s/TJ:
Hace más
de tres mil quinientos años ocurrió algo insólito. Cuando Moisés apacentaba las
ovejas del patriarca Jetró, cerca del monte Horeb, el ángel de Jehová
se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente.
“Mientras
él seguía mirando, pues, he aquí que la zarza ardía con el fuego y,
no obstante, la zarza no se consumía”, cuenta el relato de Éxodo.
Entonces, una voz procedente del arbusto lo llamó. “Yo soy el Dios de tu padre
—declaró la voz—, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.” (Éx
3:1-6.) En el siglo primero de nuestra era, el propio Hijo de Dios aludió
a esta declaración.
El Creador del hombre no olvida parte alguna de la vida de miles de millones de
humanos que han vivido. (Salmo 139:16; 147:4; Mateo 10:30.) A Su debido tiempo
recordará a los que están en las “tumbas conmemorativas” y les
dará vida de nuevo en una Tierra limpiada. ¡Cuánto nos anima y consuela saber
que la memoria perfecta de Dios no puede fallar! (Revelación 20:11-13.) ("La
Atalaya" de 1.6.65, pág 335)
Análisis:
Análisis:
En cuanto a la distinción que hacen los TJ
entre una "resurrección para la vida" y otra "resurrección
para el juicio" se apoyan sobre el versículo siguiente de S, Juan:
" Y saldrán los que obraron el bien a resurrección para la vida y
los que hicieron el mal a resurrección para el juicio" (Jn 5;29).
Nuestro Señor opone aquellos que escuchan su palabra a los que la
rechazan (Jn 5;23-24). Anuncia la recompensa de los unos y el castigo de los
otros. Ningún texto habla de una nueva prueba después de la muerte.
Además, Nuestro Señor enseña claramente que, con la muerte, se termina
el estado en el que el hombre puede merecer. Su suerte está
definitivamente fijada por las disposiciones y méritos que posea en aquel
momento. (Mt 25;35,36) Además, en este caso, las advertencias constantes por
las que Nuestro Señor nos exhorta a estar preparados no
tendrían razón de ser: (Lc 12; 20,21) (Mc 13; 35-37) (Mt 24;42-44)
(Mt 25;13) (Lc 12;35-40) Nuestro Señor nos habría engañado insistiendo de
esta manera sobre el hecho de estar siempre preparados, si nuestras
disposiciones a la hora de la muerte no debieran decidir nuestra
eternidad. Por otra parte, es necesario que así sea, puesto que la
recompensa o el castigo seguirán inmediatamente a la muerte: "Hoy
estarás conmigo en el paraíso" (Lc23;43).
Y cuando S. Pablo dice:"Deseo la muerte, para estar con Cristo, lo cual
es mejor para mí" (Flp 1;23), suspira por reunirse con Cristo después
de la muerte. Esta frase no tendría sentido si hubiese de esperar dormido hasta
el fin del mundo, para realizar el deseo de su corazón. Luego creía en la
recompensa inmediata.
En la parábola de Lázaro y el rico Epulón, Nuestro Señor habla de la muerte
de los dos y de la recompensa y del castigo del uno y del
otro como de hechos que siguen inmediatamente, sin intervalo. (Lc
16;22,23).
Finalmente, Jesucristo dijo: "Los hombres no mueren más que una
sola vez y después de esto el juicio" (Heb 9;27).
Asi , pues:
a) Nosotros seremos juzgados definitivamente sobre las acciones de la vida
presente.
b) Al fin de los tiempos, los cuerpos de los justos resucitarán para
gozar de la felicidad en el cielo; los de los malos también resucitarán
pero para ser eternamente castigados.
s/TJ:
Jesús estaba hablando con unos saduceos —que
no creían en la resurrección— cuando afirmó: “El que los muertos son
levantados, hasta Moisés lo expuso, en el relato acerca de la zarza, cuando
llama a Jehová ‘el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob’.
Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos ellos
viven” (Lucas 20:27, 37, 38). Al mencionar estas palabras, Jesús
confirmó que Abrahán, Isaac y Jacob permanecían vivos en la memoria de Dios,
aunque habían muerto hacía mucho tiempo. Al igual que Job, aguardan a que
termine su “trabajo obligatorio”, es decir, el sueño de la muerte (Job 14:14).
Todos ellos serán resucitados en el nuevo mundo de Dios.
¿Y qué sucederá con los miles de millones
que han fallecido a lo largo de la historia? ¿Resucitarán también? (Biblioteca
en línea Watchtower: ¿Quiénes resucitarán?)
