En la Web de los TJ podemos
encontrar un artículo que se titula: “¿Cuándo será el fin del mundo?” Su
contenido queda rematado con un bonito dibujo en el que se ve, en un primer
plano, a unos niños cerca de la playa contemplando la fauna y la flora marina, sumergidos
en un mar de agua pura y cristalina. Por otra parte, aparecen en la playa
repleta de palmerales, varias escenas típicas del lugar: familias paseando por
la arena, niñas refrescándose las piernas, otras tomando el sol, dos muchachos haciendo
surfing …
En el último de los apartados de
este artículo, se lanza la pregunta: "¿Quedará algo en pie después del fin del
mundo?"
Los propios TJ responden: “Sí.
La Tierra seguirá en su sitito, pues la Biblia dice que no se le hará
tambalear hasta tiempo indefinido, ni para siempre “(Sl 104;5).
¿Se darán
cuenta los TJ que esta referencia refleja observaciones que eran resultado de
la concepción que en aquellos tiempos se tenía de la tierra? Se creía y se
aceptaba que la tierra era un edificio que descansaba en unas columnas que se
sumergían en lo profundo del abismo. Y, precisamente, lo que llamaba la
atención era la gran maravilla de la omnipotencia, consistía en que, a pesar de
hacerla reposar sobre la masa líquida, “no vacila” (Véase Job 38;6)
(Prov 8;29).
Las rotundas
afirmaciones de los TJ en este tema no parecen estar de acuerdo con las
comprobaciones que, al respecto, la ciencia nos presenta.
Así, la tierra se ralentiza 12 segundos cada 15.000
años. Esto se debe a los efectos de la gravedad lunar. Como resultado de estos
cambios el día medio solar que nominalmente tiene 86.400 segundos se está
volviendo progresivamente más largo y es actualmente medible mediante relojes
atómicos de gran precisión.
Por otra parte, el futuro del planeta está
estrechamente ligado al del sol. La luminosidad del Sol va creciendo de manera
que el aumento de la radiación tendrá consecuencias nefastas en la Tierra,
incluyendo la pérdida de los océanos del planeta. El Sol, siguiendo su
evolución natural, como ha ocurrido ya con otros astros, se convertirá en
una gigante roja expandiéndose hasta unas 250 veces su tamaño
actual, alcanzando un radio cercano a unos 150 millones de km. El destino
que sufrirá la Tierra entonces no está claro, pero se supone que la órbita de
la Tierra decaerá ocasionando que el planeta penetre en la atmósfera estelar y
se vaporice.
Ya dice Jesús en (Mt 5;18) que “antes pasarán el
cielo y la tierra que falte una jota o una tilde de la Ley hasta que todo se
cumpla” y por otra parte en (Mt 24;35) nos dice: “El cielo y la tierra
pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Quizás los TJ digan que Jesús no se
refería al cielo y la tierra literal, ya conocemos sus habilidades para
manipular lo literal y lo simbólico. Yo creo que sí, porque si no, ¿por qué nos
aconseja que “no alleguéis tesoros en la Tierra” (Mt 6;19) Por otra
parte, San Pedro nos dice: "Los cielos y la tierra actuales están
reservados por la misma palabra para el fuego en el día del juicio y de la
perdición de los impíos"... (2Pe 3;7) “Pero nosotros esperamos
otros cielos nuevos y otra tierra nueva” (2Pe 3;13).
Además, los TJ siguiendo la respuesta a la pregunta
del artículo que estamos examinando, nos dicen que “la Biblia promete que la
tierra estará habitada cuando nos dice “los justos mismos poseerán la tierra, y
residirán para siempre sobre ella” (Sl 37;29)
Es cierto que en el Antiguo Testamento el
objeto de la promesa era la posesión de la tierra en la que el pueblo de Dios gozaría
de una existencia libre según la justicia (Dt 6;20-25) (Sl 37;3, 9,11,22,29,34).
Pero en la Nueva Alianza el objeto de la promesa es el Reino de los cielos,
la Vida eterna, la patria celestial (1Tes 4; 15-17).
Los TJ siguen su respuesta a la pregunta
inicial diciendo: “Dios hará que se cumplan las condiciones que se propuso
al principio de la creación: 1) La tierra será un paraíso (Is 35;1) (Lc 23;43);
2) Habrá seguridad y prosperidad (Miq 4;4); 3) Todo el mundo tendrá un trabajo
útil y gratificante (Is 65;21-23) y 4) No habrá enfermedades ni vejez (Jb
33;25) (Is 33;24).
Respecto a la condición 1) “la tierra será un
paraíso”: podemos decir que si Dios hará que se cumplan las condiciones
que se propuso al principio de la creación tal como aseguran los TJ,
entonces podemos ir despidiéndonos del surfing y de los bonitos vestidos que se
lucen en el dibujo para ir por la playa, ya que estas cosas y todo lo que ellas
comportan, no estaban previstas en los planes del creador. E incluso el mar habrá
desaparecido del mundo nuevo que surgirá después de la gran purificación del
juicio final. La Biblia es contundente a este respecto en (Ap 21;1).
Respecto a la condición 2) “Habrá
seguridad y prosperidad”: Difícil será, pues habrán personas que se
volverán inicuos a lo largo de los mil años y también cuando se realice la
prueba definitiva, ya que entre los resucitados están -dice la Biblia- quienes
lo han hecho para una “resurrección de juicio” y sus nombres no figurarán
definitivamente en el Libro de la Vida.
Esto quiere decir que alguien sufrirá sobre sí
las acciones “malas y viles” de los inicuos, y si al final, en la última
prueba, cuando ya todos son perfectos, los inicuos son como “la arena del mar”,
podemos imaginarnos que, a lo largo de los mil años, serán millones los que se
perviertan y millones, por tanto, los que sufrirán sus vilezas. Los
propios TJ reconocen que será tal el desafuero de algunas personas que incluso será necesario eliminarlas antes de que
acabe el Día del Juicio (Ap 20;7-10).
Respecto a la condición 3) “Todo el mundo tendrá un trabajo útil y
gratificante”: Difícil será sino se emplean máquinas modernas ni se
utilizan las ventajas de la automatización trabajando solo con las herramientas
que se empleaban hace cientos de años, como se ve en el dibujo de
("¡Despertad! de 22.10.93, pág 8) y en (“La Atalaya” de 1.4.64, pág
211-212). Tampoco será posible que todos tengan ropas adecuadas, vivan en verdaderos
chalés con todas las comodidades y con unos sofisticados aparatos que no
permitirán el mínimo accidente doméstico, tengan los campos de césped
recortaditos, las carreteras sin baches etc.
Por fin, respecto a la condición 4) “No habrá enfermedades ni vejez”: Pero entonces, ¿cómo debemos
entender (Is 65;20)? “Ya no llegará a
haber de aquel lugar un niño de pecho de unos cuantos días de edad, ni un
anciano que no cumpla sus días; porque uno morirá como mero muchacho, aunque
cuente con cien años de edad; y en cuanto al pecador, aunque cuente con cien
años de edad se invocará el mal contra él” (NM) “No habrá allí niño que muera
de pocos días, ni viejo que no cumpla los suyos. Morir a los cien años será
morir niño, y no llegar a los cien años será tenido por maldición.”
(NC) Queda claro que en la “Nueva Tierra” ¡También se morirá!... porque “morir a los cien años será morir niño” y “no
llegar a los cien años será tenido por maldición”.
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