viernes, 21 de febrero de 2014

¿POR QUÉ CREEMOS EN LA BIBLIA LOS TJ? ¿Y LOS CATÓLICOS?

¿POR QUÉ CREEMOS EN LA BIBLIA LOS TJ? ¿Y LOS CATÓLICOS?
s/TJ:
Los TJ creen en la Biblia por las siguientes razones:
    a) Su gran antigüedad
    b) Su supervivencia a crueles ataques
    c) Sus profecias exactas
    d) Su circulación mundial
   
    e) En ella se halla la guía divina
Y así nos dicen:
"El resultado ha sido un libro maravilloso. En realidad, la Biblia está compuesta de 66 libritos. La palabra griega biblia, de la cual viene la palabra española "Biblia" significa "libritos". ("Usted puede vivir....", pág 49)
"La Biblia es la Palabra de Dios, es la verdad y es más confiable que la tradición que es el conjunto de las doctrinas  inventadas por la Iglesia Católica... No hay más regla de fe que la Biblia. No debe creerse nada si no está en la Biblia... La Biblia es el medio que Dios utiliza para comunicarse con la humanidad" (2Tim 3;16-17) (2Pe 1;20-21) (Jn 17;17) (Mt 15;3) (Col 2;8)  ("¡Despertad!" de 8.10.90, pág 5)
Análisis:
Como luego veremos: a)  si los TJ creen en la Biblia es por una determinada tradición, distinta a la que se acepta en el ámbito de la Iglesia Católica,  que ellos aceptan y que les indica que los libros sagrados en donde se contiene la Palabra de Dios son única y exclusivamente los que ellos aceptan en su Biblia y, por otra parte,  traducidos de la manera que ellos han creído conveniente. b) Los TJ creen muchas cosas que no están en la Biblia. La principal de ellas y más importante es el de que en 1914 tuviera lugar el fin del tiempo de los gentiles. Además de que no está en la Biblia dicho año, cuando pretenden deducirlo de la literatura seglar, ya que con la Biblia sólo es imposible, lo hacen falsamente partiendo de fechas erróneas a fin de que resulte el año que a ellos les interesa. c) Si la Biblia es el medio que Dios utiliza para comunicarse con la humanidad, ¿a qué viene tanta literatura al margen del propio contenido de la Biblia?
Si todas las pruebas que tienen los TJ  para "demostrar" que su Biblia procede de Dios son las que nos han expuesto hasta el momento, difícil será ponernos de acuerdo en que libros de los tantos que la humanidad ha escrito, realmente son inspirados y cuales no, y porque precisamente los 66 que ellos dicen han de ser los inspirados y no los 73 que dice la IC, o porque no otros que no sean ni estos ni aquellos.
s/TJ:
Para que lleguemos a ser lo suficientemente  sabios para obtener  la salvación que nos promete Jehová, necesitamos el único libro que nos dice acerca de ello, el libro de Dios, las Santas Escrituras. Esta necesidad es la que el apóstol Pablo reclaca al superintendente más joven que él llamado Timoteo, cuando Pablo escribe: "Tú, sin embargo, continúa en las cosas que aprendiste y fuiste persuadido a creer, sabiendo de qué personas las aprendiste y que desde la infancia  has conocido los Santos Escritos, que pueden hacerte sabio para la salvación por medio de la fe relacionada con Cristo Jesús" (2Tim 3;14-15). Entre las personas de quienes Timoteo aprendió las cosas que fue persuadido a creer estuvieron su abuela Loida y su madre Eunice, quien era judía. Desde la infancia de Timoteo, Eunice,  especialmente pudo enseñarle los "santos escritos" a él como su hijito, pues el esposo de ella era griego. Sin duda ella loa llevaba a la sinagoga judía.
   Los santos escritos que entonces estaban disponibles  a Timoteo para aprender eran las Escrituras Hebreas desde el primer libro, Génesis, hasta el libro trigésimo nono y último, Malaquías, escrito centenares de años antes de que naciera Timoteo. A aquellos ·"santos escritos" hebreos no se añadieron escritos inspirados hasta que el apóstol cristiano Mateo escribió su Evangelio de la vida de Jesucristo, primero en hebreo, cerca del año 41 de nuestra era común, la llamda era  cristiana.
