domingo, 9 de febrero de 2014

FIRMAMENTO. SEPARACIÓN DE AGUAS

s/TJ:

Algunas traducciones usan la palabra "firmamento" en lugar de"expansión”. Con esto como  base se  presenta el  argumento de  que el relato de Génesis copió ideas de los mitos  de  la  creación que representan a este "firmamento" como una bóveda o cúpula metálica.  Pero la "Versión  Moderna" y la  "Versión Valera" usan "expansión". Esto se debe a que  la palabra hebrea "raqía", traducida "expansión", significa estirar o extender o expandir. (Gn 1;6-8) ("La vida...¿Cómo se presentó aquí?", pág 28) 

Análisis

Dijo luego Dios: 'Haya firmamento  en  medio de  las aguas,  que separe unas de otras', y así fué. E hizo Dios el firmamento, separando aguas de aguas, las aguas  que  estaban debajo  del firmamento de las que estaban sobre el firmamento. Y vio Dios ser bueno. LLamó Dios al firmamento cielo, y hubo tarde y mañana, día segundo" (Gn 1;6-8) (NC)

La palabra hebrea "Râqîy'a", es traducida por los LXX con la idea de algo fijo,  firme.  De ahí la  traducción latina "firmamentum". En el  NT se  emplea en (Col  2;5): "La firmeza de vuestra fe en Cristo".  Otras formas de la raíz  se utilizan de la misma manera: (Sl 33;6) (Is 45;12) (Is 48;13).  La aplicación de esta palabra al lugar dónde después dirá que están  situados los astros, es por el hecho de que estos no son inconstantes e inciertos en sus movimientos, por  lo general  conservan unas  posiciones relativas fijas. La palabra hebrea "Râqîy'a", se deriva de "Râqâ', "extender".  Este verbo se encuentra en (Jb 37;18) (Sl 136;6) (Is 42;5) (Is 44;24). El firmamento, entonces, es aquello que es extendido o expandido -y de ahí el término "expansión"-. Parece, pues, que podemos asignar dos ideas al término: extensión y fijeza, o (combinando ambos sentidos en uno) "espacio fijo". Lo que debe quedar muy claro es que el término griego utilizado por la traducción de los LXX -traducción empleada por el propio Jesucristo y los apóstoles, como los propios TJ reconocen en sus escritos- traduce como hemos dicho la idea de algo fijo y firme. 

s/TJ: 

El relato  de Génesis, dice  que Dios hizo  aquello, pero no  dice cómo. Sea como sea que haya ocurrido  la separación que se describe, parecería que las 'aguas de arriba' hubieran  sido empujadas desde la Tierra hacia lo alto. ("La vida... ¿cómo se presentó aquí?", pág 28-29)
   
Durante este día, Dios causó una división entre el océano y las nubes... Esto formó un gran espacio de "aire" entre las dos cosas ("De paraíso perdido a paraíso recobrado", pág 11)

Entre el océano y el techo de nubes la atmósfera de la tierra todavía no estaba muy clara  y no dejaba que  la luz del sol pasara,  de manera que ninguna llegaba al océano abajo.  Todo era oscuridad allí ("De paraíso perdido a paraíso recobrado", pág 11)

Ya hemos visto  anteriormente que  ahora  los TJ  han llegado al conocimiento que sí que llegaba la  luz del sol al océano abajo, desde el primer día creativo, cuando se hizo la luz. Al "aire" se le llama, también, "atmósfera" o "cielos" ("De paraíso perdido a paraíso recobrado", pág 11 y 13)

Las nubes estaban entonces muy arriba de la superficie o faz de la tierra. Formaban una cubierta por encima del océano como un gran techo o dosel (Gn 1;7). ("De paraíso perdido a paraíso recobrado", pág 12)

La región que está más arriba de unos  130 km es muy caliente, de más de 38ºC  y posiblemente  elevándose a  1650ºC, y  de hecho  se le  llama la 'termosfera' debido  a esto. Por supuesto, la  temperatura alta es el requisito principal para el retenimiento de una gran cantidad de vapor de agua. Además, se sabe que  el vapor de agua  es sustancialmente más ligero que el  aire" .(Cita del libro: "The Genesis  Flood", pág 240-241 del profesor Henry Morris, que aportan los TJ) (¿"Es la Biblia realmente la Palabra de Dios"?, pág 36)

Por supuesto no hay persona hoy día que pueda saber qué composición tenía la  atmósfera superior en  el pasado  antiguo ni la  naturaleza de ésta. No obstante, como pasa a decir el profesor Morris: "Así, no hay nada físicamente imposible acerca del  concepto de que una vez existiera en la atmósfera superior una vasta cobertura térmica de vapor (¿"Es la Biblia realmente la Palabra de Dios"?, pág 36)
  
