miércoles, 3 de agosto de 2022

¿JESUCRISTO ES EL MISMO AYER Y HOY Y SIEMPRE?

Los testigos de Jehová nos dicen en (Hb 13;8) de su Biblia “Traducción del Nuevo Mundo)”: “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre”.

Pero no, de hecho, en su reducido siglo y medio de existencia, los testigos de Jehová han fijado varias personalidades de Jesucristo, según se iban sucediendo los diversos acontecimientos de su agitada historia.

Veamos unos ejemplos:

1)   Los testigos de Jehová enseñaron, más o menos hasta 1936, que Cristo murió en una cruz. Después cambiaron su doctrina y empezaron a enseñar que, Cristo en vez de crucificado, murió en un madero de tormento.

Hasta finales de los ochenta del siglo pasado, los testigos de Jehová enseñaron que, por medio de Jesucristo, se habían creado “todas las cosas” (Col 1;16) TNM, tal como por otra parte, se asegura en (Jn 1;3) (1Cor 8;6) (Mt 11;27) (Hb 1;2) (Hb 2;8) (Hb 2;10) (Flp 3;21). Pero este aserto fue modificado y en la última edición de dicha Biblia, la de 2019, se lee en el mismo versículo (Col 1;16): “todas las demás cosas”, cambiando totalmente la interpretación de su traducción y, en consecuencia, la personalidad de Jesucristo, que de ser engendrado pasa a ser creado. Lo mismo ocurre en (Col 1;17) y en (Col 1;20). 

3)   En la Traducción del Nuevo Mundo (2019) podemos leer en (Is 9;6): “Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado … y por nombre se le llamará … el Dios Poderoso 

Sin embargo, en (Sl 45;3) se le denomina simplemente “poderoso” y en (Jn 1;1) ambos de la misma traducción, se dice de la Palabra, o sea, del niño de (Is 9;6): “y la palabra era un dios”. 

Los testigos de Jehová consideran, en consecuencia, que Jesucristo es “el Dios Poderoso” (Is 9;6) precedido de “el” y con iniciales mayúsculas, “poderoso” sin artículo y con la inicial minúscula, y “un dios” (Jn 1;1) precedido de “un” y con la inicial minúscula (¿?). 

En la actualidad, los testigos de Jehová enseñan que Jesucristo resucitó en espíritu. Esta enseñanza es consecuencia del fracaso de 1874 cuando los asociados de Russell esperaban la venida de Cristo en carne, personal. Después cambiaron a una venida espiritual, invisible a los ojos de los humanos (1Pe 3;18) (“Usted puede vivir …”, págs. 143 y 172).