martes, 18 de febrero de 2014

ORIGEN DE LA TRADUCCIÓN DE LOS TJ DE PARUSÍA POR PRESENCIA INVISIBLE

s/TJ:
"( ... ) Uno de los estudios de la Biblia de efecto más esparcido fue el que empezó Guillermo Miller en 1816. El predijo la vuelta de Cristo Jesús visiblemente y en cuerpo carnal en 1843 o 1844 (...).  
"¿Era Miller el único en ese tiempo que esperaba la vuelta de Cristo?. "No. El teólogo luterano alemán Bengel fijó la fecha de 1936, entre tanto que los invirguitas de Inglaterra esperaron primeramente el 1835, y luego el 1838, el 1864 y por fin el 1866, y entonces se dieron por vencidos. Ya para este tiempo se habían formado varios grupos adventistas debido al movimiento que comenzó Miller. Otros, como el grupo de Elliott y Cumming, esperaban el 1866. Brewer y Decker predijeron el 1867 y Seiss favoreció el 1870. Hubo un grupo menonita en Rusia que fija la fecha de 1889"   ('Los Testigos de Jehová en el propósito divino', pág 13,14)  
Análisis:
Entre  estos grupos de distintos países, los cuales fijaron diferentes fechas para el regreso glorioso de Cristo en el momento del fin del mundo (para aquella época), los TJ, (como acabamos de ver,) dicen que, entre los que estudiaron este tema, uno de los que tuvieron más resonancia fue Guillermo Miller. En efecto, leemos lo siguiente en la historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día:  
"(...) En 1839 y 1840, hombres de influencia y capacidad, como escritores y predicadores, empezaron a aceptar las enseñanzas y unirse con Miller y su abnegada obra de evangelismo.  
"Desde 1840 hasta 1842 se llevaron a cabo unas series de reuniones generales de los creyentes adventistas en distintas ciudades de Nueva Inglaterra, entre ellas hubo una en Low Hampton. Guillermo Miller no había podido asistir a las reuniones anteriores, pero ésta que se realizó en su propia ciudad le permitió unirse con los fervientes, eruditos y hábiles hombres que se habían unido al movimiento, algunos debido a las enseñanzas de Miller y otros por estudios independientes. Además de estas asambleas generales, hubo veintenas de asambleas menores.  
" Hubo alrededor de  doscientos  dirigentes que se  asociaron en  estas reuniones, unificaron sus pensamientos y estimularon la predicación. Muchos de ellos eran predicadores de iglesias protestantes  que representaban a las denominaciones más populares (...).  
"(...) Miller murió en diciembre de 1849. Sus colaboradores continuaron fijando fechas durante años. Estos llegaron a ser los adventístas evangélicos (...). Gradualmente se fueron extinguiendo.  
"Un grupo considerable se separó de estos milleritas fijando una nueva fecha para la venida de Cristo (...) Fueron conocidos como la Iglesia Cristiana Adventista, observadores del domingo; el único grupo adventista importante fuera de los Adventistas del Séptimo Día" ('La historia de nuestra iglesia”, libro de los adventistas, pág 147,155)  
Entre estos diferentes grupos adventistas, vemos, por una parte, a Miller y sus colaboradores, que continuaron fijando fechas para dicho acontecimiento hasta que "se fueron extinguiendo", y a los Adventistas observadores del domingo que también fijaron "una nueva fecha para la venida de Cristo"; y, por otra parte, a "los Adventistas del Séptimo Día" que es un grupo distinto al de los otros Adventistas que, después de la muerte de Miller, todavía fijaron fechas para la venida de Cristo. Estos Adventistas son llamados, por los TJ, "segundo-adventistas" (sin duda para distinguirlos de "los Adventistas del Séptimo Día").  He aquí lo que  dicen los mismos TJ sobre esos "segundo-adventistas", que fijaron una nueva fecha para la venida de Cristo en "1873 ó 1874":  
s/TJ:
" (...) Por ejemplo, tenemos a Jorge Storrs, de Brooklyn, que publicaba una revista intitulada "The Bible Examiner" (El escrutador de la Biblia) y que esperaba la fecha de 1870; H.B.Rice, que publicaba "The Last Trump" (La última trompeta), también esperaba el 1870, y un tercer grupo, esta vez de segundo-adventistas desilusionados, esperaba el 1873 ó el 1874. Este grupo lo dirigía N.H.Barbour, de Rochester, Nueva York, publicador de "The Herald of the Morning" (El heraldo de la mañana)"   ("Los Testigos de Jehová en el propósito divino', pág 14)  
Análisis:
Russell, cuya fe religiosa andaba cerca del "naufragio" hacia 1868, entró en contacto con ese grupo de "segundo-adventistas". Las ideas de éstos despertaron el interés de Russell por la Biblia, quien se puso a interpretarla y rápidamente formó un grupo en menos de dos años, según nos lo cuentan hoy los TJ, presentándonos las palabras del propio Russell:
s/TJ:
"Entonces, por fin, cerca de 1870, empezó a aparecer otro grupo. Este era el que encabezaban Carlos Taze Russell, de Pittsburgo, Allegheny, Pensilvania.  Leemos ahora las palabras de Russell mismo acerca de esto:  
"Empezamos la narración con el año 1868, cuando la fe del editor de Zion's Watch Tower (La Torre del Vigía de Sión), un hijo de Dios consagrado por algunos años, y miembro de la Iglesia Congregacional y del Y.M.C.A. (Asociación Cristiana de Jóvenes), empezó a ser sacudida en cuanto a muchas doctrinas que había aceptado por largo tiempo.
