jueves, 6 de febrero de 2014

"... Y LA PALABRA ESTABA CON DIOS..." (Jn 1;1b)


Análisis: 

Los TJ al decir que la Palabra era una creación de Dios, lógicamente han de seguir, en la misma línea, diciéndonos que:

s/TJ: 

"..la  Palabra estaba en compañía  de Dios" ("La Atalaya" de 15.3.63, pág 182) 


Por un  espacio de  tiempo que  no se revela,  Dios había  disfrutado de asociación personal con  su Hijo unigénito -el "Hijo de  su amor"- en la región celestial.  Durante todo ese tiempo  el amor y el cariño entre el Padre y el Hijo se habían desarrollado tanto que no ha llegado a existir ningún otro amor mutuo como el de ellos (Col 1;13) ("La Atalaya" de 15.1.92, pág 9) 

Dios lo  había creado antes  de crear todas  las demás cosas  (Col 1;15) Así, por edades incontables, antes que ni siquiera se creara el universo físico, Jesús disfrutó de compañerismo íntimo  en el cielo con su Padre, Jehová Dios, el Magnífico Creador (Pr 8;22) (Pr 8;27-31) (Ecls 12;1) Sin  embargo, note  que una  vez más  el contexto  nos da  la base  para entender con exactitud el pensamiento.  Observe que se dice: "La Palabra estaba con Dios".  El que está "con" otro no puede ser ese otro. ("Debería usted creer en la trinidad") 

Ciertamente el apóstol  Juan no  sería tan  irrazonable que  dijera que alguien  ("el Verbo") estaba con algún otro individuo ("Dios") y al mismo tiempo era ese otro individuo  ("Dios").  Juan  prueba que  la Palabra que estaba con Dios "fue hecho carne" y llegó a ser Jesucristo y que Jesucristo era el "Hijo de Dios". Por lo tanto sería propio decir que la Palabra era el Hijo de Dios. ("La Atalaya" de 15.3.63, pág 182) 

Análisis

Claro que era el Hijo de Dios,  y por  eso mismo  de su  propia naturaleza. Era Hijo de Dios y  por esto se puede decir, con toda razón, que era "reflejo" e "imagen" de Dios.  Y como tal "reflejo" e "imagen"  de Dios,  era engendrado  - no  creado- y  eterno como Dios, ya  que este  reflejo y  esta imagen  son engendrados  en el principio, en lo más profundo de la eternidad.  Y este pensamiento no es contrario  a lo que el  apóstol Juan prueba por  lo demás de sus escritos" (Jn 1;9) (Jn 1;13) (Jn 5;18) (Jn 5;19-21) ( Jn 5;26) (Jn 8;58) (Jn  10;14,15) (Jn 10;38,39) (Jn  14;7-11) (Jn 16;13-15) (Jn 17;10,11) (Jn 17;24) (Jn 19;7)  (Jn 20;28) (Jn 20;30,31) (1 Jn 5;20) (Ap 1;18) (Ap 2;8) (Ap 17;14) (Ap 19;11-16) (Ap 22;13)  

Cuando los católicos decimos que "el Verbo estaba en Dios" estamos intentando traducir, mucho mejor que los TJ, la palabra que el original griego emplea "pros" y  que es muchísimo más compleja que el simple "con" que los TJ  traducen con el sentido elemental de "estar junto a". Sólo hay que ver como en la traducción interlineal  al inglés  del Texto Griego  de Westcott  y Hort  se emplea la expresión inglesa "toward" y  en cambio en la "New World Traslation" se cambia por "with"  (?) Los católicos no decimos que el Verbo estaba en compañía "de algún  otro individuo" –expresión de los TJ-  sino que "el verbo estaba en...dentro  de...en el seno de Dios" 

Aunque  también  se  encuentra  la  traducción  "con"  en  algunas ediciones católicas,  siempre ha de entenderse  con el significado profundo del original.  Ya que para  los TJ, Dios y la Palabra son dos seres completamente diferenciados, tanto como para enseñar que Dios es  el creador  y la  Palabra la  criatura, traducen  -por su interés- el "pros" griego como si tuviera el mismo significado que el "para". 

"Pros"  es una  preposición que  tiene categoría  de relación,  se trata de  una preposición  de movimiento  en una  frase sustantiva porque está el  verbo ser.  Y la idea que  expresa está completada en la cláusula siguiente, cuyo sentido es que "el Verbo comunicaba en la naturaleza  divina".  No tiene el sentido de  "al lado de" o "junto a"  sino de "estar cara  a cara" y sugiere  el compañerismo más íntimo como iguales, indicando simultaneidad, coigualdad entre el Verbo y  Dios.  Incluso según algunos exégetas  la idea literal del griego es que el Verbo estaba  "dentro de Dios" o más bien que estaba "habitando en  Dios".  Juan vuelve a emplear  este matiz en (Jn 1;18): "en el seno", y otra  vez en (1Jn 1;2); "Porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó"

Los escritores eclesiásticos ortodoxos, entre  los que  descolló Atanasio, encontraron en  los  pensamientos  de  Aristóteles  la solución a  esta expresión de la Biblia,  al distinguir entre la acción "transeúnte" y la acción "inmanente". Es decir, la generación  corporal de un hombre es una acción transeúnte, o sea, lo engendrado "pasa"  al exterior dejando de estar  en el claustro materno. En cambio, la generación espiritual del intelecto pensante, al producir un "concepto", no lo expulsa de su seno: el concepto permanece en el seno de la mente, actuándola y perfeccionándola como facultad pensante, por lo que, mientras la mente piensa, engendra su concepto (su "verbo"), éste está perfectamente alumbrado desde el   momento de su concepción y durante todo el tiempo en que la mente lo sigue pensando.

Pero  hay una  diferencia notable  entre el  concepto humano  y el Verbo Divino, y  es que nuestro intelecto es  una potencia actuada por el pensar, que produce  el concepto como un efecto (accidente) de  nuestra facultad intelectiva,  mientras que  la mente  divina siempre está  en acto, por ser Dios, el Acto Purísimo  sin mezcla de potencialidad pasiva  actuable, es decir, el  Ser sin fronteras ni limitaciones del no-ser.  Con lo que el Verbo de Dios ni activa el pensar del  Dios siempre en Acto, ni es  un concepto accidental de la mente divina, sino el producto (entendiendo "producir" como correlativo de "proceder") sustantivo,  personal, divino  que connota el término generativo (filial) del principio generador que es el Padre. Conclusión: El Verbo, Dios-Hijo,  procede del Padre por vía de generación intelectual, sin posterioridad (no se puede concebir al Padre sin implicar al Hijo (Jn 2;23),  sin subordinación, sin causalidad.