ACTUACIÓN DE LOS DISCÍPULOS UNA VEZ CRISTO PARTIÓ HACIA EL CIELO
s/TJ:
Cuando Jesucristo fue resucitado, dio
destellos de luz respecto a
una obligación que recaía sobre todos sus seguidores. Lo más probable es que se
dirigiera a los 500 discípulos reunidos en Galilea cuando dijo: "Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de
gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y
del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he
mandado. Y ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del
sistema de cosas" (Mt 28;19-20) (1Cor 15;6).
A partir de entonces, todos los seguidores de Cristo habrían de ser predicadores, y su comisión de predicar no se limitaría a "las ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mt 10;6). Tampoco efectuarían el bautismo de Juan, en símbolo de arrepentimiento para perdón de pecados, sino que bautizarían a las personas "en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo"... Hasta entonces habían sido testigos de Jehová únicamente, pero a partir de ese momento serían también testigos de Cristo (Hech 1;6-8) ("La Atalaya" de 15.5.95, pág 10-11)
A partir de entonces, todos los seguidores de Cristo habrían de ser predicadores, y su comisión de predicar no se limitaría a "las ovejas perdidas de la casa de Israel" (Mt 10;6). Tampoco efectuarían el bautismo de Juan, en símbolo de arrepentimiento para perdón de pecados, sino que bautizarían a las personas "en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo"... Hasta entonces habían sido testigos de Jehová únicamente, pero a partir de ese momento serían también testigos de Cristo (Hech 1;6-8) ("La Atalaya" de 15.5.95, pág 10-11)
Una vez Cristo partió al cielo sus discípulos obedecieron su mandato
de enseñar y
bautizar, durante los tres años y medio siguientes, pero limitaron su obra de hacer
discípulos a los judíos,
prosélitos judíos y samaritanos circuncisos. Luego, en 36 dC, Dios mandó que se predicaran
las buenas nuevas a Cornelio, un hombre incircunciso, y a su casa. Durante la década siguiente
otros gentiles entraron en
la congregación. Sin embargo, parece ser que la mayor parte de la obra se llevó
a cabo en la zona del
Mediterráneo oriental
(Hech 10;24) (Hech 10;44-48) (Hech 11;19-21) ("La Atalaya" de 1.12.91, pág 12 y 13)
Los mensajes que Cristo envió a las siete congregaciones de Asia Menor mediante la Revelación (Apocalipsis) que dió al apóstol Juan indican claramente que, para fines del S.I dC., las prácticas
y actitudes religiosas
babilónicas estaban infiltrándose en la congregación cristiana (Ap 2 y 3). La apostasía floreció particularmente
desde el S. II hasta
el S. V dC. y eso llevó al surgimiento de una imitación corrupta de la religión
cristiana pura. Doctrinas babilónicas como las
de la inmortalidad del alma, un infierno ardiente y la Trinidad se incorporaron en las
enseñanzas del cristianismo
apóstata. Las iglesias
-católica, ortodoxas y luego las protestantes- adoptaron aquellos dogmas falsos
y así se hicieron parte de Babilonia la Grande., el diabólico imperio mundial de la
religión falsa.