"Habiendo sido criado presbiteriano, doctrinado según el catecismo, y siendo por naturaleza de disposición inquisitivo, caí víctima fácil de la lógica de la infidelidad, tan pronto como empecé a pensar por mí mismo. Pero lo que al principio amenazó ser el naufragio completo de mi fe en Dios y en la Biblia resultó, bajo la providencia de Dios, revocado para bien, (...)  
"Aparentemente, por casualidad, una noche entré en un salón lleno de polvo y humilde en Allegheny,   Pa., (...).  Allí, por primera vez oí algo de los puntos de vista de los segundo-adventistas, siendo el orador Jonás Wendell...  
"Aunque su exposición bíblica no era del todo clara, (...) fue suficiente, bajo Dios, para restablecer mi fe  vacilante en la inspiración Divina de la Biblia (...).  
"Pronto comencé a comprender que estábamos viviendo cerca del cierre de la Edad del Evangelio, y cerca del tiempo, en que según declaró el Señor los prudentes y vigilantes de Sus hijos recibirían un conocimiento claro de Su Plan. En este tiempo, yo y otros pocos buscadores de la verdad de Pittsburgo y Allegheny, formamos una clase para el estudio de la Biblia (...)”   ('Los Testigos de Jehová en el propósito divino”, pág 170,171, citando a WT de 1916)  
Análisis:
Aunque las ideas de los "segundo-adventistas" llegaron a despertar el interés de Russell por el estudio de la Biblia, a tal punto que éste formó un grupo de "buscadores de la verdad" encabezado por él, este grupo no aceptó la enseñanza de esos "segundo-adventistas" referente a la venida gloriosa de Cristo en carne para el año 1873 ó 1874.  
s/TJ:
"Nos sentimos grandemente apenados -sigue escribiendo Russell (según nos dicen los TJ de hoy)- a causa del error de los segundo-adventistas, que esperaban a Cristo en la carne y que enseñaban que el mundo y todos los que estuvieran en él menos los segundo-adventistas, serían consumidos por el fuego en 1873 ó 1874 (...)"   ('Los Testigos de Jehová en el propósito divino', pág 15)  
Análisis:
Vemos que el grupo de "segundo-adventistas", encabezado por Barbour, esperaba que en 1873 ó 1874 ocurrieran dos cosas: a) el regreso de Cristo; b) el fin de] mundo. Pero cuando pasó 1874 sin que ocurriera ninguno de esos dos acontecimientos, que tenían que suceder al mismo tiempo, el grupo de Barbour cambió de idea empezando "a pensar a favor de una presencia invisible de Cristo". Barbour publicó estas ideas en 1876 en su revista, un ejemplar de la cual fue a parar a manos de Russell, a quien le interesaron esas nuevas ideas de Barbour hasta tal punto que concertó una entrevista con él.  
s/TJ:
"Luego, en 1876, mientras el pastor Russell estaba en Filadelfia en un viaje de negocio, obtuvo por casualidad un ejemplar de la revista "The Herald of the Morning" (El heraldo de la mañana), la cual, recordarán, estaba publicando N.H.Barbour, de Rochester, N.Y.(  ... ). Se interesó en la cronología que manifestaba la revista e inmediatamente se puso en comunicación con Barbour para arreglar una cita con Russell para considerar este asunto aún más.”  
