s/TJ:
A los sacerdotes de la Iglesia Católica Romana les
gusta señalar a (Mt 16;18) cuando surgen preguntas en cuanto a identificar la iglesia verdadera. Este texto dice sencillamente: "Tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Biblia, versión de Scio).
De estas pocas palabras de Jesús, la Iglesia Católica Romana ha concluido que allí Jesús hizo a Pedro el fundamento de roca sobre el cual la iglesia de Dios y de Cristo está edificada, que Pedro llegó a ser el primer Papa y sucesor de nuestro Señor Jesucristo, y que allí tuvo su principio la Iglesia Católica Romana, y esto la hace la primera iglesia y la única iglesia verdadera. Pero, ¿es eso lo que Jesús quiso decir con las palabras "sobre esta piedra edificaré mi Iglesia"? ¿Se refería a Pedro cuando habló esas palabras? ¿Había de dirigir Pedro la congregación de Dios? ("La Atalaya" de 1.9.64, pág 532)
De estas pocas palabras de Jesús, la Iglesia Católica Romana ha concluido que allí Jesús hizo a Pedro el fundamento de roca sobre el cual la iglesia de Dios y de Cristo está edificada, que Pedro llegó a ser el primer Papa y sucesor de nuestro Señor Jesucristo, y que allí tuvo su principio la Iglesia Católica Romana, y esto la hace la primera iglesia y la única iglesia verdadera. Pero, ¿es eso lo que Jesús quiso decir con las palabras "sobre esta piedra edificaré mi Iglesia"? ¿Se refería a Pedro cuando habló esas palabras? ¿Había de dirigir Pedro la congregación de Dios? ("La Atalaya" de 1.9.64, pág 532)
Análisis:
No creo que sea posible decir más barbaridades en tan pocas palabras.
1º) La expresión "les gusta
señalar" no creo que sea una expresión "pacífica", pero ya
conocemos el tono que gastan los TJ en sus escritos...
2º) "Este
texto dice sencillamente". Pues es verdad, si se va con un corazón
humilde, no lleno de orgullo, la frase es sencilla, no tiene ninguna
complicación, su interpretación es diáfana. Lo que ocurre es que lo que sencillamente se entiende al leer este pasaje no casa con la
doctrina predeterminada de los TJ y por esto los TJ la interpretan,
sencillamente, de la manera más aberrante posible como más adelante
veremos.
3º) "De
estas pocas palabras de Jesús, la Iglesia Católica Romana ha concluido...".
No, no es así. Cuando se escribieron estas palabras, las primeras comunidades
cristianas ya tenían claro, y muy claro, el papel de Pedro en la Iglesia
naciente, y sobre qué fundamento estaba edificada la iglesia verdadera. Su
apoyo bíblico, por otra parte, no se encuentra solamente, ni mucho menos, en
estas pocas palabras; se encuentra en un conjunto de pasajes que determinan,
sencillamente, que los que quieren salvarse, aprovechándose de la redención, deben incorporarse a la
Iglesia fundada por Cristo. Si los TJ creen que esta Iglesia fundada por Cristo
es la Sociedad Watch Tower, sencillamente, que lo demuestren.
Los puntos
bíblicos en los que la
Iglesia Católica apoya la
autoridad reconocida de Pedro, son:
a) Primer
encuentro de Jesucristo con Pedro (Jn 1;42)
b) Promesa de
la primacía (Mt 16;18-19) (Lc 22;31-32)
c) La
institución (Jn 21;2-19)
d) El ejercicio (Hech 1;15-26) (Hech 2;14-41) (Hech 4;5 22) (Hech 5;1-11) (Hech 5;27-32) (Hech 8;14-24) (Hech 10;1 y ss) (Hech
15;6-12)
Pero es que
por encima de todos estos puntos, la Iglesia Católica, funda la autoridad dirigente de Pedro y la transmisión de
esta autoridad a sus sucesores en una serie de acontecimientos y testimonios.
En efecto, el Evangelio de Mateo, donde se encuentra el "Tú eres
Pedro", puede ser fechado entre los años 60 y 70 dC. El "confirma a tus hermanos" se
encuentra en Lucas, años 60 y 62, y el "apacienta a mis corderos" y el cambio de nombre de Simón,
en Juan, año 100. Así,
pues, cuando fueron redactados
estos textos bíblicos, la Iglesia
de Cristo se había ya afianzado en el seno del mundo romano y el obispo de Roma
gozaba de una autoridad sobre la Iglesia universal que no puede ponerse en duda. Fijémonos que en los momentos
más difíciles de la Iglesia de Cristo, que fue inmediatamente después de la
muerte de Jesucristo y de su ascensión a los cielos, no había nada escrito
sobre su doctrina. Se empezó a escribir treinta y más años después. El impulso
vital de aquella iglesia provenía del mismo
Cristo y no de los escritos que sus discípulos nos legaron, ya que todos estos
testimonios fueron escritos cuando había sido sobrepasado el período
"crítico.
