Jn 5;19-24)".  Los TJ nos vienen a  decir que serán tantas las personas  a las que habrá   que juzgar que como si se  tratara de un juicio humano, presuponen que Jesucristo solo no podrá con tan ingente tarea y por ello debe rodearse de un instruido grupo de jueces humanos que colaboren con  él.
s/TJ:
¿Cómo podría  juzgarse de un modo  apropiado a todos los  resucitados en una  día  de  veinticuatro  horas, aun  haciéndolo  los  144.000  jueces asociados junto con su juez  superior, Jesucristo?. El DIA DEL JUICIO durará mil años. (1Cor 15;23) ("La Atalaya" de 1.6.65, pág 337)
El texto  que habla  del "Nuevo  pacto" es  (Jr 31;31):  "¡Mira!  Vienen días!, es la expresión de Jehová y "yo ciertamente celebraré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto".
Análisis:
Los TJ,  primero creyeron  y pregonaron (año  1923) que  el "nuevo pacto" se  haría con  los judíos  naturales después  del Armagedón ("La Atalaya" de  1966, pág 437/9).  Hoy (desde  1932) enseñan que no, que  aplica a los  144.000, ese grupito  de TJ que  tiene la exclusiva para ir al cielo  ("La Atalaya" de 1966, pág 439/16-18). Cuando  los TJ  enseñaban que  el pacto  se haría  con los  judíos naturales,  aseguraban se  lo había  revelado  Dios y  que era  la verdad pura  de Dios  y de  la Biblia. ("Los falsos manejos de los TJ", pág 52-53)
s/TJ:
Entonces,  tomando Pedro la palabra,  le dijo: Pues nosotros  lo hemos dejado todo  y te  hemos seguido,  ¿qué tendremos?   Jesús les  dijo: En verdad  os  digo  que  vosotros,  los  que  me  habéis  seguido,  en  la regeneración, cuando el  Hijo del Hombre se siente sobre  el trono de su gloria, os  sentaréis también vosotros  sobre doce tronos para  juzgar a las doce tribus de Israel.  Y todo  el que dejare hermanos o hermanas, o padre o  madre o hijos o  campos , por amor  de mi nombre ,  recibirá el céntuplo y  heredará la vida  eterna." (NC) (Mt 19;27-29)  (Mc 10;28-31) (Lc 18;28-30)
Fue  respecto a  la congregación  de jueces  asociados (congregación  de creyentes a quienes  Dios el Padre celestial habría de  escoger de entre los hombres  para llegar a  ser jueces  asociados con Jesucristo  en los cielos) que Jesús dijo a sus apóstoles las palabras de (Mt 19;27-29)
Por supuesto  habrá más de  doce jueces  asociados con Jesucristo  en su reino celestial.  La  entera congregación de asociados  juzgará a muchos más que  las doce  tribus literales  de Israel.   Bajo el  Juez Superior Jesucristo  ellos juzgarán  a toda  la humanidad,  a los  vivos y  a los muertos.  Sobre este punto el apóstol Pablo escribió a la congregación.: "¿O no saben ustedes que los santos juzgarán al mundo?  Y si el mundo ha de ser juzgado por ustedes, ¿son  ustedes incapaces de juzgar asuntos de ínfima importancia"  ahora?  (1 Cor  6;2) Por eso, los  jueces asociados serán muchos.  ("La Atalaya" de 1.6.65, pág 331)
Análisis:
Jesucristo promete a los apóstoles que se "sentarán en doce tronos para gobernar  las doce tribus  de Israel".  ¿Cuándo?.   Cuando el Hijo  del  hombre  se  siente  es   su  trono  de  gloria,  en  la  regeneración.
La  literatura judía  era  bastante oscilable  y  oscura sobre  la renovación  del mundo.   Se  confundían a  veces las  perspectivas escatológicas -mesiánica y final- y se hacía  en una o en otra , o confusa y mixtificadamente, una  "renovación" o "regeneración" del mundo.   Pero   en  el  texto  evangélico,   esta  "renovación"  o "regeneración" (palingenesia) que dice Mt queda bien precisada por los lugares  paralelos de  Mc-Lc al  contraponer lo  que recibirán "ahora" (Mc) que es, "en este siglo" (Lc), los que dejen las cosas del mundo por El, y lo que  recibirán "en el otro mundo" (Mc), que es "el siglo venidero" (Lc) en el que reciben "la Vida eterna".
Por eso, esta  "regeneración", en que todo se  renovará (2Pe 3;13) (Ap 21;1-5)  (Rm 8;17),  es la  hora de la  "Vida eterna",  y este juicio de Cristo glorioso es su juicio final.  La literatura judía reservaba este trono de gloria a Dios.  El Hijo del hombre aparece aquí,   como  en   otros   pasajes,  situándose   es  una   esfera trascendente.   En esa  hora  triunfal, los  apóstoles, por  haber dejado todas sus cosas por El,  cuando el Hijo del hombre venga en su trono  de gloria, también  ellos "se sentarán en  doce tronos". Conforme al estilo apocalíptico,  indica su glorificación.  Cuando Cristo, en su  juicio final, juzgue a la  humanidad, también ellos "juzgarán  a las  doce tribus  de Israel".   De hecho  el lenguaje específico judío podía hacer creer que el pensamiento de Cristo se dirige sólo  a las "doce tribus".   Pero parece, más bien  que las "doce tribus"  representan todo el  mundo; pero el  Salvador puede ser que  se atenga  a la  perspectiva del momento;  El no  ha sido enviado más que a ellas (Mt  15;24); es también un índice precioso de  autenticidad. También  puede ser  que, en  el pensamiento  de Cristo, en ellas se incluyese todo el "Israel de Dios" (Gl 6;16).
El  término  griego  que  se  traduce  por  "regeneración"  (nuevo nacimiento) no aparece en la Biblia griega más que en (Mt 19;28) y (Tito 3;5).  Etimológicamente, la palabra  usada, indica o bien el retorno  a la  vida, la  resurrección,  o bien  la renovación  que supone el renacer a una vida superior.
Los TJ  nos enseñan que se  juzgará a toda la  humanidad..., a los vivos y a los muertos..., al mundo... ¿También, pues, a  los inicuos?.  ¿O es que estos no forman parte de la humanidad?, ¿no estarán  entre los  vivos y  los  muertos?, ¿no  forman parte  del mundo?.