jueves, 4 de septiembre de 2014

LA SANGRE ES PRINCIPIO DE VIDA. HAY QUE RESPETARLA

s/TJ:
Los cristianos verdaderos  no transigirán, no permitirán  que la sangre, en forma alguna, sea transfundida, porque al hacerlo incurrirán en la desaprobación de Jehová.  Sería irrazonable  perder la vida eterna en el Nuevo Mundo sólo por vivir unas semanas más en este tiempo. ("La Atalaya" de 1958, pág 121/6)  ("Verdad", pág 165)


Análisis:
Los TJ, pues, prohíben la  transfusión de sangre, afirmando que la sagrada  Escritura no  permite  comer sangre. Por ello, los TJ afirman que la transfusión de sangre no está en conformidad con las enseñanzas  de la  Sagrada Escritura  y, por  consiguiente, es necesario abstenerse de ella.
Esta prohibición es de origen bastante reciente, ya que, por ejemplo, en ("Consolación" -revista que más tarde se llamó ¡Despertad!- de setiembre de 1945, pág 29), los TJ llegan a escribir: "Dios nunca ha justificado determinaciones que prohíban el uso de medicinas, inyecciones o  transfusiones  de  sangre. Es una invención de hombres que, igual que los fariseos, dejan fuera de consideración la misericordia y el amor de Jehová. Servir a Jehová con toda nuestra mente  significa no excluir nuestro entendimiento, especialmente si se trata de una vida humana que está dedicada a Jehová, y por eso es santa" (?).
Por otra parte, los testigos de Jehová han dejado escrito que “… los testigos de Jehová han sido el blanco de acusaciones falsas, tanto de mentiras descaradas como de tergiversaciones de sus creencias… La acusación de que anualmente mueren muchos hijos de testigos de Jehová por rechazar transfusiones de sangre carece por completo de fundamento” (La Atalaya 1/12/1998, p.14).
Sin embargo, solo cuatro años antes, los testigos de Jehová habían escrito: “En el pasado, miles de jóvenes murieron por poner a Dios en primer lugar. En nuestros días la historia se repite, solo que ahora tiene como escenarios los hospitales y los tribunales, y como desencadenante, la cuestión de las transfusiones de sangre.” (¡Despertad! 22/5/1994, p.2) ¿En qué quedamos?
FUNDAMENTO BIBLICO DE ESTA CUESTION
La doctrina oficial actual de la organización de los TJ fundamenta esta prescripción sobre diversos textos de las Escrituras que hablan de la sangre. Hay tres grupos de pasajes en la Biblia que tratan el tema de la sangre, y que sirven a los TJ de fundamento para la mencionada prohibición de transfusiones  sanguíneas. Estos grupos son:
a) (Gn 9;4)
b) La ley de Moisés
c) La prohibición apostólica de Hechos 15
a) GRUPO DE PASAJES DE: (Gn 9;4)
s/TJ:
La humanidad come  para vivir.  ¿Por cuanto tiempo,  pues, ha autorizado Dios el Creador a  la humanidad a comer la carne  de animales?  No desde la creación  del primer hombre,  sino por los  últimos 4.335 años  de la existencia de la humanidad.  En el  paraíso del Jardín de Edén el hombre y la  mujer perfectos  fueron autorizados  a  comer y  vivir de  frutas, nueces y  productos vegetales  del suelo  (Gn 1;29-30).   Por eso  no se necesitaba una ley contra vivir de la sangre de los animales.