4º
"Pedro llegó a ser el primer Papa". No. Papas son los sucesores de
Pedro en la Jefatura de la Iglesia. Y, por otra parte, en (Mt 16;16),
Jesucristo únicamente promete a Pedro que será la autoridad suprema de su
Iglesia y fundamento humano de la misma. La institución se produce en (Jn
21;2-19)
5º
"Pedro llegó a ser... sucesor
de nuestro Señor Jesucristo". Barbaridad sobre barbaridad, y además dicen los TJ que
todas estas conclusiones lo son de la Iglesia, cuando de hecho no pueden
demostrar que la Iglesia enseñe esta doctrina. Y no puedo decir que los TJ no
saben lo que se dicen, porque sí lo saben, y ahí está el mal. Parece que sólo buscan confundir a los que con
buena voluntad leen sus escritos. ¿Cómo va a ser Pedro el sucesor de
Jesucristo? ¿Pero no dice (Mt 28;20)
que Jesucristo está con nosotros hasta la consumación de los siglos? El que
sucede se pone en lugar de alguien que ya no está. Y Jesucristo está ahí,
cumpliendo su palabra después de dos mil años de haberlas pronunciado. Por lo
tanto a Jesucristo no lo sucede nadie. Sí podríamos decir que S.Pedro es el
representante o vicario de Jesucristo en la tierra. Los que siguieron a Pedro
si que son sucesores, pero de Pedro, no de Jesucristo
6º "Y que allí tuvo su principio la
Iglesia Católica Romana". Otra que tal. La Iglesia, como tal, podemos
considerar que inició su andadura con la venida del Espíritu Santo en
Pentecostés.
s/TJ:
Primero note que la palabra
"iglesia" que aparece en muchas traducciones de la Biblia no se refiere a un edificio literal de piedra. La Biblia nos dice que Dios "no
mora en templos hechos de manos" (Hech 17;24). La palabra griega
original traducida "iglesia" en (Mt 16;18) es "ecclesia".
Se refiere a una
congregación o a una
asamblea de personas y
no a un edificio de madera o piedra hecho por manos de hombres. En (Rm 16;5) Pablo dice: "Y
saludad a la iglesia que está
en su casa". De nuevo en (1Cor 16;19), él escribe: "Las Iglesias
de Asia os saludan". Sería ridículo concluir que Pablo hablaba de saludar un edificio dentro de otro
edificio, o que
ciertos edificios
religiosos estaban saludando
a éstos de Corinto. Más bien, Pablo indisputablemente
hablaba de reuniones de cristianos, de una asamblea o congregación de
gente. ("La Atalaya" de 1.9.92, pág 532-533)
Análisis:
Nadie pone en duda que la palabra "iglesia" no se refiere a un edificio. Una observación
si se me permite: La palabra griega original traducida "iglesia" no
es "ecclesia" (esta es en latín) sino "ekklêsia". Iglesia,
no es un mero concepto, sino que representa una comunidad real de cristianos
unidos con Cristo y entre sí. Así lo indican imágenes y expresiones como:
"pueblo de Dios" (1Pe 2;10), "cuerpo" (Rm 12;4-8) (1Cor
12;12-31), con Cristo por cabeza (Col 1;18) (Ef 1;22 y ss), etc. Esta comunión
orgánica da su sello a las
comunidades particulares
(Véanse los encabezamientos
de las cartas de S. Pablo, p.e. (1Co 1;2). En las comunidades se encuentran
todos los bienes que Cristo
como portador de la salvación, regala a los hombres: su palabra, su sabiduría,
su ejemplo, los sacramentos, el amor, la servicialidad y la nueva vida ofrecida
mediante el perdón de los pecados. Las estructuras de la Iglesia al principio
no estaban determinadas fijamente. Hubo comunidades bajo el control de los
Ancianos y otras bajo el de los Obispos o presbíteros. Pero todas las comunidades tuvieron como necesario
la unión con los apóstoles
y su predicación. Y entre los apóstoles, destacó desde el primer momento la
primacía de Pedro.
s/TJ:
Ahora bien, teniendo presente esto, ¿de quién estaba hablando Jesús cuando dijo: "Sobre esta masa de roca edificaré mi "congregación" o mi
"iglesia"?. Note cuidadosamente, Jesús no dice "la iglesia de Pedro", ni la "iglesia de Pablo",
sino "mi Iglesia". Jesús habla aquí de los que seguían en sus
pisadas... A esos fieles que seguían en sus pisadas
Jesús los llama su cuerpo, su novia, su
congregación o iglesia, y él ha preparado un lugar para ellos con él en el cielo. Apocalipsis da el número de ellos como 144.000 (Mt
16;18) (1Cor 12;12-28) (Ef 1;22-23) (Ap 14;1-3). ("La
Atalaya" de 1.9.92, pág 533)
Análisis:
Desde luego,
Jesucristo habla de Su Iglesia, nadie lo pone en duda... pero Su Iglesia no son
los famosos 144.000. Esta ni es la iglesia de Pedro, ni la de Pablo, ni la de
Jesucristo, esta es... la "iglesia de la Watch Tower Bible and Tract
Society of Pensylvania". En la Iglesia de Cristo hay buenos y malos,
justos y pecadores: parábola de la cizaña: (Mt 13;24-30); explicaciones de la
parábola de la cizaña (Mt 13;36-43); parábola de la red (Mt 13;47-50). No hay nada en el NT que cree una
distinción entre Iglesia de Cristo y Reino de los cielos o Reino de Dios, es una misma cosa.
