sábado, 8 de febrero de 2014

CREACIÓN DE LA LUZ

CREACIÓN DE LA LUZ

s/TJ: 

Al  examinar el  relato  de Génesis  sobre la  creación,  es útil  tener presente que este aborda los asuntos desde el punto de vista de personas que estuvieran en la Tierra. Por esto describe los acontecimientos como los habrían visto observadores humanos si estos hubieran estado presentes. Esto se puede notar por  la  manera como  trata  los acontecimientos del cuarto "día" de Génesis.

Allí se da una descripción del  Sol  y la Luna como grandes lumbreras en comparación con  las estrellas. Sin embargo, una gran cantidad de estrellas  son  mucho mayores que nuestro Sol, y la Luna es insignificante en comparación con ellas. Pero no para un observador terrestre.  Por eso, como se ve desde la Tierra, el Sol parece ser una 'luz  mayor que rige el día', y la Luna una 'luz menor que domina la noche' (Gn 1;14-18) ("La vida...¿cómo se presentó aquí?", pág 25)  

Análisis: 

Los TJ, pues, reconocen en estas palabras -en contra de lo que repetidamente han enseñado- que los escritores sagrados -al menos en el relato de la creación- lo hacían basándose en las apariencias, pudiendo,  por tanto, relatar algún  "error" desde el punto  de vista  objetivo: Por  ejemplo, el  que ellos mismos nos dicen de creer que el Sol y la Luna eran las "dos grandes lumbreras".
  
s/TJ: 

Durante este  primer día  creativo la  "nube de  oscuridad", la  nube de polvo,  fue quitada  de entre  la tierra  y el  sol...  Ahora  la tierra recibía la luz brillante del sol...  Así la luz llegó a brillar sobre la tierra envuelta en vapor.  "Y dijo Dios: 'Haya luz'  y hubo luz".  Pero la luz del sol no caía todavía sobre las aguas que cubrían la corteza de la tierra debido  a las espesas nubes  de vapor de agua.   Por lo tanto, todo seguía oscuro sobre la tierra, como sucede en el  mar en una noche nublada  y sin  luna.  La  luz  del sol  caía sólo  sobre la  superficie superior o  exterior de  las nubes oscuras... A medida que  la tierra cubierta de nubes  dió vueltas a la  luz del sol, llegaron  a existir el día y la noche... (Véase más comentarios de  los TJ sobre este tema al  tratar sobre  lo que  ocurrió en el  "cuarto día  creativo" (Gn 1;3-5) (Jb 38;4-9) ("De paraíso perdido a paraíso recobrado", pág 10 y 11)

Análisis: 

Parece que los TJ han cambiado su interpretación de lo que ocurrió en este día.   Al menos esto se  desprende de sus comentarios en el libro: "La vida...¿Cómo se presentó aquí?". Dicen:

s/TJ: 

Por supuesto, el Sol y la Luna estaban en el espacio sideral mucho antes de este primer "día", pero la luz de éstos no llegaba a la superficie de la Tierra de modo  que un observador  terrestre pudiera  verla.  Ahora, evidentemente, la luz  llegó a la condición de hacerse  visible sobre la Tierra en este primer "día", y la  Tierra, al girar, empezó a tener días y noches en alternación. 

Aparentemente, la luz  llegó en un proceso gradual, que  se extendió por un largo espacio de tiempo,  no instantáneamente como cuando se enciende una bombilla eléctrica...  Esta luz provenía  del sol, pero el sol mismo no  podría divisarse  a través  de la  nubosidad.  Por  eso, la  luz que llegaba a la Tierra era "luz difusa ("La vida...¿Cómo se presentó aquí?", pág 27-28) 

Análisis: 

Según los TJ, en el libro: "De paraíso perdido...", la "nube de oscuridad" no formaba  parte de la tierra, porque  una vez quitada esta nube... la tierra, eso sí  envuelta en vapor de agua, recibía la luz  brillante del  sol... por  eso la  Biblia puede  decir que "hubo luz"... la  misma que ya había -digo yo-  pero esta vez caía sobre la  superficie superior o  exterior de las  nubes oscuras... aunque ya hemos visto que en el libro "La vida...¿Cómo se presentó aquí?", la luz ya llegaba a la superficie de la tierra... matices...

Aparte  de esta interpretación, podemos realmente preguntarnos,  ¿cómo la luz fue creada  antes que los astros de los que proviene? ¿Qué luz puede ser ésta que Dios llama día y que se contrapone a las tinieblas de la noche? "Dijo Dios: 'Haya luz', y hubo luz.   Y vió Dios ser buena la luz, y  la separó de las tinieblas; y   la luz  llamó día  y a  las tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, día primero" (Gn 1;3) (NC) 

La respuesta es obvia si nos  hacemos cargo de la mentalidad de los antiguos y su interpretación del fenómeno que observamos cada día. Mucho antes de salir el sol, percibimos la luz de la aurora, como, después de  ponerse el sol,  la del crepúsculo.   Nosotros sabemos que esta  luz procede del  sol, el cual  por la refracción  de sus rayos en  la atmósfera adelanta  y retrasa su claridad.   Pero los antiguos ignoraban la causa de este  fenómeno y , fijándose en las apariencias, suponían esta luz independiente del sol y causa de la claridad del  día así como  su ausencia lo  era de la  noche.  Los romanos veneraban entre sus múltiples dioses a Matuta, la luz de la aurora, que  se anticipa al sol;  como los griegos a  Leucotea, la cual  se decía amada de Apolo (sol) que  la  seguía.  El  autor sagrado se acomoda a las apariencias y sin dar su juicio sobre la realidad científica de las mismas, que no entraba en su finalidad, atiende a expresar el origen divino  de la luz (Más comentarios en BAC.I, pág.52 )