Aun cuando  Dios expulsó al hombre  del Jardín de Edén  porque éste pecó rebeldemente contra  El al comer  el fruto  prohibido, Dios no  dijo que desde entonces en  adelante el hombre debería comer  carne animal.  Dios le dijo  al hombre: "Tienes que  comer la vegetación del  campo.  Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, por que de él fuiste  tomado.  Porque  polvo eres  y a  polvo volverás"  (Gn 3;18-19). Años  más  tarde cuando  el  segundo  hijo  de  Adán, Abel,  ofreció  el sacrificio de ovejas  a Jehová Dios, hubo el derramamiento  de sangre de tales víctimas  sacrificatorias, pero  Abel no se  bebió la  sangre.  De modo que Dios aceptó su sacrificio (Gn 4;3-11)
Más  de  mil  quinientos  años  después...  Noé  al  salir  del  arca... inmediatamente  ofreció un  sacrificio  de entre  todos  los animales  y pájaros limpios a Jehová Dios.  Pero Noé  y su familia no bebieron de la sangre de las víctimas sacrificatorias; ni siquiera comieron de la carne de ellas.  Dios  estuvo complacido con esto.  El los  bendijo y les dijo que  llenaran la  Tierra  entera  con su  prole.   Entonces, como  había hecho  con Adán  y  Eva en  Edén,  Dios estableció  una  ley acerca  del alimento de  toda la futura familia  humana, entre ella nosotros  de hoy día.   Dijo: "Todo  animal  moviente  que está  vivo  puede servirles  a ustedes de alimento.   Como en el caso de la  vegetación verde, de veras se lo doy todo  a ustedes.  Sólo carne con su alma  -su sangre- no deben comer... (Gn 8;18) a (Gn 9;4-5).  Después de eso apareció  el primer arco iris, y Dios hizo un pacto eterno de nunca más traer un diluvio global contra la humanidad (Gn 9;8-17).  Esto ocurría en el año  2369 aC ó 1856 antes de que Jehová diera la  ley al profeta  Moisés, los Diez mandamientos  inclusive, para que la entregara a la nación de Israel.
Por consiguiente la Ley de Dios que prohibía el ingerir sangre animal en nuestro  cuerpo no  vino a  la  existencia por  medio de  la ley  divina entregada mediante  Moisés en 1513 aC.   Esto hace seguro que  la ley de Dios sobre este asunto vital no estaba restringida y no está restringida a los hebreos, israelitas  o judíos.   ("La Atalaya" de 1.6.68, pág 331 y ss.)
Sin  embargo, ¿era  el mandato  a Noé  -(Gn 9;4)-  sólo una  restricción limitada  o temporánea?   ¿Tiene que  ver con  generaciones posteriores, entre ellas la nuestra?  Muchos  doctos bíblicos reconocen que Dios aquí puso  un reglamento  que  no  aplicaba únicamente  a  Noé  y su  familia inmediata,  sino también  a  toda  la humanidad  desde  aquel tiempo  en adelante... la  realidad es que todo  el que ha vivido  desde el Diluvio viene de la familia de Noé (Gn 10;32) ("Los Testigos de Jehová y la cuestión de la sangre", pág 7)
Análisis:
Así, pues, queda claro que para los TJ el mandato de (Gn 9;4) es una prohibición universal y eterna de comer sangre. (Dt 12;23)
Sin embargo, en ("La Atalaya" de 15.10.83, pág 30), los TJ nos citan (Dt 14;21), versículo en el que Dios  permite que los forasteros coman animales muertos sin sangrar. Así, pues, este texto, aducido por los propios TJ, muestra que las personas al comer estos animales comían sangre, contradiciéndose con  la  interpretación universal que hacen de (Gn 9;4). Aquí debo recordar a los TJ que Dios no es parcial y si en (Gn 9;4) hace una prohibición eterna y universal de comer sangre no puede mandar ahora que se coma en algún lugar, no importa la condición ni la conciencia de la persona.
También puedo añadir que parece que lo que prohíbe (Gn 9;4) es comer animales vivos (el pasaje dice  textualmente "carne con su alma –su sangre-” (NM). Así interpretaban antiguamente los TJ este pasaje. Cambiaron su enfoque cerca del año 1935 cuando prohibieron las vacunas, apoyándose para esa nueva postura en esta nueva interpretación del pasaje, “carne con su alma” (es decir con su vida) por “carne son su sangre”. Parece obvio que (Gn 9;4) no se puede utilizar para negar las transfusiones.            