Pocos años después que se escribió el evangelio de Mateo, el apóstol Pablo salió en su primera gira misional... Después Pablo va a Tesalónica... Fue entonces que se añadió el segundo libro griego inspirado a los "santos escritos" hebreos, pues bajo inspiración Pablo escribió su carta de consuelo e instrucciones a la congregación cristiana perseguida en Tesalónica... Después de eso el apóstol Pablo fue inspirado a escribir más añadiduras a los "santos escritos" hebreos, incluyendo una primera carta a Timoteo. En esta obra de añadir a las Escrituras Hebreas inspiradas el apóstol Pablo tuvo la compañía de otros cristianos judíos fieles, tales como Lucas el médico, Santiago y Pedro.
Cuando Pablo escribió una segunda carta a Timoteo, que fue la última carta inspirada de Pablo, él y Timoteo habían estado asociados en la obra por quince años. Durante todos aquellos años se hicieron las otras añadiduras a las Escrituras Griegas Cristianas, con la excepción posiblemente del libro de Judas... y también  los cinco escritos del apóstol Juan, que se escribieron para el fin del primer siglo de nuestra era común.
Por consiguiente, cuando Pablo escribió su carta final a Timoteo y dijo: "Toda escritura es inspirada por Dios y provechosa" (2Tim 3;16) sin duda habían veintiún libros inspirados, todos dirigidos a los cristianos, además de los treinta y nueve libros de las Escrituras Hebreas.
Hoy, la expresión de Pablo: "Toda escritura es inspirada por Dios y provechosa" incluye  los escritos de Judas y Juan, pues estos también fueron escritos bajo la inspiración del espíritu santo de Dios y fueron añadidos a la colección de escritos cristianos inspirados, para completar la inspirada Santa Biblia.
Hoy, por lo tanto, "toda escritura" incluye los sesenta y seis libros de la Biblia, como ahora está dividida. Los que practican el judaísmo o la religión de los judíos rechazan los veintisiete libros de las Escrituras Griegas Cristianas. Pero en cuanto a nosotros, si vamos a tener éxito en obtener la "salvación por medio de la fe relacionada con Cristo Jesús", debemos aceptar estos escritos inspirados de sus apóstoles y discípulos. Debemos aceptar "toda escritura" que es inspirada de Dios el Padre de Jesucristo. Sólo de esta manera podemos llegar a ser "sabios para la salvación". Los que rechazan parte de los inspirados "santos escritos" no son sabios y ciertamente no obtendrán la salvación a la vida en el nuevo orden de Dios. ("La Atalaya" de 1.4.64, pág 267 y ss)
Sin embargo, puesto que todos estos libros bíblicos tienen un solo Autor, están en armonía entre sí. Un mismo tema se extiende por todo ellos, a saber, el que Jehová Dios restaurará condiciones de justicia mediante su reino. El primer libro, Génesis,  explica como se perdió un hogar paradisíaco debido a que hubo rebelión contra Dios, y el último libro, Revelación, describe como la gobernación de Dios hará que la Tierra vuelva a ser un paraíso. (Gn 3;19) (Gn 3;23) (Ap 12;10) (Ap 21;3-4) ("Usted puede vivir...", pág 49-50)
Los primeros 39 libros de la Biblia se escribieron principalmente en hebreo, con partes muy pequeñas en arameo. Los últimos 27 libros se escribieron en griego, el lenguaje común de la gente cuando Jesús y sus seguidores cristianos vivieron en la Tierra. A estas dos partes principales de la Biblia se les llama apropiadamente las "Escrituras Hebreas"  y las "Escrituras Griegas". Una muestra de que concuerdan las una con las otra es el hecho de que las Escrituras Griegas citan más de 365 veces de las Escrituras Hebreas y hacen unas 375 referencias adicionales a ellas. ("Usted puede vivir...", pág 50)
Análisis:
Lo que el apóstol Pablo nos indica en el pasaje (2Tim 2;14-15) es de suma importancia doctrinal.. Ahí tenemos indicado el cauce como llega a nosotros  la verdad revelada o mensaje evangélico: TRADICION Y SAGRADA ESCRITURA.  Entre los maestros de la fe de Timoteo hay que contar, sin duda, a su abuela y a su madre (2Tim 1;5), pero los TJ no nos citan a los que sin duda fueron los más importantes: a) Pablo: "Pero tú has seguido de cerca mis enseñanzas, mi conducta, mis planes, mi  fe, mi longanimidad, mi caridad, mi paciencia, mis persecuciones y mis aflicciones..."  (2Tim 3;10)  y b) Otros muchos: "...y cuanto de mí (Pablo) oiste por muchos testigos, confíalo a hombres fieles que a su vez sean capaces de enseñar a otros" (2Tim 2;2). Este último pasaje, también tiene gran importancia para la historia de la tradición cristiana: Timoteo deberá escoger no sólo hombres fieles y seguros, sino "capaces de enseñar a otros".