Durante el segundo período o"día" creativo,  cuando  se  formó  la "expansión" atmosférica de  la  Tierra,  había  'aguas  debajo  de  la expansión' y 'aguas sobre la  expansión' (Gn 1;6-7).  Las aguas "debajo" eran las  que ya estaban en  la Tierra.  Las aguas  "sobre" la expansión eran  grandes cantidades  de humedad suspendidas bien arriba sobre la Tierra, formando una "vasta profundidad acuosa". Estas  aguas se precipitaron en el día de Noé (Gn 7;11-12)... "este techo o dosel denso de vapor de agua (¿humedad?) se adelgazó en el cuarto "día" creativo ("¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?", pág 36) ("Bases para creer en un nuevo mundo", pág 27 y 24) 

Análisis: 

Pero por mucho que se adelgazara este dosel de vapor de agua, tenía que contener el agua suficiente como para  cubrir la tierra en el diluvio universal... ¡Y esto es imposible!. Ni con el dosel de vapor de agua adelgazado ni aunque la atmósfera de la  tierra fuera toda vapor de agua.

Los  TJ nos  enseñan:  "Lo que  quedó  de este  dosel  de agua  se desplomó en el día de Noé en forma de lluvia torrencial durante 40 días y 40 noches, provocando el diluvio y castigando así a toda la humanidad (Gn 7;11,12) ("Bases para  creer en un nuevo mundo", pág 27).

Y también: "En el Diluvio global...por cuarenta días de corrido la cubierta de agua que  Dios había  mantenido  milagrosamente  en suspensión desde  el "segundo día creativo"  se precipitó" ("Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta", pág 51)

Puesto que -según ("¡Despertad!,de 22.1.68, pág 28)- "Dios no tuvo razón para examinar el  futuro sospechosamente para determinar que haría el hombre  una vez éste fuese creado al final del sexto día creativo, ni fue necesario que Dios examinase el futuro a fin de prepararse para alguna  eventualidad",  hemos de  suponer que  el dosel de vapor de agua -o de agua, según algunos escritos- tenía que estar para  siempre envolviendo a nuestro planeta  caso de que Adán no hubiese pecado.  No tiene sentido, a no ser que: 

a) Dios sí usó de su presciencia  en el caso de Adán y Eva y claramente sabía que un día debería castigar a la humanidad y por eso dispuso desde un principio el dosel de agua. 

b) De no ser así, quiere decir que el dosel de agua era parte de la  provisión divina para  alcanzar aquí en la  tierra las mejores condiciones de felicidad ambiental,  por lo que en el Reino de Dios,  en la Nueva Tierra que prevén  los TJ, deberá de nuevo hacer aparecer un nuevo dosel de agua que devuelva a la tierra sus condiciones iniciales.  

"Conocer el origen del agua de que disponemos constituye en sí una lección de geofísica. Tras establecer la conclusión de que la Tierra estuvo semiderritida en alguna etapa de su evolución, se supuso durante décadas que el agua de los océanos terrestres provenía de la condensación del vapor contenido en la nube primitiva que en aquella época envolvía la tierra. 

Las restricciones geofísicas, para el tamaño que puede alcanzar una nube de esa especie, son dos: su parte superior debe estar lo bastante caliente para mantener el agua en forma de vapor, y ha de estar lo suficientemente próxima a la Tierra como para que Ia gravedad impida que el agua escape hacia el espacio. Estos requerimientos limitan la dimensión máxima posible de la nube.  

A principios de los años cincuenta se calculó que la cantidad de agua que esta nube podría contener explicaría apenas una pequeña fracción de los mil cuatrocientos millones de kilómetros cúbicos de agua que forman actualmente los océanos. Por ello, comenzó a buscarse otra teoría que explicase el origen del agua que poseemos." ('El génesis y el BIG BANG" del Dr Gerald L. Schroeder, pág 171 y 172)
  
"De otra parte, y contrariamente a lo que se barruntaba hace unos pocos años, de hecho, por lo menos, la atmósfera no va enrareciéndose progresivamente hasta alcanzar -siquiera sumamente enrarecida- muchos centenares de kilómetros, sino que, de hecho, -fine hacia los 60 ó 70 km. de altitud, pues las partículas, átomos o corno  quiera llamárseles, ya en ella,  se “pulverizan" cósmicamente y escapan por la misma fuerza centrífuga de rotación del globo (30 km/seg), superior a la atracción de la gravedad." ("La atmósfera terrestre..." de Luis Creus Vidal, Dr. ingeniero industrial.) 

