EDUQUEMOS NUESTRA CONCIENCIA
“Hay miles de millones de personas que no conocen a Jehová. Muchas de ellas no saben que practican cosas que la Palabra de Dios dice que son malas. Si persisten en este derrotero, estarán entre las que perecerán en la gran tribulación. Ahora bien, Jehová no se deleita en la muerte de los inicuos, y tampoco deberíamos hacerlo nosotros. (Ez 33;11) Mientras haya tiempo, nos esforzaremos por ayudar a esas personas a aprender y seguir los caminos de Jehová”. ("La Atalaya" de 1.10.1993, pág 19)
O sea, que, como hemos leído, los TJ ya nos enseñaban hace años que si alguien hace cosas malas sea que esté al tanto de la enseñanza bíblica sobre el pecado o no, se le deberá computar como pecado "porque... todos tenemos un sentido interno de lo que es pecado" y, por lo tanto, este pecador, "no alcanza la gloria de Dios" (La Atalaya de 15.6.1992). En cambio, cuando los TJ analizan en sus libros la actitud, por ejemplo, del conocido como "buen ladrón" (Lc 23; 39-43), nos dicen, en sentido contrario (Véase “Vd puede vivir para siempre…”, pág 170-171), que sí puede alcanzar la gloria de Dios aún sin estar al tanto de la enseñanza bíblica. En este caso "se le debe dar otra oportunidad". Posteriormente, en ("La Atalaya de 1.10.1993), nos dicen que "las personas que no conocen a Jehová... si persisten en este derrotero" están "entre las que perecerán en la gran tribulación". Por eso los TJ "se esfuerzan por ayudar a esas personas a seguir los caminos de Jehová". ¡El lío es tremendo!
¿Pero, no nos han dicho, que "lo sepamos o no, las personas tenemos –todas- un sentido interno de lo que es pecado"? ¿Tenía este sentido el "buen ladrón"? Hemos de responder que sí, no hay otra respuesta. Luego... sí pecó, ¡sabía que estaba pecando! Conclusión: no necesita otra oportunidad para saber lo que tiene o no que hacer. ¡Ya la ha tenido! Su conciencia se lo ha ido dictando indefectiblemente. Y, por eso, su confesión a Jesucristo le depara el perdón de sus pecados y el premio inmediato: "Hoy estarás conmigo en el paraíso".
Yo creo que (Rom 2;12-16) que citan los propios TJ está clarísimo en su exposición. No hay una nueva prueba para la humanidad. Dice Pablo: "Cuantos hubiesen pecado sin Ley, sin Ley también perecerán; y los que pecaron en la Ley, por la Ley serán juzgados; porque no son justos ante Dios los que oyen la Ley, sino los cumplidores de la Ley, ésos serán declarados justos. En verdad, cuando los gentiles, guiados por la razón natural, sin Ley, cumplen los preceptos de la Ley, ellos mismos, sin tenerla, son para sí mismos Ley. Y con esto muestran que los preceptos de la Ley están escritos en sus corazones, siendo testigo su conciencia y las sentencias conque entre sí unos y otros se acusan o se excusan. Así se verá el día en que Dios, por Jesucristo, según mi evangelio, juzgará las acciones secretas de los hombres". Ver también (1Jn 3;18-24) (Jn 5;22-30) (Hech 17;31) (1Cor 4;5)
Pablo recalca el principio, señalado ya antes en el v6 del mismo capítulo, de que lo que realmente pesará en la balanza divina en el día del juicio, lo mismo para judíos que para gentiles, serán las obras de cada uno, con la única diferencia de que los judíos serán juzgados de conformidad con la Ley dada a ellos, es decir, la ley mosaica, mientras que los gentiles, que no han recibido ninguna ley positiva, serán juzgados de conformidad con la ley natural impresa en sus corazones. Y podemos añadir que los cristianos seremos juzgados de acuerdo con el gran mandamiento del amor que Cristo nos indicó. Las leyes: cristiana, mosaica y la natural, son expresiones de la voluntad de Dios, y el pecado está en no obrar de conformidad con esta voluntad.
