s/TJ:
Cuando Jesús estuvo en la Tierra,
lo cual fue más de 4.000
años después de la rebelión de Adán y Eva, dijo: "Ningún hombre ha
ascendido al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre" (Jn 3;13). Por lo tanto, de acuerdo con las
propias palabras de Jesús, ningún hombre había ido al cielo durante todos aquellos 4.000 años de la historia humana hasta los días de
él ("Usted puede vivir...", pág 121).
"¿Quién bajará al abismo?. Esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos" (NC)(NM)
(Rm 10;7)
A Jesucristo se le llama "el primero en ser resucitado de entre los muertos". Esto significa que fue el primero que fue resucitado de los que no
tendrían que volver a morir;
el primero que fue
resucitado como persona de la
región espiritual. Pero
la Biblia nos dice que habría otros : "Cada uno en
su propia categoría: Cristo
las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia". (Hech 26;23) (1Pe 3;18) (1Cor
15; 20-23) (Flp 3;20-21)
(Rm 6;5) (2Cor 5;1-2) (Jn 14;1-3) ("Usted
puede vivir...", pág 172).
"Sin embargo, ahora Cristo ha sido levantado de
entre los muertos, las
primicias de los que se han
dormido (en la
muerte). Pues dado que la muerte es por medio de un hombre, la resurrección de los muertos también es por
medio de un hombre. Porque
así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su propia categoría: Cristo las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia. En seguida, el fin, cuando entrega el reino a su Dios y Padre, cuando él haya reducido a la nada todo gobierno y toda
autoridad y poder" (1Cor 15;20-24) (NM)
Análisis:
La primera expresión que Pablo aplica
a Cristo en este relacionar su resurrección con la nuestra, es la de
"primicias" (1Cor 15;20). Era
éste un término muy
usado entre los judíos, con el que designaban los primeros
frutos de la cosecha, consagrados a Dios, y en los que se consideraba incluido,
en cierto modo, todo
el resto, que quedaba
con ello bendecido y santificado (Ex 23;16)
(Lv 23;10) (Rom 11;16). Las "primicias" , pues, suponen
otros frutos en retaguardia, de la misma naturaleza que esos que
constituyen las primicias.
Los TJ
enseñan que Cristo resucitó
en espíritu y que en
espíritu subió al cielo,
para volver en espíritu. Veamos como la Biblia dice,
precisamente, lo
contrario: que Cristo subió al cielo en carne, tal como había
resucitado, y así,
igualmente, volverá y se le verá
(Lc 24;36-42)(Hb 10;20) (1Tim 2;5) (Mt 24;30-31) (Mt 24;32-34) (Lc 17;26-30) (1Tes
4;15-17) (2Tes 2;8).
Siguiendo con (1Cor 15;20-24), en son de
triunfo y como tratando de borrar
la mala impresión que pudieran haber
dejado las tan pesimistas
hipótesis anteriores (v.13-19) S. Pablo lanza un rotundo "no" a todas ellas, como diciendo que no nos preocupen, pues de hecho "Cristo ha resucitado de entre los
muertos" (v.20). A
continuación, S. Pablo va a explicar esa conexión íntima entre la resurrección de Cristo
y la nuestra a que aludió en los (v.12-13). Por
lo tanto S. Pablo no habla sino de la resurrección en virtud de la unión con
Cristo, y, consiguientemente, de la resurrección de los justos.
Dos veces repite el adjetivo "muertos" en el (v.20), pero con distinto significado ya que son distintas las palabras empleadas en el original. El primero: "nekros". Tiene sentido universal y físico, pues
abarca a todos los muertos, creyentes y no creyentes. El segundo: "koimaomai". Tiene sentido particular, pues se refiere
solamente a los fieles que han muerto e incluye también la idea especial de muerte física en la fe y unión con Cristo. Por lo
tanto, Cristo no es
"primicias" de todos los muertos,
sino de determinados muertos. ("koimaomai" también figura en (1Cor 15;18))
Pablo, al
aplicar este término a
Cristo resucitado respecto de los que han
muerto en la fe de Cristo, claramente da a entender que Cristo no quedará solo en su condición gloriosa, sino que llevará
en pos de sí la "masa" de los otros muertos unidos a El (v.23)
Esta
idea de solidaridad entre
Cristo y los suyos
queda aún más
acentuada bajo otra imagen, en los (v.21-22) donde se pone en paralelismo antitético o de
contraste la obra de Adán y la obra de Cristo. Esta doctrina, S. Pablo la desarrolla
ampliamente en (Rom 5;12-21) presentando a Cristo como nuevo tronco o cabeza de la humanidad regenerada, que
extiende su poderoso influjo vivificador a todos los hombres unidos a El,
anulando así el influjo mortífero de la
obra del primer hombre. Cristo y los suyos forman una especie de organismo único
(Rom 6;3-11) ( Gl 3;28) que
no admite diferencias de destino: dónde esté la cabeza han de estar también los
miembros (Ef 2;5,6) ( Col 1;18) (1Tes 4;14).
En el (v.21), tenemos, dos veces, hombre sin artículo, porque se trata de
significar la naturaleza.
En el (v.22),
conviene notar la fuerza de
la preposición en Adán, en Cristo, que
expresa unión activa, vital, como la de los
sarmientos en la vid.
"Todos
mueren". Esta frase no tiene restricción ninguna, porque todos
están unidos con Adán. El presente
indica una ley que se está
cumpliendo.
"Todos resucitarán". Esta frase no se aplica a toda la
humanidad, sino a todos "los
de Cristo", que son los que
de hecho están en Cristo. El futuro se contrapone al pasado de la resurrección de Cristo.
Sin embargo, por lo que toca a la resurrección, en Cristo se ha realizado ya, (Hech 26;23) como primicias (1Cor 15;20); después, al fin de los tiempos, se realizará en los cristianos (Rom 8;11) (1Tes
4;14-17)
Con esto Pablo entra en la
descripción de los últimos momentos del drama
escatológico, cuando,
vencidos todos sus enemigos,
llegado a su fin el mundo actual Cristo entregue el reino al Padre.
Una vez
vencidas las potencias hostiles que
se oponen al reino de Dios (1Cor 2;6) (Ef
6;12) (Col 2;15), puestos ya en
seguro todos los redimidos, como
general victorioso que
vuelve de la campaña encomendada por el Padre (Jn 17;4) Cristo le entrega el reino (v24).
Ni esto ni los versículos siguientes se oponen
a la divinidad de
Jesucristo ya que Pablo habla aquí siempre
del Hijo como Mesías y en su obra de Mesías.