domingo, 8 de junio de 2014

DÍA DEL JUICIO DE MIL AÑOS. SE JUZGARÁ A VIVOS Y MUERTOS.

s/TJ: 

Hace más de tres mil quinientos años ocurrió algo insólito. Cuando Moisés apacentaba las ovejas del patriarca Jetró, cerca del monte Horeb, el ángel de Jehová se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente.

“Mientras él seguía mirando, pues, he aquí que la zarza ardía con el fuego y, no obstante, la zarza no se consumía”, cuenta el relato de Éxodo. Entonces, una voz procedente del arbusto lo llamó. “Yo soy el Dios de tu padre —declaró la voz—, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.” (Éx 3:1-6.) En el siglo primero de nuestra era, el propio Hijo de Dios aludió a esta declaración.


El Creador del hombre no olvida parte alguna de la vida de miles de millones de humanos que han vivido. (Salmo 139:16; 147:4; Mateo 10:30.) A Su debido tiempo recordará a los que están en las “tumbas conmemorativas” y les dará vida de nuevo en una Tierra limpiada. ¡Cuánto nos anima y consuela saber que la memoria perfecta de Dios no puede fallar! (Revelación 20:11-13.) ("La Atalaya" de 1.6.65, pág 335)

Análisis:

En cuanto a la distinción que hacen los TJ entre una "resurrección para la vida" y otra "resurrección para el juicio" se apoyan sobre el versículo siguiente de S, Juan: " Y saldrán los que obraron el bien a resurrección para la vida y los que hicieron el mal a resurrección para el juicio" (Jn 5;29). Nuestro Señor  opone aquellos que escuchan su palabra a los que la rechazan (Jn 5;23-24). Anuncia la recompensa de los unos y el castigo de los otros. Ningún texto habla de una nueva prueba después de la muerte. 


Además, Nuestro Señor enseña claramente que, con la  muerte, se termina el  estado en el que el hombre puede merecer. Su suerte está definitivamente fijada por las disposiciones y méritos que posea en aquel momento. (Mt 25;35,36) Además, en este caso, las advertencias constantes por las que  Nuestro Señor nos  exhorta a estar preparados no  tendrían razón de ser: (Lc 12; 20,21) (Mc 13; 35-37)  (Mt 24;42-44)  (Mt 25;13) (Lc 12;35-40) Nuestro  Señor nos habría engañado insistiendo de esta manera sobre el hecho de estar siempre preparados, si nuestras disposiciones a la hora de la muerte no debieran decidir nuestra eternidad.  Por otra parte, es necesario que así sea, puesto que la recompensa o el castigo seguirán  inmediatamente a la muerte: "Hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lc23;43). 


Y cuando S. Pablo dice:"Deseo la muerte, para estar con Cristo, lo cual es mejor para mí" (Flp 1;23), suspira por reunirse con Cristo después de la muerte. Esta frase no tendría sentido si hubiese de esperar dormido hasta el fin del mundo, para realizar el deseo de su corazón. Luego creía en la recompensa inmediata.


En la parábola de Lázaro y  el rico Epulón, Nuestro Señor habla de la muerte de  los dos y de  la recompensa y del castigo  del uno y del otro como de hechos  que siguen inmediatamente, sin intervalo. (Lc 16;22,23).

Finalmente, Jesucristo dijo: "Los hombres no mueren  más que una sola vez y después de esto el juicio" (Heb 9;27).
Asi , pues:


a) Nosotros seremos juzgados definitivamente sobre las acciones de la vida presente.

b)  Al fin de los tiempos, los cuerpos de los justos resucitarán para gozar de la felicidad en el cielo; los de los malos también  resucitarán pero para ser eternamente castigados.

s/TJ:

Jesús estaba hablando con unos saduceos —que no creían en la resurrección— cuando afirmó: “El que los muertos son levantados, hasta Moisés lo expuso, en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová ‘el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob’. Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos ellos viven” (Lucas 20:27, 37, 38). Al mencionar estas palabras, Jesús confirmó que Abrahán, Isaac y Jacob permanecían vivos en la memoria de Dios, aunque habían muerto hacía mucho tiempo. Al igual que Job, aguardan a que termine su “trabajo obligatorio”, es decir, el sueño de la muerte (Job 14:14). Todos ellos serán resucitados en el nuevo mundo de Dios.