"Parece que uno del grupo de Barbour había adquirido la traducción de Benjamín Wilson del "Nuevo Testamento" llamada Diaglott. Allí notó, en (Mt 24;27,37,39) que la palabra que se había traducido "venida" en la Versión del Rey Jaime se traduce "presencia" en el Diaglott. Este era el indicio que había dirigido al grupo de Barbour a pensar a favor de una presencia invisible de Cristo, además de sus cálculos en cuanto al tiempo (...)"  
"Como resultado de la reunión de Russell con Barbour, su grupo de estudio de Pittsburgo llegó a afiliarse con el grupo de Rochester, y Russell contribuyó con dinero de sus propios fondos a Barbour  para que el mensaje se empezara a imprimir de nuevo en la revista "The Herald of the Morning". Puesto que Barbour era impresor por oficio se convino en que él de hecho publicara la revista, entre tanto que Russell llegaría a ser corredactor de "The Herald of de Morning" y ayudaría con la parte financiera de la empresa"   ('Los Testigos de Jebová en el propósito divino', pág 18)  
Análisis:
Ya tenemos juntos en un solo grupo a los seguidores de Barbour y a los de Russell, creyendo todos que Cristo había venido y se hallaba presente invisiblemente, y esto porque habían visto que en dicho Diaglott se traduce "parusía" por "presencia" en (Mt 24;27,37,39)”. Y a pesar de la rotunda afirmación de Russell en el sentido de que parusía siempre debe traducirse "presencia" y nunca "venida" (“La Atalaya” de 1.5.93, pág 10-11) hemos de evidenciar cuatro cosas con relación al Diaglott  
1) Que en estos tres pasajes -aducidos se traduce "presencia"; pero no "presencia invisible", este adjetivo "invisible" fue añadido por ellos expresamente para fraguar su ingeniosa fábula referente al regreso de Cristo sin tener en cuenta el pasaje de la Biblia que dice: "Os hemos dado a conocer el poder y la Venida de nuestro Señor Jesucristo, no siguiendo fábulas ingeniosas, (...)” (2Pe 1;16)Además de en estos pasajes se traduce parusía por “presencia", no "presencia invisible", en (Mt 24;3) (1Tes 5;23) (2Tes 2;8) (2Pe 3;4) (1Jn 2;28), referidos todos ellos al regreso de Cristo. (Incluso el punto citado (2Tes 2;8), habla no sólo de la parusía sino de la “manifestación" ("epifaneia", en griego) de su parusía. Manifestación un tanto difícil si la parusía  que manifiesta es invisible... 
2) Que el Diaglott en cuestión traduce en tres pasajes -todos ellos referidos al regreso de Cristo- parusía por “aparición" (1Cor 15;23) (1Tes 2;19) (2Pe 1;16)  
3) Que en otros lugares de dicho Diaglott, se traduce parusía -referida al regreso de Cristo- por "venida" (1Tes 3;13) (1Tes 4;15) (2Tes 2;1) (Sant 5;7,8). Pero en ninguno de esos pasajes se dice que esa "venida", "aparición" o “presencia” sea "invisible".  
4) Además de estos pasajes, existe el (2Pe 3;12) referido al día del fin del mundo, en el que parusía se traduce por "presencia" (¿Es que será invisible el día del fin del mundo'?). Y asimismo los seis siguientes para  hablar de ciertos hombres (1Cor 16;17) (2Cor 7;69) (2Cor 7;7) (2Cor 10;7) (Filp 1;26) (Filp 2;12). (¿Es que la presencia de esos hombres era invisible?). Finalmente existe el pasaje (2Tes 2;9) que se refiere al "impío" o "Anticristo". Aquí está traducido por "venida".  
Es evidente que dicho Diaglott traduce la palabra parusía por tres palabras diferentes: "presencia", "venida" y "aparición", lo cual está de acuerdo con los significados que dan los diccionarios griegos de dicha palabra parusía:  
a) A.Bailly. Dictionnaire Grec-Frangais. Parusía: Presencia, acción de presentarse, llegada (venida)  
b) Miguel Balaqué. Diccionario Griego-Español. Parusía: Presencia, venida, llegada.  
