OTRAS CRIATURAS ESPIRITUALES DESOBEDECIERON A DIOS
s/TJ:
El Diablo no fue la única criatura espíritu que se dio a la
desobediencia y la iniquidad.
Dios había creado un gran número de ángeles santos, millones de ellos. (Dn 7;10) revela que una porción de ellos era de cien millones. El registro bíblico, en (Gn 6;1-5), explica que antes del diluvio del día de Noé algunos de aquellos espíritus "hijos de Dios" se materializaron como hombres, es decir dejaron su lugar en el cielo como criaturas espíritus y se vistieron con cuerpos carnales. ¿Y por qué? Para disfrutar de las pasiones humanas casándose con las bien parecidas hijas de los hombres. Esto fue un acto de desobediencia a Dios, y la Biblia lo asocia con las acciones de la gente de Sodoma y Gomorra que 'fueron en pos de carne para uso contranatural' (Jd 6;7) Así, también, fue contra su naturaleza celestial el que ángeles bajaran y buscaran carne humana con la cual tener relaciones sexuales. Su proceder trajo malos resultados, incluso una prole monstruosa, "poderosos" llamados nefilim. Por su acción rebelde, aquellos hijos espíritus de Dios se convirtieron en demonios y se pusieron de parte del Diablo, quien es el "gobernante de los demonios" (Mt 9;34)
Dios había creado un gran número de ángeles santos, millones de ellos. (Dn 7;10) revela que una porción de ellos era de cien millones. El registro bíblico, en (Gn 6;1-5), explica que antes del diluvio del día de Noé algunos de aquellos espíritus "hijos de Dios" se materializaron como hombres, es decir dejaron su lugar en el cielo como criaturas espíritus y se vistieron con cuerpos carnales. ¿Y por qué? Para disfrutar de las pasiones humanas casándose con las bien parecidas hijas de los hombres. Esto fue un acto de desobediencia a Dios, y la Biblia lo asocia con las acciones de la gente de Sodoma y Gomorra que 'fueron en pos de carne para uso contranatural' (Jd 6;7) Así, también, fue contra su naturaleza celestial el que ángeles bajaran y buscaran carne humana con la cual tener relaciones sexuales. Su proceder trajo malos resultados, incluso una prole monstruosa, "poderosos" llamados nefilim. Por su acción rebelde, aquellos hijos espíritus de Dios se convirtieron en demonios y se pusieron de parte del Diablo, quien es el "gobernante de los demonios" (Mt 9;34)
Cuando el Diluvio global
del día de Noé destruyó a todos los humanos
inicuos, los ángeles infieles disolvieron sus cuerpos carnales y
regresaron a la región de los espíritus. Pero no se les permitió
volver a ser parte de la organización de santos
ángeles de Dios. En vez de esto
se les limitó a una condición degradada
de oscuridad espiritual (2Pe 2;4). Desde el
Diluvio, Dios no ha permitido que estos ángeles
demoníacos se materialicen en la carne
como hicieron antes de aquel tiempo. Sin embargo,
todavía pueden ejercer poder peligroso sobre
hombres y mujeres. De hecho, con
la ayuda de estos demonios Satanás está "extraviando a toda la tierra
habitada" (Ap 12;9) El gran aumento en maldad
que vemos por toda la Tierra hoy día
debe hacernos alerta a la importancia de estar en guardia contra el
ser extraviados por ellos.” ("La verdad que lleva a vida
eterna", pág 56-61) ("La Atalaya" de 1.2.94, pág 6)
Los días del matrimonio mixto entre apasionados "hijos del Dios
verdadero" y mujeres estaban contados. Pero,
¿era posible que hubiera prole de esta confusión
de naturalezas entre espíritus materializados y criaturas
femeninas carnales con facultades de procreación? (Gn
6;4) Los hijos de estos matrimonios mixtos
eran híbridos y se les llamó nefilim. Este nombre
significa "derribadores"
para indicar que estos poderosos hijos
híbridos derribaban violentamente a otros o hacían que
criaturas humanas más débiles cayeran. Siendo híbridos, normalmente
