lunes, 27 de julio de 2015

EL INGENUO CREE TODO LO QUE LE DICEN

Los TJ, a lo largo de las páginas 30 al 32 de "La Atalaya de estudio" correspondiente al 15 de octubre de 2015, desarrollan un tema que titulan “El ingenuo cree todo lo que le dicen”. Veamos:


s/TJ:  
“Igual que hace más de doscientos años la gente no podía confiar en todo lo que publicaban los periódicos, tampoco podemos confiar hoy en mucho de lo que circula por Internet. Gracias a las nuevas tecnologías, en la actualidad disponemos de una enorme cantidad de información. Pero debemos ser muy cuidadosos, pues además de información útil y veraz, encontramos mucha que es inútil, falsa e incluso peligrosa… Con razón, la Biblia da esta advertencia: El ingenuo cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por dónde va (Prov. 14:15)”.  

¿Qué debemos hacer si encontramos en Internet una calumnia sobre los testigos de Jehová? Rechazarla de inmediato. Algunos creen que deben enseñársela a otros hermanos para saber su opinión. Pero lo único que logran con eso es esparcirla aún más… Necesitamos “capacidad de pensar” y “discernimiento” para reconocer a la persona “que habla cosas perversas” y trata de engañar (Prov. 2:10-16).

Aunque el amor no es desconfiado, tampoco es ingenuo. Por eso, no creemos cualquier noticia sensacionalista que leemos (1 Cor. 13:7). Además, rechazamos las mentiras que se lanzan sobre la organización de Jehová o nuestros hermanos. Las personas que las difunden están al servicio del “padre de la mentira”, Satanás (Juan 8:44). Como dice la Biblia, “los ingenuos heredarán necedad, mas los prudentes se coronarán de sabiduría” (Prov. 14:18, Reina-Valera, 1995).  Los tres pasajes anteriores corresponden a (“La Atalaya de estudio” del 15 de octubre de 2015, págs. 30-32).

Análisis:

Resumiendo el tema que presentan los TJ en “La Atalaya del 15 de octubre”, podríamos decir: “El que cree todo lo que le dicen es un ingenuo y, por eso, heredará necedad. En cambio, el que se preocupa por discernir la verdad de la mentira en todo aquello que le dicen, es prudente y, por eso, se coronará de sabiduría”.

A mí me parece que todos estos pensamientos son correctos. De hecho, ya hace años que la literatura de los TJ aconseja la necesidad de este discernimiento. Veamos algunos ejemplos:

A los cristianos se les insta a adorar a Dios 'con su facultad de raciocinio', de modo que deben asegurarse que sus creencias sean ciertas (Rm 12;1-2) (1Tes 5;21). Sus creencias deben ser sometidas al 'juicio crítico' antes de aceptarlas" ("La Atalaya" de 15.11.92, pág 3).

"El simple hecho de que una religión use la Bíblia no prueba por sí mismo que todo lo que esa religión enseña y practica se halle en la Biblia. Es importante que nosotros mismos investiguemos para ver si está ahí o no" ("Usted puede vivir..." pág 31) 

“No sólo tenemos que examinar lo que creemos personalmente, sino también lo que enseña cualquier organización religiosa con la cual estemos asociados.  ¿Están sus enseñanzas en plena armonía con la Palabra de Dios, o se basan en las tradiciones de los hombres?   Si amamos la verdad, no tenemos nada que temer de tal examen.   Debe ser  el deseo sincero de cada uno  de nosotros aprender lo que es la voluntad de Dios para nosotros, y entonces hacerla (Jn 8;22)  ("La verdad que lleva a vida eterna", pág 13)
 
Es bueno y satisfactorio llegar a entender las enseñanzas de la Biblia para que usted pueda ofrecer razones y textos en apoyo de su creencia. De otra manera, es exactamente como si uno estuviera disfrazado de cristiano, mientras que de hecho sabe muy poco en cuanto al cristianismo.   ¡Cuanto más satisfactorio es saber lo que usted cree y por qué lo cree!"  ("¡Despertad! de 22.2.68, pág 6) 

Pero, desgraciadamente, estas normas, que son correctísimas, los TJ sólo entienden que deben aplicarse para examinar la religión y las costumbres que ahora profesan los que todavía no han entrado en la organización de los TJ, porque una vez en ella, los TJ han de someterse a lo que diga la organización, sin que lean "la literatura religiosa de la gente que encuentran" ("La Atalaya" de 1.5.84), ni "lean las críticas a la organización de Jehová" ("La Atalaya" de 15.5.84). Esta manera de actuar que los TJ proponen a sus miembros, está en contra, flagrantemente, del "juicio crítico" al que, según ellos mismos enseñan, como hemos visto, los cristianos han de someter sus creencias. ¿Y los Testigos de Jehová no son cristianos? ¡A veces parece que reniegan de ello!