Los TJ nos dicen que la Iglesia de
Cristo está formada por "los fieles que seguían en sus pisadas y a quienes
Jesús llama su cuerpo, su novia y para quienes ha preparado un lugar en el
cielo". Hasta aquí todo es correcto. Y así deberían entenderlo sus
apóstoles y los cristianos de las primeras comunidades. Si el Apocalipsis
cierra el número de los bienaventurados en 144.000, -como dicen los TJ- es algo que les pasó inadvertido a
los cristianos de los primeros siglos porque en ninguna parte de su historia se
hace referencia a este hecho trascendental. En efecto, todos los primeros
cristianos de los que nos ha quedado noticia y que desde luego cuando apareció
el Apocalipsis superaban de largo los 144.000 suspiraban por una sola cosa:
estar con Cristo.
s/TJ:
¿Quién o qué es la roca o masa de roca
o fundamento sobre el cual la congregación cristiana se edifica?... los teólogos católicos romanos dicen que
el fundamento es el
apóstol Pedro. ¿Tienen
razón estos teólogos católicos en su conclusión? Los doctos bíblicos notarán
que con frecuencia se alude a Jehová el
Dios Todopoderoso en las Escrituras como "la Roca",
porque es el fundamento eterno de su
santa organización universal. En (Dt 32;3-4) leemos: "¡Atribuyan ustedes, sí,
grandeza a nuestro Dios! La Roca, perfecta en su actividad". Jehová Dios el Todopoderoso es un
fundamento que no puede ser movido nunca. Ana, la madre de Samuel, dijo en
oración: "No hay roca como nuestro Dios" (1Sam 2;2)
A Jesucristo también se le identifica
en las Escrituras como roca. En realidad, Jesús se identifica como la roca o
piedra angular que rechazaron los edificadores (Mt 21;42)... Así las piedras o
rocas se usan en un sentido ilustrativo, representando a miembros fieles
individuales que llegan a ser parte de la congregación cristiana, edificados en la piedra
angular de fundamento, Jesucristo. Note
como el apóstol Pablo también
apoya este punto de vista.
El escribe: "Israel
tropezó "con la 'piedra de tropiezo'; como está escrito: '¡Miren! Pongo en
Sión piedra de tropiezo y masa de roca de ofensa, pero el que cifra su fe en
ella no sufrirá desilusión'"(Rm 9;32-33) Ahora bien, ¿contra quién tropezó el antiguo
Israel? ¿Fue contra Pedro o contra Jesucristo? Pablo muestra que la piedra de tropiezo y el fundamento es Jesús, no Pedro. (1Cor 10;4)
Además, cuando Pablo menciona
"apóstoles y profetas", lo cual sin duda habría incluido a Pedro, él, no obstante,
alude a Cristo como "la piedra angular de fundamento" (Ef 2;20) ¿Por
qué habría de ser esto así si Pedro encabezaba la iglesia?. De nuevo, en (Ap
21;14), a los doce apóstoles de Cristo se les designa como doce piedras de
cimiento o fundamento. No se señala a Pedro con especialidad. Pero se dice que
estos doce apóstoles son del "cordero", que es el fundamento
principal y piedra angular preciosa. ("La Atalaya" de
1.9.92, pág 533-534)
Análisis:
No es
necesario complicar las cosas. No
son los teólogos católicos romanos quienes dicen que el fundamento de la
Iglesia de Cristo es Pedro. Es la propia
Iglesia que tradicionalmente lo ha reconocido así, y que en determinados
concilios lo ha ido proclamando para afianzamiento de sus fieles. Incluso la
infalibilidad del Papa no fue definida verdad de fe hasta el Concilio Vaticano
I en 1870, porque hasta poco antes de esta fecha no se había planteado en el
seno de la Iglesia este problema, ya que la infalibilidad del Papa era aceptada
por la gran mayoría de católicos. En tiempo del Papa Pío IX ante el liberalismo
y el racionalismo que se extendió por toda la sociedad, convocó el Concilio
Vaticano I a fin de dejar claramente definidos ante el mundo algunos aspectos
fundamentales de la Iglesia Católica -entre ellos el de la infalibilidad del
papa-que se habían puesto en discusión.
Los TJ,
después de decirnos que "sencillamente" la interpretación de (Mt
16;18), es la que dicen que
es, resulta que para entender su interpretación se debe ser, nada menos que
"bíblico docto" -son sus propias
palabras- porque esta
condición es necesaria para saber que a Dios se le llama "la Roca" "porque
es el fundamento eterno de su organización universal" y también para
saber que a Jesucristo se le identifica como la "roca o piedra angular de fundamento". Pero, vamos a ver. Si de
Dios se dice que es el fundamento eterno y de Jesucristo que es el fundamento o
piedra angular, ¿por qué siguiendo con el mismo símil no va a poderse proclamar
a quien está llamado a ser la cabeza visible de la Iglesia que Cristo funda en
la tierra, piedra sobre la que va a fundamentarse tal iglesia?.
Pero analicemos todo el pasaje. Jesucristo
pregunta a sus discípulos: "...Y
vosotros, ¿quién decís que soy?. Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: Tú eres
el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Y Jesús, respondiendo, dijo: Bienaventurado tú, Simón Bar Jona,
porque no es la carne ni la sangre quien eso te ha revelado, sino mi Padre, que
está en los cielos. Y yo te digo a tí que tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré yo mi Iglesia, (primera vez que aparece la palabra Iglesia en el
Evangelio de Mt) y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los
cielos, y cuanto atares en la tierra será atado
en los cielos y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos." (Mt 16;15-19).