no podían reproducir su género mixto. ("El propósito eterno de
Dios va triunfando ahora", pág 74-80)
La Tierra estaba tan llena de violencia,
debido a la influencia de estos ángeles inicuos y sus padres
sobrehumanos, que Jehová decidió destruir el mundo por medio de un
gran diluvio. (La Atalaya" de 1.2.94, pág 6)
En el Diluvio no
sólo se ejecutó el juicio divino contra los
hombres injustos y los nefilim, sino que
también aquellos "hijos de Dios"
desobedientes experimentaron un juicio merecido que vino
contra ellos. Es verdad que cuando el Diluvio
arropó a la Tierra entera aquellos "hijos
del Dios verdadero abandonaron a sus
esposas y familias y se desmaterializaron y no se
ahogaron. Pero, ¿qué hay de cuando regresaron a su condición
de espíritus, que era
su propio y debido lugar de
habitación? ¿Reanudaron entonces la
intimidad anterior que habían tenido
con Dios? ¿Era igual que antes la
relación de ellos con El? ¿Continuaron en su santa
organización celestial como si todavía fueran "hijos del Dios verdadero"? No; más bien, en estas criaturas
espirituales desobedientes vemos el origen de los "demonios" (aparte de Satanás
el Diablo) de que habla el profeta Moisés (Dt 32;17) (Sl 106;37) "A los
ángeles que no guardaron su posición original, sino que
abandonaron su propio y debido lugar de habitación, los ha reservado con
cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio
del gran día" (Jd 6). "Los
espíritus en prisión, que en un tiempo
habían sido desobedientes cuando la paciencia de Dios
estaba esperando en los días de Noé, mientras se construía
el arca" (1Pe 3;19). "Dios no se contuvo de castigar
a los ángeles que pecaron,
sino que, echándolos en el Tártaro,
los entregó a hoyos de densa oscuridad
para ser reservados para el juicio”. (2Pe 2;4).
Aquellos espíritus desobedientes llegaron a ser la "descendencia" invisible de la Gran Serpiente,
Satanás el Diablo. El que
se les metiera en tártaros "hoyos de densa
oscuridad" junto con Satanás el Diablo no
fue el magullamiento de la cabeza de la
serpiente por la prometida "descendencia" de la "mujer" celestial de Dios. La
"descendencia" santa no había sido producida todavía, y aquellos
espíritus inicuos aprisionados tenía intensos deseos
de saber quien
sería para participar en el
magullamiento del "talón" de aquella "descendencia" (Gn 3;15) Por esa razón aquellos espíritus
inicuos bajo Satanás su jefe se mantuvieron cerca de la humanidad, para engañar
a los hombres y volverlos contra la
"descendencia" cuando ésta llegara. Tratan de comunicarse
con las criaturas humanas por medio de mediums
espiritistas puesto que ellos mismos ya no pueden materializarse en
la carne. Fingen ser las "almas separadas del cuerpo" de
criaturas humanas que han muerto. Obsesionan
o acosan y causan inquietud constante a
personas que ceden a ellos.” ("El propósito eterno de Dios va
triunfando ahora", pág 74-80)
“Estas criaturas inicuas en el espacio invisible ahora están
circunscritas a la cercanía
de la Tierra, y tienen 'gran
cólera porque saben que sólo tienen un
corto período de tiempo' antes de que sean
abismadas (Ap 1;1) (Ap 12;9-12) (Ap 20;1-3). Para obtener protección
de su influencia necesitamos
la ayuda de Dios y sus ángeles fieles.
Felizmente, se promete esta ayuda y se nos asegura
consoladoramente: Dios "dará a sus
propios ángeles un mandato concerniente a tí, para que te guarden en
todos tus caminos." "El
ángel de Jehová está acampado todo alrededor de los que
le temen, y los libra" (Sl 91;11) (Sl 34;7)
(Hb 1;7-14).” ("La Atalaya" de 1.5.68, pág 264)
Análisis:
El tema
que sacan a colación los TJ, puede leerse en todo su jugo en ("Cosas
en las cuales es
imposible que Dios mienta", pág 167/37).