"Toda Escritura" en el contexto presente se trata de los libros sagrados, y en concreto de los del AT, que Timoteo ha aprendido desde su niñez. Sin embargo, Pablo probablemente cita el evangelio de S. Lucas como Escritura (1Tim 5;18) (Sería la más antigua cita de una pasaje del NT como Escritura inspirada) y S. Pedro cita las cartas de S. Pablo equiparándolas a las demás Escrituras (2Pe 3;15 y ss).
En (Jn 15;15) leemos: "Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor, pero os digo amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a conocer".  El esquema "oir-dar a conocer" formalmente define la esencia de la "tradición" a que ahora nos referimos.
S. Pablo repie en (1Cor 15;1-10) el esquema anterior: "Yo os he transmitido, primeramente, lo que yo mismo había recibido". Y en otro pasaje: "Yo he recibido del Señor lo que a mi vez he transmitido".  Lo que Pablo le ha predicado y que él mismo ha recibido a través de otras predicaciones "les hace salvos". Realmente S. Pablo en estos versículos de su primera carta a los corintios creemos que plantea y resuelve el tema de la "tradición". S. Pablo confía el porvenir de la Iglesia no a libros sino a a la enseñanza oral de maestros autorizados (Tito 1;5). S. Pablo alaba a los fieles de Corinto porque guardan la doctrina que él les ha predicado (1Cor 11;2). Incluso en (2Tes 2;15) encomienda que guarden las enseñanzas que les ha transmitido por palabra y por escrito.
Para S. Pablo el Evangelio designa siempre un Evangelio predicado, no escrito. De hecho no sólo en las cartas y en los evangelios, sino en todos los escritos del S.I  y aun en los de principio del S.II, la palabra Evangelio significa siempre la proclamación oral del mensaje de salvación. La primera vez que se designa como escrito data ya de época de S. Justino, hacia el año 150.
Incluso cuando se suscita una cuestión doctrinal o de forma de vivir las enseñanzas, se nos dice en (Mt 18;15-17) y (Hech 15;1 y ss) que el juez supremo no es la Biblia, sino la Iglesia (Congregación).
En (Hech 20;35) S. Pablo dice que Cristo enseñó lo siguiente: "Mejor es dar que recibir". pero este dicho no se halla en ninguno de los Evangelios. Luego S. Pablo no lo pudo conocer sino por tradición oral (De hecho S. Pablo todo lo  referente a  la doctrina de Jesucristo tuvo que conocerlo por tradición oral). Y ha quedado en la Sagrada Escritura como algo inspirado por el Espíritu Santo. Ver también (Jn 20;30) en donde se dice: "Jesús obró, además, en presencia de sus discípulos otros muchos milagros que no han sido escritos en este libro" Y (Jn 21;25): "Hay otras muchas cosas que hizo Jesús"
Los apóstoles transmitían sus enseñanzas de viva voz (2Jn 12;13) (3Jn 14)
Los mismos evengelios son el resumen de la predicación oral de los apóstoles (Jn 20;30) (Jn 21;25)
Así, pues, Jesús ha revelado todo a sus apóstoles (Jn 15;15) y aún en el caso que el Evangelio lo contuviera todo -que no lo contiene (Hech 20;35) (Jn 20;30) (Jn 21;25)- no podría ser la única norma de fe, ya que un libro puede ser mal entendido por quien lo lee. Se impone la necesidad de un maestro vivo, que resuelva dificultades, que enseñe, puesto que ninguno está autorizado para interpretar a su gusto la Biblia (2Pe 1;20)
Aunque la Escritura sea el libro de la Palabra de Dios, tiene le grandísimo defecto de todos los libros del mundo, o sea, que se deja leer,  pero no explica, a quien no entiende,  ni corrige a quien entiende mal, como hace un maestro cuando enseña de viva voz. Dios hubiese mostrado muy poca sabiduría, si nos hubiese impuesto como única regla de fe, unos libros que contienen pasajes de difícil interpretación, escritos con aforismos de hace cientos de años y que no pueden comprenderse en nuestro tiempo si no se posee una recia formación en diversas ciencias. Existe muchísima gente, la mayoría, que no está preparada para entender las Sagradas Escrituras sino se les explica debidamente.