Las primeras
palabras que Jesús dirige a Pedro en el Evangelio de Juan, son: "Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú
serás llamado Cefas, que quiere decir Pedro" (Jn 1;42). El evangelista nos dice que Jesús
había cambiado el nombre de Simón en Pedro (kephâ), sin darnos ninguna
explicación de este sorprendente cambio. Será Mateo quien en (Mt 16;15-19) nos dará la razón de
este cambio de nombre.
Cuando Cristo
vio a Pedro por primera vez (Jn 1;42), lo destinó ya para ser el fundamento de
su "Iglesia", y ahora lo
declara solemnemente. En la comunidad primitiva cristiana se le llamará "Cefas", palabra aramea (Kephâ), que
significa "piedra",
aludiendo a su misión de piedra fundamental de la Iglesia. Obsérvese que tanto
en la traducción como en el original griego hay un cambio de palabras: "Pedro", dice el primer miembro del
dístico; "piedra", dice el
segundo. En arameo no existía tal diferencia: Jesús llamó a Simón las dos veces "Kephâ", como le había llamado el
día del primer encuentro. La tradición primitiva lo confirma llamando
frecuentemente a Pedro "Kepfâ":
(1Cor 1;12) (1Cor 2;22) (1Cor 9;5) (1Cor 15;5) (Gl 1;18) (Gl 2;9) (Gl 11;14).
Pero mientras en arameo, la diferencia de géneros pasa fácilmente inadvertida,
en griego, es perfectamente perceptible y clara, y al traductor no le pareció
digno designar a un varón con un nombre propio de género femenino; por eso en
el primer miembro del versículo, cuando la palabra "kephâ" tiene un sentido de nombre propio, emplea
el griego "Pétros" (El
nombre de "Pétros", en efecto, no existía como nombre propio ni en
griego ni en latín... Es, pues, un nombre nuevo que aparece
en la historia); pero en el segundo, cuando quiere hacer resaltar la solidez
del fundamento, usa deliberadamente "pétra", la traducción exacta del
original arameo.
En efecto, Cristo declara que el
edificio de su Iglesia -que
en (Mt 16;19) se identifica con el "Reino
de los cielos"- se asentará sobre la persona de Pedro como sobre
"roca" inconmovible, de tal forma que las "puertas del infierno no prevalecerán sobre ella"; es decir, el
poder del mal (la expresión "puertas"
en el lenguaje bíblico es sinónima de la ciudad que la guardan, y también de los
poderes judiciales de la misma, que declaraban sus sentencias a la
"puerta" de la
ciudad) no podrá echar abajo el edificio de la Iglesia, asentada sobre la "roca" de Pedro. Y con una nueva
metáfora, muy semítica, asigna una nueva misión a Pedro, establecido como
"roca" del edificio. Será el "llavero" del "Reino
de los cielos", el encargado oficial
de abrir y cerrar las puertas del reino.
Los verbos "atar" y "desatar" son dos metáforas clásicas
en la doctrina rabínica y equivalen a "prohibir"
y "permitir". En el
lenguaje técnico actual corresponderán estos dos actos a la determinación de lo
lícito o ilícito en materias no determinadas por la ley divina, es decir, la
potestad de legislar y de interpretar la misma ley divina, ya que a Pedro se le sitúa
como árbitro supremo y definitivo.
s/TJ:
Esta confesión de Pedro de que 'Jesús es el Cristo'
le dio a Jesús una ocasión,
con referencia al nombre Pedro (griego: Petros), que había dado antes al
apóstol, de declarar que
"sobre esta masa de roca" (petra) él edificaría su iglesia
(Jn 1;42). La declaración o confesión de Pedro contiene una verdad fundamental
que todos los que desean la
vida tienen que llegar a reconocer, a
saber, esto: que Jesús es el
Cristo, el Hijo de Dios vivo. Por
eso, de hecho, Jesús dijo a Pedro: 'Sobre
éste que tú has confesado, sobre mí mismo como masa de roca (petra) edificaré
mi Iglesia, mi asamblea, mi congregación de personas que comparten esta fe
preciosa'. La expresión
"esta masa de
roca" no alude a Pedro,
sino aplica exclusivamente a Cristo, el Ungido de Dios, a quien Jehová ha colocado como un fundamento seguro y eterno para
Su organización del reino. Sobre este cimiento, a saber, sobre Jesucristo,
la iglesia permanecería tan segura que ninguna maquinación ni esfuerzo,
demoníacos o humanos, jamás podrían destruirla. Ni siquiera el poder de la
muerte podría destruir la esperanza de
los que cifran la fe en él.
La entera congregación, los 144.000, serían
hechos más que
vencedores por medio del
que los amó. En prueba
adicional de que Jesús estaba fijando aquí en la mente de sus discípulos que él era el
Cristo, note sus palabras después de esta consideración: "Entonces ordenó
rigurosamente a sus
discípulos que no dijesen a nadie que él era el Cristo" (Mt 16;20) De modo
que, al concluir esa consideración no menciona a Pedro ni habla de alguna
primacía que se diera a Pedro. Toda la prueba de las Escrituras muestra
terminantemente que la edificación de la iglesia o de la congregación
había de ser, no sobre el
apóstol Pedro, sino sobre Jesucristo, el "fundamento" o "piedra
angular preciosa" ("La Atalaya" de 1.9.92, pág
534-535)
Análisis:
Para los Tj,
la piedra es el mismo Cristo, a quien la Sagrada Escritura llama "piedra
angular" (Ef 2;20)
(1Cor 3;11) (Mt 21;42) (Mc 12;10) (Lc 20;17) (1Pe 2;6-7)
Baste, sin
embargo, para ver que no es ése el sentido de las palabras de Jesús el violento
cambio que esa interpretación introduce en el texto evangélico: "Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás,
pues no es la carne y sangre quien te lo reveló, sino mi Padre que está en los
cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres piedra y sobre mí -que soy la piedra-, edificaré mi iglesia."