¿Y qué sucederá con los miles de millones que han fallecido a lo largo de la historia? ¿Resucitarán también? (Biblioteca en línea Watchtower: ¿Quiénes resucitarán?)

La mismísima expresión  “primera resurrección” que se emplea en (Ap 20;6) para los 144.000 ungidos, muestra que ésta será seguida por otra. La que sigue es la resurrección a la vida  en la Tierra paradisíaca (“Usted puede vivir…” pág 173)

“Solemnemente te encargo delante de Dios y de Cristo Jesús, que está destinado a juzgar a los vivos y a los  muertos…” (2Tim 4;1)

"La  Palabra de  Dios declara  que los  vivos serán  juzgados primero  y después los muertos" (2Tim 4;1) ("Liberación", pág 327)

VIVOS que serán juzgados:

Cristianos que vienen de la “Gran Tribulación” y que forman parte, por tanto, de la “Grande muchedumbre” de justos que se está recogiendo desde el 31 de mayo de 1935. De esta “Grande Muchedumbre”, unos ya estarán muertos y otros estarán con vida. Estos últimos, los vivos, se constituirán en el primer grupo de personas de la Nueva Tierra. Jehová las protegerá, a través de la “Grande Tribulación” al fin de este sistema inicuo, para que sigan viviendo y entren en el paraíso terrestre (Ap 7; 9) (Ap 14;17) (Usted puede vivir… pág 164) Habiendo  desaparecido la  iniquidad y  dominando la tierra el gobierno justo de Cristo,  éstos estarán presentes para dar la bienvenida a  los resucitados  ya que  habrá un día  de juicio  para los muertos. (La Atalaya de 15.6.1965, pág 360)

Todos, vivos y muertos,  tendrán que  estar de  pie delante  del trono  de juicio. ¿Por  qué?  Porque  ninguno de  ellos es  perfecto todavía.   La "grande muchedumbre" ha estado siguiendo los principios  de Jehová  a fin  de rehacer su mente y personalidad. Los resucitados no experimentarán una resurrección  del  cuerpo humano anterior, porque  Dios  da a los resucitados a la Tierra un cuerpo carnal que esté  en armonía  con su propósito, pero  es la personalidad lo  que se resucita, el  alma... uno mismo. Ahora bien, sabemos que las  personalidades que tenemos son imperfectas, porque hemos heredado la muerte de nuestro primer padre humano, el pecaminoso Adán, de modo que todos hemos nacido pecaminosos (Rm 5;12). Aun los de la "grande muchedumbre", sino recibieran ayuda y no fueran librados de esta condenación a la muerte, todos morirían con el tiempo y necesitarían ser enterrados. Desde este punto  de vista, los que están delante del trono  todavía estarán en  la muerte o  bajo el dominio de  la muerte heredada  de Adán pecaminoso, y necesitarán  ser  sacados de  esta  condición. 

¿Cómo se librarán de esta condición mortífera? Mediante el trabajo sacerdotal del gran Rey, Jesucristo. y de los 144.000 subsacerdotes. (Sl 110;1-4) (Hb 5;5-10) (Hb 6;20 a 7;17) (Ap 20;6) (Lv 16;15) (Hb 13;11-12) (La Atalaya 15.1.1968, pág 43)

Análisis:

¿Y los “injustos” que vivan durante la “Gran Tribulación? ¿Qué será de ellos? Deberían también poseer la Tierra junto con los justos, a pesar de su ignorancia supina sobre la Palabra de Dios, a la espera de que se les adoctrine debidamente. Esto sería lo coherente dentro de la pura doctrina de los TJ. Pero me temo que no sea esta su postura ya que del cap. 19 de "Usted puede vivir..." se deduce que no, que los injustos o malos no serán mantenidos con vida para pasar al Nuevo Mundo, complicando con ello la doctrina escatológica de los TJ. 

En efecto, en la pág 155 del libro citado se puede leer: "Hoy, para muchas personas  no hay nada malo en cosas como la fornicación, el emborracharse, el mentir o engañar. Pero Dios señala que estas cosas son malas. Por eso, en Armagedón él no salvará a los que continúan haciéndolas (1Cor 6;9,10) (Rev 21;8)" Y no especifican si conocen o no la doctrina de Jesucristo sobre estos temas, por lo que parece que los denominados injustos por los TJ no estarán presentes al final del Armagedón. De hecho, se puede seguir leyendo: "Después del Armagedón no quedará parte alguna de este mundo inicuo. Solo continuarán vivas las personas que sirvan a Dios". ¿Sirven a Dios los injustos según la clasificación que efectúan los TJ, o sea, las personas que hacen el mal sin saber que lo están cometiendo?

s/TJ:

Muertos que resucitarán y serán juzgados: Todos los que están en las tumbas conmemorativas.