Vemos que, en efecto, los diccionarios griegos nos dan esas tres acepciones de la palabra parusía: "presencia", "venida" y "acción de presentarse" que es lo mismo que "aparición". Por tanto, ese Diaglott ha traducido bien la palabra parusía; pero en ningún lugar de dicho Diaglott (ni en ningún diccionario de griego) se traduce parusía por "presencia invisible", "venida invisible" o "aparición invisible". El adjetivo invisible, lo agregan los que van con intención de engañar, sobre  lo cual ya advirtió el propio Cristo (Mt 24;23-27).  
La venida o presencia de Cristo ha de ser, pues, tan real y visible (no "invisible") como lo fue la de aquellos hombres que hemos visto más arriba, en el número 4.  
Por otra parte, el uso de esta palabra en el griego contemporáneo del NT es extremadamente interesante.  
En  el griego clásico,  significa simplemente  la "presencia" o “venida" de personas o cosas. Puede usarse en frases corno la "presencia" de amigos o la "presencia" de desgracias. Un hombre jura, en presencia de los hermanos, cumplir cierto deber.  
Pero, característicamente, en el NT, parusía es la palabra que significa la segunda venida de Cristo (Mt 24;3,27,37,39) (1Ts 29-19)(3;13)(4;15)(5;23) (2Ts 2;1,8,9) (Sant 5;7,8) (2Pe 1;16) (2Pe 3;4,12) (1Jn 2;28). Estudiemos su uso secular contemporáneo del NT, para ver que clase de imagen dirigía las mentes de los primeros cristianos.  
En los papiros y en el griego helenista, parusía es la palabra técnica que se usaba respecto de la venida de un emperador, de un rey, de un gobernador, en general, de una persona importante, a la ciudad o a la provincia. Tal visita requería una serie de preparativos. Por ejemplo, se imponían tributos para regalar al rey una corona de oro. Con motivo de la visita de Ptolomeo Soter a la villa de Cerceosiris, debían recogerse ochenta artabes de maíz. La venida de un rey exige siempre que todo esté a punto para recibirle.  
Pero sigamos con nuestra historia. No obstante Russell estaba tan seguro de la "presencia invisible"  de  Cristo, que se lanzó a hablar de ella con toda osadía aunque los que conocían las Escrituras no le hicieran ningún caso, cosa bien natural. 
s/TJ:
"En 1877 el pastor Russell invitó a todos los ministros de Allegheny y Pittsburgo a una reunión, les manifestó las Escrituras que indicaban la presencia de nuestro  Señor y  los instó  a investigar y proclamar  el mensaje. Todos los ministros de las dos ciudades estuvieron presentes; todos los ministros de las dos ciudades rehusaron creer. Ese mismo año él se resolvió a abandonar su trabajo seglar y dedicar todo su tiempo y fortuna cabalmente al trabajo indicado por las Escrituras..."   ('Los Testigos de Jehová en el propósito divino', pág 18) 
Análisis:
Hemos visto que el grupo de Barbour esperaba dos cosas para 1873 ó 1874: a) el regreso de Cristo; b) el fin del mundo. También acabamos de observar de qué forma quedaron satisfechos en cuanto al cumplimiento de ese primer acontecimiento: el regreso de Cristo; pero ¿cómo explicar que el fin del mundo había acontecido también de forma invisible en 1874?. Su osadía no llegó a tanto; pero sí se atrevió a separar esos dos acontecimientos, sin tener en cuenta que las Escrituras los presenta juntos (Mt 24;3) (Ap 6;14-17) (Ap 14;14-20) (Ap 19:11-21). Así, fijaron la fecha del f in del mundo para 1914, hallando, como fundamento para esta nueva fábula, el sofisma de "los tiempos de los gentiles".  
