lunes, 24 de febrero de 2014

EL ULTIMO GOBIERNO HUMANO DE LA TIERRA. ÚLTIMA POTENCIA MUNDIAL. LA ONU

s/TJ:
La  gobernación  de  los  países  del  mundo  dirigida  por  gobernantes mundanos, por hombres imperfectos,  pecaminosos y moribundos, que siguen la "sabiduría del mundo", está dando lugar a un Orden mundial imperfecto que  vuelve a  cometer muchos  de  los errores  del pasado  y que  nunca satisfará todas las necesidades de la humanidad (Rm 3;10-12) (Rm 5;12)

Por otra parte, criaturas espirituales  inicuas, ¡sí!, Satanás el Diablo y sus demonios  han cegado la  mente de las  personas para que  no crean "las gloriosas buenas nuevas acerca de Cristo" (2Cor 4;3-4) (Ef 6;12) 
Finalmente, el clero de la cristiandad que predica según la sabiduría de este mundo y no  dice a la gente lo que necesita  saber acerca del nuevo mundo de Dios y su gobierno del Reino, colabora en ese Orden mundial. 
De esta manera, el  mundo lucha y se lastima en  su desastroso intento de gobernarse a  sí mismo sin  la ayuda  de Dios y  sin tener en  cuenta la voluntad divina  (Jr 10;23) (St  3;15-16) (1Cor 1;21).  El  mundo rehúsa reconocer  la  soberanía divina  y  sólo  confía  en sus  habilidades  y proyectos (Dn  4;31-34) (Jn 18;37).   El mundo  no ha aprendido  que "el temor de  Jehová es el comienzo  de la sabiduría" (Pr  9;10) (Sl 111;10) (Sl 127;1) 
Sin embargo,  es propósito de Dios  fundar un gobierno justo  que traerá paz, felicidad y prosperidad a la  humanidad en la Tierra (Is 9;6-7) (Mt 6;10).   En principio,  es  el  mismo propósito  de  los  que siguen  la "sabiduría del  mundo", que es, proveer  a la gente de  paz, prosperidad y buen gobierno  mediante un  supuesto nuevo  orden mundial.   Pero Dios no tiene nada  en común con este  mundo (Jn 18;36) (1Jn  2;15-17).  Y ya que  Su propósito  principal  es vindicarse  como  Soberano Supremo  del universo,  lo logrará  mediante un  gobierno celestial  que eliminará  a todos los gobiernos terrestres (Dn 2;44) (Ap 4;11) (Ap 12;10). 
Por esto, los que conocen a Dios, manifiestan la sabiduría de él y optan por  dejarse  guiar  por  ella   predicando  "estas  buenas  nuevas  del Reino...en toda la Tierra habitada" (Mt 24;14) (Mt 28;19-20). 
Pero, podríamos preguntarnos ¿Es  práctico efectuar esta predicación hoy día cuando la Tierra está  llena de contiendas, contaminaciones, pobreza y sufrimiento humano?. 
Para los  sabios de este mundo  la predicación del Reino  de Dios parece ser de pura necedad y no la consideran práctica.  Ven a esta predicación como una dificultad para el adelanto hacia un gobierno político ideal. 
Sin embargo,  para que la  gente de esta  generación alcance la  vida es preciso que  primero oiga acerca del  Reino establecido de Dios,  y para que esto suceda  alguien tiene que predicar las buenas  nuevas acerca de éste (Rm 10;14-15). 
Como se ve, la  predicación de las buenas nuevas de Dios  es la obra más práctica que  podemos efectuar hoy  (2Tim 3;1-5) (Rm 12;12)  (Tito 2;13) (Lc  9;59-60), ya  que  con ello  se  está haciendo  lo  que redunda  en verdadero  beneficio  para  otros   seres  humanos,  preparándolos  para disfrutar  de la  vida  eterna en  el  nuevo mundo  que  Jehová Dios  ha prometido (Jn 3;16) ((2Pe 3;13).   En efecto, los que muestran sabiduría al obedecer a Cristo no pueden  dejar de cumplir su comisión de predicar el mensaje del Reino.  La sabiduría divina les hace saber que este mundo y sus  gobernantes están  condenados a  la destrucción  (1Cor 2;6)  (1Jn 2;17).
Los apoyadores  de la  soberanía de  Dios saben  que la  única esperanza verdadera para la humanidad, estriba en  la intervención de Dios y en su gobernación (Zac 9;10) 
Y así como Jesús cuando  estuvo en la Tierra y los  judíos le pedían una señal  del cielo,  Jesús rehusaba  darla  (Mt 12;38-39)  (Mt 16;1),  los testigos de Jehová, hoy día, no ejecutan señales que los acrediten.  Más bien se  remiten a  textos bíblicos  (Is 61;1-2)  (Mc 13-10)  (Ap 22;17) donde se registra su comisión de predicar las buenas nuevas. 
La Biblia  registra siete potencias mundiales  que dominan sucesivamente la Tierra.  Entonces, uno pensaría  que siete potencias mundiales serían todas las que  existirían, pero extraño como parezca habrá  de haber una octava, como la última y la final.  (Ap 17;9-11) 
El examen de esta cuestión nos  ayudará a entender dónde nos encontramos en la corriente del  tiempo y nos ayudará a saber  la manera de proceder que ha de adoptarse en este período en particular.  