Cuando Jesús habló acerca de que se le había concedido  poder dador de vida y acerca de haber sido autorizado para hacer juicio, sin duda esto hizo que los judíos que querían matarlo se maravillaran. Pero si se maravillaron de tales cosas, entonces todavía había algo más maravilloso que había de acontecer. No habían oído la culminación del asunto. Por eso, Jesús prosiguió y dijo: “No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio… “ (Jn 5;28-29)(NM). Observe que Jesús aquí dijo que “todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán” en obediencia a él, el Juez que tiene poder dador de vida. Esto requiere que haya una resurrección de todos ellos, es decir, de todos los muertos, buenos y malos, a quienes se retenga en memoria para ser resucitados. Sin embargo, esto no significa que todos ellos son resucitados… Cuando Jesús dijo que todos los muertos que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz judicial y saldrán, se quiso decir que habrá una resurrección grande, general, omnímoda. Sin embargo, él indica que los resultados para la gente que participe de esta resurrección comprensiva serán diferentes. (La Atalaya 1.6.1965, pág 335)

Note la expresión “tumbas conmemorativas”, que se usa solamente en la Traducción del Nuevo Mundo. Nos recuerda la importancia de estar en la memoria de Dios cuando acontezca la resurrección. ¿Por qué no se usó allí lo usual, “sepulcros”? Porque Jesús no empleó el plural de la palabra griega tá·fos, que significa “sepulcro” o “lugar de entierro”. En realidad, no todos los muertos han sido enterrados en sepulcros literales o tá·foi. Sin embargo, los muertos a quienes Dios traerá de nuevo a la vida en la resurrección están en Su memoria. Esto lo indica el hecho de que Jesús usó el plural de mne·méi·on, término que está estrechamente relacionado con palabras griegas que significan básicamente “recordar”. (Mateo 16:9; Marcos 8:18.) El Greek-English Lexicon de H. G. Liddell y R. Scott traduce mne·méi·on como “memorial, recuerdo, registro de una persona o cosa, [...] tumba, [...] generalmente, monumento”. Por eso la Traducción del Nuevo Mundo distingue entre las palabras tá·fos y mne·méi·on. 

Análisis: 

Para  los TJ a quienes  se retiene en memoria son, únicamente, los que ellos  quieren que sean, y no los que se deduce de la S.E., a saber, todos.

La palabra que emplea Jesús es, como dice La Atalaya “mnëmeion”. Pero es que ésta es la palabra que normalmente se emplea en el NT para sepulcro. Concretamente en 47 ocasiones, (una de ellas es Jn 5;28 mencionado por La Atalaya) y en todos los casos, en general, su traducción al castellano es “sepulcro”. Es verdad que la palabra griega tiene que ver con memoria, pero es que en todos los sepulcros se guarda la memoria de quienes están enterrados en ellos.  Por lo tanto Jn 5;28 no es ninguna excepción, ni quiere marcar ninguna diferencia con las demás ocasiones en que se emplea la misma palabra.

Lo que ocurre, es que los TJ enseñan –sin apoyo bíblico- que sólo resucitarán una parte de las personas que han muerto, y claro, de alguna manera han de poderlos diferenciar de los demás. Estos que resucitarán, son –siempre según los TJ- los que están en la memoria de Dios, y estos son los que se consideran que están en las “tumbas conmemorativas”. Pero los TJ no se refieren a que estos difuntos en cuestión estén en algún lugar concreto, ni tiene nada que ver que hayan sido enterrados bajo tierra, calcificados, en monumentos, en mausoleos, en nichos corrientes y vulgares, incinerados, ahogados en el mar, desintegrados, etc, etc., se refieren a que están en la memoria de Dios y encontrarse en esta situación es estar en “tumbas conmemorativas”. Y a todo ello, aunque parezca increíble, se refiere Juan cuando dice en 5;28: “porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz y saldrán”

“Mnëmeion” o derivada aparece en el NT en 47 lugares y “taphos” sólo en 7 lugares (4 se refieren al sepulcro de Jesús, 1 al de los profetas y 2 a nadie en concreto). La traducción al español en todos los casos es “sepulcro”. Sólo los TJ traducen mnëmeion por “tumba conmemorativa” y “taphos” por sepulcro. Es curioso que los TJ en las cinco ocasiones que taphos se refiere 4 al sepulcro de Jesucristo y 1 al de los profetas, lo traducen igualmente por sepulcro y no por tumba conmemorativa. O sea, que el sepulcro de Jesucristo unas veces es simplemente “sepulcro” y otras es “tumba conmemorativa” (¿?)