La mismísima expresión “primera
resurrección” que se emplea en (Ap 20;6) para los 144.000 ungidos, muestra que
ésta será seguida por otra. La que sigue es la resurrección a la vida en
la Tierra paradisíaca (“Usted puede vivir…” pág 173)
“Solemnemente te encargo delante de Dios y de Cristo Jesús, que está
destinado a juzgar a los vivos y a los muertos…” (2Tim 4;1)
"La Palabra de Dios
declara que los vivos serán juzgados primero y después
los muertos" (2Tim 4;1) ("Liberación", pág 327)
VIVOS que serán juzgados:
Cristianos que vienen de la “Gran Tribulación” y que forman parte,
por tanto, de la “Grande muchedumbre” de justos que se está
recogiendo desde el 31 de mayo de 1935. De esta “Grande Muchedumbre”, unos ya
estarán muertos y otros estarán con vida. Estos últimos, los vivos, se
constituirán en el primer grupo de personas de la Nueva Tierra. Jehová las
protegerá, a través de la “Grande Tribulación” al fin de este sistema
inicuo, para que sigan viviendo y entren en el paraíso terrestre (Ap 7; 9) (Ap
14;17) (Usted puede vivir… pág 164) Habiendo desaparecido
la iniquidad y dominando la tierra el gobierno justo de
Cristo, éstos estarán presentes para dar la bienvenida a los
resucitados ya que habrá un día de
juicio para los muertos. (La Atalaya de 15.6.1965, pág 360)
Todos, vivos y muertos, tendrán
que estar de pie delante del trono de juicio.
¿Por qué? Porque ninguno de ellos es perfecto
todavía. La "grande muchedumbre" ha estado
siguiendo los principios de Jehová a fin de rehacer su mente
y personalidad. Los resucitados no experimentarán una resurrección
del cuerpo humano anterior, porque Dios da a los resucitados
a la Tierra un cuerpo carnal que esté en armonía con su propósito,
pero es la personalidad lo que se resucita, el alma... uno
mismo. Ahora bien, sabemos que las personalidades que tenemos son
imperfectas, porque hemos heredado la muerte de nuestro primer padre humano, el
pecaminoso Adán, de modo que todos hemos nacido pecaminosos (Rm 5;12). Aun los
de la "grande muchedumbre", sino recibieran ayuda y no fueran
librados de esta condenación a la muerte, todos morirían con el tiempo y
necesitarían ser enterrados. Desde este punto de vista, los que están
delante del trono todavía estarán en la muerte o bajo el
dominio de la muerte heredada de Adán pecaminoso, y
necesitarán ser sacados de esta condición.
¿Cómo se librarán de esta condición
mortífera? Mediante el trabajo sacerdotal del gran Rey, Jesucristo. y de los
144.000 subsacerdotes. (Sl 110;1-4) (Hb 5;5-10) (Hb 6;20 a 7;17) (Ap 20;6) (Lv
16;15) (Hb 13;11-12) (La Atalaya 15.1.1968, pág 43)
Análisis:
¿Y
los “injustos” que vivan durante la “Gran Tribulación? ¿Qué
será de ellos? Deberían también poseer la Tierra junto con los justos, a pesar
de su ignorancia supina sobre la Palabra de Dios, a la espera de que se les
adoctrine debidamente. Esto sería lo coherente dentro de la pura doctrina de
los TJ. Pero me temo que no sea esta su postura ya que del cap. 19 de
"Usted puede vivir..." se deduce que no, que los injustos o malos no
serán mantenidos con vida para pasar al Nuevo Mundo, complicando con ello la
doctrina escatológica de los TJ.
En efecto, en la pág 155 del libro citado
se puede leer: "Hoy, para muchas personas no hay nada malo en cosas
como la fornicación, el emborracharse, el mentir o engañar. Pero Dios señala
que estas cosas son malas. Por eso, en Armagedón él no salvará a los que continúan
haciéndolas (1Cor 6;9,10) (Rev 21;8)" Y no especifican si conocen o no la
doctrina de Jesucristo sobre estos temas, por lo que parece que los denominados
injustos por los TJ no estarán presentes al final del Armagedón. De hecho, se
puede seguir leyendo: "Después del Armagedón no quedará parte alguna de
este mundo inicuo. Solo continuarán vivas las personas que sirvan a Dios".
¿Sirven a Dios los injustos según la clasificación que efectúan los TJ, o sea,
las personas que hacen el mal sin saber que lo están cometiendo?
s/TJ:
Muertos que resucitarán y serán juzgados: Todos los que están en las tumbas
conmemorativas.