Los TJ en ("La vida ... ¿cómo se presentó aquí?', pág 136), nos enseñan: "Además de ser una envoltura protectora, la atmósfera impide que el calor de la Tierra se pierda en el frío del espacio. Y la fuerza de gravedad de la Tierra impide que la atmósfera misma escape. Esa fuerza de gravedad es precisamente tan fuerte como para lograr eso, pero no tan fuerte como para impedir nuestra libertad de movimiento".  

Debe tenerse en cuenta, además, que, suponiendo la hipótesis del vapor de agua, el agua contenida en una nube no puede ser simple vapor -en este caso la masa de aire y vapor sería transparente-: ha de encontrarse en forma de minúsculas gotitas, que son las que dispersan la luz y dan a la nube su color blanco.  

Y también debe tenerse en cuenta que un kilo de aire no puede contener una cantidad  arbitraria de vapor de agua. A la presión atmosférica y a 15ºC puede contener como máximo unos 10 gramos de vapor, valor que se reduce a tan sólo 2 gramos para el aire a 5 km de altura -media atmosférica de presión y 15º bajo cero. Superado este valor de saturación, el vapor tiende a formar gotas. 

"La versión bíblica del origen de las aguas terrestres no incluye una nube primordial. Está escrito: " ... sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra" (Gn 2;6). En la Biblia se indica que, de alguna manera, la Tierra era la fuente del vapor que, al elevarse, se condensaba y mojaba el suelo". ('El génesis y el Big Bang" del Dr Gerald L. Schroeder, pág 171 y 172) (Este versículo es de polémica traducción que admite variadas interpretaciones) 

"R.W.  Garanson descubrió en 1931 que el agua se disuelve fácilmente en rocas fundidas silíceas, basálticas y graníticas, que constituyen una parte considerable de la lava volcánica. La roca fundida puede contener aproximadamente un cinco por ciento de su peso de agua en solución; sin embargo, cuando se solidifica, expulsa el agua en forma de vapor. La cantidad de vapor emanada de los volcanes de la Tierra, en la etapa de enfriamiento, puede explicar el volumen de nuestros océanos. Las similitudes químicas entre el vapor volcánico y el agua oceánica indican que ese vapor emanado  de  una   Tierra   en  etapa  de  enfriamiento, fue muy probablemente la fuente de nuestros océanos. Esta es propiamente la verdad de (Gn 2;6), que  emana de la Tierra". ('El génesis y el BIG BANG del Dr Gerald L. Schroeder, pág 171 y 172)  

"Pero si una cierta actividad volcánica es buena, una actividad mayor no es necesariamente mejor.    El calentamiento interior de la Tierra produjo la actividad volcánica suficiente para liberar el agua necesaria para los océanos, los gases necesarios para la atmósfera y el núcleo de hierro fundido necesario para el campo magnético que nos protege; pero resultó insuficiente para hacer, de los volcanes en erupción y de los terremotos, hechos cotidianos y continuos. El resultado de un exceso de actividad volcánica habría sido una atmósfera oscura y polvorienta, tal vez del tipo de la que existió transitoriamente y que fue causa de la. extinción de los dinosaurios". ('El génesis y el BIG BANO' del Dr (Gerald L. Schroeder, pág 171 y 172) 

Si, pues, como hemos leído más arriba, la nube más grande que pudiéramos imaginar -dentro de los límites de las posibilidades geofísicas- sólo podría proporcionar el agua contenida en una pequeña fracción de los mil cuatrocientos millones de kilómetros cúbicos de agua que forman los océanos , con una profundidad media de unos 4.000 metros, imposible resulta aceptar que un dosel formado de vapor de agua pudiera llover agua sobre la tierra hasta cubrir las montañas más altas de la tierra, quince codos por encima de ellas (Gn 7;19-20), con una altura de aproximadamente 9.000 metros.
  
A este respecto, dicen los TJ: "¿Es posible que la superficie de la Tierra fuera en cierto tiempo más llana o más regular que en la actualidad? ¿Es posible que elevadas cordilleras tales como los Himalayas, de ocho kilómetros de altura, los Alpes, los Andes, y las montañas Rocosas, no fueran siempre tan altas? 

Sí, es posible...   contestan. Se puede hallar abundante evidencia de cambios notables en la superficie de la Tierra ... por eso cuando la Biblia dice que las aguas inundantes cubrieron las montañas más altas, no    debernos pensar en agua suficiente para cubrir el monte Everest hoy día..." ('¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?', pág 38).  Yo creo que los TJ deberían ser honestos en sus enseñanzas, y, en este caso, por ejemplo, darse cuenta que cuando aconteció el Diluvio en el año 2370 aC -s/su cronología en ('Vida eterna en libertad...'”, pág 31)- el Everest y los Andes hacía millones de años que ya se erguían majestuosos.  