¿Para qué tanto énfasis en las palabras que preceden dirigidas a Pedro, si
cuando llega la promesa, ésta nada tiene que ver con él?. Es evidente que se ha
dado un viraje en redondo a la frase. No nos hemos de olvidar, por otra parte,
el método metafórico que Jesús sigue en toda su predicación: habla a
orientales, a hebreos, hechos a una concepción sensorial del mundo y de las
cosas, al lenguaje que habla a los sentidos, de vida y colorido exuberante.
Aquí habla Jesús del edificio de su Iglesia. Una metáfora: "edificar" su iglesia. Ahora bien:
los edificios no se fundan sobre hombres, sino sobre piedras: era continuar la
metáfora.
El fundamento
de la Iglesia -dicen los
TJ- es Jesucristo y "nadie puede
poner otro fundamento que el que está puesto" (1Cor 3;11). Pero es que el propio
Pablo que ha escrito el párrafo anterior, también nos dice que la Iglesia está
edificada sobre "el fundamento de
los apóstoles" (Ef 2;20).
Y también nos dice que Santiago, Pedro y Juan son "columnas de la Iglesia" (Gl 2;9). Y es que en cada caso debe
estudiarse el contexto para dar el sentido justo a las palabras. Cristo y Pedro
son el mismo fundamento, en cuanto Cristo es el fundamento invisible y Pedro es
el fundamento visible.
Pero es que
hay otro tema. El cambio de nombre entre los hebreos tenía una trascendencia
excepcional. El cambio de nombre marca el principio de una vocación divina
especial: (Gn 3;20) "Eva" = madre de todos los vivientes; (Gn 17;4) "Abraham" = padre de
muchedumbres. Otros ejemplos: (Gn 17;19) (Gn 35;10) (1Par 22;19) (Lc
1;13-31) (2Re 24;17) (2Par
36;4) etc... ¿Qué, pues, querrá decir "Pedro"?. En el contexto de (Mt
16;17-19) está claro: fundamento, base de la iglesia que Jesucristo quiere
edificar.
"Cuando hubieron comido, dijo Jesús a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan,
¿me amas más que estos? El le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te amo: Díjole:
Apacienta mis corderos. Por segunda vez le dijo: Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
Pedro le respondió: Sí, Señor, tú sabes que te amo.
Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. Por tercera vez le dijo: Simón, hijo de
Juan, ¿me amas? Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntase: ¿me
amas? Y le dijo: Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo. Díjole Jesús:
Apacienta mis ovejas." (Jn
21;15-17) El maestro le había conferido la primacía jerárquica solemnemente
después de la confesión en Cesárea de Filipos (Mt 16;18-19), pero el
"primado" de la Iglesia sucumbió estrepitosamente por cobardía cuando
vió prendido a Jesús. Ahora el Maestro quiere
rehabilitarle ante los discípulos, confirmándole en su categoría suprema de
"pastor" de sus corderos. Como que Pedro está investido de una
autoridad superior, Jesús exige que le ame más que los otros, pues la
preeminencia suya debe ser paralela a un mayor amor como Pastor universal de la
grey de Cristo.
s/TJ:
En la Biblia católica de Haydock, se dice con referencia a Agustín, a quien la Iglesia Católica Romana hizo un "santo": "Es verdad que S. Agustín, en uno o dos lugares, expone así estas palabras, 'y sobre esta roca (es decir, sobre mí mismo) o sobre esta roca, que Pedro ha confesado'" No sobre
Pedro mismo, sino sobre Jesús que pedro confesó era el Cristo. Esto muestra que Agustín lo entendió
bien. ("La Atalaya" de 1.9.64, pág 535)
Análisis:
Estas palabras atribuidas -según la cita
que aportan los TJ- a S. Agustín,
las presentan también los libros de los protestantes en general como un ataque
a la autoridad de los papas. Pero
tanto unos como otros, no aportan la referencia de la cita. Por mi parte, debo
decir, que no la he
encontrado. Pero ciertamente la que sigue, que esa sí es de S. Agustín, no se
da la mano con la que presentan los TJ: "Reconocemos el gran mérito del
obispo y mártir Cipriano; pero ¿será acaso mayor que el del apóstol y mártir
Pedro?. De éste (Pedro) habla así Cipriano mismo, en su carta a Quinto: 'porque
Pedro, a quien escogió el Señor el primero y sobre el cual edificó su
Iglesia,...'. He aquí lo que conmemora Cipriano lo que también nosotros
aprendimos en las Sagradas
escrituras, que el apóstol Pedro
en quien brilla con tan eminente gracia el primado de los apóstoles, habiendo actuado en la cuestión de la
circuncisión de otra manera de como pedía la verdad, fue amonestado por el
menor apóstol Pablo... Porque ¿quién no sabe que ese principado del apostolado
debe anteponerse a cualquier episcopado? (se refiere al de Cipriano). Pero
aunque es distinta la
categoría de las cátedras, la gloria de los mártires (S.Pedro y S.Cipriano) es,
sin embargo, la misma" (De Baptismo
2;1,2;ML43;126 ss.)
s/TJ:
Si Pedro fuese cabeza de la iglesia o congregación primitiva, entonces
hallaríamos a los apóstoles y a otros
atribuyéndole a Pedro un lugar de preeminencia como el que el papa de Roma tiene hoy día. Pero no hallamos que le tributen
tal honor a Pedro ni los apóstoles ni los otros discípulos. Pedro nunca hace mención de sí mismo como papa. Ni Pablo ni otros de los escritores de la Biblia aluden a alguna primacía de Pedro.