Las siete potencias  bíblicas mundiales que han existido  una tras otra, es decir, dominando cada una por un tiempo y cediendo su dominación a la subsiguiente potencia mundial han sido: 
Primera: Egipto  Segunda: Asiria Tercera: Babilonia  Cuarta: Medo Persia Quinta: Grecia antigua o Macedonia Sexta: Roma Séptima: Gran Bretaña con los EE.UU.  
Todas  estas potencias  mundiales vinieron  a estar  bajo la  influencia poderosa de la  religión, que fue religión babilónica, de  modo que como imperio religioso Babilonia la Grande de la Biblia dominó todo el tiempo y sobrevive hasta el día de hoy como un imperio religioso. 
Cuando Juan tuvo la visión que  nos explican todas estas cosas, Roma era la potencia mundial dominante o sexta.  Realmente el Imperio Romano pasó por  muchos cambios  pero existió  como  la Sexta  Potencia Mundial  por muchos siglos.   Esta potencia  fue sustituida  en el  siglo XIX  por la potencia binaria de Inglaterra y EE.UU.,  la más poderosa de la historia humana, más fuerte  y más mundial que cualquiera de  las anteriores seis potencia mundiales.  
Con relación a esta Séptima potencia, el ángel le dijo a Juan: "...tiene que permanecer un corto tiempo" (Ap 17;10).  Por mucho la mayor parte de este "corto tiempo" está en el pasado.  Se acerca su fin señalado.  
Pero, ¿qué  hay de  la Octava?   La Biblia  indica que  la séptima  y la octava potencias mundiales  ejercen autoridad contemporáneamente durante los  últimos años  del término  de la  Séptima Potencia  Mundial.  Pero, ¿cómo  es posible  que estas  dos potencias  mundiales existan  al mismo tiempo? 
La  Biblia muestra  que  la  Séptima Potencia  Mundial  es la  principal promotora de la octava , que existe actualmente en forma de las Naciones Unidas (Ap 13;11-15) (Ap 17;11)  
Puesto  que  la  Biblia  representa   la  Séptima  Potencia  Mundial  en conjunción  con la  octava hasta  la  batalla del  Armagedón, -que  como veremos más abajo  debe tener lugar al "fin de  los Tiempos"- ¿significa esto  que  la  Séptima  Potencia  Mundial  derrotará  al  poder  mundial comunista para  mantener su posición  de dominación?  No, y  muestra que tampoco el poder mundial comunista  derrotará militarmente a la potencia mundial  binaria de  la Gran  Bretaña y  los EE.UU.,  sino que  tanto la Séptima  Potencia Mundial  -Gran Bretaña  y los  EE.UU.- como  el bloque comunista existirán  como fuertes  rivales hasta el  fin, con  el octavo "rey", las  Naciones Unidas,  haciendo un esfuerzo  inútil por  reunir a estos reyes para una paz genuina que sea duradera (Dn 11;40-45)  
Por  tanto, la  organización internacional  de  paz y  seguridad es  una abominación, una cosa repugnante para Jehová  Dios, como lo es un ídolo. Los TJ comprenden que la cólera de  Dios se encenderá contra ellos si la adoran. 
Por otra  parte, el clero  religioso de la  cristiandad imita a  los que rechazaron  a  Jesucristo en  33  dC  y  que  aceptaron la  cosa  pagana abominable en vez  de su rey, Jesucristo, cuando  clamaron al gobernador romano Poncio  Pilato: "No tenemos  más rey  que Cesar" (Jn  19;15).  La Séptima  Potencia Mundial,  respaldada  por  el clero,  llegó  a ser  el instrumento del  "dios de  este sistema de  cosas".  Satanás  el diablo, para  erigir  la  "imagen"  de   la  bestia  salvaje,  como  se  predice simbólicamente en (Ap 13;14,15) 
"Dios da  a su  pueblo que  pone fe  en él  y que  estudia su  Palabra la sabiduría y el  buen sentido para entender las cosas que están escritas en su Palabra". (Ef 1;8) (Mt 16;17)  ("La  Atalaya" de 15.7.67, pág436-440) 
De hecho, pese a la ausencia  de los dones milagrosos  del espíritu, la congregación cuenta hoy con un conocimiento más completo  y con razones para tener una mayor grado de fe,  esperanza y amor (1Cor 13;13), ya que el poder profético  de Dios nunca ha desaparecido y  Su Palabra contiene todas las profecías que necesitamos en la actualidad (1Cor 13;8b). 
La  organización, pues, ha dejado atrás la visión nebulosa. El cumplimiento de la profecía  y el tipo saltan a la  vista, pues ahora es el  tiempo en  que Dios  revela el  significado de  éstas (1Cor  13;12). Ahora que la  Biblia está completa y extensamente  asequible, tenemos lo que necesitamos  en la  Palabra de  Dios.  Esto  nos permite  obtener un conocimiento exacto de Jehová y de su Hijo que conduce a la vida eterna.  ("La Atalaya" de 1.9.92, pág 19)