En los pasajes: (Mt 8;28) (Mt 27; 51-53) y (Mc 5;1-3), los TJ traducen “mnémeion”  por “tumba conmemorativa”  en coherencia con los otros pasajes que también aparece la misma palabra. Pero los TJ se encuentran que en estos tres casos las tumbas a que se refiere el texto no pueden ser lógicamente  “tumbas conmemorativas”,  según la definición que de tales tumbas hacen los TJ, ya que según el texto, de tales tumbas salen unos endemoniados. Los TJ, especialistas en correcciones bíblicas, ni cortos ni perezosos cambian el texto de los versículos correspondientes para que la Biblia diga lo que los TJ quieren que diga:

Así, en (Mt 8;28), se puede leer según la versión de Nacar Colunga que se corresponde con la versión literal griega: Llegado a la otra orilla. A la región de los gadarenos, le vinieron al encuentro, saliendo de los sepulcros, dos endemoniados, tan furiosos, que nadie podía pasar por aquel camino”

La traducción del Nuevo Mundo, dice: “Cuando llegó al otro lado, al país de los gadarenos, lo encontraron dos hombres poseídos de demonios, que salían de entre las tumbas conmemorativas, feroces en extremo, de modo que nadie tenía ánimo para pasar por este camino”. Se cambia “saliendo de los sepulcros” por “que salían de entre las tumbas conmemorativas” y asunto arregladoIdéntica modificación se efectúa en (Mt 27; 51-53) y (Mc 5;1-3).
       
s/TJ: 

El último libro de la Biblia, por medio de símbolos adecuados, nos da un cuadro de la  resurrección terrestre... Esta visión que inspira esperanza nos capacita a determinar quienes   participarán en la resurrección terrestre.

La visión, como la ve el apóstol cristiano Juan, se describe en (Ap 20;11-15) con estas palabras: "Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. De delante de él huyeron la tierra y el  cielo, y no se halló lugar para ellos. Y ví a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono, y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos. Y el mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados individualmente según sus hechos. Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego. Además, cualquiera que no se  halló escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego" (Ap 20;11-15) (Ap 21;8) ("La Atalaya" de 15.6.65, pág 360)

Observe... que el escritor, el apóstol cristiano Juan, no dice que los resucitados son buenos o malos. No dice: 'Vi a los muertos, los buenos y los malos', sino dice: "Vi a los muertos, los grandes y los pequeños". En otras palabras, gente de toda posición social. Pero sean grandes o pequeños, todos fueron incluídos en un juicio delante del trono del Juez de toda la creación, el Dios Altísimo y Todopoderoso."Los grandes y los pequeños"... todos están de pie delante del trono, en un solo lugar, en la Tierra. Algunos eran famosos durante su vida en la Tierra (los grandes), otros han  sido insignificantes (los pequeños),  pero no habrá parcialidad en el juicio ("La Atalaya" de 1.7.65, pág 393)

Análisis:

¿Pero  no  nos  han  dicho  los  TJ que  "Juan  no  dice  que  los resucitados  son  buenos y  malos",  sino  "grandes y  pequeños"?, ¿Dónde, pues, están los malos  que según nos han indicado los mismos TJ en (La Atalaya de 1.6.1965, pág 335) vemos que también resucitan y que forzosamente  deben encontrarse ante  el trono blanco  de Dios que  va a  juzgarlos?.  Es  lógico que  entre los  "grandes" habrá buenos  y malos,  y entre  los "pequeños"  también habrá  buenos y malos.