Sobre esta interpretación de los TJ
podemos añadir también que la han cambiado
varias veces a lo largo de su
historia. (Véase "El Reino se ha acercado",
pág 67-70 citado en "Los falsos manejos de los TJ", pág
66-67)
Esta pequeña perícopa (Gn 6;1-4), extremadamente enigmática,
aparece artificialmente incrustada en el contexto, ya
que no se adapta a lo narrado en el capítulo 5
sobre la genealogía de los patriarcas. Por otra parte, en
la narración del diluvio que sigue,
no se alude para nada a este incidente de las
relaciones entre los "hijos de Dios"
y las "hijas de los hombres". Por
eso, la mayor parte de los autores consideran
este fragmento como una adición posterior,
incrustada por el recopilador yhavista par acentuar más
el estado de prevaricación de la
humanidad como justificación del terrible
castigo del diluvio. En
su forma primaria parece que el fragmento es
una explicación popular y folklórica del origen de
los gigantes o nefilim, raza ciclópea, a la que en la tradición
cananea se atribuía la construcción de
los monumentos megalíticos, abundantes sobre todo en
Transjordania; eran los héroes famosos muy de antiguo,
cuyas hazañas corrían en las leyendas ancestrales.
La expresión
"hijos de Dios", en la
Biblia, es equivalente a
ángeles, y en
este sentido lo han
entendido los traductores griegos alejandrinos
de la versión de los LXX. Los Santos Padres comúnmente
aceptan la versión de los LXX y
entienden el pasaje bíblico en el sentido de relaciones sexuales
pecaminosas entre los "ángeles" y las "hijas de los
hombres".
Eusebio veía en
este pasaje bíblico el origen de las leyendas griegas sobre los gigantes y
titanes, los cuales provenían de las relaciones entre las divinidades y las
mujeres. Más tarde se sustituyó a los dioses por los hijos de Dios o ángeles,
acomodándose, así, a la idea religiosa de los israelitas. En esta
forma el fragmento fue utilizado como introducción a la narración del diluvio,
ejemplo de la inclinación de los hombres al pecado. El texto bíblico
presenta a Dios como Soberano, Señor de la historia humana, y que no quiere
transigir con las aberraciones sexuales reinantes: "No permanecerá por siempre mi espíritu en el hombre, porque no
es más que carne" (v.3). La palabra. "carne" tiene aquí sentido de fragilidad y -aun de sensualidad: el hombre,
bajo el pecado, se ha ido separando de Dios, entregándose a las exigencias
carnales de su cuerpo y olvidándose de sus valores espirituales. Por eso Dios
va a enviar el diluvio devastador.
La mayor parte
de los exégetas católicos siguiendo a los padres posteriores, rechazan esta
interpretación, porque no es compatible con la espiritualidad de los ángeles ni
tampoco es fácil admitir que un escritor inspirado haya elaborado un mito. Así,
a partir del S IV, una vez aclarada la naturaleza espiritual de los ángeles,
los cuales, por lo mismo, no podían sentir atracciones de tipo sexual, la mayor
parte de los padres se inclinan por la opinión de que estamos ante una
tradición popular que representaba el diluvio corno la aniquilación de una raza
de gigantes brutales y orgullosos. A causa de su fuerza sobrehumana, la
imaginación popular les atribuía un origen igualmente sobrehumano.
