domingo, 9 de febrero de 2014

CREACIÓN DE LAS PLANTAS: HIERBAS Y ÁRBOLES

s/TJ:

Puesto que  ahora había  tierra seca  había llegado  el tiempo  para que fuera hecha  la vida vegetal,  las plantas... La vida vegetal era muy importante para  los  animales que habían de llegar  a existir.  Supliría alimento  y abrigo  para ellos  y también  mantendría puro  el aire  (Gn 1;11-12) ("De paraíso perdido a paraíso recobrado", pág 12)

Y puesto que se necesitaría  alimento para las criaturas marinas, Dios creó plantas que crecieran en los mares ("De paraíso perdido a paraíso recobrado", pág 12) 

Análisis:

Este detalle de las plantas marinas no lo dice la Biblia. Por eso los   TJ   reconocen su sabia interpretación diciéndonos: "Los organismos microscópicos, y las plantas  acuáticas  y otras  no se mencionan específicamente, pero   probablemente fueron  creados en este día". ("La vida...¿cómo de presentó aquí?", pág 31) Ya ven... los TJ puestos a escritores bíblicos enmendándole  la plana  al mismo Moisés 

s/TJ:

Debido a que la temperatura correcta es muy  importante  para  el crecimiento de las plantas, Dios colocó  la tierra  a exactamente  la distancia correcta  del sol. Si estuviera más lejos, las condiciones serían demasiado frías; si estuviera más cerca, las condiciones serían demasiado calientes. ("De paraíso perdido a paraíso recobrado", pág 12)

Ahora se presenta la pregunta: ¿Cómo pudo crecer y sobrevivir esta vegetación por miles de años hasta  la llegada del  "día cuarto"  y la aparición del  sol?  ¿Qué hay  acerca de  la fotosíntesis, es  decir, el proceso por el cual la sustancia verde llamada clorofila en las plantas reacciona con  la luz  y convierte el agua y el bióxido de carbono en alimento sostenedor de   vida?   ¿Esta fuera de orden la aparición de vegetación en el tercer período creativo? ("¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?", pág 23)
  
En este caso  de nuevo queda manifiesto que los  hombres no pueden decir con  ninguna certeza  qué era  posible  y qué  no era  posible en  aquel período primitivo de la historia de  la Tierra.  Considere un informe de Science News Letter del 25 de agosto  de 1962, bajo  el encabezamiento "Fotosíntesis sin luz". Después de  mostrar que los  bioquímicos Kunio Tagawa y Daniel Arnon lograron 'eliminar la necesidad de luz en una reacción clave  de transformación de energía  del proceso fotosintético' en hojas de espinaca, el artículo declara: "En vez de luz, suministraron el 'golpe impelidor'  inicial de energía con gas hidrógeno, del cual se sabe que es un poderoso suministrador de electrones. El resultado fue la producción, por medio de cloroplastos, de nucleótido de piridina reducido (es decir, la edificación de un almacenamiento clave de energía química) en oscuridad completa."

Este experimento solo tuvo que ver con causar una "porción del acto fotoquímico primario sin luz". Quizá no  coincida con lo que el Creador ejecutó durante el tercer período creativo o ni siquiera se aproxime. Sin embargo ilustra el punto de que cosas que a  menudo se  llaman "imposibles"  resultan posibles... cuando ciertos  factores  previamente desconocidos se ponen en acción.

¿Quién puede decir cuales eran las condiciones atmosféricas en la Tierra cuando se produjo la vegetación o qué fuerzas estaban funcionando entonces? ¿Cuánta sabiduría  hay en  negar lo correcto del  relato de Génesis cuando hay tantas cosas que  no se saben? ("¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?", pág 23 y 24)

Lo  mismo sucede,  también, con  la polinización.   El hecho  de que  la creación de la vegetación (en el "día tercero") evidentemente precedió a la creación de los  insectos no es razón para dudar  de la veracidad del relato bíblico.

