La Web JW.org pregunta: ¿Será destruida
la tierra? E inmediatamente nos indica que la respuesta de la Biblia es: “No. Nuestro
planeta nunca será destruido … la Biblia enseña que Dios creó la Tierra para que
fuera habitada para siempre”, “Los justos mismos poseerán la tierra, y
residirán para siempre sobre ella (Sl 37;29)”.
Análisis:
Si nuestro planeta nunca será destruido,
quiere decir que es eterno… será "habitado para siempre", los justos residirán "para siempre" sobre ella.
Si la Tierra aguanta eternamente, lo
será por la actuación milagrosa directa que el propio Dios quiera hacer en un
determinado momento sobre la misma. Pero por lo que actualmente conocemos de la
Tierra y del Sistema solar no parece que hasta el día de hoy Dios haya actuado
especialmente sobre la misma en el sentido de que se eternice su existencia.
Así, por ejemplo, la tierra se ralentiza 12 segundos cada 15.000
años. Esto se debe a los efectos de la gravedad lunar. Como resultado de estos
cambios el día medio solar que nominalmente tiene 86.400 segundos se está
volviendo progresivamente más largo y es actualmente medible mediante relojes
atómicos de gran precisión.
Por otra
parte, el futuro del planeta está estrechamente ligado al del sol. La
luminosidad del Sol va creciendo de manera que el aumento de la radiación
tendrá consecuencias nefastas en la Tierra, incluyendo la pérdida de
los océanos del planeta.
Sin
embargo, se calcula que la Tierra, si no ocurre ningún cataclismo en el
espacio, será habitable “todavía” por alrededor de otros 500 millones de
años. El Sol, siguiendo su evolución natural, como ha ocurrido ya con
otros astros, se convertirá en una gigante
roja expandiéndose hasta unas 250 veces su tamaño actual, alcanzando
un radio cercano a unos 150 millones de km. El destino que sufrirá la
Tierra entonces no está claro, pero se supone que la órbita de la Tierra
decaerá ocasionando que el planeta penetre en la atmósfera estelar y se
vaporice.
Las
referencias bíblicas que los TJ presentan a favor de la eternidad de la Tierra,
son expresiones poéticas de acuerdo con la concepción del universo que se tenía
en el momento en que se escribieron. De hecho, todo el Salmo 104 es un maravilloso
poema de profunda sensibilidad lírica y religiosa.
Ya dice
Jesús en (Mt 5;18) que “antes pasarán el cielo y la tierra que
falte una jota o una tilde de la Ley hasta que todo se cumpla” y por otra parte
en (Mt 24;35) nos dice: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis
palabras no pasarán”. Y de acuerdo con
esta afirmación, nos aconseja: “no alleguéis tesoros en la Tierra” (Mt 6;19).
Por otra parte, San Pedro confirma: “… nosotros esperamos otros
cielos nuevos y otra tierra nueva” (2Pe 3;13).
Los
testigos de Jehová entienden literalmente, palabra a palabra, que “los justos
mismos poseerán la tierra y residirán para siempre sobre ella”. Y, por otra
parte, enseñan esta creencia como si ello tuviera que ocurrir formando una
continuidad sin problemas con la actual vida, ya que bajo el gobierno del Reino
de Dios la Tierra se convertirá en un pacífico paraíso incluso para el ladrón
que moriría al lado de Jesús. Muchos testigos, en efecto, creen que, después de
esta vida, si son contados entre los justos, pasarán sin duda a vivir eterna y
felizmente después de la resurrección, en ese maravilloso paraíso.
Pero esta
no es la doctrina de los Testigos de Jehová. Su doctrina dice que una vez se
haya iniciado el Día del Señor, su famoso milenio, se procederá a la resurrección
gradual de justos e injustos por millones de personas, pero nadie en este
momento será perfecto, ni unos ni otros. Y aun teniendo en cuenta que Satanás y
sus diablos habrán sido encarcelados, incomprensiblemente muchos cometerán
cosas malas y viles graves que menoscabarán sin duda la felicidad de muchas personas
y cuyo desafuero dará lugar a que sus causantes deban ser eliminados, cortados,
a lo largo de los mil años.
Y al
final, serán de nuevo soltados Satanás y sus diablos para que efectúen una
prueba definitiva a la humanidad sobre su grado de perfección obtenido a lo
largo del milenio. Según la Biblia, el diablo conseguirá apartar de Jehová a
una cantidad de personas como “la arena del mar”. Podemos imaginarnos que
millones de personas serán cortadas en este momento final. Entonces, sí. Solo quienes
hayan superado todos estos obstáculos a lo largo de los últimos mil años, entrarán
como justos en la vida eterna.