¿Y los analfabetos?. ¿Estaba ya previsto en los planes de Dios, que le 50% de la población mundial hoy en día no podría -contra su voluntad- conocer directamente la Palabra de Dios?. Además, antes de inventarse la máquina de imprimir en 1445, muy poca gente, comprensiblemente, sabía leer. ¿Y en el S.X aC? ¿Y en la cautividad de Babilonia?. ¿Y en el S.V después de Cristo, cuando sólo poseían la Biblia los grandes monasterios -y aun incompleta muchas veces- y la gente no sabía leer ni escribir? ¿Cómo podía haber mandado Dios que la única regla de fe, fuera unos libros escritos?
Cuando en las sinagogas se leía la Ley y los Profetas,  había un celador o corrector, el cual estaba muy atento a que los lectores pronunciasen todas las palabras con suma claridad y distinción, sin dar lugar a que se omitiesen en ellas ni un sólo ápice. Y esta exactitud en el pronunciar la fueron conservando de unos a otros por tradición, y fue también el principal fundamento para fijar después la lectura por medio de los puntos o vocales que se añadieron.  Todo lo cual demuestra la grandísima vigilancia con que atendían a que se conservase el texto sagrado en toda su integridad.
Se tiene que aceptar, por lo menos,  que los primeros cristianos durante varios decenios  sí creían en libros y en tradiciones, pues Crsito murió alrededor del año 33 y el primer libro del NT  no se escribió hasta el año 50 aproximadamente. ¿Quién dijo y cuándo lo dijo que de creer en libros y en tradiciones se tenía que pasar a creer en libros solamente?
Ya hemos dicho más arriba que los TJ sólo aceptan  como inspirados 66 libros y la Iglesia Católica 73. Digamos ahora que, mal que les pese a los TJ, si esto es así es porque ellos aceptan una tradición que con sus razones sólo acepta como inspirados 66 libros. En cambio la Iglesia Católica acepta otra tradición en la que, también con sus razones, se acepta, además, 7 libros más como inspirados.
Añadamos, también,  al respecto, que el primer escritodel NT no fue el evangelio de S. Mateo -no fue escrito en el 41 dC, sino hacia el 70/75 dC- sino las dos cartas a los tesalonicenses, enviadas desde Corinto en los años 50/51 dC. Y el primer evangelio fue el de Marcos que se escribió en Roma en 64/70 dC, no el de Mateo.
Lo que los TJ dicen a los judíos porque no aceptna el NT, podríamos también decri, con más poderosas razones, los católicos a los TJ, por no aceptar éstos, siete de los libros que la IC reconoce como inspirados: "Los que rechazan parte de los inspirados "Santos Escritos" no son sabios y ciertamente no obtendrán la salvación a la vida en el nuevo orden de Dios"... pero no somos nosotros quienes para juzgar... ¿Lo son los TJ?
PERO, ¿POR QUE CREEMOS EN LA BIBLIA LOS CATOLICOS Y LA MAYOR PARTE DE LOS CRISTIANOS?