Si la orden que Dios dio de no comer carne con su sangre aplica también a nosotros y hemos de seguirla, todavía hoy en día, hemos de aceptar, también, que debiéramos defender hoy la pena de muerte para todo caso de homicidio, y no sólo cuando el homicida es un hombre, sino también cuando es un animal, ya que esta orden sigue a la de la sangre (Gn 9;5-6). ¿Defienden esto hoy los TJ?
b) GRUPO DE PASAJES DE: LA LEY DE MOISÉS
s/TJ:
En esta  porción de  la Biblia  se encuentran  la gran  mayoría de los pasajes que mandan la abstención de sangre.  Pero con relación a estas prohibiciones los TJ han dicho:
En el día de Pentecostés del año 33 dC el viejo pacto de la Ley fue quitado y el nuevo pacto inaugurado por Jesucristo en el cielo tomó su lugar (Ef 2;14-15) (Col 2;13-14) (Hb 10;8-10) ¿Quiere decir esto, entonces, que la prohibición contra el comer y beber sangre según estaba contenida en el viejo pacto de la Ley mosaica fue quitada? ¡Sí! ¿Quiere decir esto, entonces, que los discípulos de Jesucristo no están bajo ninguna prohibición contra comer y beber sangre?  ¡No! ("Vida eterna en libertad de los hijos de Dios", pág 330)
Esta ley particular -la del día de Noé- no pasó de la existencia ni quedó sin vigor en el año 33 de nuestra era común, cuando Dios clavó la Ley de Moisés al madero de muerte de Jesucristo y la abolió. La ley del día de Noé todavía aplica a toda la humanidad.(Gn 1;29-30) (Gn 2;15-17). ("La Atalaya" de 1.6.68, pág 333)
Análisis:
En consecuencia, pues, todos los pasajes de la Ley de Moisés sobre la sangre no  se pueden utilizar para  prohibir las transfusiones, porque,  según  los  TJ,  fue  sencillamente  abolida.  
De todas maneras, es irónico que  los TJ señalen la no vigencia de la Ley de Moisés para los cristianos, y simultáneamente utilicen esos mismos pasajes para prohibir las transfusiones de sangre, haciendo un sorprendente caso omiso a sus propias palabras.
A tener en cuenta que los judíos ortodoxos modernos, que todavía observan con escrupulosidad las reglas para el sacrifico de animales y desangre de la carne, no tienen objeciones religiosas contra las transfusiones  de sangre.  
Finalmente, a un TJ se le puede mostrar que (Lv 3;17), dice: "No deben comer grasa alguna ni sangre alguna" (NM). ¿Por qué los directores de La Atalaya no les permiten las transfusiones y en cambio les permiten comer manteca?.
c) GRUPO DE PASAJES DE: LA PROHIBICIÓN APOSTÓLICA DE HECHOS 15
s/TJ:
Sí, tanto los cristianos como los  judíos, los no cristianos como los no judíos, están bajo esta ley acerca de comer según se le dio a nuestro antepasado Noé después del diluvio. Los cristianos apostólicos del primer siglo de  nuestra era común reconocieron ese hecho e insistieron en él. Dieciséis años después que la Ley de Moisés fue,  hablando figuradamente, clavada al madero de muerte de Cristo como cumplida y abolida, el discípulo cristiano  Santiago, recomendó al Concilio de Jerusalén de apóstoles y otros hermanos de mayor edad escribir a los cristianos no judíos, a saber, "que se abstengan de las cosas contaminadas por los ídolos y de la fornicación y de lo estrangulado y de la sangre".