s/TJ:
"En aquel mismo año, 1877, junto con Barbour, Russell produjo un libro intitulado "Tres Mundos o Plan de Redención". Jamás se había publicado algo parecido (...) Ya en aquella fecha temprana ellos reconocían que el fin del período no interrumpido del gobierno de la Tierra por Satanás, llamado los 'tiempos de los gentiles'  terminaría en 1914 (...)"   ('Los Testigos de Jehová en el propósito divino', pág 19)  
"Aun allá en 1877 dC había quienes señalaban al futuro al fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 y quienes daban amplio testimonio acerca del establecimiento pleno del reino mesiánico de Dios como cosa que acontecería en ese tiempo (Una llamada aquí nos lleva al pié de la página donde una nota nos habla de dicho libro de Barbour y Russell)" ("Entonces queda terminado el misterio de Dios", pág 340)  
Análisis:
He aquí  como apareció la fábula  de que el Reino de Dios sería establecido en 1914, -de 1874 a 1914 van 40 años- lo cual fue publicado en 1877. Pero lo que esperaban que ocurriera en 1914 no era el establecimiento del Reino de Dios en el cielo (como enseñan los TJ ahora), sino el fin de los reinos de este mundo para dar paso al establecimiento del Reino de la gloria (el cual debe comenzar cuando llegue el fin del mundo); por eso, cuando comenzó la primera guerra mundial, hasta los periódicos creyeron que eso era el cumplimiento de esa predicción de Russell:  
s/TJ:
"( ... ) 'En vista de esta evidencia fuerte de la Biblia -escribió el Rdo Russell en 1879- consideramos como una verdad establecida el que el fin cabal de los reinos de este mundo y el establecimiento completo del reino de Dios se realizarán para el fin de 1914 dC (... )' "(El World de Nueva York, del 30 de agosto de 1914, pág  4,17. Citado en “Los Testigos de Jehová en el propósito divino”, pág 57)  
Análisis:
Es evidente que   Russell y sus seguidores habían anunciado el fin del mundo para 1914, momento en el que acabarían todos los reinos de  la tierra; por eso no es extraño que hasta los periódicos creyeran que había llegado ese momento al comenzar dicha guerra. He aquí otro testimonio de la propaganda que los "russellistas" habían hecho en ese mismo año 1914:  
s/TJ:
"En ese año (1914) el resto de los israelitas espirituales distribuyó en los Estados Unidos de Norteamérica y en el Cánada más de diez millones de ejemplares del tratado "The Bible Students Monthly", tomo 6, número 1, con el artículo de primera página 'Fin del mundo en 1914' (...)"   ("Santificado sea tu nombre”, pág 279)  
Análisis:
Hemos visto que la prensa presentaba a Russell como único autor de esa predicción. Eso era debido a que en 1879 ya se habían separado los dos grupos. Russell se fue con los suyos y fundó otra revista para continuar como campeón del anuncio de esa "presencia invisible" de Cristo ('Los Testigos de Jehová en el propósito divino', pág 20 y 21)
Hemos podido apreciar con qué seguridad había predicho Russell el fin de todos los reinos de este mundo y el establecimiento del reino de Dios para 1914. Se esperaba que al ocurrir ese acontecimiento, los creyentes, es decir, la "Iglesia", tal como debe suceder al regresar Cristo para establecer el Reino de la gloria (Cal 3;4) (1Cor 15;51-53) (1Tes 4;16,17) fuera glorificada en 1914. Los TJ de hoy, reconocen que ésa era la esperanza de Russell:  
s/TJ:
"( ... ) Mas bien, él (Russell) esperaba la glorificación celestial de la verdadera congregación cristiana alrededor del fin de los 'tiempos de los gentiles' en 1914" ('Entonces queda terminado el misterio de Dios", pág 119)  
Análisis:
Evidentemente, llegó octubre de 1914, y, como prueba concluyente de que las predicciones de Russell, por ser pura fábula, habían fallado, nadie fue glorificado y los reinos de este mundo continuaron funcionando, demostrando así que no había comenzado el reino de Dios anunciado por Russell. Russell y sus seguidores no quisieron reconocer su error y se pusieron a buscar "evidencia" de que el Reino de Dios sí había comenzado en 1914 ('Los Testigos de Jehová en el propósito divino”, pág 62). Pero, ¿cómo explicar que había sido establecido el Reino de Dios sin que hubieran desaparecido los reinos de este mundo, cosas que, según ellos, habían anunciado, ocurrirían al mismo tiempo? (como así será cuando de verdad llegue el día del fin del mundo y comience el Reino de la gloria). La imaginación novelesca de los “russellistas" no tardó en buscar una explicación harto artificiosa y ridícula para mantenerse impertérritos y recalcitrantes en que sus cálculos eran justos para llegar a 1914: siguiendo el ejemplo de su padre espiritual Barbour (quien, antes que reconocer el fracaso de su predicción para 1874, inventó la "presencia invisible" de Cristo, explicando así que éste había venido en esa fecha), inventaron la abominable doctrina de que, efectivamente, el Reino de Dios había sido establecido en 1914, pero en el cielo.  
