s/TJ:
Es verdad que Jesús dijo que "viene la hora" en que todo esto acontecerá. Ciertamente, sin embargo, la palabra "hora" aquí no significa sólo sesenta minutos, ni 3.600 segundos exactos... Recuerde que el apóstol Pablo indica que habrá orden y categoría en la resurrección de los muertos (1Cor 15;23).
Por eso, no debemos concluir que a los muertos terrestres se les levanta del Hades y del mar al mismo tiempo o que se les levanta a todos en un mismo día de veinticuatro horas. No hay necesidad de tal procedimiento apresurado de juicio. En vista de que tantos humanos han muerto, decenas de miles de millones de ellos, ¿cómo Podría juzgárseles a todos apropiadamente en un día de veinticuatro horas, aun haciéndolo los 144.000 jueces asociados junto con su Juez superior, Jesucristo? Puesto que los 144.000 jueces asociados viven y reinan con Cristo por mil años, el día del juicio de los muertos humanos durará mil años.
Por eso, no debemos concluir que a los muertos terrestres se les levanta del Hades y del mar al mismo tiempo o que se les levanta a todos en un mismo día de veinticuatro horas. No hay necesidad de tal procedimiento apresurado de juicio. En vista de que tantos humanos han muerto, decenas de miles de millones de ellos, ¿cómo Podría juzgárseles a todos apropiadamente en un día de veinticuatro horas, aun haciéndolo los 144.000 jueces asociados junto con su Juez superior, Jesucristo? Puesto que los 144.000 jueces asociados viven y reinan con Cristo por mil años, el día del juicio de los muertos humanos durará mil años.
Esto permitirá suficiente tiempo para que cada resucitado sea sometido a prueba y para determinar si su nombre debe ser escrito en el rollo de la vida o no. ¿No dice (2Pe 3;8) "No vayan a dejar que este hecho en particular se les escape, amados, que un día es para con Jehová como mil años y mil años como un día"? Sí, por eso raciocinemos bíblicamente. ("La Atalaya" de 1.6.1965, pág 337)
¿Quienes son los "justos" que serán resucitados? Entre estos estarán fieles siervos de Dios que vivieron antes de que Jesucristo viniera a la Tierra. Se menciona por nombre a muchas de estas personas en el cap.XI de Hebreos ("Usted puede vivir...", pág 172)
Resucitarán los justos del AT -Abrahan, Isaac, Jacob, David, etc, etc- como príncipes o patriarcas de esta Tierra (Is 32;1-2) (Hech 20;28) (Sl 45;16) (Hb 11;1 y ss) ("La Atalaya" del 1.6.65, pág 337 y ss.)
Ahora observa algo que sugiere orden y categoría con respecto a la resurrección humana terrestre. En (Hb 11;1) a (Hb12;1) el escritor da un breve relato de "tan grande nube de testigos", que vivieron antes de que Jesucristo muriera y fuera resucitado y que fueron TJ en aquél entonces (Is 43;10-12) (Is 44;8). En (Hb 11;35) se habla evidentemente de todos ellos como a quienes les corresponde una "resurrección mejor" ("La Atalaya" de 1.6.65, pág 337-338)
Será una "resurrección mejor" que la de los jovencitos resucitados por Elías y Eliseo y la de otras personas que una vez fueron resucitadas en la Tierra. ¿Por qué? Porque si los que sean resucitados después del Armagedón optan por servir a Dios, nunca tendrán que morir de nuevo (Hb 11;35). ("Usted puede vivir...", pág 173)
En muestra de que habría una diferencia entre la resurrección de aquella antigua "nube de testigos" y la resurrección de los 144.000 cristianos que llegan a ser jueces asociados con Cristo en los cielos, (Hb 11;39-40) dice esto acerca de estos testigos antiguos: "Y no obstante todos estos, aunque se dió testimonio de ellos por su fe, no obtuvieron el cumplimiento de la promesa, puesto que Dios previó algo mejor para nosotros, para que ellos no fueran hechos perfectos aparte de nosotros." Sí, Dios previó algo mejor para los seguidores de Cristo, algo mejor que lo que obtienen los de la antigua "nube de testigos" cuando sean resucitados. Los de la "nube de testigos" no participan de la primera resurrección, que es una resurrección celestial o espiritual. Tienen una resurrección terrestre. No obstante, su resurrección es mejor que la que obtuvieron las personas a quienes los antiguos profetas levantaron de entre los muertos... Por su resurrección bajo el reino de Dios con Cristo como rey, no habrá necesidad de que mueran otra vez si permanecen fieles. ("La Atalaya" de 1.6.1965, pág 338)
Análisis:
Esta claro en (Hb 11;13-16)(NC) que Abraham y los demás patriarcas aspiraban y deseaban la "patria celestial", o como dicen los TJ en la versión del Nuevo Mundo: "Pero ahora están haciendo esfuerzos para obtener un lugar mejor, es decir, uno que pertenece al cielo" (Hb 11;16).
