s/TJ:
Ha surgido una pregunta en cuanto a la posibilidad de que todos los muertos regresen para juicio sin abrumar a los que están en la Tierra que representarán al Reino
celestial al dirigirlos, ayudarlos y educarlos.
En cuanto al número de personas que
han vivido en la Tierra, se ha hecho
un cálculo bastante liberal de veinte
mil millones.
Si se divide esta cifra por mil da veinte millones
al año o cerca de 55.000 al día. Este
es un gran número de personas para quienes tendría que proveerse alimento, alojamiento, ropa y
ocupación. Pero consideremos el problema a la
luz de los tratos pasados de Jehová con su
pueblo.
Entre los testigos de Jehová, cuyo trabajo es predicar y enseñar las buenas
nuevas del Reino, es una tarea grande el estudiar
la Biblia con una persona, ayudarla
a aplicar principios bíblicos a su vida para ponerla en armonía con el camino
de Dios, entrenarla en el ministerio y ayudarla a llegar a ser una cristiana madura, capaz, a su vez, de ayudar a alguien más. En su trabajo, los Testigos han visto aumentos anuales en número, de 2 por ciento a 20 por ciento o más. Se ha
considerado normal un aumento de 10 por ciento,
dando una proporción de una nueva
persona por diez que pueden ayudarla durante
todo un año. Esto se ha efectuado con
éxito de modo que ha existido una organización
firme, sólida con un porcentaje muy pequeño de los que se separan o apostatan.
El número que predica casi se duplicó en el período de diez años de 1955 a 1965.
Por lo tanto, sin hacer
una profecía, sino simplemente con el propósito de ilustrar el punto, comencemos nuestro cálculo con la cifra de un millón de sobrevivientes al Armagedón. Aun con este pequeño comienzo, y solo con, digamos, un
aumento de 3 por ciento cada año
(una proporción
de un resucitado por cada treinta
y tres que viven en la Tierra), el número
de personas que vivan se duplicaría
aproximadamente cada veinticuatro años.
Si son resucitados veinte mil millones,
esto podría hacerse en menos de cuatrocientos años.
Así se concedería bastante tiempo y bastante ayuda estaría disponible para educar y disciplinar a todos, trayendo a los obedientes al grado en que, a su vez, podrían enseñar a otros sin perturbar nada el progreso de ese nuevo orden de cosas. Con la producción y recursos de la Tierra traídos a su potencialidad y distribuidos apropiadamente y usados para provecho de la humanidad, no habría problema de alimentación, como se representan mentalmente los economistas del día presente (“La Atalaya 15/1/1968, pág
44)
Análisis:
Como dicen los TJ “sin hacer una profecía, sino simplemente con el
propósito de ilustrar
el punto” creo que estos números a la altura del año 2014 en el que nos
encontramos deberían revisarse y dar explicaciones.
En cuanto al número
de humanos que han vivido en la Tierra, han sido publicadas en la primera
década de este siglo XXI, concretamente en el 2002, algunas estimaciones
realizadas por Carl Haub del Buró de Referencia Poblacional (PRB) de EE.UU. que
arrojan una cantidad de 106 mil millones de personas con todas las reservas que
un cálculo de esta especie comporta.
Tomemos esta
cantidad en cifras redondas de 100 mil millones. Si consideramos un 60% entre injustos y TJ y los 60 millones resultantes lo dividimos entre 800 años que podemos considerar el tiempo durante el que se procederá a la paulatina resurrección, tenemos 75 millones al año de resucitados o,
aproximadamente, 205.000 cada día. Los TJ dicen en su artículo de 1968 que
55.000 resucitados cada día “es un gran número de personas para quienes tendría
que proveerse alimento, alojamiento, ropa y ocupación”… ¡pues qué será para
205.000!