"La historia geológica de la tierra se caracteriza por violentas sacudidas, repetidas periódicamente, a consecuencia de las cuales la corteza terrestre ha sido sometida por diversas causas, a deformaciones más o menos acentuadas que han culminado en la formación de esos grandes complejos que son las cordilleras. El proceso de   formación de las montañas se llama orogénesis. A cada uno de los ciclos de más intensa actividad orogénica se le ha dado un nombre particular. La "orogénesis alpina", el ciclo más cercano a  nosotros en el tiempo, se inició a fines de la era mesozoica,  y se manifestó más  intensamente en la era terciaria. La era terciaria, por lo tanto, abarca al período de la historia de la tierra en el cual se constituyen cadenas de montañas de notable altura y extensión, los Alpes, el Himalaya, etc..." (“Monitor'” 1, pág 240) ...  Y la era terciaria terminó hace más de 2 millones de años ...  

En (“Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta", TJ, pág 51), se dice que el techo o dosel que envolvía a la tierra no era de vapor de agua, sino de agua que Dios mantuvo milagrosamente en suspensión desde el segundo día creativo hasta el del diluvio. Por otra parte, vemos que en (“¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?”,TJ, pág 36), se dice que "las aguas sobre la expansión eran grandes cantidades de humedad suspendidas bien arriba sobre la Tierra". 

Parece, pues, que tenemos tres hipótesis distintas en cuanto a la composición de este dosel: Una que nos habla de "vapor de agua", otra que nos habla de “humedad'” y una tercera que nos habla de “agua en suspensión” milagrosamente mantenida en el aire, y que -añado yo-  fuera lo que fuese debería así haber estado, por toda la eternidad, sino hubiese sido por el pecado de Adán causa directa del Diluvio universal... ¡No parece una explicación aceptable!   

¿Y la capa de ozono que se encuentra a unos 24 km sobre el suelo? ¿Estaba en medio del vapor, humedad, agua, o lo que fuera sin resultar    dañada?. Los TJ en ('La Vida ... ¿cómo se presentó aquí?', pág 135)    reconocen que "a 24 km. (15 millas) sobre el suelo, una delgada capa de   gas 'ozono' filtra la luz solar y elimina radiación dañina. Sin esta capa de ozono, tal radiación pudiera destruir la vida que hay en la Tierra" 

Y dejando ya el análisis de la doctrina de los TJ, digamos que una vez creada la luz -elemento primordial de distinción en el caos primitivo (Gn 1;2)- Dios como un laborioso arquitecto-ingeniero, procede a un saneamiento general del universo, como condición primera para establecer la vida y la ornamentación del cosmos. 

La tierra se halla sumergida en una  inmensa masa oscura. Es preciso, pues, liberarla de ella para que aparezca la tierra firme. Así, lo primero que hace es separar las aguas por medio de un firmamento o masa sólida.

Según la estimación popular, el firmamento es una placa sólida y compacta abovedada de la que penden los astros (Ver "Aparecen el sol, la luna y las estrellas") (Jb 37;18) (ls 40;22) (SI 104;2). Según la mentalidad de los antiguos hebreos, la tierra estaba asentada sobre el abismo de las aguas, sostenida por varias columnas (Gn 7;11) (Gn 8;2) (Gn 49;25) (Jb 28;14) (SI 24;2) (SI 136;6) (Pr 8;28) (ls 44;24) (SI 104;5-9) (Jr 31;37) Y el cielo era una inmensa comba que se sostenía por unas columnas que se levantaban de los dos extremos de la tierra (Jb 26;11) (Jb 9;6) En esa superficie compacta abovedada había compuertas, que Dios abría y cerraba a voluntad para inundar de agua la tierra, como en el caso de] diluvio universal (Gn 7;11 y ss). Los hebreos conocían la formación de las nubes por evaporación de agua (Jr 10;13) (Jb 36;27-28), pero creían que encima del firmamento había un depósito inmenso de agua, que Dios abría en determinadas ocasiones para enviar la inundación desbordada (2Re 7;2) (2Re 7;19) (ls 24;18) (SI 105;3). El firmamento, o masa compacta, que separa las aguas superiores de las inferiores, es llamada cielo -palabra que se deriva del griego-, es la bóveda celeste que a simple vista se presenta como una masa sólida azulada.