Ahora, los TJ nos dicen: “… A diferencia de la gente en general, los siervos de Jehová se esfuerzan para que su conciencia esté bien educada. Por eso, tratan de conocer la opinión de Dios sobre lo que está bien y lo que está mal, lo cual les ayuda a tomar buenas decisiones”. (“La Atalaya”, edición de estudio, de 15.9.2015, pág 8 y ss) Pero ya sabemos que para los TJ quien no siga la doctrina que ellos enseñan, no trata de conocer la opinión de Dios sobre lo que está bien y lo que está mal. O sea, que para los TJ la conciencia solo funciona correctamente si lo hace en una persona que es TJ, que acepta la doctrina de la Watch Tower, en otro caso, la conciencia se comporta como una brújula desnortada que no sabe qué dirección señalar.
Y los TJ, razonan: Pero alguien, quizás pregunte: "Si uno es sincero en sus creencias ¿no tendrá la aprobación de Dios aunque su religión esté equivocada?" Pues bien, Jesús dijo que él no aprobaría a los "obreros del desafuero" aunque ellos creyeran que estuvieran haciendo lo correcto". Por eso, Dios tampoco aprobaría solamente sinceridad. (Mt 7;22-23) ("Usted puede vivir ...", pág 31)
Los TJ no interpretan correctamente, con relación a este tema, el pasaje (Mt 7; 22-23). Veamos:
Lo que Jesús nos está enseñando en este pasaje es que aquel que escucha sus palabras y las pone por obra, entrará en el reino de los cielos. No, en cambio, aquel que asimismo escucha sus palabras y no las pone por obra. Por lo tanto, la lección es que por mucho que digamos ¡Señor, Señor!, o que incluso hagamos maravillosos milagros, si no ponemos por obra sus palabras nos estamos mereciendo las terribles palabras: "apartaos de mí, obradores de iniquidad". Aquí no se habla para nada de la sinceridad. Se nos está diciendo que no basta con estudiar la Palabra de Dios: hay que ponerla en práctica.
Los TJ, insisten: Antes de convertirse al cristianismo, el apóstol Pablo contribuyó al asesinato de Esteban. Más tarde buscó maneras de matar más cristianos (Hech 8;1) (Hech 9;1-2). Pablo explicó: "Hasta el punto de exceso seguí persiguiendo a la congregación de Dios y devastándola, y estaba haciendo mayor progreso en el judaísmo que muchos de mi propia edad en mi raza, puesto que era mucho más celoso por las tradiciones de mis padres" (Gl 1;13-14) Sí, Pablo era sincero, pero eso no hizo que su religión fuera correcta. ("Usted puede vivir...", pág 32)
En el caso de Pablo, su religión no era correcta. Pero aquí hablamos de las personas y... Pablo nos dice en (1Tim 1;13): "fui perseguidor violento, mas, fui recibido a misericordia, porque lo hacía por ignorancia en mi incredulidad; y sobreabundó la gracia de nuestro Señor...". Se confirma, pues, que, sin Ley, nuestra conciencia es la Ley. No hacen falta nuevas oportunidades.
También es
interesante en este sentido (Rom 14;14): "Yo sé y confío en el Señor
Jesús que nada hay de suyo impuro; pero el que juzga que algo es impuro, para
ése lo es". Y también (Rom 14;5).
Tanto el
siervo que conoce la voluntad de su amo como el que no la conoce, si hacen
cosas dignas de azotes, los recibirán. Aquí, sin embargo, hay un
matiz importante ya que se considera más grave el hacer
cosas dignas de azote conociendo la voluntad del amo que
hacerlas sin conocerla. Es la misma idea que se refleja en (Rom 2;9)
en donde se dice: "Tribulación y angustia para
todo el que hace el mal, primero sobre el judío, luego sobre el
gentil; pero gloria, honor y paz para todo el que hace el bien, primero para el
judío, luego para el gentil".