Jesucristo sabía escribir, como es indudable. Le hubiera sido sumamente fácil dejarnos por escrito un compendio de sus enseñanzas. Es más para el pueblo de Israel era lo acostumbrado: así lo hicieron todos los profetas del AT. Y, sin embargo,  Jesús no dejó escrita ni una sola línea. Cuando próximo ya el momento de subir al Padre, el mismo Jesús quizá advirtiendo que los apóstoles no recuerdan muchas de las cosas que les ha enseñado, no les deja un escrito; les dice que  el Espíritu Santo que recibirán les recordará todas las cosas que le han oído explicar (Jn 14;26) (Jn 16; 12-13)
Ya hemos visto que los apóstoles iniciaron su predicación por medio de la palabra oral aconsejando a los discípulos fieles que pasaran el contenido de su predicación a otros hombres fieles que, a su vez, fueran capaces de enseñar a otros.
Lógicamente, llegó un momento en que la predicación oral se hizo insuficiente para poder llegar a todas las personas que querían escucharlos, así como resultaba imposible salvar la distancia entre unos y otros con la sola palabra oral.   Es entonces cuando los apóstoles,  y sus discípulos fieles empiezan a escribir. También el deseo de dejar constancia escrita de la doctrina del Evangelio debe tenerse en consideración. No parece, por otra parte, que todos los apóstoles escribieron alguna cosa. Y aún los que escribían lo hacían sólo ocasionalmente en la mayoría de los casos: casi siempre cartas de circunstancias, para arreglar determinados asuntos, dar encargos o avisos, etc. Nunca tratados doctrinales. Los mismos Evangelios, como es sabido,  no son biografías de Jesús, sino breves esquemas catequéticos de las narraciones sin duda mucho más amplias y comentadas en la predicación apostólica. (Jn 21;25). Por eso no es de extrañar que los apóstoles remitan a los fieles no a sus tratados sino a su predicación oral. Es típico el caso de S. Pablo -el que más escribió, sin duda, y el que más doctrina dio en sus escritos, a pesar de ser cartas ocasionales-  que remite constantemente a su predicación oral, o lo más a una carta anterior que la recuerda (Mt 28;19-20) (Mc 14;9) (Mc 16;15-16) (Jn 17;20) (Jn 21;25) (Jd 17) (Lc 10;16) (Gl 1;8-9) (2Tes 2;5) (2Tes 2;13-15) (2Tim 1;13) (2Tim 2;2) (Rm 10;10-17) (1Cor 1;17) (1Cor 11;2) (1Cor 15;14) (1Cor 9;16) (1Tim 1;11) (1Tim 4;16) (Hech 2;32) (Hech 3;15) (Hech 4;18-20) (Hech 5;32) (Hech 6;4) (Hech 10;39-42) (Hech 13;31) (Hech 26;16-18) (2Jn 12) (Dt 32;7)
De entre este bosque de escritos, los propios sucesores de los apóstoles sobre los que planeaba aquél: "Y sabed que Yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo" se sintieron con la autoridad necesaria para discriminar cuales podían considerarse libros en los que realmente se contenía la verdadera doctrina de Jesucristo y, por otro lado, reflejaban de verdad la vida de aquellas primera comunidades y cuales no cumplían estos requisitos... Y así lo hicieron. ¿Quienes sino ellos, y sólo ellos, podían constatar que tales libros dicen la verdad y tales son apócrifos?; ¿que tales cartas, de S.Clemente Romano o la atribuída a S. Bernabé, por ejemplo - tal vez anterior a los mismos escritos de S. Juan- no son aceptables y en cambio la carta a los Hebreos, sin nombre al principio y sin firma al final, lo es?
Y así se compuso la Biblia, compendio de todos aquellos escritos más los que ya se conocían  del AT (con los que también hay diferencias entre los libros que aceptan los TJ y los que acepta la IC).  Concilio tras Concilio, los sucesores de los apóstoles fueron fijando qué libros habían de considerarse isnpirados por Dios. Y no hay dificultad ninguna de que las cosas sean así. Lo que Jesucristo y los apóstoles pretendían es que el mundo crea en la Revelación. Ahora bien, la fe, adhesión a la Revelación, no exige la escritura por encima de la palabra oral, o la palabra oral más que la escritura; exige la certeza de la locución divina, la seguridad de que Dios ha hablado.
