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Jesús no solo mandó a sus discípulos que oraran
para que viniera el Reino de Dios; también les dijo que debían pedir que se
hiciera la voluntad de Jehová “como en el cielo, también sobre la tierra”.
En el cielo, donde está Dios, los ángeles fieles siempre han hecho la
voluntad divina. No obstante... un ángel malvado dejó de cumplir la voluntad de Dios y consiguió que
Adán y Eva pecaran... Dios permitió que él y los espíritus que decidieron
seguirlo —llamados demonios— permanecieran en el cielo por un tiempo. Por lo
tanto, en los días de Jesús, no todos los seres que había en el cielo
estaban haciendo la voluntad de Dios. Pero eso cambiaría cuando Jesucristo
comenzara a gobernar en el Reino de Dios y luchara contra Satanás (Revelación 12:7-9).
Las siguientes
palabras proféticas revelan lo que pasaría: “Oí una voz fuerte en el cielo
decir: ‘¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro
Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el
acusador de nuestros hermanos [Satanás], que los acusa día y noche delante de nuestro Dios!’” (Revelación 12:10). ¿Se ha dado
cuenta de que en ese versículo se mencionan dos importantes sucesos? En
primer lugar, empieza a gobernar el Reino de Dios dirigido por Jesucristo.
En segundo lugar, Satanás es expulsado del cielo y arrojado a la Tierra
Como veremos más
adelante, esos dos acontecimientos ya han tenido lugar. ¿Cuáles han sido las
consecuencias? Leamos lo que ocurrió en el cielo: “A causa de esto, ¡alégrense,
cielos, y los que residen en ellos!” (Revelación 12:12).
Así es, los ángeles fieles se alegran porque, como se echó a Satanás y sus
demonios del cielo, todas las criaturas que allí quedan son fieles a Jehová
Dios, y entre ellas reina una paz y armonía total. De modo que en el cielo
ya se está haciendo la voluntad de Dios.
¿Qué puede decirse de
la Tierra? La Biblia indica: “¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha
descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto espacio
de tiempo” (Revelación 12:12). Satanás
está furioso porque se le ha expulsado del cielo y le queda poco tiempo. Como
siente tanta cólera, se dedica a causar problemas en la Tierra… cómo logrará el
Reino que se haga la voluntad de Dios en la Tierra?
Pues bien, recuerde
cuál es la voluntad de Dios para la Tierra. Jehová mostró en el jardín de Edén que desea que este planeta
se convierta en un paraíso y se llene de seres humanos justos que nunca mueran.
Cuando Satanás consiguió que Adán y Eva pecaran, se vio afectado el cumplimiento de la
voluntad de Dios para la Tierra, pero dicha voluntad no cambió. Jehová
todavía quiere que se cumplan estas palabras: “Los justos mismos poseerán la
tierra, y residirán para siempre sobre ella” (Salmo 37:29). Y el
Reino de Dios logrará eso. ¿Cómo?
En Daniel 2:44 encontramos
esta profecía: “En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un
reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será
pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él
mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos”. ¿Qué nos dice esta profecía sobre
el Reino de Dios?
En primer lugar,
menciona que dicho gobierno se establecería “en los días de aquellos reyes”, es
decir, mientras aún existieran otros reinos, o gobiernos. En segundo
lugar, indica que el Reino subsistirá, o durará, para siempre. Ningún otro
gobierno lo derrotará ni reemplazará. En tercer lugar, revela que
habrá una guerra entre el Reino de Dios y los reinos de este mundo, y que el
vencedor será el Reino de Dios. Al final, será el único gobierno que tenga
la humanidad y será el mejor que ésta ha conocido.
La Biblia da mucha
información sobre esa guerra entre el Reino de Dios y los gobiernos de este
mundo. Por ejemplo, señala que al acercarse el fin, los espíritus malos
esparcirán mentiras para engañar a “los reyes de toda la tierra habitada”. ¿Con
qué propósito? “Para reunirlos a la guerra del gran día de Dios el
Todopoderoso.” Los reyes serán reunidos “en el lugar que en hebreo se llama Har–Magedón” (Revelación 16:14, 16). En vista de
lo que dicen estos dos versículos, ese enfrentamiento entre los gobiernos humanos
y el Reino de Dios recibe el nombre de batalla de Har–Magedón, o Armagedón.
¿Qué logrará el Reino
de Dios mediante Armagedón? Pensemos de nuevo en la voluntad de Jehová para la
Tierra: que se convierta en un paraíso y se llene de personas perfectas y
justas que le sirvan a él. ¿Qué impide que dicha voluntad se esté haciendo
ahora mismo? El primer problema es que somos pecadores, de modo que nos
enfermamos y morimos. Sin embargo, …Jesús murió por nosotros a fin de que
podamos vivir para siempre: 8 “Tanto amó Dios al mundo que dio a su
Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido,
sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Otro problema es que
hay muchas personas que se comportan mal. Mienten, engañan y llevan vidas
inmorales. No quieren hacer la voluntad de Dios. Pero los
que practican el mal serán destruidos en Armagedón, la guerra de Dios (Salmo 37:10).
Otra razón más por la que no se está llevando a cabo la voluntad de Dios
en la Tierra es que los gobiernos
no animan a la gente a hacerla. Muchos de ellos han sido débiles, crueles
o corruptos. Bien claro lo dice la Biblia: “El hombre ha dominado al hombre
para perjuicio suyo” (Eclesiastés 8:9).
No obstante, después de Armagedón, la humanidad
vivirá bajo un solo gobierno, el Reino de Dios. Ese Reino cumplirá la voluntad
divina y traerá maravillosas bendiciones. Por ejemplo, eliminará de la escena a
Satanás y sus demonios (Revelación 20:1-3). Hará que se aplique el poder del sacrificio de Jesús y, como consecuencia,
los humanos fieles ya no se enfermarán ni morirán, sino
que podrán vivir para siempre (Revelación 22:1-3). Además, transformará la Tierra en un paraíso. De ese modo, el
Reino logrará que se haga la voluntad de Dios en la Tierra y santificará el nombre de Dios. ¿Qué
significa eso? Que gracias al Reino, todas las personas llegarán a respetar y
honrar el nombre de Jehová. (¿Qué enseña realmente la Biblia, págs 76 y ss)