Cuando Jesús habló acerca de que se le había concedido poder dador de
vida y acerca de haber sido autorizado para hacer juicio, sin duda esto hizo
que los judíos que querían matarlo se maravillaran. Pero si se maravillaron de
tales cosas, entonces todavía había algo más maravilloso que había de
acontecer. No habían oído la culminación del asunto. Por eso, Jesús prosiguió y
dijo: “No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que
están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron
cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una
resurrección de juicio… “ (Jn 5;28-29)(NM). Observe que Jesús aquí
dijo que “todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y
saldrán” en obediencia a él, el Juez que tiene poder dador de vida. Esto
requiere que haya una resurrección de todos ellos, es decir, de todos los
muertos, buenos y malos, a quienes se retenga en memoria para ser resucitados.
Sin embargo, esto no significa que todos ellos son resucitados… Cuando Jesús
dijo que todos los muertos que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz
judicial y saldrán, se quiso decir que habrá una resurrección grande, general,
omnímoda. Sin embargo, él indica que los resultados para la gente que participe
de esta resurrección comprensiva serán diferentes. (La Atalaya
1.6.1965, pág 335)
Note la expresión “tumbas conmemorativas”, que se usa solamente en
la Traducción del Nuevo Mundo. Nos recuerda la importancia de estar en la
memoria de Dios cuando acontezca la resurrección. ¿Por qué no se usó allí lo
usual, “sepulcros”? Porque Jesús no empleó el plural de la palabra griega tá·fos,
que significa “sepulcro” o “lugar de entierro”. En
realidad, no todos los muertos han sido enterrados en sepulcros literales o
tá·foi. Sin embargo, los muertos a quienes Dios traerá de nuevo a la vida en la
resurrección están en Su memoria. Esto lo indica el hecho de que Jesús usó el
plural de mne·méi·on, término que está estrechamente relacionado
con palabras griegas que significan básicamente “recordar”. (Mateo 16:9; Marcos
8:18.) El Greek-English Lexicon de H. G. Liddell y R. Scott traduce mne·méi·on como
“memorial, recuerdo, registro de una persona o cosa, [...] tumba, [...]
generalmente, monumento”. Por eso la Traducción del Nuevo Mundo
distingue entre las palabras tá·fos y mne·méi·on.
Análisis:
Para los TJ a quienes se
retiene en memoria son, únicamente, los que ellos quieren que sean, y no
los que se deduce de la S.E., a saber, todos.
La palabra que emplea Jesús es, como dice
La Atalaya “mnëmeion”. Pero es que ésta es la palabra que normalmente se emplea
en el NT para sepulcro. Concretamente en 47 ocasiones, (una de ellas es Jn 5;28
mencionado por La Atalaya) y en todos los casos, en general, su traducción al
castellano es “sepulcro”. Es verdad que la palabra griega tiene que ver
con memoria, pero es que en todos los sepulcros se guarda la memoria de quienes
están enterrados en ellos. Por lo tanto Jn 5;28 no es ninguna excepción,
ni quiere marcar ninguna diferencia con las demás ocasiones en que se emplea la
misma palabra.
Lo que ocurre, es que los TJ enseñan –sin
apoyo bíblico- que sólo resucitarán una parte de las personas que han muerto, y
claro, de alguna manera han de poderlos diferenciar de los demás. Estos que
resucitarán, son –siempre según los TJ- los que están en la memoria de Dios, y
estos son los que se consideran que están en las “tumbas conmemorativas”. Pero
los TJ no se refieren a que estos difuntos en cuestión estén en algún lugar
concreto, ni tiene nada que ver que hayan sido enterrados bajo tierra,
calcificados, en monumentos, en mausoleos, en nichos corrientes y vulgares,
incinerados, ahogados en el mar, desintegrados, etc, etc., se refieren a que
están en la memoria de Dios y encontrarse en esta situación es estar en “tumbas
conmemorativas”. Y a todo ello, aunque parezca increíble, se refiere Juan
cuando dice en 5;28: “porque viene la hora en que todos los que están en los
sepulcros oirán su voz y saldrán”
“Mnëmeion” o derivada aparece en el NT en
47 lugares y “taphos” sólo en 7 lugares (4 se refieren al sepulcro de Jesús, 1
al de los profetas y 2 a nadie en concreto). La traducción al español en todos
los casos es “sepulcro”. Sólo los TJ traducen mnëmeion por “tumba
conmemorativa” y “taphos” por sepulcro. Es curioso que los TJ en las cinco
ocasiones que taphos se refiere 4 al sepulcro de Jesucristo y 1 al de los
profetas, lo traducen igualmente por sepulcro y no por tumba conmemorativa. O
sea, que el sepulcro de Jesucristo unas veces es simplemente “sepulcro” y otras
es “tumba conmemorativa” (¿?)