Esta claro en (Hb 11;13-16)(NC) que Abraham y los demás patriarcas aspiraban y deseaban la "patria celestial", o como dicen los TJ en la versión del Nuevo Mundo: "Pero ahora están haciendo esfuerzos para obtener un lugar mejor, es decir, uno que pertenece al cielo" (Hb 11;16).
Todos los modelos y ejemplos de fe del Antiguo Testamento que se relacionan en (Hb 11;32-38), no consiguieron la promesa. Dios difirió el premio de su fe. ¿Por qué esta dilación?, ¿cuales son los planes misteriosos de Dios? Este "algo mejor" que por nosotros ha previsto y proveído Dios, es la "nueva alianza" , nueva y definitiva dentro de la cual deben salvarse y llegar al reposo los santos del AT y del NT. Por esto, aquel "algo mejor" es la realización de la promesa. Aquellos santos no consiguieron en seguida la promesa, porque entraba en el plan providencial el que esperaran hasta que estuviera completo el número de sus hermanos (Ap 6;11). "Para que no sin nosotros estuvieran en la perfección" (NC) Los santos del AT tenían que esperar que hubiese llegado la plenitud de los tiempos y la alianza definitiva con la muerte de Cristo (1Pe 3;19) El gran Padre de familia -diremos con San Juan Crisóstomo- quiere dar la recompensa del trabajo a todos a la vez. Por esto hace esperar a los que ya lo acabaron, hasta que lo terminen los nuevos hermanos venidos a última hora. Lo cual no quiere decir que haya que esperar hasta la consumación definitiva del siglo y hasta el juicio final. Porque la victoria y perfección ya está lograda con la muerte de Cristo (2Cor 5;8)
s/TJ:
El (Sl 45) menciona a algunos de aquellos antiguos testigos precristianos que recibirán esa "resurrección mejor". El (Sl 45) habla proféticamente acerca del Rey Mesiánico, Jesucristo, y acerca de su matrimonio con la clase de la novia, los 144.000 coherederos de él en el reino celestial. Luego, al dirigirse al Rey Jesucristo, el (Sl 45;16) dice proféticamente: "En lugar de tus antepasados llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra" Entre los antepasados de Cristo como hombre, están Abrahán, Isaac y Jacob y el rey David, que fueron hombres fieles, testigos fieles de Jehová. Con el fin de nombrar a sus antepasados fieles como "príncipes en toda la tierra" bajo su reino celestial, Jesucristo tendrá que resucitarlos de la tumbas conmemorativas. Si las otras personas de la Tierra han de obtener el beneficio del dominio principesco de los fieles antepasados de Cristo durante su reinado de mil años, es necesario que tales antepasados sean resucitados temprano durante su reinado, aunque murieron hace miles de años. Si el Rey reinante Jesucristo limitara el nombramiento de príncipes en toda la Tierra a sólo sus antepasados piadosos, no habría muchos de tales príncipes en toda la Tierra. Otros hombres antiguos fueron igualmente fieles entre aquella "tan grande nube de testigos". Por eso, sólo es razonable que a tales testigos fieles igualmente se les considere dignos de ser nombrados como príncipes en varias partes de la Tierra
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Su nombramiento al puesto principesco arguye a favor de que se les resucitaría más temprano que a los otros súbditos terrestres del reino de Dios. Esto sugiere que se observará orden y categoría en la resurrección terrestre. Siendo así, entonces todos los muertos terrestres no serán entregados por el Hades y por el mar al mismo tiempo, sin que se hagan arreglos de antemano para atender a los muertos que regresen. ("La Atalaya" de 1.6.1965, pág 339)
