viernes, 6 de junio de 2014

EL HOMBRE FUE HECHO PARA LA TIERRA Y LA TIERRA PARA EL HOMBRE

s/TJ: 

¿Dónde, por lo general, desean vivir para siempre los humanos?  Es donde se han  acostumbrado a vivir, aquí en la  Tierra. El hombre  fue hecho para la  Tierra, y la Tierra  para el hombre. (Gn  2;8,9,15) (Sl 104;5) 


Puesto que  la Tierra fue hecha para durar para siempre, entonces el hombre también debería vivir para siempre. ¡De seguro un Dios amoroso no crearía a los humanos con el deseo de vivir para siempre y entonces les negaría la realización de este deseo! (1Jn 4;8) (Sl 133;3) ("Usted puede vivir...", pág 9 y 10)

Al  aparecer el  hombre sobre  la Tierra  hace aproximadamente  seis mil años, ¿quién  era gobernante sobre  toda la Tierra?  ¿El  hombre, porque vivía en ella?   No, sino Dios, porque  él la había creado,  y el hombre perfecto era meramente súbdito de  Dios el Gobernante universal.  Él era el Teócrata, título que significa Dios-Gobernante, y tenía una teocracia sobre toda la Tierra. 

¿Eran felices el hombre y la  mujer perfectos en el Paraíso bajo aquella teocracia?. Eran perfectamente felices y tenían ante  ellos  la oportunidad de vivir para siempre felices en aquel Paraíso, si obedecían perfectamente al Teócrata celestial.  Cuando, finalmente, toda la Tierra llegara a estar llena con la prole de esta pareja perfecta que estaba en el Paraíso, ¿quién, entonces, sería el gobernante sobre toda la Tierra?. ¿El primer hombre,  padre  de todos ellos? No, sino  el Creador  del hombre, el Teócrata  celestial.  Este era el propósito original de Dios el Creador.  Hoy día, meramente seis mil años después, ése es todavía su propósito.  El no ha cambiado de parecer hoy en cuanto a ello porque los miles de millones de habitantes de la Tierra estén opuestos a ello. 

En cuanto a  su propósito declarado, él dice en  su libro inspirado: "Yo soy Jehová; no  he cambiado" (Mal 3;6) ¿Será imposible  para él realizar su propósito no  cambiado de gobernar mundialmente? Juzgándolo por lo que él ha dicho y hecho en  el pasado, la contestación es un llano ¡No!. La generación  de hoy día  de la humanidad  todavía verá si  puede hacer imposible para Dios el Creador el que él realice su propósito. ("La Atalaya" de 1.4.64, pág 200-201) 

Aunque la primera  pareja humana desobedeció a Dios, y  así probó que no era  digna de  vivir  para siempre, el propósito  original  de Dios  no cambió.   ¡Tiene que  cumplirse!   (Is 55;11)  La  Biblia promete: Los justos mismos poseerán  la tierra, y residirán para  siempre sobre ella" (Sl 37;29) Con  frecuencia la Biblia menciona el arreglo  de Dios de dar vida eterna  a los humanos que  le sirven (Jn 3;14-16,36)  (Is 25;8) (Ap 21;3,4) 

¿Dónde, por lo general, desean vivir para siempre los humanos?  Es donde se han  acostumbrado a vivir,  aquí en la  Tierra.  El hombre  fue hecho para la  Tierra, y la Tierra  para el hombre.  (Gn  2;8,9,15) (Sl 104;5) Puesto que  la Tierra  fue hecha  para durar  para siempre,  entonces el hombre también debería  vivir para siempre.  ¡De seguro  un Dios amoroso no crearía a los  humanos con el deseo de vivir  para siempre y entonces les negaría la realización de este deseo!  (1Jn 4;8) (Sl 133;3) ("Usted puede vivir...", pág 9 y 10)

Análisis:

¿Es que tienen otro sitio para vivir los humanos? Ahora bien la pregunta dice “para siempre”. Esto son palabras mayores. Si el hombre fue hecho para la Tierra ¿Por qué se van 144.000 al cielo por toda una eternidad? ¿Es que no son hombres?  Quizás no van a estar a gusto porque se encontrarán fuera de su ambiente que es la Tierra ¿no es así?
Precisamente, al saber y al creer que existe un Reino de los Cielos en el que es posible ver a Dios y ser llamado su “hijo”, mi corazón –ya no digo mi alma- late con fuerza cuando piensa en ello. Mi corazón y el de millones de cristianos que creemos tenemos un lugar reservado cerca del Padre.
Dicen los TJ que “puesto que la tierra fue hecha para durar para siempre”.  Conclusión de los TJ en la que no parece estar de acuerdo la ciencia
Así es. La tierra se ralentiza  12 segundos cada 15.000 años. Esto se debe a los efectos de la gravedad lunar. Como resultado de estos cambios el día medio solar que nominalmente tiene 86400 segundos se está volviendo progresivamente más largo y es actualmente medible mediante relojes atómicos de gran precisión.
Por otra parte, el futuro del planeta está estrechamente ligado al del sol. La luminosidad del Sol va creciendo de manera que el aumento de la radiación tendrá consecuencias nefastas en la Tierra, incluyendo la pérdida de los océanos del planeta.

Sin embargo, se calcula que la Tierra sea habitable por alrededor de otros 500 millones de añosEl Sol, siguiendo su evolución natural, se convertirá en una gigante roja expandiéndose hasta unas 250 veces su tamaño actual, alcanzando un radio cercano a unos 150 millones de km. El destino que sufrirá la Tierra entonces no está claro pero se supone que la órbita de la Tierra decaerá ocasionando que el planeta penetre en la atmósfera estelar y se vaporice.


Ya dice Jesús en (Mt 5;18) que “antes pasarán el cielo y la tierra que falte una jota o una tilde de la Ley hasta que todo se cumpla” y por otra parte en (Mt 24;35) nos dice: “El cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán”. Quizás los TJ digan que Jesús no se refería al cielo y la tierra literal. Yo creo que sí, porque si no, ¿por qué nos aconseja que “no alleguéis tesoros en la Tierra” (Mt 6;19) Por otra parte, San Pedro nos dice: "Los cielos y la tierra actuales están reservados por la misma palabra para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los impíos"... (2Pe 3;7) “Pero nosotros esperamos otros cielos nuevos y otra tierra nueva” (2Pe 3;13) Ya que hablamos de una estancia para siempre, muy bien podría referirse al Reino de los Cielos como nuestro lugar de estancia definitivo que colme nuestra espera y nuestros deseos profundos de estar cerca de Dios.


Es cierto que en el Antiguo Testamento el objeto de la promesa era la posesión de la tierra en la que el pueblo gozaría de una existencia libre según la justicia (Dt 6, 20-25) (Salmo 37;3,9,11,22,29,34)

Pero en la Nueva Alianza el objeto de la promesa es el reino de los cielos, la vida eterna, la patria celestial. Pablo escribe:  “Esto se lo decimos apoyados en la Palabra del Señor: los que quedemos vivos hasta la venida del Señor no nos adelantaremos a los ya muertos; porque el Señor mismo, al sonar una orden, a la voz del arcángel y al toque de la trompeta divina, bajará del cielo; entonces resucitarán primero los que murieron en Cristo; después nosotros, los que quedemos vivosseremos llevados juntamente con ellos al cielo sobre las nubes, al encuentro del Señor; y así estaremos siempre con el Señor” (1Tes 4, 15-17).

Así el Señor cumplirá plenamente lo que nos prometió en la Última Cena: En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así lo habría dicho, porque voy a prepararles un lugar. Cuando haya ido y les tenga preparado un lugar, volveré para llevarlos conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes (Jn; 14, 2-3).


Así, pues, la doctrina de los TJ de una futura separación entre buenos (con destino el cielo) y buenos (con destino la tierra) no es una verdad presente en la Biblia. Esta habla de una separación entre malos y buenos; no entre buenos y buenos. Y promete la patria celestial, no un paraíso en la tierra.