Es curioso que los TJ, al exponer en ("La Atalaya" de 15.6.65, pág 360), el pasaje  general para  afrontar la consideración del tema de la resurrección, transcriben todo el  pasaje de (Ap 20;11-15). En cambio, en ("La Atalaya" de 1.7.65, pág 393), en la que van a precisar “los muertos que recibirán resurrección”, indican la misma referencia  (Ap  20;11-15),  pero  al transcribir el pasaje "se olvidan" el último versículo, precisamente el que dice: "... Además, cualquiera que no se halló escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego" (Ap 20;15) (Ap 21;27) (Ap 13;8). Este versículo nos está diciendo claramente  que entre los resucitados hay quienes no están escritos en el "Libro de la vida" y que por eso son arrojados al lago de fuego, ¿y quienes son esos sino los inicuos, los malos?. Por lo tanto, si Juan no dice textualmente que 'Vi a los muertos, los buenos y los malos', lo que sí queda claro es  que entre los que el ve, 'grandes y pequeños', hay buenos y malos. Ya hemos visto que los TJ, en la pág 335 de (La Atalaya de 1.6.1965) nos lo aseguraban…

s/TJ: 

No todas las personas que mueren han muerto en la tierra seca y han sido enterradas en un sepulcro en el seno de la tierra (Gn 1;9,10) Cantidades innumerables han muerto en el mar en naufragios, tormentas y batallas y han sido enterradas en el mar o sus cuerpos jamás han sido recobrados para darle un entierro en tierra seca (1Re 22;48,49)(2Cro 20;36,37) (Sl 48;7) (Dn 11;40) Por lo tanto, al describir el día de la resurrección de la humanidad (Ap 20;13) dice que no sólo “la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos” sino que también “el mar entregó los muertos que había en él”. Podemos darnos cuenta de que este vérsiculo, (Ap 20;13), es una declaración más inclusiva de la resurrección que la de Jesús cuando dijo: “Todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán… a una resurrección” (Jn 5;28,29) (La Atalaya 15.6.1965, pág 360)

Se incluyen a todos los que están en el Hades, que es el sepulcro común de  la humanidad  muerta en  la tierra,  así como los que quizás hayan muerto en el mar y por eso no hayan sido enterrados en la Tierra y cuyos cuerpos posiblemente hayan sido devorados por los peces del mar. Todos estos muertos son recordados, como si estuviesen en tumbas conmemorativas de las cuales  saldrán cuando Cristo los  llame  (Jn 5;22-29)

Ahora hay millares de millones  de muertos que aguardan la "resurrección en el último día" , de la cual habló Marta (Jn 11;24)

Se  trata  de   la  resurrección  terrestre.   Es  la denominada por la Biblia "Segunda resurrección". Esta será  en  tres  etapas  que proseguirán durante  bastante tiempo dentro del  transcurso de los mil años que,  como luego veremos, dura el "Día  del juicio", para  que todo  pase en orden  y sin confusión.

Es verdad que Jesús dijo que "viene la hora"  en  que  todo  esto acontecerá.   Ciertamente, sin  embargo, la palabra "hora" aquí no significa sólo sesenta minutos, ni 3.600 segundos exactos...Recuerde que el apóstol Pablo  indica que habrá orden y categoría  en la resurrección de los  muertos (1Cor 15;23).   Por eso, no  debemos concluir que  a los muertos terrestres se les levanta del Hades  y del mar al mismo tiempo o que se les  levanta a todos en  un mismo día de veinticuatro horas. No hay necesidad de tal procedimiento apresurado de juicio. En vista de que tantos  humanos han muerto, decenas de miles de millones de ellos, ¿cómo  podría  juzgárseles a  todos apropiadamente en  un día de veinticuatro horas, aun haciéndolo  los 144.000 jueces  asociados junto con su Juez superior, Jesucristo? Puesto que los 144.000 jueces asociados viven y reinan con Cristo por mil años, el día del juicio de los muertos humanos durará mil años.

Esto permitirá suficiente tiempo para que cada resucitado sea sometido a prueba y para determinar si su nombre debe ser escrito en el rollo de la vida o  no.  ¿No  dice (2Pe  3;8) "No vayan  a dejar  que este  hecho en particular se les escape, amados, que un día es para con Jehová como mil años y  mil años como un  día"?  Sí, por eso  raciocinemos bíblicamente. ("La Atalaya" de 1.6.1965, pág 337).

Análisis:

La  muerte fija  definitivamente  la suerte  eterna  de todos  los hombres. Nuestro Señor nunca habló de una segunda posibilidad, que se daría a algunos hombres,  en los mil años futuros después  de su segunda venida.  Esta cifra de mil  años, sacada del Apocalipsis,  es una cifra  simbólica. Designa únicamente un  largo período  que debe abarcar desde  la vida  terrena de Nuestro  Señor hasta  su venida triunfal como juez del mundo.