("La Atalaya" de 1.9.92, pág 535)
Análisis:
Pero, ¿es que
acaso las relaciones estructurales de la organización de los TJ con sólo ciento
veinticinco años de existencia es ahora la misma que en sus comienzos? Pero,
¿cómo se puede pretender que las relaciones institucionales sean iguales ahora
que en los primeros años de la Iglesia?
Varios
pasajes en que se demuestra la primacía de Pedro:
a) Pedro
propone la elección de un apóstol que llene el hueco de Judas el traidor,
estableciendo como condición indispensable
que el elegido fuera uno de los que hubieran conversado íntimamente con Cristo.
Como se presentaron dos, José y Matías que parecían cumplir con toda perfección las condiciones
exigidas, oraron al Señor diciendo: "
Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra a cuál de estos dos
escoges para ocupar el lugar de este ministerio y el apostolado del que
prevaricó Judas para irse a su lugar". Y echaron suertes sobre ellos, y
cayó la suerte sobre Matías, quien desde entonces completó el número de doce
apóstoles. (Hech 1;15-26)
b)
Pentecostés. Llegado el día
décimo después de la Ascensión, cincuenta días después de la resurrección, se oyó de improviso un
ruido como de trueno, que sacudió toda la casa, símbolo de que la inmensidad de
Dios penetraba en ella. Luego se lleno toda la estancia como de lenguas de fuego que flotaban por
el aire y se fueron posando sobre cada uno de los presentes. Con esto quedaron
todos llenos del Espíritu Santo
y comenzaron a hablar diversas lenguas (Hech 2;1-4). Ante este hecho se juntó
una muchedumbre. Todos, atónitos, decían ¿qué es esto?. "Entonces se levantó Pedro con los once y,
alzando la voz, les habló..." (Hech 2;14-36) Vemos como Pedro, en
nombre de los apóstoles, como cabeza del colegio apostólico, toma la palabra,
convirtiendo a tres mil espectadores.
c) Pedro,
como cabeza de los apóstoles que presiden la primitiva comunidad de creyentes,
intima a Ananías y Safira, que les quieren engañar, castigándolos para
escarmiento general. (Hech 5;1-11)
d) Pedro,
como "pastor" va "por todas partes", visitando las nuevas
comunidades. (Hech 9;31-32) Mateo termina su evangelio con estas palabras:
"Los once discípulos se fueron a
Galilea, al monte que Jesús les había indicado, y, viéndole, se postraron;
algunos vacilaron, y, acercándose Jesús, les dijo: 'Me ha sido dado todo poder
en el cielo y en
la tierra; id,
pues; enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre
del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he
mandado. Yo estaré con vosotros siempre hasta la consumación del mundo." (Mt 28;16-20) Vemos como los
apóstoles cumplen la misión
encomendada: (Hech 2;41-42)
(Hech 4;33) (Hech 5;42) Empieza a extenderse
el evangelio fuera de Jerusalén (Hech
8;1 y ss) y Pedro es quien decide la admisión de los gentiles a la Iglesia
(Hech 10;1-48) (Hech 11;1-18)
e) Concilio de Jerusalén: La llegada de Pablo a
Antioquía fue providencial. La cuestión sobre si los conversos del gentilismo
debían sujetarse a la Ley
de Moisés, y en particular a la circuncisión, agitaba cada vez más los ánimos.
Algunos cristianos judíos, procedentes de Judea, habían acudido a Antioquía y
trataban de imponer la necesidad de la circuncisión. Como este asunto era tan
vital para su apostolado, Pablo se opuso con decisión a estas exigencias, mas
no pudo evitar que se formaran dos partidos enteramente opuestos. Así, pues,
acordose que Pablo y Bernabé, junto con algunos de sus opositores, fueran a
Jerusalén con el objeto de consultar a los apóstoles sobre aquella cuestión,
A primera vista podía
parecer inútil esta
discusión. Prácticamente había sido
ya resuelta por el mismo Pedro con la conversión del centurión Cornelio (Hech 10;1
y ss) y luego en las innumerables conversiones de Antioquía, autorizadas por
los apóstoles.
Pablo mismo,
inspirado por Dios y conociendo perfectamente la intención de Pedro, había
obrado con el más amplio criterio en sus correrías apostólicas. Mas ahora se trataba de
resolver este asunto de una manera autoritaria y, por decirlo así, dogmática. A
esto obligaba la posición
intransigente en que se colocaban algunos judíos conversos, procedentes del
partido de los fariseos (Hech 15;5) (Este hecho, con otros personajes, es el
que siempre ha movido a la Iglesia a tener que tomar acuerdos dogmáticos para
preservar la fe y la doctrina de Cristo) Era, pues, necesario proclamar
abiertamente la libertad cristiana frente a la Ley mosaica.