La recomendación de abstenerse de "animales estrangulados y de la sangre" no fue sólo la idea del discípulo Santiago, sino que también fue dictada por el espíritu santo de Dios. Este grave hecho recibe énfasis por la manera  en que se fraseó el decreto oficial a los cristianos no judíos. Decía como sigue: "Los apóstoles y los hermanos de mayor edad a los hermanos... que son de las naciones: ¡Saludos!... Porque al espíritu santo y a nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que se abstengan de cosas sacrificadas a ídolos y de sangre y de cosas estranguladas y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán, ¡Buena salud a ustedes!" (Hech 15;19-29) (“La Atalaya” de 1.6.68. pág 331 y ss)
Análisis:
Los versículos (Hech 15;19-29), que los TJ presentan, deben ser interpretados en el contexto histórico de la época. Los judíos recién convertidos al cristianismo, dudaban de abandonar las prácticas judías.  Además se escandalizaban fácilmente de las libertades que se tomaban los paganos convertidos, respecto a esta práctica -la de la abstención de la sangre-. ¿Era necesario guardarla o no?. El problema fue discutido. Los apóstoles, por caridad y para evitar el escándalo de los judíos convertidos, pidieron a los gentiles llegados al cristianismo adaptarse a las prácticas judías relativas a la alimentación: abstenerse  de la carne ahogada y de la sangre. Pero se trataba más bien de una medida temporal, impuesta por las circunstancias. Incluso no parece que el decreto fuese promulgado en todas partes, sino solamente  entre  los cristianos dónde los judíos podían escandalizarse de ver a los paganos comer toda clase de carne (Gl  2;12-14) (1Cor 8;1-13) (1Cor 10;14-30). Sea lo que fuere, una vez pasado el peligro de escándalo, los cristianos comían toda clase de carne, teniendo en cuenta: "Que no lo que entra por la boca ensucia al hombre, sino lo que sale de ella" (Mt 15;11).
Si, por otra parte, examinamos (1Cor 10;14-30) encontramos que la Biblia permite comer lo sacrificado a  los ídolos. Vemos, pues, que lo que establece la Biblia es una prohibición de comer sangre o lo sacrificado a ídolos (y podríamos añadir que cualquier otra cosa)... si con ello se causa tropiezo. Este es el motivo del decreto apostólico de (Hech 15; 19-29). Si no existía una situación de tropiezo, Pablo podía decir que se comiera lo sacrificado a ídolos o cualquier otra cosa. Es el texto de (1Cor 10;14-30). Los dos textos se refieren a la misma prohibición. Cristo presentó el mismo principio: ninguna comida contamina espiritualmente (Lc 7;18-23). Véase también la disputa entre Pedro y Pablo en (Gl 2;1-14).
Hay que tener en cuenta que, en todo caso, las Escrituras sólo se refieren a una dieta, no a las transfusiones de sangre. El tomar una regla dietética y extenderla a tal punto que se niegue un procedimiento médico para salvar la vida de un moribundo, me trae a la memoria el caso de los fariseos que se pusieron furiosos cuando Jesús sanó a un hombre en un día de reposo (Lc 6;6-11).
Así, pues, la interpretación de (Hechos 15) que hacen los TJ no me parece aceptable porque además de una interpretación incorrecta, ésta no armoniza con los demás pasajes de la Biblia que tratan el tema. Ya se ha visto que la contradice (1Cor 10;14-30). Tampoco armoniza con (Dt 14;21), porque este versículo indica que Dios permite a los gentiles comer sangre. Y, finalmente, tampoco armoniza con el concepto  nuevotestamentario sobre los alimentos (Mc 7;18-19) (Lc 7;18-23) (Rm 14) (1Tim 4;1-5).