Así inventaron la existencia de un invisible reino de Dios que comenzó en 1914, lo mismo que su "padre" Barbour había inventado la invisible presencia de Cristo a partir de 1874. Pero como para el fin de los reinos del mundo que tenía que haber ocurrido, según habían predicho ellos, también en 1914, no podía darse la explicación de un invisible fin del mundo, ese fin del mundo que habían anunciado para 1914, fue trasladado a 1925 y se contentaron con su invisible reino de Dios principiado en 1914 en el cielo. Los TJ, tergiversando sus enseñanzas antiguas, quieren hacernos creer ahora que ellos enseñaban, antes de 1914, que el reino de Dios sería establecido, no en la tierra al finalizar los reinos de este mundo en 1914 (como anunciaban ellos antes de esa fecha) sino en el cielo:  
s/TJ:
" (... ) En la revista WT de marzo de 1880 dijeron: 'Los Tiempos de los Gentiles se extienden hasta 1914, y el reino celestial no estará en pleno poder antes de eso'. De entre toda la gente, los testigos de Jehová eran los únicos que señalaban a 1914 como el año en que el reino de Dios sería establecido por completo en el cielo"   (“De paraíso perdido a paraíso recobrado”, pág 170)  
Análisis:
He ahí la  tergiversación de la doctrina de los TJ: ¿acaso con la frase "el reino celestial no estará en pleno poder antes de eso", querían decir que el Reino de Dios empezaría en esta fecha?. Ahí no se habla para nada de empezar sino de tomar "el pleno poder" de los reinos de este mundo, siendo éstos destruidos conforme está dicho en (Dn 2;44). Por eso, ellos anunciaban:  
s/TJ:
"(...) 'considerarnos como una verdad establecida el que el fin cabal de los reinos de este mundo y el establecimiento completo del reino de Dios se realizarán para el fin de 1914 dC’”. ("Testigos de Jehová en el propósito divino”, pag 57)  
Análisis:
¿Dónde está dicho en esta afirmación que ese Reino de Dios iba a ser establecido en los cielos? Sin lugar a dudas, los TJ no pueden presentar ni un solo texto escrito por ellos, antes de 1914, en el cual se diga que ese "establecimiento" del Reino de Dios iba a ser "en el cielo" (como dicen ahora y corno dicen que decían entonces). Las palabras "en el cielo" las agregan ahora ellos a la enseñanza de entonces y se atreven a decir que lo anunciado en (Dn 2;44) se cumplió en 1914, tergiversando, por ende, no sólo las enseñanzas de ellos del pasado, sino también las de la Biblia, ya que el Reino de Dios anunciado en (Dn 2;44) no es un reino coexistente con los reinos de este mundo. Por tanto, mientras estos existan, aquél no habrá empezado todavía, ya que cuando empiece los sustituirá (Dn 2;27-45).  
s/TJ:
“¿Cómo sabemos que ya están funcionando los nuevos cielos?   Porque el reino de Dios con Jesucristo sobre el trono fue establecido en el cielo en 1914 (...)"  
Análisis:
Es esta una de las afirmaciones más insensatas de los TJ, porque cuando esto ocurra, cuando funcionen los "nuevos cielos", tiene que haber más justicia en la tierra que la que había en 1914, ya que será el comienzo de ese Reino de gloria que hará todo nuevo en la tierra: " (...) Pero esperamos según nos lo tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia” (2Pe 3;13)
Así que en 1914, en vez de empezar a verse la justicia, como ocurrirá cuando comience de verdad el reino de Dios, lo que empezó a verse por todas partes fue precisamente todo lo contrario ...
En fin, los TJ, para poder justificar los cálculos por los cuales sacan la tópica fecha de 1914, y mantener así en pie su falsa predicción russellista, han tenido que recurrir al fraude, falsificando lo que dice la Historia como podemos analizar más adelante.

Finalmente, la interpretación de (Mt 24;36-42) es clarísima. Así corno ocurrió en los días de Noé en que la gente no hizo caso hasta que en un momento inesperado vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre, vendrá de un modo inesperado. Por esto hemos de mantenernos alerta, porque no sabemos en que día viene Nuestro Señor. La equiparación está entre la venida del diluvio que ocurrió en los días de Noé y la venida del Señor que ocurrirá no se sabe cuándo. Por eso hemos de estar alerta.