Dichos intérpretes notan, además, que en esta
explicación no serían castigados, por el diluvio, los culpables, los ángeles,
sino los hombres, inocentes. Los hijos de Dios, consiguientemente, tienen que
ser hombres. En efecto, los hombres piadosos reciben en ocasiones el nombre de
hijos de Dios (Sb 5;5) y Yahvéh llama a los israelitas hijos suyos (Ex 4;22)
(Dt 14;1) (Dt 32;5) (Os 2;1). Habría, pues, que ver en los hijos de Dios de (Gn
6;1-4) a los piadosos setitas (Gn 5;1-3) (Gn 4;26) (Gn 5;22) y en las hijas de
los hombres a la corrompida descendencia de Caín (Gn 4;8-17) (Gn 4;19-24),
hombres piadosos que se dejaron seducir por las mujeres depravadas.
s/TJ:
¿De qué maneras
los espíritus inicuos extravían a hombres y mujeres?. Una de estas
maneras es el espiritismo. La Biblia nos advierte que nos mantengamos alejados
de toda práctica asociada con el espiritismo, porque el espiritismo pone a la
persona bajo la influencia de los demonios (Gl 5;19-21) (Ap 21;8) ("La
verdad que lleva a vida eterna'” pág 61)
No debería sorprendernos el que el Diablo
y sus demonios tengan muchas maneras de extraviar a la humanidad,
de modo que el espiritismo sea sólo una de
éstas. ¿Cuál, entonces, es el medio principal por el cual el Diablo, "el padre de la mentira" aparta
de Dios a la humanidad"? (Jn
8;44) ¡Es por medio de la religión falsa! La religión falsa es
adoración que se edifica sobre falsedades y que está en conflicto
con la Palabra de verdad de Dios, la Biblia. Esa es una razón por la cual la
Biblia señala que si una persona adora de una manera que no
está en armonía con la Palabra de Dios, verdaderamente está sirviendo a los
demonios, porque está actuando en armonía con lo que
ellos quieren y en conflicto con Dios (Dt 32;16,17) (1Cor 10;20).
Aunque las religiones falsas quizás
parezcan respetables, debemos darnos cuenta de que el Diablo es corno muchos de
los líderes modernos del hampa o del crimen, quienes se
esconden detrás de una fachada de respetabilidad. ¿Qué manera más sutil pudiera tener él para engañar
a la gente que la de usar un frente religioso que tiene una
apariencia externa de justicia?
El hecho de que el Diablo extraviaría a la
gente por medio de religión que externamente afirma servir a Dios lo muestra la
Biblia (Mt 7;22-23). De hecho, el apóstol cristiano Pablo dijo que
"Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz" y "sus
ministros también siguen transformándose en ministros de justicia" (2Cor
11;14-15)
De modo que Jesucristo no se estaba
imaginando cosas cuando llamó al Diablo "el gobernante de este mundo" (Jn 12;31). Verdaderamente hay
espíritus inicuos que están extraviando "a toda la tierra habitada".
Pero sólo un "corto período de
tiempo" queda antes de que el Diablo y sus ángeles inicuos sean
puestos fuera de operación (Ap 12;9,12). Mientras tanto, manténgase libre de
toda forma de espiritismo y rompa con religión que quizás parezca respetable,
pero que en realidad esté basada en falsedades. Uno no puede apegarse al
espiritismo o a ninguna otra falsedad religiosa y obtener vida eterna en el
nuevo sistema de cosas de Dios, porque la verdad es lo único que lleva a vida
eterna (Ef 6;12,16)” ('La verdad que lleva a vida eterna",
pág 63 y 64)
“Satanás
y los demonios siempre han sido asesinos y crueles” (Jb 1;17-19) (Jb
2;3-7) (Lc 9;42) (Mt 9;32-33) (Mt 9; 12;22) (Mc 5;5). Informaciones
procedentes de todo el mundo muestran que Satanás y los demonios son hoy tan
malignos como lo han sido siempre. Azotan a algunas personas con enfermedades y
a otras las hostigan quitándoles el sueño, con terribles pesadillas o abusando
de ellas sexualmente. También han inducido a otras a la demencia, al asesinato
o al suicidio.
No se tolerará para siempre a Satanás y
sus demonios. Jehová les ha permitido existir hasta nuestros días con buena razón,
pero ya se les está terminando el tiempo.” ('La Atalaya' de 1.2.94, pág
6)