En los pasajes: (Mt 8;28) (Mt 27; 51-53) y
(Mc 5;1-3), los TJ traducen “mnémeion” por “tumba conmemorativa” en
coherencia con los otros pasajes que también aparece la misma palabra. Pero los
TJ se encuentran que en estos tres casos las tumbas a que se refiere el texto
no pueden ser lógicamente “tumbas conmemorativas”, según la
definición que de tales tumbas hacen los TJ, ya que según el texto, de tales
tumbas salen unos endemoniados. Los TJ, especialistas en correcciones bíblicas,
ni cortos ni perezosos cambian el texto de los versículos correspondientes para
que la Biblia diga lo que los TJ quieren que diga:
Así, en (Mt 8;28), se puede leer según la
versión de Nacar Colunga que se corresponde con la versión literal griega:
Llegado a la otra orilla. A la región de los gadarenos, le vinieron al
encuentro, saliendo de los sepulcros, dos endemoniados, tan furiosos, que nadie
podía pasar por aquel camino”
La traducción del Nuevo Mundo, dice: “Cuando
llegó al otro lado, al país de los gadarenos, lo encontraron dos hombres
poseídos de demonios, que salían de entre las tumbas conmemorativas, feroces en
extremo, de modo que nadie tenía ánimo para pasar por este camino”. Se
cambia “saliendo de los sepulcros” por “que salían de
entre las tumbas conmemorativas” y asunto arreglado. Idéntica
modificación se efectúa en (Mt 27; 51-53) y (Mc 5;1-3).
s/TJ:
El último libro de la Biblia, por medio de
símbolos adecuados, nos da un cuadro de la resurrección terrestre... Esta
visión que inspira esperanza nos capacita a determinar quienes
participarán en la resurrección terrestre.
La visión, como la ve el apóstol cristiano
Juan, se describe en (Ap 20;11-15) con estas palabras: "Y vi un gran trono
blanco y al que estaba sentado en él. De delante de él huyeron la tierra y
el cielo, y no se halló lugar para ellos. Y ví a los muertos, los grandes
y los pequeños, de pie delante del trono, y se abrieron rollos. Pero se abrió
otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo
con las cosas escritas en los rollos según sus hechos. Y el mar entregó los
muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que
había en ellos, y fueron juzgados individualmente según sus hechos. Y la muerte
y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda:
el lago de fuego. Además, cualquiera que no se halló escrito en el libro
de la vida fue arrojado al lago de fuego" (Ap 20;11-15) (Ap 21;8)
("La Atalaya" de 15.6.65, pág 360)
Observe... que el escritor, el apóstol
cristiano Juan, no dice que los resucitados son buenos o malos. No dice: 'Vi a
los muertos, los buenos y los malos', sino dice: "Vi a los muertos, los
grandes y los pequeños". En otras palabras, gente de toda posición social.
Pero sean grandes o pequeños, todos fueron incluídos en un juicio delante del
trono del Juez de toda la creación, el Dios Altísimo y Todopoderoso."Los
grandes y los pequeños"... todos están de pie delante del trono, en un
solo lugar, en la Tierra. Algunos eran famosos durante su vida en la Tierra
(los grandes), otros han sido insignificantes (los pequeños), pero
no habrá parcialidad en el juicio ("La Atalaya" de 1.7.65, pág 393)
Análisis:
¿Pero no nos han dicho
los TJ que "Juan no dice que los
resucitados son buenos y malos", sino
"grandes y pequeños"?, ¿Dónde, pues, están los malos que
según nos han indicado los mismos TJ en (La Atalaya de 1.6.1965, pág
335) vemos que también resucitan y que forzosamente deben
encontrarse ante el trono blanco de Dios que va a
juzgarlos?. Es lógico que entre los "grandes" habrá
buenos y malos, y entre los "pequeños"
también habrá buenos y malos.