Los TJ se han esforzado por dar respuesta a esta contradicción. En el libro ("Ayuda para entender la Biblia", pág 768) alegan que (1Cor 10) se refiere a comer los sacrificado a ídolos con un sentimiento de  reverencia. Aunque esta explicación es una suposición de ellos, se observa el valor muy diferente que la Biblia le asigna a la abstención de (Hechos 15). Si el mandato de abstenerse de comer lo sacrificado a los ídolos sólo tiene que ver con la actitud con que se hace, ¿por qué no la sangre, que también es un  alimento? ¿Por qué han establecido sin base bíblica una diferencia en la forma de abstenerse entre estos  dos alimentos? Es triste que para los TJ, se puede cumplir con la abstención a lo sacrificado a ídolos comiéndolo alegremente, siempre y cuando se hace con un sentimiento correcto; pero en cuanto a abstenerse de la sangre, y me refiero a las transfusiones, cosa que es mucho más seria porque entraña la vida misma de la gente, se  exige la aplicación más drástica e inflexible. No me parece ni consistente ni lógico.
Otro texto que podemos considerar prueba adicional de que (Hech 15) se formuló con el propósito único de no causar tropiezo a los judíos es el propio (Hech 15) dónde se establece indirectamente que los cristianos gentiles no tenían que circuncidarse ni guardar la Ley (Hech 15;28). En cambio en (Hech 16;3).  Pablo toma a Timoteo, un gentil, y le circuncida, precisamente para no causar tropiezo a los judíos. Es el mismo principio que rige para la sangre y lo sacrificado a los ídolos.
Si descartamos (Hech 15) como base para prohibir las transfusiones de sangre, no les queda a los TJ otro  pasaje en la  Biblia para fundamentar su postura.
FINALIZANDO EL COMENTARIO
La prohibición de  tomar sangre de animales se  repite hasta siete veces en el Levítico y en el Deuteronomio.
Una de las razones de esta  prohibición, según se desprende de (Lv 19;26), era  para evitar el  peligro de idolatría, ya  que algunos pueblos paganos tomaban la sangre  de las víctimas ofrecidas a los ídolos.  Por otra parte una creencia, que llega hasta los primeros siglos de nuestra era, veía en la sangre el alimento de los dioses y demonios.  Los judíos  permanecieron fieles a esta prescripción, aun después  de su dispersión por  el mundo, de tal  manera que el decreto del Concilio de  Jerusalén (Hech 15,20,29;21,25) prohíbe a los convertidos de  entre los paganos, a fin de  no escandalizar a los judío-cristianos, comer animales sin  sangrar.  Poco a poco, a medida  que  los cristianos  fueron  desligándose  del judaísmo  y purificando sus conceptos, esta prescripción cayó en desuso.
Hemos de tener en cuenta que en las páginas de los libros sagrados se  refleja la  vida  de  un pueblo  en  constante progreso;  para gobernar a  este pueblo y  conservar incontaminada su  religión se dictan  normas  y  prescripciones,   según  las  circunstancias  y peligros de idolatría en que  se encuentra dicho pueblo.  Beber la sangre  de animales  podía  encerrar un  peligro de  contaminación idolátrica.
Estas  prescripciones  y normas  pierden  su  vigencia cuando  las circunstancias que las motivaron  han desaparecido o el legislador dicta otras que las transforman o dejan en desuso.
Así sucede con la prescripción  que nos ocupa.  Cristo, legislador de la Ley  nueva, cumple, perfecciona y suprime de  la Ley antigua lo que cree conveniente según las exigencias de los nuevos tiempos y en virtud del poder que ha  recibido del Padre. Los textos de Pablo son bien  claros; lo mismo los pasajes  evangélicos donde se habla de la  promesa e  institución de  la Eucaristía;  con estos textos de la  nueva Ley queda abrogada la antigua.  