Hay muchas  maneras en  las cuales pueden  ser polinizadas  las plantas. Note lo siguiente  por el profesor J.D.Meeuse en la  publicación de 1961 ("The Story  of Pollination", pág 209):  "Ante todo, a pesar  del famoso aforismo de  Darwin ('La naturaleza nos dice del modo más enfático que aborrece la  autofertilización perpetua"), es  un hecho que se  logra la autofertilización con  gran  regularidad  en gran  número  de plantas, incluso especies agrícolas importantes  como los guisantes.  También hay polinización por el viento en las hierbas, las siempreverdes,  y diferentes árboles deciduos que florecen en la primavera. En unos cuantos casos, el agua actúa como  ayuda, y finalmente hay algunos casos muy excepcionales en que no se requiere polinización de ninguna clase ("¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?", pág 24 y 25)
  
Además, él muestra que aun dentro  de la misma familia de árboles, entre éstos los  arces, robles y  castaños, una variedad puede  ser polinizada por el viento  mientras que otras son polinizadas  por insectos. ¿Quién sabe cuáles variedades existieron primero? ¿Y por qué deberíamos dudar que Aquél  que creó  la vegetación con  toda su sorprendente diversidad pudiera también encargarse de  que, antes de que aparecieran los insectos, las plantas fueran polinizadas de una  de  las maneras  ya mencionadas  o aun   de  otras maneras que los hombres todavía no han descubierto? ("¿Es la Biblia realmente la Palabra de Dios?", pág 25)
  
Debido al dosel de  agua alrededor de la tierra, el calor  del sol no se apartaba de la tierra  al anochecer y, por lo tanto,  las noches no eran frías.  En realidad ningún lugar de la tierra era frío en aquellos días. Hasta el punto más al norte de  la tierra era caliente y crecían plantas y árboles tropicales, en los terrenos 

Análisis:

De todas  maneras, los TJ  a pesar  de sus alardes  científicos al hablarnos de la  "fotosíntesis sin luz" y de  las diversas maneras para polinizar las plantas, no ven sus propias razones muy claras y por eso, ahora nos  enseñan: "La  luz difusa  habría adquirido notable potencia para  entonces,  suficiente para  el proceso de fotosíntesis que tan vital es para las plantas verdes". ("La vida..  ¿cómo se presentó aquí?", pág 31) 

Digamos ahora, después de este análisis de la doctrina de los TJ, que el día  día tercero  tiene dos obras,  de las  cuales es  la primera la separación de las  aguas inferiores, formando los mares y la tierra  seca.  Dios reunió las aguas en  un lugar y surgieron los continentes, la tierra seca. 

Con esta tercera obra divina queda completa la distribución de las cosas, que proceden de la más universal a la más concreta.  Creada la  luz, separadas  las  tinieblas de  ésta, separadas las  aguas superiores de las inferiores, y la  de los mares y la tierra seca, cesa la confusión, y queda fundamentalmente saneado y estructurado el universo para recibir las otras obras: las plantas, los astros, los animales terrestres, acuáticos y volátiles y, por  fin, coronando toda la obra, el hombre.

La tierra estaba  cubierta de aguas (las de la  parte inferior del firmamento) y Dios ordenó que se  reunieran en un lugar para hacer posible la germinación y la vida de los animales terrestres. Dios señaló así puertas al mar (Jb 38;11). Es  la idea que  canta el salmista (Sl 104;5-9).

Esta obra  de aparición de  los continentes no es  exactamente una obra nueva creativa, sino la simple  emergencia de los mares de la parte seca de la tierra. La reunión de las aguas es llamada mares (hebreo: 'yammîm', plural  de intensidad). Ya hemos  dicho que, según la  concepción geográfica de  los hebreos, la tierra  seca o continentes, descansaba  en el abismo o 'tehôm', sobre el que se asentaba en unos pilares.  De este inmenso  depósito emergían las aguas de los mares que rodeaban la superficie de la tierra. 

En cuanto a la creación de las plantas, el autor sagrado distingue -según los conocimientos botánicos de la época- tres categorías de plantas: la hierba verde (desé) o musgo que la tierra produce espontáneamente con las primeras lluvias (Dt 32;2) (Jb 6;5) (Sl 103;14); hierba con semilla ('eseb)  son las legumbres y cereales; y árboles frutales ('es peri). Estos dan fruto según su especie. El hagiógrafo no habla como científico, sino como catequista popular religioso, que utiliza los conocimientos comunes para exponer verdades de índole religiosa, como la de que las plantas proceden de la tierra por imperativo de Dios, Creador de todo lo visible. La gentilidad, en efecto, divinizaba la fertilidad de la tierra y, bajo diversos nombres: Tammuz, Astarté, Ceres, etc., la adoraba.  El autor sagrado declara que todo viene de Dios.  

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