Es curioso que los TJ, al exponer en ("La
Atalaya" de 15.6.65, pág 360), el pasaje general para
afrontar la consideración del tema de la resurrección, transcriben todo
el pasaje de (Ap 20;11-15). En cambio, en ("La Atalaya"
de 1.7.65, pág 393), en la que van a precisar “los muertos que recibirán
resurrección”, indican la misma referencia (Ap 20;11-15),
pero al transcribir el pasaje "se olvidan" el último versículo,
precisamente el que dice: "... Además, cualquiera que no se halló
escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego" (Ap
20;15) (Ap 21;27) (Ap 13;8). Este versículo nos está diciendo claramente
que entre los resucitados hay quienes no están escritos en el "Libro de la
vida" y que por eso son arrojados al lago de fuego, ¿y quienes son esos
sino los inicuos, los malos?. Por lo tanto, si Juan no dice textualmente que
'Vi a los muertos, los buenos y los malos', lo que sí queda claro es que
entre los que el ve, 'grandes y pequeños', hay buenos y malos. Ya hemos visto
que los TJ, en la pág 335 de (La Atalaya de 1.6.1965) nos lo aseguraban…
s/TJ:
No todas las personas que mueren han muerto
en la tierra seca y han sido enterradas en un sepulcro en el seno de la tierra
(Gn 1;9,10) Cantidades innumerables han muerto en el mar en naufragios,
tormentas y batallas y han sido enterradas en el mar o sus cuerpos jamás han
sido recobrados para darle un entierro en tierra seca (1Re 22;48,49)(2Cro
20;36,37) (Sl 48;7) (Dn 11;40) Por lo tanto, al describir el día de la
resurrección de la humanidad (Ap 20;13) dice que no sólo “la muerte y el Hades
entregaron los muertos que había en ellos” sino que también “el mar entregó los
muertos que había en él”. Podemos darnos cuenta de que este vérsiculo, (Ap
20;13), es una declaración más inclusiva de la resurrección que la de Jesús
cuando dijo: “Todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y
saldrán… a una resurrección” (Jn 5;28,29) (La Atalaya 15.6.1965, pág 360)
Se incluyen a todos los que están en el
Hades, que es el sepulcro común de la humanidad muerta en la
tierra, así como los que quizás hayan muerto en el mar y por eso no hayan
sido enterrados en la Tierra y cuyos cuerpos posiblemente hayan sido devorados
por los peces del mar. Todos estos muertos son recordados, como si estuviesen
en tumbas conmemorativas de las cuales saldrán cuando Cristo los
llame (Jn 5;22-29)
Ahora hay millares de millones de
muertos que aguardan la "resurrección en el último día" , de la cual
habló Marta (Jn 11;24)
Se trata de la
resurrección terrestre. Es la denominada por la Biblia
"Segunda resurrección". Esta será en tres
etapas que proseguirán durante bastante tiempo dentro del
transcurso de los mil años que, como luego veremos, dura el
"Día del juicio", para que todo pase en orden
y sin confusión.
Es verdad que Jesús dijo que "viene la
hora" en que todo esto acontecerá.
Ciertamente, sin embargo, la palabra "hora" aquí no significa
sólo sesenta minutos, ni 3.600 segundos exactos...Recuerde que el apóstol
Pablo indica que habrá orden y categoría en la resurrección de
los muertos (1Cor 15;23). Por eso, no debemos concluir
que a los muertos terrestres se les levanta del Hades y del mar al
mismo tiempo o que se les levanta a todos en un mismo día de
veinticuatro horas. No hay necesidad de tal procedimiento apresurado de juicio.
En vista de que tantos humanos han muerto, decenas de miles de millones
de ellos, ¿cómo podría juzgárseles a todos apropiadamente
en un día de veinticuatro horas, aun haciéndolo los 144.000
jueces asociados junto con su Juez superior, Jesucristo? Puesto que los
144.000 jueces asociados viven y reinan con Cristo por mil años, el día del
juicio de los muertos humanos durará mil años.
Esto permitirá suficiente tiempo para que
cada resucitado sea sometido a prueba y para determinar si su nombre debe ser
escrito en el rollo de la vida o no. ¿No dice (2Pe 3;8)
"No vayan a dejar que este hecho en particular se les
escape, amados, que un día es para con Jehová como mil años y mil años
como un día"? Sí, por eso raciocinemos bíblicamente.
("La Atalaya" de 1.6.1965, pág 337).
Análisis:
La muerte fija
definitivamente la suerte eterna de todos los
hombres. Nuestro Señor nunca habló de una segunda posibilidad, que se
daría a algunos hombres, en los mil años futuros después de
su segunda venida. Esta cifra de mil años, sacada del
Apocalipsis, es una cifra simbólica. Designa únicamente
un largo período que debe abarcar desde la
vida terrena de Nuestro Señor hasta su venida
triunfal como juez del mundo.