LOS  TJ TAMBIEN  HABIAN PROHIBIDO  TODAS LAS  VACUNAS (DESDE  1931 HASTA 1952) Y LOS TRASPLANTES (DESDE 1967 HASTA 1980)
Cuando se consideran otras prohibiciones de los líderes de los TJ sobre sus fieles, se descubre que esta inflexibilidad dañina se repite a través de su historia. Causa asombro ver la gran similitud entre los argumentos usados para aquellas prohibiciones y los de la sangre. En 1931 prohibieron todas las vacunas por ser una "violación directa del pacto eterno que Dios hizo con Noé después del diluvio" ("La Edad  Dorada", de 4.2.1931, pág 293). A pesar de los TJ que enfermaron de polio, tosferina, viruela,  y un largo etc. el Cuerpo Gobernante se mantuvo inflexible. No levantaron la prohibición hasta el año  1952, brillando por su ausencia la debida disculpa a los que murieron o padecieron enfermedades por haber obedecido a sus líderes.
Asombrosamente, ni siquiera admitieron que se habían equivocado, dijeron sencillamente que lo de las  vacunas era un asunto de la conciencia de cada individuo. En 1967 prohibieron cualquier trasplante de  órganos por ser esto una "forma prohibida de canibalismo" ("La Atalaya" de 15.11.67, pág 702-704) ("¡Despertad!" de 8.6.68, pág 21). Los fieles se quedaron sin trasplantes hasta 1980 ("La Atalaya" de 15.3.80, pág  31).
La historia se repite el 22 de octubre de 1948, cuando estos mismos líderes recibieron "nueva luz" y  prohibieron las transfusiones de sangre. Espero que siga el mismo ciclo de las vacunas y los trasplantes, pero mientras, se suceden las muertes inútiles de personas que creen que obedecen a Dios.  Pero ya hemos visto al principio de este tema que los propios TJ en la revista "Consolación" de setiembre  de 1945 se juzgan a sí mismos en todo lo referente a este tema: "La prohibición de transfusiones de sangre es propio de hombres fariseos que dejan fuera de consideración la misericordia y el amor de Jehová".

De 2003 (¡Despertad! 8/12/2003) en adelante tienen permitido a sus adeptos el uso de componentes de sangre...  
¡Pero miles murieron antes de 2003 inútilmente!
La negativa de parte de los Testigos de aceptar transfusiones de sangre, en cierto modo ha fomentado la búsqueda de sustitutos de la sangre. Incluso existen algunos médicos que aseguran que hay una mayor efectividad y seguridad a la hora de utilizar algunas de estas alternativas. Este posicionamiento, sin embargo, contrasta con la opinión de la OMS que es claramente favorable de las transfusiones.
Con el fin de fomentar esta práctica se ha llevado a cabo la producción de una serie documental en DVD por parte de la sociedad. En él explican al cuerpo médico las posibles ventajas de usar estas técnicas, así como la creación del "Comité de enlace con hospitales" que da apoyo a los miembros de dicho comité para que puedan estar atentos a la disponibilidad de médicos preparados, que estén dispuestos a tratarlos sin sangre. Al mismo tiempo ayuda a los médicos que lo deseen a capacitarse en el uso de estas técnicas. Según ellos, quien no desea ser engañado por "enemigos religiosos" que poseen motivos para difamarlos, procurará comprender su postura y reconocer que no es cuestión de avances en la ciencia ni de conveniencia personal, sino de lo que dice Dios en la Biblia de forma clara.
Los dos grupos principales formados por los Testigos son el SIH (Servicio de Información sobre Hospitales), creado en enero de 1988 en Brooklyn N. Y. y posteriormente implementado en otros países. Su función principal es investigar técnicas médicas sin uso de sangre utilizadas en el mundo y llevar esta información a médicos y especialistas, mediante cursos y seminarios. También se procura mostrar a los médicos la postura de los Testigos referente a la sangre y llevar un registro de aquellos que estén dispuestos a atender a pacientes testigos, respetando su postura (Anuario de los TJ de 1991, pág 35)
El otro grupo llamado CEH (Comité de Enlace con los Hospitales), está principalmente dirigido a la visita de pacientes Testigos internados, y el diálogo con los facultativos, ellos son entrenados por el SIH (¡Despertad! 22/3/1995, pág 19)