Siguiendo en esta línea de comportamiento que los TJ exigen concretamente a sus adeptos, leemos en ("La Atalaya" de 1.3.93, pág 22):  "Si prestamos atención a la dirección que Jehová nos da a través de su Palabra y organización, haremos las cosas a su manera, lo que resultará en que nos ahorremos, por ejemplo, el escollo de caer en discusiones baladíes con aquellos que lo único que quieren es argüir o disputar sobre meras palabrerías”. Y es que para los TJ, cualquier objeción a su doctrina se convierte en “mera palabrería” por mucho que se intente, no que te den la razón, sino simplemente que “entren en razón”.

Los dirigentes de los TJ, amparándose en (1Cor 1;10), imponen a sus seguidores un grado de completa conformidad a todo lo que les venga dicho desde la Sociedad   de La Atalaya.   Esa es la "evidencia", según los TJ, de que ellos son los únicos cristianos verdaderos, porque "todos hablan de acuerdo" y están "aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar".  Cuando el apóstol Pablo escribió a los corintios pidiéndoles que terminaran sus divisiones, ¿les dijo también que debían someterse del todo a un líder o grupo humano, en obediencia ciega, como máquinas sin mente?  ¡No!  Los mismos pasajes aducidos por los TJ de (Rm 12;1-2) (1Tes 5;21) demuestran todo lo contrario, y en general toda la carta a los romanos revela que los individuos de la Iglesia primitiva gozaban de mucha libertad. 

¿Por qué un TJ no ha de poder revisar con plena objetividad la Historia y la Arqueología para convencerse a sí mismo de si Jesucristo, por ejemplo, murió en una cruz o en un madero?   Pero no los apuntes de la Historia o de la Arqueología que le proporcionan los mismos TJ, sino libremente, consultando aquellos libros o aquellos estudios que considere más objetivos, más técnicos, más especializados, sea quien sea el que se los presente. Y más teniendo en cuenta que los TJ primero creían, al respecto, una cosa y después otra y no han justificado científicamente las razones del porqué en un momento determinado cambiaron de parecer.
 
Por otra parte, ¿por qué un TJ ha de aceptar sin posibilidad ni de dudarlo, que la destrucción de Jerusalén ocurrió en el año 607 aC, porque lo dice la sociedad Watch Tower, cuando todos los historiadores y arqueólogos antiguos y modernos, enciclopedias, libros de texto modernos y de hace siglos, etc enseñan que ocurrió en el año 586/7 aC?  E, incluso, confrontando la propia literatura de los TJ, se puede demostrar que están equivocados, pero que mantienen su cronología para no tener que reconocer que 1914 a pesar de que fue un año nefasto para la humanidad, no coincide, de largo, con el que se deduce de la interpretación que los propios TJ dan a las profecías que consideran para el caso.  Etc, etc...

En ("La Atalaya" de 15.1.83) se les dice a los TJ que "luchen contra el pensamiento independiente".  Pero cuando le interesa a la Sociedad Watch Tower, ésta emplea este "pensamiento independiente" para sus fines, como es el caso que podemos leer en ("Vida eterna en libertad de los hijos de Dios", pág 28): "En este siglo veinte se ha efectuado un estudio independiente que no sigue ciegamente a cálculos cronológicos tradicionales de la cristiandad...  Según esta cronología bíblica fidedigna ..."  O sea, cuando no interesa se ha de luchar contra el pensamiento independiente y cuando interesa nos hemos de acoger a él…

En esta misma línea nos dicen los TJ: "...Esos mismos registros antiguos...  escritos por hombres imperfectos y hambrientos de poder... no tienen verdadero derecho a nuestra confianza" (¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios"?, pág 61).   Pero, entonces ¿de dónde han sacado los TJ la fecha absoluta del año 539 aC de la que se sirven para calcular las fechas de las Escrituras hebreas, si la Biblia no fija este año por ninguna parte? ¡Nada menos que de un rey pagano!?   ("La Atalaya" de 15.9.68, pág 556) 

¡Y se podrían mencionar tantos y tantos casos...!


Podríamos decir que visto lo visto hay mucho ingenuo en las filas de los TJ, con la consecuencia que ellos mismos han propuesto. Finalmente, recordar a los TJ que no es la conformidad ciega, sino el amor, lo que es "un vínculo perfecto de unión" (Col 3;14) (NM)