Que lo que Dios ha dicho nos llegue por escrito o por palabra del que ha oído a Dios es totalmente secundario e indiferente. Y es absurdo sostener que sólo por escrito podemos llegar a la certeza de la locución divina. Los cristianos de la primera hora, de los primeros veinte años que siguen a Pentecostés , en Palestina y en Grecia, Asia Menor, Roma y España no tenían un solo renglón en que apoyar su fe en la doctrina de Jesucristo. Todavía no existía nada del NT. Así el católico e coherente cuando acepta la Biblia y las interpretaciones de quienes a lo largo de los siglos como sucesores de los apósotoles se han esforzado  en determinar  y precisar su verdadero sentido e interpretación. Y no queremos quitar autoridad  a estos hombres porque la vida de algunos de ellos nos llame a escándalo. También Judás falló y muchos en tiempo de Jesucristo se escandalizaban al ver las acciones de los escribas y fariseos, pero Jesús les dijo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues y guardad lo que os digan, peor no los imitéis en las obras, porque ellos dicen y no hacen".  En una palabra, Jesucristo escogió a hombres normales para que, con autoridad, preedicaran su palabra. Si alguno de estos hombres juzgamos que  ha fallado en su vida y en su sobras e incluso si, llevando el juicio al extremo, creemos que muchos han fallado, siguen, a pesar de ello,  ostentando la responsabilidad y la autoridad que Jesucristo les otorgó y de la que también, un día deberán rendir cuentas.
El Concilio Vaticano I, en la Constitución Dogmática sobre la fe católica (promulgada el 24 de abril de 1870) afirma que la revelación sobrenatural, según la fe de la Iglesia universal declarada en el Concilio tridentino., "se contiene en los libros escritos y en las tradiciones no escritas que, transmitidas como de mano en mano, has llegado hasta nosotros desde los apóstoles, quienes las recibieron o bien de labios del mismo Cristo, o bien por inspiración del Espíritu Santo". Nítidamente, pues, aparece un dualismo de fuentes de la doctrina cristiana, dualismo que viene siendo distintivo del catolicismo frente a la multitud de confesiones protestantes que se aferran a la sola Escritura y rechazan la legitimidad de la tradición.
La Tradición, pues, no puede contradecir a la Biblia porque la propia Biblia ha surgido de la Tradición que ha aceptado su contenido. Pero la tradición, además,  nos ha hecho llegar otros hechos y palabras no escritas en la Biblia, que de alguna manera completan alguna de las verdades que quedaron apuntadas en las páginas sagradas.
La Biblia católica contiene: 72 libros, 1324 capítulos y 35.559 versículos. La Biblia de los TJ y en general la de los protestantes, contiene: 65 libros, 1197 capítulos y 31.395 versículos.
Los TJ aseguran que en la Biblia está todo lo que Dios nos tenía que comunicar. Que es imposible que algún día se encuentren otros libros inspirados. Y aunque S. Pablo en (1Cor 5;9) alude a una carta suya anterior que se da por perdida y en (Col 4;16) el propio S. Pablo alude, asimismo, a otra carta anterior (de todos modos esta última parece ser la de "Efesios" s/BCJ, II, pág 667), es doctrina de la Iglesia, aunque en rigor no definida, que la revelación quedó concluída con la "muerte del último apóstol".
s/TJ:
"La Jerarquía -de la Iglesia- ha perdido su batalla de exterminación de la Biblia; ¡la Palabra de Dios triunfa!. ("Equipado para toda buena obra")
Análisis:
Debe decirse que si la Iglesia y el clero querían matar la Biblia e impedir que llegara al pueblo, ¿por qué la han transmitido a través de los siglos?. Hubiera bastado que los monjes copistas cesaran en su trabajo. Y si las traducciones a lenguas vernáculas se produjo lentamente a través de los siglos lo fue, precisamente, para salvaguardar la exactitud de sus  traducciones que aun hoy en día, si no se realizan con plena objetividad, son un peligro gravísimo para mantener la unidad en la doctrina (Un ejemplo notabilísimo de estas traducciones nefastas contemporáneas es precisamente la del Nuevo Mundo de los TJ)