Se reunieron
los apóstoles y los presbíteros para examinar este asunto, constituyendo el
primer Sínodo de la Historia de la Iglesia. Después de una serie de
deliberaciones, se acepta la propuesta de Santiago y se afirma con toda
sencillez: "Le ha parecido bien al
Espíritu Santo y a nosotros" (Hech 15;28). La decisión se toma, pues,
en unión con el Espíritu Santo, cuya autoridad obra de concierto con la de los apóstoles; éstos hablan y
ordenan como poseedores de un poder espiritual incontestable. En este
acontecimiento, si Pedro asiste como los demás, ¿por qué el libro de los Hechos
nos transmite expresamente su discurso y su opinión, una de tantas como allí se
emitieron?. Y, ¿por qué comienza Santiago presentando su propuesta haciendo
referencia precisamente a las palabras de Simón más bien que a las de cualquier
otro? Los Hechos nos transmiten los dos discursos más importantes: El de Pedro
que con autoridad se levanta a hablar centrando la cuestión y cortando la larga
y viva discusión en el sentido de que no hay que imponer a los gentiles que se
convierten la observancia de la ley judía (Hech 15;7) (Hech 15;12), y el de Santiago que plantea
la propuesta (Hech 15;14-21) dentro totalmente de la tesis de Pedro. Viene a
decir Santiago en sustancia que lo que Pedro demostró partiendo de los hechos, es decir, la llamada de los
gentiles a la salud mesiánica estaba ya predicha en los profetas, de donde queda reforzada
la tesis de Pedro, de que
no hay por qué imponer a los gentiles que se convierten la observancia de la
ley judía. Y a continuación efectúa una propuesta concreta que es admitida por
los presentes (Hech 15;22).
No es, pues,
verdad, como dicen los TJ -("La
Atalaya" de 1.9.92, pág 535) que es Santiago quien resume el asunto.
Es Pedro quien lo hace, como quien tiene autoridad. Santiago confirma la tesis
de Pedro y efectúa una propuesta que es la que al fin se admite. Es
seguro que hubo otras
propuestas, como también es seguro que hubo otras intervenciones que no
se nos han transmitido y
que las dos que se nos han transmitido, lo han sido de modo resumido y
esquemático. Los TJ, traducen la intervención de Santiago: "... Por lo tanto es mi decisión... " (Hech 15;19), enseñándonos que con estas
palabras quedó zanjado el asunto, como si la decisión de Santiago no pudiera
ser discutida y teniendo
que ser aceptada sin más.
Pero no es
esto lo que se desprende del contexto. No parece la traducción de los TJ la más adecuada al original
griego que es
"Krinö" y que se traduce por juzgar, emitir opinión con autoridad
-Santiago era el obispo de Jerusalén-. Su opinión tenía mucho peso, pero era la
asamblea la que tenía que decidir sobre las propuestas, por eso, más adelante,
se dice: "Pareció entonces bien a
los apóstoles y a los
ancianos, con toda la Iglesia..." (Hech
15;22), y "de común acuerdo nos ha parecido"
(Hech 15;25), y, todavía: "Porque ha
parecido al Espíritu Santo y a nosotros..." (Hech 15;28)
f) Dice
S.Pablo: "Luego, pasados tres años,
subí a Jerusalén para conocer personalmente a Cefas, a cuyo lado permanecí
quince días. A ningún otro de los apóstoles ví, si no fue a Santiago, el
hermano del Señor" (Gl 1;18-19). Es de notar este interés por conocer
y hablar con Pedro, lo que revela la posición eminente de que gozaba el
príncipe de los apóstoles también en la mente
de Pablo, no obstante su independencia apostólica que tan enérgicamente viene
defendiendo. El haberse visto con Santiago fue, dado el tenor de la narración, algo
incidental, no buscado, como la visita a Pedro.
g) Dice
S.Pablo: "Jesucristo una vez resucitado...
se apareció a Cefas, luego a los doce. Después se apareció una vez a más de
quinientos hermanos..." (1Cor 15;3-7) (Lc 24;34) ¿También será debido
al ímpetu y al carácter de Pedro que Jesucristo una vez resucitado se
apareciera primero a Cefas?
h) Sin
embargo, con la solución dada en el Concilio
de Jerusalén no estaban
resueltos todos los problemas. ¿Debían los judío-cristianos continuar
observando la Ley antigua juntamente con las prácticas cristianas? En esto
existía diversidad de criterios. Este asunto quedó zanjado en el llamado
"Incidente de Antioquía". Pedro baja a Antioquía no sabemos con que
motivo. Este incidente parece que tuvo lugar poco después del Concilio de
Jerusalén (Gl 2;11-14).
