miércoles, 12 de febrero de 2014

EFECTOS DEL DILUVIO SOBRE LA VIDA EN LA TIERRA

EFECTOS DEL DILUVIO SOBRE LA VIDA EN LA TIERRA

s/TJ: 

Después del diluvio,   por  esta  razón,  resultaron  las  presentes estaciones rigurosas... Sin que hubiese  un dosel que estorbara, la luz del sol fue más fuerte y  causó mayores diferencias de temperatura entre los polos y el ecuador. ("Bases para creer en un nuevo mundo", pág 27)
  
Después del diluvio,  más rayos cósmicos alcanzarían  la tierra.  Parece ser  que ésta  es la  razón del  más rápido  envejecimiento después  del diluvio... la  Biblia muestra que  antes del diluvio los  hombres vivían cientos  de años,  pero  después  del diluvio  la  duración  de la  vida disminuyó rápidamente... ("Bases para creer en un nuevo mundo", pág 27 y 28) 

En  el principio  el hombre  fue hecho  para vivir  para siempre.   Pero cuando Adán pecó, la vida del hombre  fue cortada a menos de 1.000 años, y luego, después de más de 1.650 años había bajado, poco a poco, a menos de 200 años.  Y ahora, pocos hombres viven hasta los 100 años de edad. ("De paraíso perdido...", pág 37) 

Análisis: 

Resumiendo, pues, este último punto, tenemos que la doctrina de los TJ, sobre este tema, es la siguiente:
  
a)  En el  principio  el  hombre fue  hecho  para vivir  para siempre. 

b) Cuando Adán  pecó, la vida del hombre fue  cortada a menos de 1.000 años. Después, poco a poco, por más de 1.650 años la vida del hombre fue bajando hasta alcanzar menos de 200 años.

c)  Después del  Diluvio, la  duración de  la vida  disminuyó rápidamente, y ahora pocos hombres  viven hasta los cien años de edad.

s/TJ: 

Después del diluvio,  más rayos cósmicos alcanzarían  la tierra.  Parece ser que ésta es  la razón... del aumento en las  variedades de plantas y animales. ("Bases para creer en un nuevo mundo", pág 27 y 28)  

Análisis: 

Conocer el origen del agua de  que disponemos constituye en sí una lección de  geofísica.  Tras  establecer la  conclusión de  que la Tierra estuvo semiderritida en alguna  etapa de su evolución, se supuso  durante décadas que el agua  de  los océanos  terrestres provenía de la condensación del vapor  contenido  en  la  nube primitiva que en aquella época envolvía la   tierra.   Las restricciones geofísicas,  para el  tamaño que puede  alcanzar una nube de  esa especie,  son dos:  su parte  superior debe  estar lo bastante caliente para mantener el agua en forma de vapor, y ha de estar  lo suficientemente próxima a la Tierra como para que la gravedad  impida que el agua escape hacia el espacio. Estos requerimientos limitan la dimensión máxima  posible de la nube.  A principios de  los años  cincuenta se calculó que la cantidad de agua que esta  nube podría contener explicaría apenas una pequeña fracción de  los mil cuatrocientos millones de kilómetros cúbicos de agua  que forman actualmente  los océanos. Comenzó a buscarse otra teoría que explicase el origen del agua que poseemos.

La versión bíblica del origen de las aguas  terrestres no incluye una  nube primordial. Está escrito: "... sino  que subía  de la tierra un  vapor, el  cual regaba  toda la faz  de la  tierra" (Gn 2;6).  En la Biblia se indica que, de alguna manera, la Tierra era la fuente  del vapor que, al  elevarse, se condensaba y  mojaba el suelo. 

R.W.Garanson  descubrió  en  1931   que  el  agua  se  disuelve fácilmente en rocas fundidas silíceas, basálticas  y graníticas, que constituyen una parte considerable de la  lava volcánica.  La roca fundida puede contener aproximadamente un cinco por ciento de su peso  de agua en  solución; sin embargo, cuando  se solidifica, expulsa el agua  en forma de vapor.  La cantidad  de vapor emanada de los volcanes  de la Tierra, en la etapa  de enfriamiento, puede explicar el volumen de nuestros océanos.  Las similitudes químicas entre el vapor volcánico y el agua oceánica indican que ese vapor, emanado deuna Tierra en  etapa  de   enfriamiento, fue  muy probablemente la fuente de nuestros océanos.  Esta es propiamente la verdad de (Gn 2;6), que emana de la Tierra.  Pero si una cierta actividad volcánica es buena, una actividad  mayor   no  es necesariamente mejor.

El calentamiento interior de la Tierra produjo  la  actividad volcánica suficiente para liberar  el  agua  necesaria para  los océanos, los  gases necesarios  para la atmósfera  y el núcleo de hierro fundido necesario para el  campo magnético que nos protege; pero resultó insuficiente para hacer,  de los volcanes en erupción y de los terremotos, hechos  cotidianos y continuos.  El resultado de  un exceso  de actividad volcánica habría  sido una  atmósfera oscura y polvorienta, tal vez del tipo de la que  existió transitoriamente y  que   fue causa  de  la   extinción  de  los dinosaurios. ("El  génesis y el BIG BANG" del Dr  Gerald  L. Schroeder, pág 171 y 172) 

De otra parte,  y contrariamente a lo que se  barruntaba hace unos pocos años, de  hecho,  por  lo  menos,  la  atmósfera  no  va  enrareciéndose progresivamente hasta  alcanzar -siquiera sumamente enrarecida- muchos centenares de kilómetros, sino  que, de hecho, repetimos,  fine hacia los 60  ó 70 km.  de  altitud, pues  las partículas,  átomos o  como  quiera llamárseles, ya  en ella, se "pulverizan" cósmicamente y escapan por la misma fuerza centrífuga de rotación del  globo (3o km/seg), superior a la  atracción de la gravedad. ("La atmósfera terrestre..."  de Luis Creus  Vidal, Dr ingeniero industrial.)  

El agua contenida en una nube no puede ser simple vapor -en este caso la masa  de  aire    vapor  sería  transparente-:  ha  de encontrarse en forma de  minúsculas  gotitas,  que son  las  que dispersan la luz y dan a la nube su color blanco. Un kilo de aire no puede contener una cantidad arbitraria  de vapor de agua. A la presión atmosférica  y a 15ºC  puede contener como máximo  unos 10 gramos de vapor, valor  que se reduce a tan sólo  2 gramos para el aire a  5 km de  altura -media atmosférica  de presión y 15º bajo cero. Superado este valor de  saturación, el vapor tiene a formar gotas. Ahora bien,  como la  densidad  de estas  gotitas es  muy superior a la del aire,  éstas deberían caer, ¿cómo se sostienen?. La explicación  reside ahora en  la fricción y la  turbulencia del aire.