Estos gobernarán en perfecto acuerdo con Cristo. (Aunque también los mejores entre "las otras ovejas" compartirán este honor con ellos.) ("Usted puede vivir..." pág 165) ("Que Dieu...", pág 275-276)
Estas personas no esperaban ir al cielo sino que esperaban vivir de nuevo aquí mismo en la Tierra (Hb 11;17-19) (Jb 14;13-15) (Is 25;8) (Lc 20;37-38). ("Usted puede vivir..." pág 122) ("Sea Dios veraz", pág 268)
Todas las leyes e instrucciones vendrán de los "nuevos cielos" en lo alto. Pero en la Tierra habrá hombres fieles a quienes se habrá nombrado para que vean que estas leyes e instrucciones se cumplan. Porque estos hombres representan de manera especial al Reino celestial. La Biblia los llama "príncipes". Hasta en nuestro mismo día en la congregación cristiana hay hombres nombrados por espíritu santo de Dios para atender y dirigir las actividades de ésta. Podemos confiar en que después del Armagedón, Cristo se encargará de que se nombre a los hombres apropiados para que sean representantes del gobierno del Reino, porque entonces él estará interviniendo directamente en los asuntos de la Tierra. ("Usted puede vivir...", pág 160)
Análisis:
Rutherford en 1920 profetiza que Abrahan, Isaac, Jacob y otros justos de los tiempos antiguos resucitarán en 1925 para gozar de la vida perfecta del nuevo mundo (Hb 11) (A pesar de que los patriarcas murieron en Palestina, la profecía señala su resurrección en América...) ("Millones de personas...", pág 87-90) "Nosotros, los del resto, solíamos pensar que antes o en el Armagedón, sería necesario que Jehová Dios levantara de entre los muertos la nube grande de testigos de tiempos antiguos, los "príncipes" -calculando que serían sólo setenta en total- para fortalecer a los del resto" ("La Atalaya" de 1954, pág 215/33) ¿Y, por qué -digo yo- sólo setenta?
En 1925, Rutherford insiste en la profecía del retorno de los "príncipes" apoyándose en los mismos razonamientos que cinco años antes. Sin duda esperaba verles resucitar antes de fin de año. ("Confort for the Jews", pág 85-88)
En 1926, Rutherford sigue esperando la resurrección de los "príncipes", pero ahora habla de su salida de la tumba en un futuro próximo y de su morada en nuestro planeta. ("Délivrance" ,pág 323)
En 1928, Rutherford sigue esperando la resurrección de los "príncipes" y dice que "debe producirse en un tiempo relativamente corto" ("Gouvernement", pág 258) (Ya que había preparado una residencia para los "príncipes" -Beth Sarim o Casa de los Príncipes- al no resucitar estos en el tiempo previsto, acabó por ocuparla él personalmente a principios de 1930, viviendo allí hasta su muerte en 1942.
Parece ser que después los TJ quisieron guardar allí sus restos mortales haciendo de dicho palacio un mausoléo o santuario internacional. Las autoridades del municipio de S. Diego no se lo permitieron y, por ello, se deshicieron de la mansión, vendiéndola en el año 1948.)
En 1956 escriben: "Anteriormente, todos nosotros esperábamos la vuelta de los testigos fieles de la antigüedad como "príncipes". Más tarde, Jehová reveló que los que son príncipes -siervos de congregación- ahora están aquí entre nosotros" ("La Atalaya" de 1956, pág 533/16)
Resumiendo todo este embrollo, tenemos: Primeramente, Dios les revela que los Testigos fieles de la antigüedad, resucitarán en 1925. Posteriormente, les revela que estos testigos de la antigüedad resucitarán en número de 70. Después les dice que no, que se olviden de todo porque, sin necesidad de resurrección, ya los tenemos hoy y aquí entre nosotros. Pero los TJ no se lo han creído porque hoy enseñan que serán los primeros en resucitar en el Nuevo mundo...