Pablo se enfrenta resueltamente
a Pedro sobre algunas cuestiones de método. No es que Pedro yerre en la
doctrina, sino que la actitud de Pedro contradice su enseñanza. Es, por tanto,
una equivocación personal en su manera de proceder. Con razón dice Tertuliano:
"fue ciertamente
un error de conducta, no de doctrina"
("De praescriptione haereticorum", XXIII, Ml.2,42-R,294)
i) Otros pasajes en que se muestra la
autoridad de Pedro: (Hech 4;5-22) (Hech 5;27-32) (Hech 8;14-24) (Hech 10;1 y
ss).
s/TJ:
De hecho, los obispos empezaron a
funcionar en un sistema de tipo monárquico, especialmente desde el principio del siglo IV. Se estableció
una jerarquía o cuerpo gobernante de clérigos, y con el tiempo el obispo de
Roma, que alegó ser sucesor de Pedro, fue reconocido por muchos como el obispo
supremo y papa. ("El hombre en busca de Dios...", pág
270)
Ni la congregación cristiana primitiva ni los "padres de la iglesia" primitiva sostuvieron
que Pedro fuera la masa de
roca sobre la cual fue edificada la iglesia. Pues la masa de roca es nada menos
que Jesucristo mismo. Y ay del que siquiera trate de colocar cualquier otro
fundamento: "Porque nadie puede
poner ningún otro
fundamento que el que está puesto, que es Jesucristo" (1Cor
3;11) ("La Atalaya" de 1.9.92, pág 535)
Análisis:
Resumiendo este tema, unas palabras sobre la sucesión
apostólica:
La sucesión apostólica era absolutamente
necesaria, puesto que teniendo en cuenta las palabras de Jesucristo en (Mt
28;18-20) aquellos apóstoles no iban a poder predicar en su corta vida a todas
las naciones, a todas las criaturas, ni iban a vivir hasta el fin de los
siglos. Admitido el
principio de la sucesión apostólica, y vista la posibilidad de ser adulterada
la doctrina, se impone una cabeza visible que pueda declarar, en forma sensible
a todos, lo que es verdadero y lo que es falso. Si examinamos la Iglesia
primitiva, que salió de manos de los apóstoles, veremos que todos reconocen,
sin duda alguna, que la cabeza de ella es precisamente el Obispo de Roma, por
ser el sucesor de Pedro. Este magisterio de la Sede Romana nos garantiza que la
fe que profesamos y la
moral que practicamos hoy los católicos son las auténticas, las que Cristo está
protegiendo con su asistencia continua hasta el fin de los siglos. La necesidad
del magisterio de la Iglesia, y la humildad con que debemos recibirle, se
encuentra reunida y resumida en aquellas magníficas palabras de la Escritura: "¿Cómo voy a entenderlo si no hay quien
me guíe?” (Hech 8;31)
s/TJ:
S.Pedro en Roma. En cuanto a la pretensión de que Pedro fue a Roma, vea ("La Atalaya" de 1.8.66, pág
470-475") ("La Atalaya" de 15.11.67, pág 702)
Análisis:
La primera
figura de la crítica racionalista y anticatólica alemana, A.Harnack (Die Chronogie der altchrust lichen litteratur
bis Eusebius", T1, Leipzig,
1987, pág 244.nº2) admite
la estancia de S.Pedro al frente de la Iglesia de Roma como una verdad indiscutible para todo historiador
digno de este nombre.
En su ("Historia de la antigua literatura
cristiana"), Adolfo Harnack, desde 1893 defendió la historicidad del martirio de
S.Pedro en Roma.
Ernesto Comba
-protestante- en su libro ("Cristianismo
y Catolicismo romano", pág 121-134), reconoce que Pedro y Pablo son
columnas de la Iglesia de Roma, citando una carta de S. Clemente. También
aporta diversas citas de Ignacio de Antioquía, Sixto I (año 115) y Dionisio de Corinto, cuyos testimonios prueban la
estancia de Pedro en Roma y la superioridad de esta iglesia sobre todas.
S.Ireneo
-discípulo de S. Policarpo quien lo había sido de S.Juan evangelista- escribió
en ("Contra los herejes", Libro
3º, c.1, v.1): "Bastará para
confundir a los que no obran justamente, presentar la tradición de la más
grande y antigua iglesia conocida por todos, la fundada y constituida en Roma
por los gloriosísimos apóstoles Pedro y Pablo... A esta iglesia por ser entre
las principales la más eminente, es necesario que concuerde toda otra iglesia,
esto es, todos lo fieles de cualquier parte que sean..."
Existen una
serie de personas cuyos escritos atestiguan, de una u otra manera, a favor de
la fundación de la iglesia romana por Pedro, por ejemplo:
S. Clemente Romano (año 96)
Papías de Hierápolis
S. Ignacio de Antioquía (año 107)
S. Dionisio de Corinto (año 179)
Presbítero Gaio (año 220)
Tertuliano (años 220)
Orígenes (año 250)
S. Ireneo (años 130-202)
Existen, por otra parte, una serie de razones arqueológicas después de las excavaciones llevadas a cabo por orden de Pío XII desde 1940 a 1949, que
prácticamente no dejan duda de la presencia y martirio de S. Pedro en Roma
s/TJ:
Pedro escribió la primera de sus epístolas desde Babilonia; pero no existe evidencia alguna que indique que Pedro jamás haya ni siquiera visitado Roma, aunque
las Sagradas Escrituras
dicen definitivamente que Pablo sí lo hizo... ("La Atalaya"
de 15.11.67, pág 702)
Análisis:
¿Cómo puede S. Pedro escribir su carta
desde Babilonia, si hacía ya cientos de años que Babilonia había sido
completamente destruida? En tiempos de S. Pedro, a Roma se le llamaba
"Babel" o "Babilonia" entre los judíos por su gran lujo y
depravación y por tener esclavizado al pueblo hebreo. Además, S. Pedro pudo
esconder el verdadero nombre de la ciudad desde donde escribía para que no le
cogieran preso. ¿Habrán los TJ oído hablar alguna vez de la Meca del cine?